Acto de entrega de viviendas en Ezeiza: Palabras de la Presidenta de la Nación

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PALABRAS DE LA PRESIDENTA DE LA NACIÓN CRISTINA FERNÁNDEZ DE KIRCHNER, EN UN ACTO DE ENTREGA DE VIVIENDAS EN EZEIZA, PROVINCIA DE BUENOS AIRES.

Gracias, muchas gracias y muy buenas tardes a todos y a todas; señor Gobernador de la provincia de Buenos Aires; señor Intendente anfitrión de Ezeiza; señores Intendentes de 27 municipios de nuestra provincia de Buenos Aires: la verdad que es un día… ya la UOCRA, allá al fondo. (APLAUSOS). Los compañeros trabajadores de la UOCRA y los de la Universidad también, con Dulce y la Universidad que parece el pájaro carpintero, con su taca, taca, taca, en la cabeza todo el tiempo. La verdad que es un día muy especial… todo llega, recién la locutora relataba que Perón, que quería mucho a Ezeiza y tenía un afecto particular por esta localidad había imaginado que hubiera diez barrios construidos, hoy estamos inaugurando el barrio 14, Madres II, con 216 viviendas que nos están rodeando. (APLAUSOS).

Yo siempre digo, no puede haber un mejor lugar para un gobernante que inaugurar una fábrica e inaugurar viviendas, porque si el trabajo es el gran organizador social, el gran articulador social; las casas, la vivienda es el gran articulador y organizador de las familias argentinas.

Y por eso, cuando hoy Patricio Mussi, intendente de Berazategui, que nos dirigía la palabra, desde el Congreso Provincial de Infraestructura, nos hablaba de esta Argentina que hoy es una torta con muchos pisos, porque es cierto, relataba otro tiempo donde no había torta ni nada, sino simplemente nada más que miseria, desilusión y frustraciones, hoy hemos construido entre todos un país, estas 216 viviendas... Tengo una lista que me dejó ahí y que se le dejé arriba de la mesa al Intendente porque quería que mencionara todas y cada unas de las obras de Ezeiza y estaríamos hasta mañana, a la tarde, porque la verdad que son muchos. (APLAUSOS). Ahí anda revoleando el papel y si recorremos… y saben qué lo maravilloso y lo lindo de esto no es que lo podemos decir únicamente en Ezeiza o únicamente en la provincia de Buenos Aires, podemos recorrer el país de punta a punta y cansarnos, durante horas, enumerando las obras, las realizaciones en materia de infraestructura, que son escuelas, viviendas, rutas, fibra óptica, usina, generación eléctrica, tendido de redes, agua potable, gasoductos, cloacas como nunca se ha tenido en toda la historia. Pero también millones de puestos de trabajo, pero también millones de nuevos jubilados y pensionados, que antes no tenían ninguna cobertura, antes los que estaba jubilados no recibían ningún aumento, y hoy tenemos cobertura para más de 4 millones de nuevos jubilados y una ley: la de Movilidad Jubilatoria, que asegura – dos veces al año – la actualización de los haberes de nuestros jubilados. (APLAUSOS).

Ni que hablar de las nuevas universidades, 9 nuevas universidades que han permitido que cientos de miles de jóvenes argentinos, que jamás podrían haber llegado, tal vez, a una universidad de las más conocidas y de las más antiguas del país hoy tengan acceso. Tenemos una generación en todo el país de cientos de miles de jóvenes, que son los primeros en su familia en acceder a la educación universitaria, porque muchas veces sus padres ni siquiera pudieron complementar la primaria o la secundaria, y hoy tienen a sus hijos en las universidades. (APLAUSOS). Esto también es movilidad y crecimiento de la  torta argentina, la torta social creció y mucho porque pudo crecer también y desarrollarse la torta de la producción, la torta de la industria, más de 300, casi 400 parques industriales y 300 en ejecución.

Nos contaba Patricio Mussi, en Berazategui, cuando en el año 2003 ó 2002 ó 2001 estaban los lugares de trueques y hoy están los parques industriales, inclusive en parques temáticos y así podríamos seguir. Y está la otra torta, la que se fue achicando, la torta de la deuda, la torta del endeudamiento, que también era una torta que crearon unos pocos, pero que tuvieron que soportar todos los argentinos. (APLAUSOS).

No era la torta dulce de la vivienda, no era la torta crocante del trabajo, era la torta amarga, de hiel, era la bebida amarga que tenían que tragar todos los argentinos ante la falta de oportunidades y también hoy podemos decir que somos uno de los países en el mundo con más bajo porcentaje de deuda interna y externa y el país con mayor nivel de calidad humana. (APLAUSOS).

El otro día, cuando hablaba ante la Asamblea de Naciones Unidas, en los días previos se había conocido una información, sorprendentemente del Fondo Monetario Internacional, que decía que la Argentina era el tercer país en calidad de crecimiento, después de Bulgaria y de China, el de más alto crecimiento de toda Latinoamérica en su calidad. ¿Porque saben qué? Crecimos pero con la gente adentro porque solamente sirve crecer en economía cuando se crece con la gente adentro, como dice uno que yo sé, el de sanseacabó, pero lo importante de hoy, también, es que estamos inaugurando estás 216 viviendas.

Yo recién recorría una de ellas, junto a una madre y su familia y su hija Jazmín en brazos, con una alegría me mostraba la cocina, las alacenas, los cuartos, tres cuartos tenía, lavadero, baño y hasta balcón tienen las casas. Son casas con dignidad, esto también es parte de la torta, de gente que antes no tenía ni siquiera un pedazo de tierra. Por eso también, en estos días, hemos creado la Secretaría de Acceso al Hábitat, porque necesitamos que todos los argentinos puedan acceder a un pedazo de tierra, en donde asentar su familia y desarrollar su vida.  (APLAUSOS). Tenemos la fuerza y la convicción para hacerlo.

También parte de este modelo, hoy, se puede ver en esta inauguración, que hemos realizado en la hermosa ciudad de Pehuajó.  

En Pehuajó hemos inaugurado tal vez, la planta más moderna en el mundo de girasol confitado.

Ya sé, ustedes se preguntarán qué es el girasol confitado. Yo también me lo pregunté y fui a averiguar qué era el girasol confitado.

El girasol confitado es ese girasol especial para, como su nombre lo indica, confiterías, panaderías, para maza, es los panes de semillas, las facturas que ustedes comen que requiere semillas con especial tratamiento, con mucho más valor agregado.

Esto que estamos haciendo en Pehuajó que, escuchen bien, lo están haciendo inversores extranjeros, lo está haciendo CDH. ¿Quién es CDH? La mayor cooperativa de granos de los Estados Unidos que ha invertido junto con Adecoagro, del magnate George Soros, aquí en la Argentina más de 260 millones de pesos generando 50 nuevos puestos de trabajo.

Todo lo que producen, todo ese material que nos mostraba David es material de exportación. Es una planta que puede producir 50.000 toneladas de girasol confitado.

Y fíjense, para que escuchen todos los productores, para que se entienda qué es esto de agregar valor y de industrializar la ruralidad, como siempre lo hemos afirmado.

Cada tonelada de girasol común, sale 270 dólares; cada tonelada de girasol confitado, tratado en esa planta, cotiza en el mercado internacional entre 1.000 y 1.100 dólares la tonelada. Fíjense lo que es el valor agregado.

Pero más todavía y para que se entienda lo que es una política. Porque muchas veces, no se entiende y entonces les llenan la cabeza a los productores de que queremos apropiarnos de sus cosas.

Ese girasol confitado, no es un girasol común, requiere una semilla que produce un girasol con mayor volumen de aceite. Y ese girasol que si es común se comercializa a 270 dólares la tonelada y tiene 32 por ciento de retenciones, este girasol especial, cada productor recibe por parte de esta empresa 380 dólares la tonelada.

Fíjense ustedes lo que es la biogenética, el valor agregado. ¿Y saben cuánto es la retención de esta tonelada de girasol confitado? Solamente 10 por ciento, porque a nosotros no nos interesa quedarnos con la plata de nadie, sino generar trabajo para todos los argentinos. Eso es lo que más nos importa.

Todos aquellos que industrialicen, todos aquellos que agreguen valor, todos aquellos que abran fábricas, todos aquellos que nuestros productos primarios de los cuales debemos sentirnos orgullosos porque somos el tercer país productor de girasol: primero, esta Ucrania; segundo, Rusia y terceros, nosotros, porque tercera es la Unión Europea pero yo no la cuento como país porque suman a todos los países. Y en esto de girasol confitado, vamos a ser los segundos productores después de Estados Unidos.

Miren lo que se puede hacer cuando uno pone cabeza, investigación, desarrollo, investigación del mercado y entonces utiliza su tierra, su trabajo, sus manos en producir bienes primarios a los que agrega valor y, entonces, tiene muchos más ingresos. Esto es lo que queremos como modelo agroindustrial para la Argentina, que el agro se una a la industria, produzcan sinergia y produzcan valor y trabajo.

Porque allí, está David, que hoy es un trabajador con su casco y su overol junto a otros compañeros que integran la planta y han generado 50 puestos de trabajo, precisamente, por esta concepción que tenemos que tener.

Este es el modelo que planteamos a todos los argentinos.

Y también, hoy aquí con 27 intendentes de la provincia de Buenos Aires, firmando obras para emergencias hídricas por más de 103 millones de pesos que ayuden a los habitantes, a los vecinos de estos 27 municipios.

Cuando las inclemencias del tiempo, cuando muchas veces los fenómenos meteorológicos, que son impensables, que no se pueden planificar y que muchas veces son absolutamente imprevisibles, causan tragedias, desgracias y grandes pérdidas económicas. Por eso hoy también estamos iniciando estas obras por 103 millones de pesos en 27 municipios para, precisamente, prevenir esto.

Esta es la Argentina que sigue andando, trabajando y marchando y que va a seguir haciéndolo, porque tenemos la decisión, porque tenemos la voluntad, porque tenemos la fuerza y lo que hay que tener para defender los intereses de un proyecto que es el proyecto de Nación, que no es de un partido, que no es de un sector ni de una persona, sino que es de muchísimos argentinos que durante décadas estuvieron esperando que se plantara en la República Argentina una dirigencia a la que yo llamo “generación del Bicentenario”, que hiciera honor a aquella otra generación que fundó la Patria cuando le tocó pelear por la independencia nacional, cuando lo tocó liberar la Patria del yugo, de las cadenas de la colonia.

Hoy también, nosotros, seguimos dando esa pelea y esas batallas, que son las de ayer y las de siempre.

Recibía el otro día la carta de un conocido historiador que me decía “pareciera que la Vuelta de Obligado no termina nunca y me parece que cómo va a la historia de la humanidad, jamás terminará”. Pero bueno es saber que como van a haber muchas Batallas de Obligado, inclusive cuando yo ya no esté ni aquí como Presidenta ni en este mundo, preparar a todas las generaciones cultural y políticamente para defender lo que es nuestro.

Porque sepan que la historia de la humanidad, la historia de los pueblos no es sentarse a esperar que les caigan las cosas del cielo, al contrario, hay que rogar a Dios, como decía un refrán “a Dios rogando y con el mazo dando”. Por favor, no estoy diciendo que le den con un mazo a nadie, porque mañana me hacen una denuncia al INADI por violencia, en absoluto. Simplemente, recoger la experiencia histórica.

Ustedes saben que a mí me encanta leer la historia. Y cuando ve la historia de los pueblos, nuestro pueblo es muy joven, nuestro pueblo tiene apenas un poco más de 200 años, pero cuando uno ve la historia de otros pueblos, ve que siempre es permanente la necesidad de luchar por defender los intereses de la Patria, por defender los intereses del pueblo. Y yo creo que como decía Patricio, lo más importante que nosotros podemos dejar a estas futuras generaciones, que seguirán a la generación del Bicentenario, es la necesidad de seguir preparándose, de seguir trabajando, de seguir construyendo y apuntalando y mejorando este modelo que, además, necesita reconvertirse y reinventarse permanentemente porque nuevas son siempre las necesidades, nuevos son siempre los desafíos y necesitamos también de las nuevas generaciones para hacer frente a esos nuevos desafíos.

Yo siento, sinceramente, el compromiso de esa generación que Néstor, el 25 de mayo del 2003, cuando le tocó asumir como presidente, se presentó como miembro de esa generación diezmada.

Afortunadamente, argentinos, afortunadamente argentinas, hoy estamos dejando una generación que ya no está diezmada. Al contrario, está multiplicada por cientos y cientos de miles a lo largo y a lo ancho del país.

¡Miren qué giro le hemos dado a la historia, miren qué cambio de 180 grados le hemos dado!

Ya no tenemos que mandar a nuestros jóvenes a pelear. Al contrario, los mandamos a estudiar, a construir, a prepararse, a investigar, a sumarse a otros jóvenes.

Ese es el legado que tenemos que dejarles, el de la unidad y el de que todo se construye con trabajo, con esfuerzo y con estudio, como esos trabajadores que ladrillo con ladrillo, construyeron estas casas que son el símbolo de una Argentina que no se rindió, que no se rinde ni que nunca se rendirá.

Muchas gracias a todos, los quiero mucho. (APLAUSOS)