PALABRAS DE LA PRESIDENTA DE LA NACIÓN CRISTINA FERNÁNDEZ DE KIRCHNER EN EL ACTO DE JURAMENTE DE NUEVAS AUTORIDADES DEL GABINETE NACIONAL, DESDE EL SALÓN BLANCO DE LA CASA ROSADA.
Primero buenas tardes a todos y a todas: sé que no se acostumbra a que el Presidente o la Presidenta hablen en la ceremonia de asunción de algún ministro, pero quiero - como toda costumbre alguna vez debe ser rota, para que siga siendo costumbre, porque para eso se plantea la excepción – hablarle a dos compañeros que se van, hoy, del Gabinete: a Juan Manzur y a “Coqui” Capitanich. (APLAUSOS). Porque ambos llegaron al Gabinete en momentos muy difíciles, ser miembro o ministro de algún Gobierno, que recién empieza o que está en su mejor momento el Presidente o en el mejor momento político es mucho más fácil y halagüeño, pero el Doctor Juan Manzur llegó a ministro de Salud, cuando fue convocado en el año 2009, año de crisis económica y año de crisis de salud a nivel global – con la gripe A y en particular también en nuestro país, donde el flagelo este atacó con mucha dureza a los argentinos.
Y luego, también, por qué no decirlo, de haber perdido las elecciones en la provincia de Buenos Aires y haber quedado numéricamente, en términos muy inferiores, en los cuerpos legislativos durante los años siguientes, durante lo que se denominó creo la Constitución ¿ahí fue del grupo A, no? Sí, no o del grupo B, como idea es de la B, me parece, más que de la A. (APLAUSOS) .Pero, bueno, no importa, el grupo A, dos años realmente duros no para el Gobierno, sino para la Argentina, porque en realidad una cosa es hablar y otra el gobernar y ni siquiera pudieron legislar en esos dos años y son exactamente los mismos que no reconocen ni un solo logro del Gobierno, que solamente están a la hora de las críticas, que es bueno criticar pero alguna cosa buena debemos haber hecho.
Y Juan vino, en ese momento, donde en los diarios se decía que íbamos a adelantar las elecciones y nos íbamos a ir del Gobierno. Y lo recuerdo muy bien porque Juan llegó a Olivos, al despacho de la Jefatura de Gobierno, y entró con ese optimismo y esa sonrisa que lo caracteriza. Puede estar lloviendo sapos, piedras y culebras, en medio de un terremoto y él está con la sonrisa y entró riéndose y salió riéndose y dijo: “vamos a salir, Presidenta. Yo sé lo que le digo, vamos a poder afrontar esta crisis sanitaria grave, vamos a salir”.
Después lo hizo con el dengue, también, con una profesionalidad, una dedicación y una comprensión de lo que es el sanitarismo argentino muy importante, y era todo risa y optimismo, al punto tal que me llamó después más tarde porque se había quedado pensando y me dijo: “Presidenta, usted no piense que estoy loco, porque usted me llamó y yo parecía que me reía y usted debe haber pensado, este hombre a quién convoqué que se está riendo en medio de esa crisis”. Pero esa risa, ese optimismo, esa confianza en poder derrotar la adversidad, en superar la adversidad es lo que nos hace falta a todos los argentinos en todas las áreas y en todos los tiempos.
Y él vino, pese a que muchos… él es vicegobernador de la provincia de Tucumán y me contó que, inclusive, le aconsejaban que no aceptara porque estaba en una posición de vicegobernador y para qué iba a ir con un gobierno que parecía que estaba atravesando sus últimos días. Y Juan dijo: “Voy porque creo en ese proyecto, voy porque creo que se pueden hacer las cosas”. Y lo vino a acompañar a Néstor y a mí, en momentos muy difíciles y lo hizo, además, muy bien.
Hoy, se va también para cumplir otra tarea muy importante en Tucumán, para pelear por su Tucumán también, para estar allí en el cargo de vicegobernador. Por eso quiero agradecerle profundamente, como Presidenta, ese gesto, porque –reitero – estar con gobiernos que están bien, que tienen éxito, que han ganado las elecciones es fácil. Pero dejar una posición tranquila, cómoda para venir a compartir sinsabores, trabajo, esfuerzos exige un temple especial, y Juan lo tiene. (APLAUSOS). Pero además exige también sentimiento y corazón. Yo se lo agradezco profundamente.
Otro momento tal vez no de las características del 2009, fue durante el año 2013, durante el año que tuve el episodio de salud más grave, hasta ahora, toco madera, de mi vida, uno nunca sabe lo que le depara el destino, pero fue un episodio grave, como dije en alguna oportunidad, ya me habían operado de la tiroides, a uno lo pueden operar de cualquier cosa pero la capoccia es la capoccia y, bueno, y ahí fue cuando lo convoqué a “Coqui”, también vino Axel, y “Coqui”, siendo gobernador de la provincia del Chaco vino a trabajar y la verdad que al conocerlo como trabajaba, yo lo conocía como senadora, pero siempre en el Senado nos conocemos hablando y hablando es tan bueno como trabajando.
Así que, bueno, pero a la gente no se la conoce hablando, a la gente se la conoce trabajando. Y la verdad que yo lo conocía como senadora cuando como presidente de la Comisión de Presupuesto y Hacienda lo mandábamos a que por ahí hablara durante 2 o 3 horas porque había que reunir los números, ¿te acordás Miguel?, y él aguantaba 3, 4 horas y los dormía a todos, o sea, a nosotros también, pero cumplías el cometido y lográbamos el quórum y las leyes salían.
Pero la verdad que cuando lo conocí trabajando como jefe de Gabinete, Axel me lo había adelantado, porque yo charlé con Axel también esto, le digo “Axel, vos que trabajaste con él”, me dijo “se mata laburando, es una bestia de trabajo, no para, arranca y no para”.
Y la verdad que debo decir que cuando lo conocí y vi cómo trabajaba, cómo se metía en cada uno de los temas, cómo los llevaba hasta el fin, hasta lograr la solución, cómo trabajaba todo el tiempo, a toda hora, cómo a primera hora de la mañana estaba frente a los trabajadores y trabajadoras de prensa, que siempre se quejaron de que no tenían quién les hablara en el Gobierno y cuando llegó aquí y les hablaba todos los días también se quejaban. Así que, bueno, en fin.
Y cuando llegó, me di cuenta por qué habías ganado las elecciones para gobernador en el Chaco cuando nadie apostaba 2 pesos por vos después de años de dominio de la oposición de esa provincia. Es decir, el trabajo, el esfuerzo, el compromiso, la lealtad y las convicciones.
Porque, en definitiva, son esas las cosas que te llevan adelante y te permiten no desmayar ni desfallecer. Y eso que le han dado palos y te van a seguir dando palos. Porque lo que no perdonan es la capacidad de trabajo, lo que no perdonan es la lealtad, lo que no perdonan es cómo se juega uno por las ideas y las convicciones.
Porque uno puede estar en acuerdo o en desacuerdo con lo que piensa el otro, pero todo aquel que se juega por lo que piensa, no por lo que le conviene, todo aquel que se juega aún contra los poderosos, aún cuando uno no comparte lo que está diciendo, el solo hecho de poner el cuero para defender lo que uno piensa y lo que uno siente, merece el respeto de todos los argentinos piensen como piensen.
Por eso, he roto la tradición porque quería despedir de esta manera del Gabinete, por ahora, nunca se sabe cuándo uno se encuentra de vuelta en la vida y menos en la política, nunca digas nunca, ese es el refrán ni nada es para siempre.
Por eso quería hoy hablar también y recibir a los nuevos integrantes, no vas a estar solo Axel, vas a tener otro más, porque también estuve leyendo ahí que ahora la Cámpora, no sé qué cosa, ¿y Axel de dónde es? ¿De Defensores de Villa Domínico? No sé.
La verdad que, bueno, pero siempre hay que decir algo…siempre hay que ver…asustar a la gente, diciendo no sé qué cosa, nada.
Yo quiero decirles a todos y a todas que tenemos que estar todos muy tranquilos, muy serenos, muy firmes y tener, como decía él, la certeza de que cuando uno dice la verdad, que cuando hace las cosas que piensa, aún cuando puede estar equivocado, porque obviamente uno puede pensar que las cosas son de una manera o que hay que hacerlas de una manera y pueden ser de otra y puede equivocarse.
Pero lo importante, es hacer las cosas convencido de lo que uno está haciendo, es lo mejor que le pueda ofrecer a su patria, a su país, a sus compatriotas. Y yo creo que, bueno, los hombres que hoy se incorporar y me acompañan, Aníbal, Wado, el doctor Golán, no tengo tanta confianza para decirle Daniel, no lo conozco tanto, pero bueno, creo que tienen eso, convicciones y mucho respeto por lo que piensan ellos, por lo que piensan los demás pero al mismo tiempo también, que todo el mundo tiene que saber que defender lo que uno piensa y lo que uno siente, no significa faltarle el respeto a los demás, simplemente ser coherente con lo que uno ha vivido y el sentido de toda su vida.
Y algo que hay que respetar siempre en un político o en cualquier persona en la vida, es la coherencia con que ha vivido, con que ha gobernado, con que ha dirigido.
De acá miro también a las Abuelas, a las Madres que nos acompañan, a los trabajadores, que también nos están acompañando y quiero decirles a todos, legisladores y legisladoras, compañeros y compañeras, argentinos, amigos, hombres y mujeres de otros partidos, de otras ideas, de otras identidades pero con una misma noción de que la patria es el otro y que la construimos entre todos.
Muchas gracias y muy buenas tardes a todos y a todas. (APLAUSOS)