Acto por el Día de la Soberanía Nacional: Palabras de la Presidenta de la Nación

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PALABRAS DE LA PRESIDENTA DE LA NACIÓN CRISTINA FERNÁNDEZ EN EL ACTO CENTRAL POR EL DÍA DE LA SOBERANÍA NACIONAL, EN EL PARQUE HISTÓRICO NATURAL DE OBLIGADO, PARTIDO DE SAN PEDRO, PROV DE BUENOS AIRES.

Gracias, muchas gracias, muy buenas tardes a todos y a todas; señor Gobernador de la provincia de Buenos Aires; señor Intendente de San Pedro; amigos y amigas; artistas que hoy nos acompañan, a Lola también por esa sentida lectura de un pedazo de la historia argentina: no quiero dejar de recordar que hace tres años cuando aquí inauguramos este monumento a la Vuelta de Obligado, homenaje a los hombres y mujeres, simbolizado en estas cadenas, también en el rostro del Brigadier General Juan Manuel de Rosas y también lo hace un poco el video que acabamos de ver, preparado por Tristán Bauer - muchas gracias Tristán - recordé entonces que la cuestión cultural, la subordinación cultural y la falta de una identidad que teníamos, y que fue utilizada durante mucho tiempo precisamente, para imponernos la idea de que la soberanía nacional era solamente los símbolos patrios, o que no podíamos ni siquiera ser soberano. Y me acuerdo que aquella vez hablé de la cuestión cultural, como recién lo hacía el video.

Por eso quiero, como ejemplo de esto, también hacer un homenaje a dos artistas argentinos: Cristina Banegas y Dario Grandinetti, los dos primeros artistas argentinos que acaban de ganar el Premio Emmy, el más importante, pero además del talento de estos dos artistas está el rol del Estado, el rol de la cultura y el mostrarnos a nosotros mismos. Porque esta producción con estos dos artistas, que acaba de ganar el Emmy - el máximo galardón internacional en materia televisiva - es producto de BACUA, Estado Nacional en Televisión por la Inclusión, lo hicimos los argentinos desde el Estado Nacional con la inversión de todos los argentinos. (APLAUSOS). Eso también es soberanía nacional porque es identidad cultural, una soberanía nacional que durante mucho tiempo quiso ser identificada únicamente como una cuestión meramente geográfica o territorial, pero los hombres que aquí, en este recodo del Río Paraná, defendieron la soberanía nacional no lo hacían únicamente con un concepto territorial, sino con el concepto de autonomía y de poder decidir sobre el comercio, sobre la navegación de sus ríos interiores. Muchas Vueltas de Obligado hemos tenido desde entonces y muchas cosas han pasado, siguen pasando, pasan y seguirán pasando, aquí en la Argentina y también en el mundo.

Hemos librado batallas muy importantes los argentinos, con marchas y retrocesos, con períodos de felicidad, de democracia, de participación popular, de soberanía popular, porque no puede haber soberanía nacional si no hay soberanía popular y democrática. (APLAUSOS).

Por eso, tal vez, que no se comprendió que es necesario que para que un pueblo, una Nación pueda librar batallas en las que ganar por su autonomía y su libertad debe ser hecha junto al pueblo y por el pueblo. Son estás mujeres, son los mulatos, son los esclavos, son los que lucharon, los mestizos. Ya no había esclavos desde el año 1913 - lo digo porque si no mañana me lo van a corregir y me lo va a corregir el profesor O’Donnell - pero fueron los mestizos, los indios, el pobrerío el que luchara junto a las fuerzas del General Lucio Mansilla para lograr esa independencia… muchas batallas y muchas formas de dominación hoy ya no vienen con barcos.

También la historia argentina ha marcado etapas gloriosas, tal vez muchos no sepan que durante mucho tiempo había derecho de potencias que tenían acreencias contra otro país de poder invadir ese país y fue también la doctrina argentina: la Doctrina Drago, aquel ministro de Relaciones Exteriores, del Presidente Roca, cuando las potencias extranjeras quisieron invadir, vaya esas coincidencias de la historia, la República de Venezuela. Y fue precisamente la gestión de Argentina, porque Estados Unidos también apoyaba a las potencias europeas destruyendo la Doctrina Monroe de América para los americanos, ahí también estuvieron los argentinos. Y vaya parece que hubiera un mojón por cada siglo y en este siglo XXI, donde ya las naves no venían como en 1845, o como en 1902 intentando invadir Venezuela para que pague su deuda, vinieron nuevas formas de dominación, formas más sutiles, pero no por eso menos nocivas y terribles para la salud de nuestros pueblos.

Yo recuerdo cuando un hombre del Sur, mi compañero, asumió como Presidente de los argentinos, luego de la crisis institucional más grande de la que se tenga memoria, había otro tipo de cadenas, mucho más invisibles que las que tendió en este río el General Mansilla, eran las cadenas del endeudamiento que desde los años 50 y 60 sometían permanentemente a la Argentina. En realidad, el sistema del endeudamiento argentino data de mucho tiempo atrás, data de Rivadavia, un empréstito contraído en 1824, por quien fuera primer Presidente de nuestro país, y que recién se terminó de pagar, en el año 1905, si mal no recuerdo. No recibimos ni siquiera una décima parte de lo que tuvimos que devolver. Así fue haciéndose la historia de los argentinos y luego esa deuda externa, que comenzó a crecer exponencialmente, a partir del 24 de marzo de 1976, cuando la tragedia de la peor dictadura de la historia se tendió sobre los argentinos, una deuda que no paró de crecer, una deuda que nos dejó, unos dicen que afuera del mundo porque parece que les importara más lo que piensa el mundo, yo digo que fue una deuda que dejó fuera de las ilusiones, de la esperanza y de la vida a millones de argentinos, que habían perdido el trabajo, que habían perdido las ilusiones, que creían que ya no se podía. (APLAUSOS).

Muchos se fueron del país: científicos, jóvenes sin esperanzas y sin ilusiones y me acuerdo cuando él le propuso a los argentinos volver a soñar con lo que habían hecho nuestros próceres, que para eso íbamos a tener inconvenientes y dificultades y que íbamos a tener que comprometernos todos los argentinos para poder salir adelante. Aquella deuda, aquella reestructuración fue también otra Vuelta de Obligado y también como en esa Vuelta de Obligado hubo algunos argentinos que estaban del lado del enemigo y no del lado donde estaban los millones de argentinos. (APLAUSOS).

Porque - debemos decirlo con todas las letras - en esos buques ingleses y franceses, venían argentinos también abordo, algunos todavía tienen el inmerecido honor de que su nombre esté en calles o plazas de nuestra república. Sería bueno que los historiadores y los pueblos hicieran un esfuerzo para conocer realmente esas verdades, porque me parece absolutamente injusto con aquellos que dieron su vida por los argentinos y que siguen anónimos – como estás mujeres, o como tantísimos otros- y no tengan un recuerdo en la historia y si la tengan los que la traicionaron. No se puede seguir premiando lo que está mal, hay que premiar lo que está bien. (APLAUSOS).

 Yo quiero decirles que seguimos dando lucha - como las Vueltas de Obligado - en esta Argentina que ha reestructurado su deuda y que hoy, que venimos pagando religiosamente, que venimos además desarrollando un poderoso mercado interno, millones de puestos de trabajo en un mundo que se derrumba, yo quiero que recuerden, que hagan un ejercicio de memoria todas las cosas que dijeron sobre ese hombre que presidió los destinos de la República, desde el año 2003, e inclusive hasta su partida. Quiero que recuerden todas y cada una de las medidas que fueron tomadas, durante su gobierno y durante mis dos gobiernos, todas absolutamente, ninguna parecía que estaba bien. Y no estoy hablando, por supuesto de los millones de argentinos, obviamente mucho más de la mitad de los argentinos estaban convencidos que realmente estábamos y estamos haciendo las cosas bien. Yo se los agradezco y también se los agradezco al resto, al que todavía no está convencido, o que a lo mejor tiene otras simpatías, con todo el derecho a tenerlas.

El compromiso de esta Presidenta, el compromiso frente a millones de argentinos de seguir trabajando incansablemente porque la crisis mundial y global, ver a millones de trabajadores sin trabajo y sin casa, ahí vemos en los grandes países desarrollados a gente que se suicida porque es desalojada; multitudinarias movilizaciones, en lugares no tan lejanos, para lograr una educación pública y accesible, que aquí tenemos desde siempre y con más derechos y mejores derechos que nunca a través de la Asignación Universal por Hijo, del Plan Conectar Igualdad, de la creación de nuevas universidades, del incremento presupuestario, del 6.47 por ciento del PBI para la educación. Todas y cada una de esas cosas son también Vueltas de Obligado, porque esa soberanía popular, nacional y democrática se construye todos los días. (APLAUSOS).

Yo le pido a todos los argentinos que tomemos conciencia cabal de este mundo que se derrumba, de los modelos, que durante toda esta década, nos estuvieron señalando como los correctos - cuando nosotros éramos los políticamente incorrectos – y hoy, no digo con orgullo, porque en realidad no nos puede enorgullecer que a los demás les vaya mal, al contrario, con pena porque también nos termina impactando a nosotros.

Podemos ver en la Cumbre Iberoamericana como América latina, como nuestro país o desde organismos multilaterales que muchas veces también nos criticaron, reconocen que hemos sido el país que más clase media ha generado en toda América latina. Hemos duplicado la clase media argentina, esa clase media conformada por millones de trabajadores que han podido adquirir su autito, que ha podido empezar a construir su casa también porque ahora no solamente es un plan federal para aquellos que no tienen recursos, sino que hemos lanzado también el Plan PRO.CRE.AR para todos aquellos que puedan acceder a una vivienda digna.

Yo quiero decirles que me recuerdo porque he sido militante desde muy joven y no nací de un repollo. Que recuerdo aquella Argentina, no digo ya la de la dictadura…

Ya vamos a cumplir el próximo 10 de diciembre 29 años de democracia, argentinos, buenos momentos también para recordar y festejar y, además, el Día de los Derechos Humanos, que también 10 de diciembre, uno de los pilares fundamentales.

Pero decía que yo milito desde muy joven y me tocó vivir estos 29 años de democracia; me tocó ver hiperinflaciones, desocupaciones, saqueos, las crisis más terribles que hemos sufrido; me ha tocado ver a dirigentes de nuestro partido y movimiento pidiendo apenas paz, pan y trabajo. Lo recuerdo muy bien.

Y quiero decirles con la mano en el corazón, que en aquellos días difíciles, esos hombres, cuando convocaban a movilizaciones o cuando convocaban al derecho de huelga, constitucionalmente reconocido por nuestra juricidad y respetado por esta argentina que es Presidenta de todos ustedes, el derecho a huelga que es un derecho sagrado, pero que también es sagrado el derecho a decidir cada trabajador qué es lo que quiere hacer.

Y me acuerdo porque, además de ser militante, también soy hija de sindicalista. Mi vieja, mi madre, esa que va a la cancha y que en la película dijo que Néstor no era lindo que yo igual me había enamorado, si Néstor hubiera estado creo que la agarra del cuello, le molestaba mucho que dijera eso.

Pero, bueno, mi mamá es así, siempre fue así, típica suegra, me decís. Claro, está tal cual, ves, te das cuenta, vos sos el…no te diste cuenta, claro, él hablaba de la suegra. Uno cuando la miraba, pensaba siempre desde la militancia.

Y, entonces decía, mi madre, casi 30 años secretaria general de un gremio estatal en la provincia de Buenos Aires, en 30 años jamás tuvo licencia gremial y lo tocó convocar a muchas huelgas, pero jamás obligó a alguien hacer algo contra su voluntad porque la voluntad de los trabajadores no puede ser dominada por nadie, tiene que ser expresada con libertad como todas las libertades.

Y me gustaría, de corazón, que todos los dirigentes, principalmente aquellos que dicen y quieren representar a los trabajadores, que estuvieran más preocupados por defender y preservar las fuentes de trabajo que es el gran desafío que hoy tenemos los argentinos en un mundo que se derrumba.

Igualmente, me siento muy feliz porque Dios mío, qué salto cualitativo debemos haber dado, de hacer huelgas…huelgas en serio, eh, donde se movía una mosca en el país. Porque debo decirlo también, saben que soy sincera y expreso con mi corazón: hoy no fue una huelga ni un paro, ni siquiera un piquete y perdóname Juan Manuel, yo sé que vos hablaste de piquete, pero yo me acuerdo de los piquetes, que fue un fenómeno sociológico y económico.

En Cutral-Có, en mi Patagonia, nacieron los piquetes, cuando Cutral-Co, luego de la privatización de YPF, llegó a tener un 70 u 80 por ciento de desocupación. Y me acuerdo de un dirigente Rioseco, el primer piquetero que lideraba los piquetes en Cutral-Co, hoy es el intendente de Cutral-Co. Este es el salto cualitativo que hemos dado en la República Argentina.    

Me acuerdo también y me niego a decir piquete porque me acuerdo también de Aníbal Verón, me acuerdo de esa Argentina devastada donde el piquete salía como un fenómeno sociológico, político y económico de gente que no era vista por la sociedad y no tenía trabajo y se desesperaba.

Me acuerdo también de Kosteki y Santillán; me acuerdo de tantos otros. No me imagino a Kosteki y Santillán viajando con su familia a Miami. Así que, por favor, no hablemos de piquete, hablemos de apriete de amenaza, apenas eso, que no puede pasar en nuestro país.

Los argentinos tenemos que tener la libertad de elegir qué es lo que queremos hacer, qué es lo que queremos hacer en todos los ámbitos. No se puede someter a la extorsión, no se puede someter a la amenaza o lo que es peor aún.

Hoy encendía el televisor por la mañana como lo hago siempre mientras trabajo y miro mis papeles y vi que El Tortoni, que no es un bar, El Tortoni es un museo de los argentinos, había sido atacado porque estaba abierto y sus trabajadores y sus trabajadores estaban prestando y haciendo lo que querían, trabajar.

No me extrañó, me sorprendió pero luego de unos instantes recordé que los que fueron hoy a atacar El Tortoni fueron los mismos que quemaron las urnas en la provincia de Catamarca, yo era senadora y lo recuerdo muy bien. Y fueron también los que en Catamarca me tiraron huevos, sí, a esta Presidenta.

Quiero contar una anécdota porque la verdad que me hacer acordar a él. Corría el año 2002 y yo estaba haciendo campaña, era senadora y me fui a Catamarca, estaba haciendo campaña por la presidencia de Néstor. Y fuimos a un acto hermoso, en un club abierto, mucho calor, una noche, en Catamarca se hacen los actos así a la tardecita o muy de noche, y estaba hablando y me empezaron a tirar huevos, sí, y me acertaron, me pegaron uno acá, otro acá y otro por acá. Me corrí así el pelo un poquito con la mano, no sea cosa tampoco de aparecer con yema de huevo colgando y seguí hablando.

Me acuerdo que Néstor desesperado quería hablar conmigo porque le contaban por la televisión que me habían agredido con huevazos y “cómo estás”, me decía,”estoy bien, quédate tranquilo”.

Después, más tranquilos ya en Santa Cruz, me dijo: “La verdad que si hubiera sido yo el que estaba ahí, ahí no más se acababa mi carrera de presidente”. “¿Por qué?”, le digo yo, “porque yo me bajaba y los agarraba a trompadas y se terminaba todo”.

Pero bueno, era mujer, no me agarro a trompadas y me voy a bancar las que me tanga que bancar, sean huevos o lo que venga, como siempre me he bancado. A mí no me corre nadie y muchos menos con amenazas, patoteadas o matones. Eso no son los dirigentes que querían Perón ni Eva. Los dirigentes que querían Perón y Eva eran representantes de los intereses de los trabajadores.

Tanto es así, que para los que no lo saben y haciendo un poco de historia y docencia, no estoy muy de acuerdo, pero lo cierto es…

¿Ustedes saben que en la Constitución del 49, no estaba el derecho de huelga? ¿Y saben por qué? Porque Perón y Evita decían que cómo le iban a hacer huelga a un gobierno peronista. Bueno, a mí me parece que era como demasiado.

Pero luego, en la Convención irregular Constituyente, incluyeron el derecho a huelga. Yo estoy de acuerdo, quiero decirles, con el derecho a huega. ¡Cómo no estar con el derecho a los trabajadores a expresarse libremente en sus demandas!

Pero no con el corte, con el bloqueo, con la amenaza, con la presión, con el impedir que otro vaya a trabajar. Con los registrados, bueno, no hay problemas porque les van a reconocer el día, pero yo quiero pensar en aquellos informales que no pudieron ir a su trabajo si se lo van a pagar.

Por suerte, fue un fenómeno circunscripto a unos pocos gremios de servicio y al ámbito de la Capital Federal. Porque el bloqueo fue, fundamentalmente, sobre la Capital Federal, en el resto del país y de la provincia de Buenos Aires, trabajaron todos porque la gente quiere laburar, la gente quiere trabajar, la gente quiere mejorar y cuidar su fuente de trabajo y esto es lo que queremos todos, esto es lo que debemos hacer todos.

Y dar la libertad, yo quiero mucha libertad, que la gente pueda decir y decidir lo que quiera. Porque, precisamente, me formé políticamente en un país donde no había libertad, donde no se podía votar, donde no se podía opinar, donde estaba prohibido decir Perón o cantar la marcha peronista.

Por eso amo tanto la libertad, por eso defiendo tanto a la democracia, por eso hicimos ese aprendizaje luego de nuestras primeras experiencias históricas como movimiento político desde el 45 al 55 que era necesario, además, de lo nacional y lo popular agregar lo democrático, porque eso nos legitimaba ante el pueblo y ante la historia de cuyo juicio es al que me voy a someter siempre, al juicio de la historia.

Por eso les pido a todos los trabajadores, a todos,…

Me acuerdo, para finalizar, que hace pocos días nos tocó visitar Villa Constitución, aquí en la hermana provincia de Santa Fe, vecinos casi de Villa Constitución, yo no sabía que era la primera vez que un presidente o una presidenta iba a ese lugar, que fue emblemático. En los años 70, Villa Constitución era emblemática, era el lugar del gremialismo más combativo, era el lugar donde estaban los obreros más calificados, era el lugar también donde luego después del golpe desaparecieron comisiones internas de delegados enteras y donde Villa Constitución, luego de la devastación de sus dirigentes, vinieron como siempre, por el pueblo, por las fábricas, por las industrias.

Y ese día, en Villa Constitución, además de abrir una fábrica por primera vez de chapa naval, no se fabricaba chapa naval en la Argentina y se va a fabricar chapa naval en Argentina, con una importante inversión extranjera, ¿por qué? Porque cuando se privatizó Somisa, que está aquí cerquita, el Estado ya tenía preparado el tren laminador para chapa naval y, sin embargo, fue vendido como chatarra al Brasil y por eso no laminamos vías de ferrocarril acá tampoco.

Y recuerdo también, sin ir tan lejos, en esa Villa Constitución que abrimos una fábrica que se había cerrado también por mucha intransigencia y conflicto sindical. Como siempre digo yo, cuando hay conflicto y se cierra la fábrica, los dirigentes gremiales siguen con los trabajos en los sindicatos, pero los que quedan sin laburo son los trabajadores. Por eso digo que hay que cuidar mucho lo que tenemos.

Y quiero también recordar y también pedir disculpas a todos los argentinos que hoy no pudieron volar en sus aviones de Aerolíneas Argentinas, que hemos recuperado. Quiero pedir perdón porque la verdad, la inversión, los recursos que todos los argentinos, las esperanzas que hemos puesto en nuestra aerolínea de bandera que está funcionando muy bien y que hoy no lo pudo hacer, porque uno de los gremios, obviamente, no prestó las funciones que tenía que prestar.

Y cuando uno mira todo el esfuerzo que hace de flota, de salarios, que aumentaron por arriba del 20 por ciento y cuyo promedio es para unos desde 35.000 o 40.000 pesos y para otros de 13 y 15.000 pesos y cuando ve que todavía hay argentinos a los cuales tenemos que darle la asignación universal por hijo, dice y piensa “¡cuánta falta de solidaridad y cuánta injusticia!”.

Pero yo creo que no tenemos que entristecernos ni tampoco dejarnos provocar. Hemos recuperado a Aerolíneas para todos los argentinos, cuando esos miles de trabajadores estaban a punto de quedar en la calle. No solamente aseguramos la línea de bandera, sino sus trabajos, mejoraron sus condiciones de vida, que es lo que corresponde. Pero no quiero que me lo reconozcan a mí, la plata no es mía, la plata es de los 40 millones de argentinos que la ponen ahí.

Quiero también otra Vuelta de Obligado como fue recuperar Yacimientos Petrolíferos Fiscales, YPF, nuestra YPF. Si alguien nos hubiera dicho allá el 25 de mayo del año 2003 que nuestra empresa emblemática de energía, la única que no era estatal, no sé si en América latina pero sí en el mundo, no también de América latina, la única que no era estatal y en el mundo hoy todos manejan sus recursos los propios Estados, también si alguien nos hubiera dicho aquel 25 de mayo del año 2003, que íbamos a tener estos logros, ni nosotros mismos lo hubiéramos creído.

Porque el compromiso nuestro fue con un proyecto político cuyo eje fundamental es lograr la autonomía de la Argentina, esa soberanía nacional que nos permite tomar decisiones a favor de los argentinos, a favor de todo nuestro pueblo, de los 40 millones de argentinos, sin preguntarles cuando hacemos un hospital si son peronistas o radicales los que van a ir; sin preguntarles cuando construimos una ruta cuál es la ideología del que la transita; sin preguntarle cuando entregamos viviendas, quién va a ir a vivir; sin preguntar cuando sorteamos imposible hacerlo por eso también lo quisimos hacer el plan PRO.CRE.AR., una Argentina en la cual unamos esfuerzos porque es necesaria la unidad nacional y, fundamentalmente, la unidad de los trabajadores.

Porque nunca se olviden, hagan memoria histórica y recuerden que cada vez que este proyecto nacional, que nos es nuevo ni original, no es nuestro tampoco, es parte de una línea histórica de continuidad que empieza con Mariano Moreno, con Belgrano, con Monteagudo, con San Martín, que sigue con este entrañable argentino que es Rosas, que sigue con el Chacho Peñaloza, que sigue con Felipe Varela, que sigue con Hipólito Yrigoyen, que sigue con Perón y con Eva Perón y que yo quiero que siga con todos ustedes, que son los herederos de este proyecto, les pido a todos la unidad nacional, porque cada vez que hemos estado separados, cada vez que nos han dividido, han venido, primero, por el gobierno y, después, por el pueblo.

Que nadie lo olvide, que todos lo recuerden para poder defender las conquistas que hemos logrado en estos años felices.

Muchas gracias sampedrinos, muchas gracias por estar aquí junto a mí y a todos  nosotros, a los artistas, a los hombres y mujeres, a todos, a nuestras Fuerzas Armadas que hoy nos acompañan y a todos los hombres y mujeres que creen que la patria existe y que es algo que merece defenderse porque es lo único grande que podemos llevar en nuestro corazón.

Muchas gracias, buenas tardes a todos y a todas, los quiero mucho, Dios los bendiga a ustedes y a la Argentina.

Muchas gracias. (APLAUSOS)       

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