PALABRAS DE LA PRESIDENTA DE LA NACIÓN, CRISTINA FERNÁNDEZ DE KIRCHNER, A JOVENES VENEZOLANOS AL SALIR DEL HOTEL EN CARACAS
¡Hola Venezuela bolivariana y chavista!
Se imaginarán la inmensa emoción que siento al estar aquí. Ayer cuando bajaba por la noche muy tarde, entre el cansancio del viaje y la emoción de aterrizar nuevamente aquí en Caracas, decía que extrañaba, porque siempre venía él y me traía él cuando yo me iba. Normalmente, cuando me iba él manejaba el auto, yo iba sentada al lado de él y me traía hasta el aeropuerto. Pero él, mi compañero, siguen estando, ¿saben dónde? En todos y cada uno de ustedes.
El mejor legado que ambos pudieron dejar fue precisamente el poder convocar a la política, a la transformación, al cambio a miles y miles de jóvenes a lo largo y a lo ancho no sólo de nuestros países, no sólo de la Argentina, no sólo de Venezuela, sino ejemplos de hombres que se atrevieron a lo que durante tanto tiempo nos habían dicho que no se podía, que no se podía cambiar, que no se podía transformar, que no se podía gobernar para incluir, que no se podía crecer económicamente incluyendo a los sectores más vulnerables y castigados durante décadas de neoliberalismo en la región. Y bueno, ellos dos, sus gobiernos, y también los otros compañeros de la América del Sur, de la UNASUR, del Caribe, de la CELAC, que finalmente se construyó y que hoy, parece mentira, está integrada hasta por la hermana República de Cuba que también la integra, realmente un sueño.
Yo decía el otro día en una asamblea de la CELAC, si a mí me hubieran dicho en el año 2003, que íbamos a estar sentados todos los países desde México para abajo, caribeños, centroamericanos, americanos del Sur, todos juntos sentados, hubiera dicho que era un imposible, y sin embargo lo hicieron. Y gran parte de eso se debe a Hugo Chávez y su transformación aquí.
Qué lindo, qué linda esa consigna, claro, vieron que yo no la conocía pero acerté, son ustedes. Yo no la conocía pero es muy linda y acerté, son ustedes, porque solamente gigantes como ellos despiertan en los jóvenes…, los jóvenes son naturalmente desconfiados, y tienen razón, porque con las cosas que han estudiado, que han leído, tienen razón en ser desconfiados. Y sigan siendo desconfiados, porque ser desconfiado es la garantía de poder exigir que se cumplan precisamente ese legado, esos principios, esas convicciones que llevaron a que hombres y mujeres de distintas historias, con distintas identidades, pudiéramos encontrarnos en este lugar común.
Por eso estar hoy aquí en esta Venezuela del Mercosur, el sueño que él también persiguió durante años y que finalmente lo logró en Uruguay. Me acuerdo que le dije Hugo, vos siempre recordás la frase de Bolívar, esa que decía cuando murió, “siento que he arado en el mar”, bueno Chávez, tú no has arado en el mar, has logrado precisamente… Era difícil conmoverlo pero me acuerdo que cuando le dije eso me miró y se le llenaron los ojos de lágrimas. Y realmente estaba muy emocionado porque él quería formar parte de este bloque, y venir hoy aquí a asumir la presidencia pro témpore en nombre de la República Argentina es para mí un inmenso honor y también un inmenso homenaje para él.
Yo también quiero hoy homenajearlo, ayer cumplió 60 años, porque yo digo que los hombres como él, como Néstor, como Evita, como decía el otro día cuando se cumplieron 62 años con Eva, no se van nunca. Cuando las caras de los dirigentes uno las ve en las banderas, cuando las caras de los dirigentes uno las ve en los pechos, en las camisetas, en las remeras, cuando los ve grabados, tatuados en los brazos, en el pecho de tantos hombres, esos hombres son definitivamente abrazados por la historia y nunca más se irán le pese a quien le pese.
Así que vamos todavía y fuerza por la unidad, por la transformación, para el cambio y por la unidad también de todas las juventudes de la América del Sur y de la CELAC. Adelante compañeros y compañeras.