La presidenta Cristina Fernández explicó que actualmente se cobran derechos de exportación del 23 % al trigo en grano y del 13% a la harina. Explicó que la intención de estas retenciones es evitar que los precios internacionales impacten en la canasta de los consumidores, debido al “gran consumo interno que tiene” el trigo, y explicitó que “los argentinos consumimos pan, galletitas”.
La Jefa de Estado enfatizó que “el tema es la redistribución del ingreso y no trasladar el precio internacional a los precios internos, porque impactaría en el bolsillo de todos”.
Comentó que desde el record de producción en la campaña 2007-2008, se han venido reduciendo las hectáreas dedicadas a la siembra de trigo, al tiempo que señaló que “la reducción no ha sido tan aguda en la producción”. Indicó que la menor merma tiene que ver con “las condiciones climáticas y el avance tecnológico que ha habido sobre muchos cultivos”.
La Primera Mandataria reconoció que “siempre ha sido un reclamo de todos los productores el precio del trigo, las retenciones”. Señaló que la intención del gobierno es “que el pequeño y mediano productor tenga un incentivo y que se incentive la producción, para que no impacte sobre el bolsillo de los argentinos”.
Cristina Fernández puntualizó que 40 millones de argentinos necesitan para el consumo interno 7 millones de toneladas y apuntó que “el resto es para exportación”. Asimismo, consideró que el trigo “compite con otras oleaginosas, hay una diferencia de rentabilidad a favor de la soja”.
Por tal motivo, reconoció que “había que combinar todos los intereses: los de los que producen, y los de los 40 millones de argentinos, ya que necesitamos que los precios estén desenganchados del mercado internacional”.
A continuación, la Presidenta anunció que se “van a seguir cobrando los derechos de exportación al trigo”, los cuales van a ir a un fondo fiduciario que va a administrar Nación Fideicomisos. “Todo lo que se recaude se va a distribuir entre todos los que producen trigo en la República Argentina”, informó.
La Jefa de Estado sostuvo que la medida “significa un esfuerzo grande para el gobierno en materia de ingresos fiscales. Estamos hablando de 500 millones de dólares, que va a dejar de percibir el Estado y va a ser reintegrado a cada uno de los productores”. “Cada uno de los productores va a tener que declarar ante el Estado cuanto produjo. Luego concurre a cobrar del fondo fiduciario”, explicó.
Asimismo, indicó que se estima que cada productor triguero va a recuperar “30 dólares por tonelada”. Remarcó que “es fundamental” que cada productor declare lo que produce, lo cual va a implicar que “va a percibir la devolución a través de este certificado”.
Con esta medida, dijo, “queremos saldar la discusión intrasector” agropecuario con un “mecanismo transparente”. “El que más produzca, más devolución tendrá del fideicomiso”, indicó la Mandataria.
Por otra parte, sostuvo que “el trigo tiene otra gran función sobre la tierra, y es mejorar su calidad”.
“Queremos a través de este certificado lograr un aumento considerable en la producción de trigo, que no impacte en los precios internos y que salde la discusión que se lleva a cabo dentro del propio sector productivo”, donde, “los productores acusan a cerealeras de maximizar sus diferencias”.
La Presidenta destacó además que en los últimos años se registró “un incremento de 20% en el área sembrada” en todo el país, pero, paralelamente “se dejó de sembrar trigo en favor de las otras oleaginosas por una cuestión de rentabilidad”. “Tenemos que seguir siendo productores de excelente trigo”, expresó, para agregar en seguida: “creemos que con esto vamos a lograr darle mayor competitividad al sector”.
Para la Jefa de Estado, la caída de la producción triguera responde a “la gran competitividad que dan otras oleaginosas, como la soja”, cuya producción se consume en el país en un porcentaje que apenas alcanza el 5%.
No a la devaluación
La mandataria también rechazó los argumentos de quienes sostienen que el precio del dólar está atrasado. En ese sentido, señaló que si se aplicaran los parámetros de quiénes presentan esa postura sobre las cotizaciones de la moneda estadounidense en países limítrofes, Brasil registraría un atraso del 215%, Uruguay un atraso de 212%, Chile de 107% y Perú 81%.
Por eso, negó cualquier posibilidad de brusco ajuste del tipo de cambio. “Los que pretendan ganar plata a costa de una devaluación que tenga que pagar el pueblo van a tener que esperar a otro gobierno. No con nosotros”, aseveró.
Cristina Fernández señaló que esta afirmación no se basa solamente en “una cuestión de sensibilidad social, sino de “inteligencia y lectura correcta de lo que ha pasado en Argentina en los últimos 50 años con los procesos devaluatorios”.
La Mandataria explicó que en las sucesivas devaluaciones de la moneda nacional los sectores de poder financiero “lucraron, y mucho, con el hambre, la miseria y la desindustrialización del país”.
“Esa desindustrialización generaba largas colas de desocupados, con las cuales los salarios bajaban, la gente comía menos y cuando se come menos, se puede exportar más”, graficó. Y agregó: “Eso dio lugar a crisis institucionales constantes”.
En contraposición, señaló, “ahora tenemos que modelo que privilegia la industrialización”, al tiempo que sostuvo que “necesitamos una fuerte reindustrialización para mejorar el poder adquisitivo y el funcionamiento de la economía”
Por eso dijo: “Que nadie espere por parte de este gobierno medidas contradictorias con el corazón mismo del modelo. Éste rechaza todo lo que signifique transferencia de ingresos compulsivas de los sector mayoritarios” hacia unos pocos privilegiados.
El valor de la gestión de Néstor Kirchner
En otro orden, destacó la gestión del ex presidente Néstor Kirchner en materia de inclusión social, y lo caracterizó como un político emergente de la crisis institucional de 2001, dado que de continuar las condiciones políticas establecidas en los años 90 difícilmente hubiera accedido a la jefatura del Estado. Y resaltó su decisión de “gobernar sin dejar sus convicciones en la puerta de la Casa Rosada, como dijo un 25 de mayo de 2003”.
En ese marco, aseveró compartir sus “mismas convicciones”. “Uno puede adaptarlas porque el mundo cambia, pero las condiciones, el saber que tenemos que crecer los 40 millones de argentinos, son el eje” sobre el que se estructuran todas las políticas de su gestión. “Nos hemos enamorado de este modelo de inclusión”, expresó.
Cristina Fernández remarcó que espera que la medida se un “real incentivo para cada productor de trigo, que declare su producción, y que vaya al fondo fiduciario a cobrar lo proporcional”. Recordó que “cuando no se cobraban derechos de exportación en la República Argentina, todos terminaron hipotecados”. Y afirmó: “Impedimos los remates de los bancos, no poniéndose al frente de los rematadores, sino poniéndose al frente de políticas públicas, que permitieron que el sector productivo agropecuario se transformara en uno de los más eficientes del mundo”.
“Queremos aportar a la competitividad argentina, sin afectar a la mesa de los argentinos”, afirmó la Presidenta, al tiempo que conideró que el cobro de retenciones “no era una cuestión de voracidad impositiva, sino entender como funciona la economía de la Argentina”.
Agregó que el fondo fiduciario “va a estar integrado por un consejo asesor integrado por AFA, ACA, los grandes productores, la cámara de molineros y los pequeños exportadores”. “Cada productor que declare va a tener su certificado en la mano. Es una especie de plazo fijo de su propia producción”, remarcó.
La Jefa de Estado sostuvo que “cuanto mas produzcan, mas van a ganar y mas vamos a poder exportar al mundo. Todos contentos, los productores, los exportadores y el gobierno también”. Y concluyó que “este no es un gobierno contra nadie, es un gobierno para todos”.
La Primera Mandataria estuvo acompañada durante el acto por el vicepresidente Amado Boudou, los ministros de Agricultura, Norberto Yauhar, y de Economía Hernán Lorenzino.