Egreso conjunto de fuerzas de seguridad: palabras de la ministra Nilda Garré

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Señor Vicepresidente de la Nación, licenciado Amado Boudou; señor Jefe de la Policía Federal; señor Director Nacional de Gendarmería; señor Prefecto Nacional Naval; señor Director Nacional de Seguridad Aeroportuaria; representantes del Cuerpo Diplomático; legisladores nacionales y provinciales; señor Intendente de la Municipalidad de Ezeiza; señores jueces federales; señores secretarios y subsecretarios del Ministerio de Seguridad; señores oficiales superiores de las Fuerzas Armadas y de Seguridad; señores oficiales superiores de las Fuerzas Policiales, de Seguridad y Servicios Penitenciarios; personal de Fuerzas Policiales y de Seguridad; señoras y señores: estamos aquí pocos días después de comenzar el séptimo mandato presidencial desde la reinstauración de la democracia, realizando el primer acto de egreso conjunto de agentes, gendarmes, marineros, suboficiales y oficiales de las cuatro jurisdicciones federales de seguridad. 3.157 ciudadanos y ciudadanas, sumados a los 360 agentes y los 1.213 gendarmes que se incorporaron durante el primer semestre de este año, han concluido en el 2011 su formación inicial para la carrera que han elegido, para proteger la vida, la integridad y los derechos de todos los hombres y mujeres que habitan el suelo argentino. Un total de 4.730 hombres y mujeres se han sumado hoy y en el 2011 al sistema de seguridad, y tengo la enorme satisfacción de decir que hoy creo tenemos acá alrededor de 300 mujeres en este total que he mencionado antes, que también se están incorporando para servir a la seguridad democrática en el país.

Sabemos que todos ustedes han realizado un importante esfuerzo para llegar a este momento. No solamente ustedes, también sus familias, por la lejanía a veces, la distancia. Así a lo mucho que hoy sienten por la culminación exitosa de una etapa formativa que marca el ingreso a la profesión de funcionarios del sistema de seguridad pública, debe sumarse el ser partícipes de este primer egreso conjunto en el que se unen las distintas jerarquías, especialidades e instituciones, y que también simboliza la necesidad de las fuerzas de trabajar unidas, haciendo honor a los esfuerzos que hace la Nación, con los recursos de sus conciudadanos, para garantizar la seguridad y la vigencia de los derechos.

Este es además un momento especial para el sistema de seguridad, al que el Gobierno Nacional está aportando muchos recursos materiales y humanos y en el que está poniendo una firme determinación para impulsar la construcción de un modelo democrático de seguridad en el que a ustedes también les toca asumir un rol.

Al año de la creación del Ministerio de Seguridad esta graduación conjunta es una excelente ocasión para reafirmar la decisión de impulsar los procesos necesarios para cambiar las instituciones y brindar una mayor protección a la vida, a las libertades, a los bienes, a los derechos y a las garantías de los ciudadanos. Y sin duda son las autoridades elegidas por el pueblo quienes tenemos el deber de conducir estos cambios destinados a dotarlos a ustedes de las herramientas y de los saberes necesarios para emprender la difícil y apasionante tarea de cuidar a sus conciudadanos, de protegerlos en el ejercicio de sus derechos y de reducir la violencia.

El gobierno civil y democrático de la seguridad implica que las políticas y los integrantes del sistema deben articularse eficientemente con las políticas de las diversas áreas gubernamentales. Los cuerpos policiales y las fuerzas de seguridad enfrentan hoy el desafío de transformarse en organizaciones acordes a las nuevas necesidades sociales. En este sentido pensar la formación profesional, la especialización y la capacitación permanente de sus recursos humanos resulta un punto clave. Es indispensable que sus integrantes actúen conforme a doctrinas, técnicas y prácticas profesionales comprometidas con la plena vigencia de los derechos humanos y las garantías constitucionales, y que tengan en cuenta las particularidades del trabajo policial dando prioridad a los saberes necesarios para el desarrollo de mejores estrategias de prevención para intervenir en los conflictos, para reducir la violencia, así como para mejorar la investigación de los delitos.

Las autoridades están obligadas a definir con la mayor precisión posible los objetivos de la formación del personal, sus características y las condiciones en las que debe desarrollarse. A su vez, considerando que los policías son ciudadanos y son funcionarios públicos, su formación debe adecuarse a la letra y al espíritu del marco normativo fijado por el sistema educativo nacional. Este año se han dado importantes muestras de esa articulación indispensable. Efectivamente, con ese marco las mejoras en el subsistema educativo del personal se dieron en tres ejes: primero en las reformas curriculares y en los contenidos educativos; segundo en los cambios de la institucionalidad del sistema y en las mejoras en su infraestructura; y tercero, en una mejor vinculación entre la formación y la práctica cotidiana de los policías de modo tal que las reformas educativas encuentren correlato en las reformas institucionales y viceversa.

En el primer eje, a los efectos de que la formación de las fuerzas federales contemplen los estándares mencionados y en las aulas de sus escuelas se aborden contenidos relacionados con los nuevos paradigmas de la seguridad ciudadana democrática, se dictó la resolución ministerial 199 de este año 2011, que ordena la reformulación de los planes de estudio de oficiales, suboficiales, agentes, gendarmes y marinos. A través de un convenio firmado con le Ministerio de Educación de la Nación y con la colaboración de las universidades nacionales, hemos avanzado en el proceso de rediseño curricular de la formación de oficiales y suboficiales. Este año se han realizado numerosos talleres de capacitación con los equipos directivos y técnico profesionales de los institutos y se ha puesto en marcha un proceso de formación virtual coordinado por los equipos técnicos de esa cartera educativa. En la educación de agentes, gendarmes, marinos y suboficiales, estamos realizando importantes modificaciones para contar con funcionarios con mayor capacidad de intervenir y de mediar en los conflictos, para ir desescalando los niveles de violencia que en ellos se presentan y articulando las respuestas de seguridad de modo tal que permitan la intervención de las restantes agencias del Estado y la recuperación del espacio público para el disfrute del conjunto de los habitantes de nuestro país.

Respecto de la formación de oficiales de Policía Federal, Gendarmería y Prefectura, se espera que para el año 2013 se ubique en el marco de calidad de la educación universitaria de acuerdo a los estándares señalados por la CONEAU. La definición de esos estándares ha permitido dar un salto de calidad en el planeamiento de la formación de las fuerzas federales y también en la de los cuerpos policiales provinciales. Más de 16 provincias han presentado sus planes de estudio ante el Ministerio de Educación de la Nación para obtener el reconocimiento oficial de sus carreras, y unos 12 institutos han presentado proyectos de mejoras que cuentan con financiamiento del Estado Nacional.

Como parte de este trabajo debemos destacar que el Ministerio de Educación entregará 35 bibliotecas como las que acabamos de entregar hoy acá a institutos de formación policial de todo el país, una para cada provincia y el resto para las fuerzas federales.

A su vez desde el Ministerio de Seguridad también estamos desarrollando manuales y otros materiales de estudio. La prevención del delito, la investigación, la gestión de información criminal, el abordaje de la violencia, la resolución de conflictos y la articulación de la labor policial con las organizaciones comunitarias, son algunos de los temas que debemos profundizar en los distintos cursos y carreras.

Estos egresados de hoy finalizan su primera etapa de formación, pero deberán continuar estudiando a lo largo de su carrera, porque la especialización y la capacitación permanente resultan claves.

Será necesario también establecer alianzas institucionales para elevar la calidad de los tradicionales cursos de ascenso a la excelencia académica propia del sistema universitario, lo que también jerarquizará la carrera. Estamos analizando modificaciones en el desarrollo de esos cursos e incluyendo nuevos elementos y mecanismos para que la capacitación responda de modo actualizado a la gestión de los institutos de seguridad y para que las evaluaciones estén basadas en criterios más objetivos y transparentes.

Es indispensable también mejorar la calidad de la formación de los especialistas de las diversas áreas operativas que luchan contra el crimen organizado: la trata de personas, el narcotráfico, el robo de automotores, entre otros delitos complejos, requieren de herramientas teóricas y de análisis e investigaciones cada vez más sofisticadas.

El segundo eje que mencionamos estaba referido a las reformas institucionales. Es absolutamente necesario para que las demás acciones sean posibles. Estamos por eso avanzando en la adecuación de los institutos universitarios que dependen de la Policía Federal, la Gendarmería Nacional y la Prefectura Naval, a las políticas y marcos regulatorios del sistema universitario nacional. Tal como lo ha planteado la CONEAU, por las características particulares de estas instituciones será necesario realizar esfuerzos específicos orientados a la búsqueda de una cultura institucional más abierta, permeable a intercambios e interdependencias, y de una estructura institucional más flexible, predispuesta a la interacción con otros circuitos de educación superior, lo que requerirá de sólidas articulaciones tanto con otras instituciones similares de seguridad como con el conjunto del sistema universitario y científico tecnológico nacional. Esto permitirá la consolidación de instituciones educativas que, diferenciadas de las propias fuerzas policiales y de seguridad de las que dependen y también de sus escuelas preexistentes, se afiancen en su identidad priorizando criterios académicos que les permitan a su vez adoptar progresiva y plenamente todos los atributos esenciales que hacen a la vida de una institución universitaria de pleno derecho. Por eso estamos modificando los máximos órganos de gobierno de los institutos universitarios, creando cuerpos colegiados integrados por representantes de las fuerzas, del Ministerio de Seguridad, del Ministerio de Educación y de la comunidad científica o tecnológica.

Además se modificaron los nombres de las tres escuelas de la Policía Federal Argentina, contribuyendo a que estos espacios, a través de esos nuevos nombres que les fueron impuestos, evoquen valores democráticos y el respeto a los derechos. Así los nombres de Enrique O'Gorman y de los comisarios Enrique Fentanes y Juan Ángel Pirker se suman a los de héroes como Martín Miguel de Güemes y de personalidades como Martín Jacobo Thompson, que identifican a instituciones de formación de las otras fuerzas.

También estamos avanzando en la modificación de los reglamentos que regulan la actividad docente, para que éstos gocen de los mismos derechos, obligaciones y beneficios que el resto de los docentes de las universidades nacionales. Estos cambios van a significar una muy significativa inversión presupuestaria.

Las inversiones en infraestructura educativa resultan esenciales para desarrollar las nuevas prácticas que se proponen. A esos efectos en las escuelas de la Policía Federal se han construido áreas de entrenamiento que permiten simular actuaciones y situaciones en las que se deben poner en práctica los diversos protocolos. También se ha dispuesto la compra de simuladores de tiro para todas las escuelas a los efectos de garantizar el entrenamiento en el uso racional de armas de fuego a través de la utilización de películas y software interactivos.

Además en la Prefectura Naval se incorporó un nuevo simulador de navegación de última generación y se reacondicionó y botó el velero científico oceanográfico Bernardo Houssay, que posibilita el desarrollo de investigaciones sobre la calidad de las aguas en particular y del medioambiente en general.

También se está gestionando la construcción de una nueva escuela de gendarmes en la provincia de Corrientes y debemos avanzar en la mejora de las instalaciones del Instituto Superior de Seguridad Aeroportuaria.

El tercer y último eje es el vinculado a la articulación de las reformas educativas con las necesarias reformas en las prácticas que deben contener y promover los nuevos paradigmas. Por eso hemos comenzado a establecer patrones precisos de actuación, que den un marco objetivo a la labor de las instituciones de seguridad. A modo de ejemplo: estamos trabajando en criterios y protocolos relativos al uso racional de la fuerza, que estén de acuerdo con los estándares que promueven intervenciones menos violentas, porque para garantizar la seguridad pública y la seguridad ciudadana es indispensable que los hombres y mujeres de los cuerpos policiales y de seguridad actúen conforme a doctrinas y prácticas profesionales comprometidas con la plena vigencia de los derechos humanos y las garantías constitucionales. En este sentido la utilización de las armas de fuego debe ser siempre la última opción, el personal de las fuerzas debe estar altamente entrenado en técnicas colectivas e individuales que prioricen las acciones de persuasión y la prevención.

Así como estamos modificando la formación también se están revisando las estructuras de las fuerzas, para fortalecer el gobierno político de la seguridad y los controles ciudadano. La labor policial y de seguridad es una tarea de equipo que se realiza en el contexto de una institución jerárquica donde el adecuado ejercicio de la autoridad, la responsabilidad y la disciplina resultan claves para alcanzar los objetivos que exigen las políticas públicas. El modo en que se ejerce esa autoridad que le confiere el Estado a los funcionarios resulta clave para construir una sociedad democrática. Para este Ministerio el ejercicio de la autoridad y del mando sobre los subordinados están concebidos desde una perspectiva integral, que comprende el sentido de la responsabilidad sobre el desempeño individual y del conjunto, la dimensión ética aplicada a la función de seguridad y la permanente construcción de ciudadanía. Somos y seremos implacables frente a prácticas abusivas, humillantes y discriminatorias, tanto en los institutos de formación como en el resto de la vida institucional. Pretendemos que en las escuelas donde se forman los funcionarios de las fuerzas policiales y de seguridad se desarrollen prácticas innovadoras, que promuevan un liderazgo asociado con los valores propios del sistema jurídico democrático, con el respeto a los superiores, con la obediencia de las órdenes en el marco de una permanente y adecuada reflexión ética, y con el ejercicio activo de la solidaridad para con aquellos a quienes deben cuidar, para con sus pares y para con sus subordinados.

Se debe abandonar toda práctica del pasado que disfrazada de tradición denigre la dignidad de los aspirantes a policías, gendarmes o prefectos. No permitiremos que se confunda autoridad con sometimiento, pretendemos que en estas escuelas el futuro personal se forme en el sentido de la autoridad y la responsabilidad individual y colectiva ejerciéndola en la práctica haciéndose cargo de las elecciones y las consecuencias que impliquen sobre el conjunto. Es por eso que las nuevas fórmulas de juramente les recuerda explícitamente que no deben utilizar sus cargos para lograr beneficios propios o particulares y que no deben emitir ni obedecer órdenes ilegítimas o ilegales.

El objetivo de todas estas reformas – que muy sintéticamente he enunciado y de estas políticas – es que la Argentina sea reconocida por la formación de sus agentes, marineros, gendarmes y oficiales. El prestigio de su formación y el respeto por los derechos de los ciudadanos les darán la legitimidad requerida para ejercer su función. Agentes, marineros, gendarmes, suboficiales y oficiales, que hoy ingresan al sistema de seguridad pública, vuestra tarea está plena de desafíos. Es deber de las autoridades políticas y de las instituciones que ustedes integran seguir mejorando su formación, especializándolos y actualizándolos de modo permanente, dotándolos de las herramientas científicas y tecnológicas necesarias y rodeándolos de condiciones laborales dignas y adecuadas al ejercicio de su función. Se promoverá vuestro accionar valeroso, se los cuidará sin exponerlos a riesgos innecesarios y se los apoyará para el desarrollo personal y el de sus familias.

Jóvenes a partir de hoy su labor y su uniforme los identifican como integrantes de la Policía Federal, la Gendarmería Nacional, la Prefectura Naval o la Policía de Seguridad Aeroportuaria y también los integran con el resto de los funcionarios públicos. Hoy han formulado un juramente que apuesta a estos valores los felicito y los convoco a redoblar sus esfuerzos y a que trabajemos juntos por una sociedad más justa, más segura y solidaria.

Muchas gracias. (Aplausos).

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