Entrevista con la Televisión Pública: Declaraciones de la Presidenta de la Nación

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ENTREVISTA DE LA SEÑORA PRESIDENTA DE LA NACIÓN, CRISTINA FERNÁNDEZ DE KIRCHNER CON PERIODISTA DE CANAL 7

 

 

PERIODISTA.- Cuando usted, Presidenta, hablaba de la historia, yo pienso en esa historia de la deuda externa argentina, donde se ha hecho una reformulación de la deuda, donde se ha hecho el canje, donde yo creo que quizás, la deuda externa argentina es el nicho más grande de corrupción que ha tenido desde Bernardino Rivadavia hasta la fecha.

PRESIDENTA.- Sin lugar a dudas.

PERIODISTA.- Y cuando uno ve a los presidentes del mundo, a los presidentes de las grandes potencias que intentan disciplinar a la Argentina y a los países, como se decía en los 60 y en los 70, periféricos, ¿cómo se resuelve esa desigualdad a la hora de la discusión política, a la hora de la discusión ideológica, económica y financiera allí en el G-20?

PRESIDENTA.- Vos sabés que yo creo que eso que vos planteás, el disciplinamiento a través de la deuda, no se da solamente hoy a través de la deuda, también se da a través de cómo se quiere administrar el comercio internacional, donde se acusa a unos países de proteccionistas y a otros como adalides del libre comercio cuando en realidad no lo son. Fue el mayor nido de corrupción desde Bernardino Rivadavia a la fecha, obviamente, empezó en el préstamo de la Baring Brothers que se otorgó en el 1824, si mal no recuerdo, y se terminó de pagar en 1919. Creo que de las 500 mil o del millón de libras esterlinas recibimos 600 mil libras esterlinas, terminamos pagando o no sé cuántos millones de libras esterlinas y lo terminamos pagando ya bien entrado el siglo XX. Y luego el endeudamiento más feroz y más terrible se produce a partir del 24 de marzo de 1976. Si uno mira los números y el estado de la sociedad al 24 de marzo de 1976, cuando se produce el golpe, la deuda externa argentina era poco más de 5.000 millones, 6.000 millones de dólares aproximadamente, con indicadores económicos muy buenos, prácticamente una participación de los trabajadores del fifty-fifty en el PBI y un país que no había tenido la intensidad que hubiera merecido tener su desarrollo industrial en base a lo que ya hacíamos en los años 50, pero que evidentemente éramos un país industrial, un país industrial y de una economía con una sola moneda. El primer anuncio que sale de venta de un inmueble en dólares, se produce en julio de 1977, luego de la reforma financiera. Vos fijate, hasta ese momento, desde el 25 de mayo de 1810 hasta  julio de 1977, los argentinos vivieron con un signo monetario nacional, a partir de ahí se transformó en un sistema económico bimonetario.

PERIODISTA.- Hay un dato que a mí me resultó muy interesante de los que dio usted la semana pasada que dijo “somos pagadores seriales y pagamos 176 mil millones de dólares”, que es prácticamente el valor de la deuda externa.

PRESIDENTA.- Si mal no recuerdo, 173 mil millones de dólares.

PERIODISTA.- Pero más o menos es el valor de la deuda externa, digamos. ¿Cómo es sostenible en esa negociación que puedan seguir argumentando que Argentina no puede pagar?

PRESIDENTA.- No, en realidad el negocio del mundo financiero internacional es que vos te sigas endeudando. O sea, lo que le conviene al  banco no es que termines de pagarle, sino que le sigas pagando cada vez más intereses. Eso se produce a partir, también, de una transformación del rol de los bancos. Hasta la década de los 90 los bancos eran comerciales, o sea un banco le prestaba a una persona para que comprara una casa, para que se comprara un auto, para que hiciera consumo o le prestaba a un empresario para que financiara su empresa con inversión de capital o con capital de trabajo. A partir de la aparición o de la transformación de ciertos bancos comerciales en bancos de inversión, el circuito del dinero deja de pasar para reproducirse como dinero por el circuito de bienes y servicios y comienza a generarse lo que se llama el negocio de los derivados financieros. Todo esto además paralelamente al nivel de endeudamiento que venían contrayendo las naciones, acordate el Plan Brady, que fue allá por la década de los 90, si mal no recuerdo, y luego el endeudamiento de los 10 años de convertibilidad. Para que los argentinos pudiéramos tener la ficción del dólar 1 a 1 fue necesario endeudar al país en miles de millones de dólares, era la Argentina del “deme 2”, era la Argentina en que cualquiera podía tener un dólar porque era igual a 1 peso, pero esto se hizo con dos instrumentos: venta de capital fijo, venta de patrimonio nacional desde YPF, desde Telefónica, desde gas, desde todos los servicios e instrumentos básicos, al endeudamiento liso, llano y directo con la bicicleta financiera permanente del “roll over”, de refinanciar y cada vez se debía más, llegando ya al megacanje, con comisiones de más de 150 millones de dólares. Yo digo siempre que para hacer una película es un muy buen cachet 150 millones de dólares, y  terminó implosionando en el año 2000. Y cuando los argentinos que creían tener dólares en los bancos…, porque también acordémonos de eso, yo me acuerdo que era legisladora y se había sancionado una Ley de Intangibilidad de los Depósitos. ¿Qué significaba esta Ley de Intangibilidad de los Depósitos? Y no estoy hablando de hace mucho tiempo, estoy hablando del año 2001, era asegurar que cada argentino iba a cobrar del banco donde tenía su depósito en dólares, iba a recibir dólares. Es más, alguien dijo: “el que puso dólares, recibirá dólares”. Entonces esto se hizo a través de una ley que se votó y en la cual se creía o se quería hacer creer a los argentinos –una gran discusión en la Cámara- que una ley bastaba para garantizar que a vos te iban a devolver dólares, como si la economía pudiera manejarse a través de leyes del Parlamento. ¿Vos te imaginás qué fantástico sería una ley que diga le devuelvo dólares y entonces los dólares aparecen? Bueno, los dólares no aparecieron, obviamente pasó lo que pasó, implosionó el país y los dólares se los devolvimos. Pero no se los devolvieron los que…Yo voté la Ley de Intangibilidad de los Depósitos, puedo decir que yo sí cumplí con la Ley de Intangibilidad de los Depósitos, pero los dólares se los devolvimos a través del Boden 12, los gobiernos tanto de Néstor Kirchner como el mío, que no teníamos nada que ver con la deuda que se había contraído.

PERIODISTA.- Le hago una pregunta que tiene que ver con la cara gana. Usted se encuentra con Vladimir Putin o con el presidente de Italia o con Barack Obama, y dice, “nuestra situación con respecto a la deuda externa es esta, nuestra situación respecto del comercio internacional desigual y desfavorable a nosotros es esta”. ¿Ellos qué hacen?

PRESIDENTA.- En realidad, el funcionamiento es así: uno plantea -y yo lo planteé en mi intervención- que el 0,45 por ciento de los acreedores de Argentina que habían comprado bonos a 40 millones de dólares, hoy pretendían cobrar 1.300 o 1.700 millones de dólares, lo que significaba un rendimiento en dólares del 1.318 por ciento. Eso lo hice con motivo…porque uno de los presidentes había planteado en su intervención, no recuerdo cuál de ellos, que era necesario que se hiciera mucha inversión en infraestructura, convencer a los inversores y a los empresarios que hicieran inversiones productivas, en infraestructura…Y bueno, mi intervención tuvo que ver como una respuesta a ese presidente que digo yo: “¿Y quién va a invertir en infraestructura o en cosas productivas si con 40 millones de dólares de bonos comprados en el año 2008 de un país defaulteado, puedo obtener un beneficio en dólares de más 1.300 por ciento? Va a ser muy difícil convencer…”. No se trata de que el empresario sea malo o bueno, se trata de que si yo tengo plata y alguien me da un beneficio de 1.300 por ciento en dólares y otro no hay tasa ni hay inversión productiva en infraestructura en el mundo que tenga una devolución de tasa de retorno de más de 1.300 por ciento en dólares, no existe. Eso solamente existe en el mundo buitre, en el mundo de guaridas fiscales, como dijimos. En realidad yo creo que hay un mundo muy complejo, un mundo muy difícil, que requiere todavía de mayor heterodoxia y que no tiene soluciones fáciles ni fórmulas fáciles para resolver los problemas. Pero creo que esta Argentina que está creciendo al 5,1 por ciento en lo que va del año, de enero a la fecha, en un mundo que se está cayendo prácticamente a pedazos, que hemos logrado seguir mejorando el poder adquisitivo de los trabajadores, cualquiera sea el índice con que quieras medirlo, lo cierto es que el nivel de consumo que se ve, el récord de autos usados, récord de venta de autos nuevos, argentinos que van al exterior, son más de 7 millones de argentinos que viajan al exterior contra los 3 millones que viajaban cuando Néstor Kirchner vino a ser presidente un 25 de mayo del año 2003. Yo creo que hay gente que o no aprendió la historia o cree que la historia puede repetirse indefinidamente. Es que como siempre en la historia a esos pequeños sectores les fue muy bien, se quedaron con la porción del león, pueden volver a hacerlo o intentarlo, pero la responsabilidad que una tiene como Presidente es cuidar de los 40 millones de argentinos y entonces, como no emito dólares y necesito dólares para pagar la deuda que no contraje…

PERIODISTA.- Muchas veces se cree que el poder es el poder político.

PRESIDENTA.- Como acabo de señalar eso siempre ha sido motivo no de ahora que soy Presidenta, de cuando era senadora o diputada y se hablaba del poder. Hay una construcción mediática instalada en algunos sectores de la sociedad de que el poder es el poder político. O sea, es el gobierno de turno, sea el Presidente, sea un gobernador, un intendente, un diputado o un senador, por supuesto el que tendría más poder en ese marco sería un presidente. En realidad el poder político es el poder que  menos poder  tiene. Primero porque necesita una validación permanente y una legitimidad constante cada dos años que va a elecciones. Y además porque si yo te tuviera que decir del cien por cien que significa el poder en la Argentina, el poder político debe representar el 30 ó el 40 %, en el sentido de poder como sistema de decisiones. Quién tiene poder para tomar decisiones. Evidentemente hay poderes económicos, mediáticos.

PERIODISTA.- O sea que el poder político estaría en el 30%.

PRESIDENTA.- 40 %.

PERIODISTA.- La mayoría de los argentinos tiene apenas el 40 por ciento del poder político, porque en realidad el poder político es eso, ¿no?

PRESIDENTA.- Sí, claro, es la representación popular, no tengas dudas. Es más, creo que hay construcciones que la gente toma como propias y no es que sea tonta y no pueda disociar lo que me dicen, pero en un mundo… –esto lo dicen los cientistas políticos, es el Homo Videns de Sartori- me parece que está claro que no hace falta ser muy inteligente para entender que hay un mundo de construcción mediática que crea determinadas imágenes, determinadas construcciones que la gente cree, pero no cree porque es tonta, porque se ha producido en el mundo que es el fenómeno de lo mediático, también de los monopolios mediáticos, que se producen no solamente en la Argentina sino también en otras partes del mundo. Y si no preguntale a Obama por la cadena Fox por ejemplo y entonces uno podrá entenderlo mejor. Pero volviendo a esto del poder, está claro que vos me preguntabas qué hace uno cuando se encuentra…

PERIODISTA.- Porque me imagino que ese poder también aprieta.

PRESIDENTA.- ¿Y qué te parece? Una corrida financiera para lograr una devaluación como la que se hizo a los pocos días que yo había ganado las elecciones con más del 50% de los votos y que significó una transferencia de ingresos de más de 5.000 millones de dólares que se fueron de las reservas del Banco Central. ¿Qué te parece que es? Obviamente alguien imagina que un apriete es una 45 en la cabeza, no, no es una 45 en la cabeza.

PERIODISTA.- Pero un gran empresario que dice yo dejo 1.500 personas en la calle es un apriete.

PRESIDENTA.- Claro, sin lugar a dudas. Y creo que algunos quieren retornar a una Argentina del pasado, una Argentina en la cual la mano de obra era mucho más barata de lo que es hoy, donde el endeudamiento era moneda corriente y se obtenían pingues ganancias y comisiones, el endeudamiento era una manera por la que crecieron muchos en la Argentina, sobre todo en el sector financiero.

PERIODISTA.- Le quiero hacer una pregunta metafísica si se puede.

PRESIDENTA.- Yo de  metafísica…

PERIODISTA.- Algo debe saber, la pregunta la va a contestar bien. Ya van 10 años de kirchnerismo…

PRESIDENTA.- Me resisto a hablar de 10 años de kirchnerismo, 10 años de gobierno…

PERIODISTA.- Esa es una respuesta a la pregunta metafísica que le iba a hacer, porque sin duda muchos consideramos que el kirchnerismo tiene cierta identidad, que existe y queremos ver qué es. Cuán cerca está del peronismo tradicional, cuán cerca está del progresismo, cuán cerca está del pejotismo. La pregunta metafísica es qué es el kirchnerismo.

PRESIDENTA.- Es como querer explicar qué es el peronismo. Una vez en Berkeley dando una conferencia, me acuerdo que estaba un profesor de Berkeley que es un talentoso argentino que Tulio Hallperin Donghi, y alguien luego que terminé mi disertación y había preguntas y respuestas me preguntó qué es el peronismo, y yo le dije no, para explicar este problema con una conferencia en Berkeley no alcanza, yo necesito que me contraten para un seminario de por lo menos tres meses y no sé si a los tres meses puedo llegar a explicar qué es el peronismo. Y lo que vos denominás kirchnerismo es algo también bastante difícil de explicar, es un fenómeno que tiene que ver con la aparición de una generación en una Argentina totalmente dada vuelta, que abreva en el peronismo porque tanto Néstor como yo hemos sido –y lo seguiré siendo- militantes peronistas. Vos fijate que no te digo justicialista, te digo peronista. Pero que también incorpora a otros sectores que no son del peronismo, es más, algunos que despreciaban el peronismo o estaban en contra del peronismo, no les gustaba el peronismo, y sigue sin gustarles a muchos de ellos lo que puede denominarse peronismo tradicional o como algunos denominan pejotismo. Pero creo que fundamentalmente son etapas de la historia, en las cuales uno es instrumento de la historia, yo no siento que  pueda manejar la historia, siento que la historia me maneja a mí, de acuerdo a mis convicciones y de acuerdo a lo que yo siento que son mis responsabilidades. Y creo que Néstor también sintió lo mismo, él siempre dijo que era como un instrumento de la historia. La historia misma va produciendo esos instrumentos, se va produciendo a sí misma, creo, en cada etapa histórica para cumplir un determinado rol histórico.

PERIODISTA.-  Es interesante porque el otro día estaba en una reunión y un chico de 20 años me dijo “yo no tengo nada que ver con el peronismo, yo soy hijo del kirchnerismo”. Y me llamó la atención la frase porque yo tengo 42 años, nací en el 71.

PRESIDENTA.- Qué horror, naciste en el 71, yo en el 71 estaba haciendo cada cosa ya.

PERIODISTA.-  Igual mis padres estaban locos, no importa, y me llevaron a cada lugar.

PRESIDENTA.- No me digas que estuviste en Ezeiza.

PERIODISTA.- No, no llegamos.

PRESIDENTA.- Yo sí llegué a Ezeiza. Salí corriendo, estaba justo del lado del bosque donde estaba el retrato de Evita y cuando empezaron los tiros del palco corrí para el bosque pensando que no pasaba nada y resulta que los tiros también venían del bosque, así que fue una experiencia muy fuerte, muy heavy.

PERIODISTA.- ¿Fue la gran desilusión política de tu generación Ezeiza?

PRESIDENTA.- Qué pregunta, nunca me la hice pero ahora que me la hacés creo que fue una frustración no solamente de mi generación, creo que fue una frustración de todos los argentinos. Creo que si bien los jóvenes tuvieron un protagonismo muy fuerte en el retorno de Perón a la patria fue una frustración para todos los argentinos, y más que una frustración una gran oportunidad perdida. El pacto social de Gelbard y Perón, si uno lo lee hoy, es casi revolucionario, y en ese momento fue muy criticado, inclusive desde sectores de la juventud. Y por supuesto bombardeado por los sectores que no tenían ningún interés en que se desarrollara un empresariado nacional, que fuéramos productores de insumos difundidos. Porque inclusive las dictaduras que vinieron después de Perón no se desprendieron de instrumentos básicos y fundamentales del país, no te olvides que fue durante la dictadura de Lanusse donde se crea Aluar por ejemplo. O sea una empresa que produce un insumo básico como el aluminio.

PERIODISTA.- Y Levingston lo puso a Ferrer como ministro de Economía.

PRESIDENTA.- Levingston tiene a Ferrer como ministro de Economía. Esto no significa que uno defienda, por favor, gobiernos no democráticos, pero convengamos que estos gobiernos al lado de lo que vino después del 24 de marzo de 1976, y para ser más precisos el 2 de abril de 1976 -mirá vos que fecha- que es el discurso de Martínez de Hoz en la Bolsa, que es el discurso fundacional económico, más lo que vino en la década en los 90, que vino a completar lo que los militares no dejaron hacer, porque yo creo que hubo intentos de desprenderse de YPF y demás, pero creo que no lo permitieron, también a cada uno lo que le corresponde, me parece que fue lo que cambió definitivamente la matriz del país y yo creo que fue un gran cambio cultural, fundamentalmente, un gran cambio cultural. Eso fue lo que me parece, que es lo que no pasó en Brasil, que es lo que no pasó en Chile. Yo recuerdo todavía aquella famosa propaganda de las sillas, donde un argentino se sentaba en una silla argentina que decía: “industria nacional” y la silla se rompía y luego se sentaban en sillas que decían que eran importadas y eran buenas sillas y él expresaba una cara de satisfacción. Una vez me tocó contar esto en una reunión de empresarios alemanes, en Berlín, y yo contaba esto y los alemanes me miraban asombrados, con los ojos como el 2 de oro. Claro, es como que en Alemania alguien vaya y se siente en una silla que diga: “made in Germany” y se rompa y se siente en una que diga: “Made in England”, o “Made in China” y todos digan: “qué bien” y aplaudan. Yo creo que lo fusilan o lo matan en Alemania, y esto no pasaba en la Argentina.      

PERIODISTA.- ¿Cómo es su relación con Perón, en el 73, y ahora?

PRESIDENTA.- Mi relación con Perón de reconocimiento absoluto de liderazgo. Esta fue la gran diferencia que tuvimos dentro de los propios sectores juveniles, discutir el liderazgo de Perón era discutir precisamente la dirección y las posibilidades de éxito de un proceso como el que se había iniciado con el retorno de Perón a la Argentina. Esta fue una gran discusión y primero también una gran asunción de la realidad; las juventudes que militábamos y que entrábamos en barrios, en universidades, en fábricas, lo hacíamos en nombre del peronismo, porque había una memoria histórica del pueblo respecto de Perón y del peronismo, remarcado por sus abuelos, por sus padres, intentando todos desde todos lados, demonizando a Perón, prohibiendo que se dijera Perón, diciendo que Perón había sido esto, desde las chicas de la UES pasando por las joyas de Eva Perón, por las cuentas en Suiza, cualquier similitud con la actualidad es pura coincidencia. Pero hubo todo un intento de demonizaciòn y estigmatización del peronismo, pero hubo una memoria viviente por parte de esos hombres y mujeres, por lo menos eso es lo que me pasó a mí con mi abuelo, que habían sido explotados antes del peronismo y con el peronismo tuvieron trabajo, tuvieron vacaciones, tuvieron aguinaldo, tuvieron vivienda, tuvieron salud, tuvieron  educación. Así que mi relación con Perón siempre fue muy buena, y de reconocimiento de liderazgo porque tenía patrimonio histórico y mucha mochila para asumir ese liderazgo y de repente pasó todo lo que pasó. Era un tiempo muy complejo y no era tan fácil, era un mundo muy complejo, era el mundo del 68 del Mayo Francés, era el mundo de la Revolución Cubana y del Che, era un mundo que podía llevar a muchos a no tener la mirada o la claridad para ver exactamente y poder separar las cosas, ¿no?

Yo el otro día confesaba que había votado la fórmula Perón-Perón desde el FIP. Después leí a alguno que se ve que estaba medio desconcertado, no tenía bien la historia y decía que yo había votado a Ramos. Ramos no era el candidato, era el FIP, que había llevado la fórmula Perón-Perón, con la boleta del FIP, y proponía “vote a Perón desde la izquierda”. Vos te imaginás, yo tenía exactamente veinte años porque las elecciones fueron el 23 de septiembre – si mal no recuerdo – del 73, tenía veinte años y formé parte de ese casi millón de votos que votó a Perón desde una idea…, pero  votamos a Perón porque era el líder, sin lugar a dudas.

PERIODISTA.- ¿Qué pasa cuando hoy desde sectores del pejotismo o del peronismo cuestionan su liderazgo?

PRESIDENTA.- Yo creo que todo el mundo tiene derecho de cuestionar todo, no es algo que me preocupe ni que me desvele, en absoluto. Creo que los liderazgos son o no son, y me parece que todo el mundo tiene el derecho de estar de acuerdo o no estarlo, dentro de los marcos democráticos y del respeto que uno siempre ha tenido. A mí me ha tocado ser oposición y muy dura dentro de mi propio partido en los años 90…

PERIODISTA.- Yo recuerdo esa frase que usted decía: “yo no soy la recluta Fernández”.    

PRESIDENTA.- Yo no soy la recluta Fernández pero siempre con mucho respeto y con el respeto democrático de que la discusión es política, no de agravios e insultos, descalificación. Siempre sostengo que cuando hay agravio, insulto y descalificación es porque faltan ideas.

PERIDISTA.- Yo considero que fundamentalmente su gran arma política es la argumentación.

PRESIDENTA.- No, mi gran arma política no es la argumentación, perdón. Yo voy a corregirlo porque mi gran arma política o la gran arma política de este proyecto no es la argumentación. Yo creo que es las cosas que hemos hecho, los hechos, la realidad. A ver, me parece que Alfonsín era una gran argumentador, era un hombre de discursos fuertes, polémicos. Yo recuerdo, por ejemplo, el Alfonsín que cerró....

PERIODISTA.- Pero argumentación no es discurso, lo que quiero decir es lo siguiente...

PRESIDENTA.- Está bien, uno a uno.

PERIODISTA.- Tiene que ver con esto, yo creo que la discusión política generalmente es una discusión confrontativa y yo creo que la verdad es difícil de encontrar, pero creo que encuentra la verdad política aquel que mejor argumenta y esa argumentación tiene que ver con los hechos.

PRESIDENTA.- Primero, yo no creo que la política deba ser una cuestión de amigo o enemigo, me parece que es un término muy blindado, me parece que es un concepto militar, blindado: si no estás de acuerdo conmigo sos mi enemigo, que es lo que por allí hacen algunos sectores. En realidad, yo no considero a alguien que no esté de acuerdo con lo que pienso o con lo que hago un enemigo, lo que si me gustaría que me convenciera, que me argumentara – ahí te hago una concesión – cómo hacer lo que dice  que se puede hacer cuando en realidad estamos confrontando con un mundo en donde vemos que el mundo se cae, en donde recorremos países con más del 20 por ciento de desocupación, donde vemos que cada vez se caen más beneficios sociales y nosotros estamos en una Argentina que tiene una política de metas de crecimiento y que ha logrado un handicap en estos diez años, que hemos cometido errores y tenemos equivocaciones seguramente, pero me parece que en toda gestión hay que ver cuál es el saldo. Yo me hago la pregunta, cualquier argentino hoy, en su situación personal, particular, ¿está mejor o peor? No te digo que en el 2003, porque seguramente cualquiera va a estar mejor que en el 2003, porque en el 2003 era 25 por ciento de desocupación, no habían sueldos, no habían convenios colectivos, no había negociación salarial, no había Consejo del Salario Mínimo, Vital y Móvil, no había jubilación, no había nada. Teníamos gente haciendo colas en las embajadas para irse. No te estoy comparando con el 2003 porque sería fácil para mí decir cualquiera está mejor que en el 2003. Yo les pregunto a muchos: ¿hoy  en Argentina - y le hago la pregunta a un argentino – estás mejor o peor, que hace cinco o seis años atrás? No te estoy hablando del 2003, te estoy hablando de cinco años atrás y yo creo que, por lo menos, una gran parte de los argentinos – por suerte – puede decir que está mejor. Obviamente llego acá y quiero más y más, pero el problema no radica en esto, y es bueno que haya siempre necesidad de seguir subiendo los peldaños de la escalera, porque eso es movilidad social ascendente, lo que es importante es saber qué es lo que te permite subir los peldaños de la escalera, si es solamente tu capacidad – que seguramente la tenés -, si es seguramente tu esfuerzo – que seguramente lo hacés – o es un proyecto político que tiene una macroeconomía que te permite a vos hacer eso. Porque yo me pregunto: hoy que tenés trabajo y ganás muy bien, hoy que podés viajar al exterior, y que conseguiste auto y hasta te compraste una casa, ¿qué pasó que antes del 2003 no lo podías hacer? ¿No eras inteligente en el 2003? ¿No eras la misma persona?¿No tenías la misma educación, no tenías las mismas posibilidades? Tu empresa, que era una empresa chiquita y que la pusiste en el 2003 y que hoy es una mediana, pequeña o gran empresa ¿vos no eras capaz en el 2003? Sí eras la misma persona, tenías las mismas capacidades, tenías la misma capacidad de sacrificio, pero no basta con romperte el alma para tener cosas en un país, éste tiene que acompañar con políticas macroeconómicas ese esfuerzo personal e individual de cada uno de nosotros para poder progresar. ¿Y esto sabes de dónde nos viene? De la cultura del inmigrante, yo me acuerdo de mi abuela, una gallega semianalfabeta, igual que mi abuelo que vinieron, bajaron de los barcos, como la mayoría de nuestros abuelos con una mano atrás y otra adelante, y después pelecharon, como digo yo, tuvieron un tambo, vendían hacienda, en fin, compraron casas y muebles y pudieron tener una determinada posición económica. Ellos creían que era producto de su esfuerzo y su trabajo, y era cierto que era producto de su esfuerzo y de su trabajo, pero había un país que  permitía hacer esa construcción. ¿Qué les pasó a los argentinos de la década del 90, ese 25 por ciento que perdió el trabajo, que surgieron los piquetes a la vera de los caminos porque no tenían trabajo, qué pasó con Norma Plá que lloraba frente a Cavallo porque ganaba 150 pesos o los que no podían jubilarse porque los habían echado o porque habían perdido el trabajo, porque era una ama de casa, ¿qué pasó? ¿Eran menos inteligentes, no hacían esfuerzo? No, hubo un país que a partir del 2003 con las políticas que se implementaron les permitió desarrollar sus capacidades personales y seguir adelante. Me parece que ahí radica el tema, no en el hecho de que la gente quiera más y que está bárbaro, sino en saber por qué han podido conseguir las cosas que tienen y cómo se hace para conservarlas, que es lo más importante.

PERIODISTA.- ¿Qué cree que le diría a usted esa piba de 20 años que corría en zapatillas por los bosques de Ezeiza?

PRESIDENTA.- Ay, qué me diría......    

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