PALABRAS DE LA PRESIDENTA DE LA NACIÓN CRISTINA FERNÁNDEZ EN EL ACTO DE CIERRE DEL CONGRESO METALÚRGICO 2011, SALÓN DORADO DEL CENTRO DE CONVENCIONES DE PARQUE NORTE, CIUDAD AUTÓNOMA DE BUENOS AIRES.
Muchas gracias, muy buenas tardes a todos y a todas; señor presidente de ADIMRA, Doctor Juan Carlos Lascurain; señor titular de la Unión Obrera Metalúrgica, Antonio Caló; señores Intendentes; señores empresarios; titulares de cámaras: la verdad que he venido en otras oportunidades y también el Presidente Kirchner ha concurrido a estos eventos, durante sus cuatro años de gestión y la verdad que poder venir, luego de ocho años de gestión, de un modelo frente a un sector – que recién señalaba Juan Carlos – fue particularmente castigado en el proceso de desindustrialización nos llena de orgullo porque sentimos que las políticas impulsadas, desde el año 2003, al servicio de la reindustrialización del país, en definitiva al servicio del crecimiento del país, porque si solamente nos remitiéramos a la industria estaríamos como explicando sectorialmente, y en realidad cuando hablamos de industria hablamos de generación de valor agregado; hablamos de generación de puestos de trabajo más calificados; hablamos de generación de riqueza; hablamos de aumento del PBI; hablamos de desarrollo del mercado interno; hablamos de aumento de las exportaciones.
Si tuviera que definir estos ocho años. diría que han sido de una profunda reconstrucción de lo que alguna vez tuvo la Argentina cuando supo ser, durante la mitad del siglo pasado, el primer PBI de toda América Latina. Y yo creo que estamos abordando, impulsando y llegando a otro momento, a una fase superior de lo que hicimos hasta ahora: en estos ocho años hemos reconstruido no solamente a la industria.
Con lo que explicaba y los números que recién veíamos, sabemos que el sector ha crecido más del 100% en su generación de empleo; sabemos representar el 21% de todo el sector industrial; sabemos que representa el 32% en materia de exportaciones de manufacturas de origen industrial.
Y yo creo que estamos también ante el desafío de comenzar y profundizar una etapa de mayor expansión aún para superar lo que es el desafío de una balanza comercial que todavía nos es desfavorable y que es necesario superarla a través de profundizar la sustitución de importaciones y además de generar innovación y desarrollo tecnológico.
No es casual no fue un divertimento el inaugurar Tecnópolis, que lo teníamos pensado hacer el año pasado en el Bicentenario, inclusive con un proyecto de mayor envergadura, mucho mayor al que teníamos para desarrollar el año pasado, porque creemos que debe ser el paradigma de este tercer centenario: la ciencia, la tecnología y la innovación a favor del desarrollo económico industrial.
Estamos ante una industria, la metalurgia - que no voy a caer en un lugar común, pero debo hacerlo - es madre de industrias, que ha tenía un desarrollo en la metalmecánica. Alguien mencionaba que estaba por aquí el intendente de “Las Parejas”, ¿por dónde anda? Allá está, hola, allá está el Intendente de “Las Parejas”. (APLAUSOS). Yo recuerdo siempre, casi emblemáticamente a “Las Parejas” porque Kirchner llegó allá a fines del 2002 a “Las Parejas”, en la provincia de Santa Fe, cuando la desocupación en esa ciudad alcanzaba el 30%.
El desarrollo que ha tenido la industria metalmecánica, a partir de todos los incentivos, no solamente de carácter fiscal, como los Bonos K, porque no solamente con incentivos fiscales crece un sector. Un sector crece cuando el conjunto del país, a través de toda su variable macroeconómicas cambia la matriz de acumulación, que ha pasado a ser de la especulación a la producción, y cuando esto se convierte, cuando se revierte esta matriz la industria metalúrgica – como no podía ser de otra manera - fatalmente está destinada a crecer y expandirse cada vez más. Y lo vemos también en todo lo que es la industria automotriz. Si uno recorre en el sector de la construcción, una recorre cada uno de los sectores y allí está presente la metalurgia.
Recién señalábamos con Débora, que hasta en Tierra del Fuego, en todo el sector electrónico, la UOM, me acuerdo - ¿Antonio te acordás?- cuando estaban en peligro más de 2.000 fuentes de trabajo y sacamos aquella ley que nos equipara a Tierra del Fuego a lo que puede ser la Manaos, en Brasil, y hoy estamos generando y construyendo BlackBerrys , netbooks que vamos a cubrir la demanda que la ANSES tiene para nuestros educandos y podría mencionar un montón de sectores, pero a mí lo que me desvela cómo hacemos, o sea recorrer todo lo que hicimos me parece bien, pero lo que más me desvela es cómo seguimos y cómo intensificamos este crecimiento.
Tenemos un déficit de 8.500 millones de dólares, en el sector, con lo cual necesariamente tenemos que acelerar el proceso de sustitución de importaciones e ir a las cadenas de valor y también ir al eslabón más débil de esas cadenas de valor porque cuando se resiente la cadena de valor comienza a resentirse precisamente por su eslabón más débil. Queremos, entonces, seguir articulando - como lo estamos haciendo - con el sector público y privado y tener , por ejemplo, el orgullo de desarrollar satélites, de desarrollar cohetes, de desarrollar también como lo veníamos haciendo, diciendo y logrando tractores, cosechadoras
Cuando comenzamos con Débora a mirar este sector de la metalmecánica, que la Argentina tenga que importar cosechadoras y tractores me parece francamente una aberración. Por eso hicimos una política muy fuerte para lograr que comencemos a producir tractores también y sembradoras en nuestro país y también en materia de televisión digital, donde estamos trabajando en la colocación de antenas, en los set-top box. En fin, todo lo que nosotros podamos seguir articulando, seguir generando valor agregado e ir identificando todos y cada uno de los sectores en los cuales podemos ser y somos más competitivos y lograr esto que hemos conseguido, en estos años, pero profundizando aún más a través del desarrollo, de la investigación, de la innovación tecnológica… esto es clave.
Por eso, yo siempre digo a mis colaboradores, a mis ministros la necesidad de las reuniones permanentes con el sector, con el cual atravesamos la crisis, de fines del 2008 y del año 2009: 18 millones en REPROS tuvo el sector porque uno de los más afectados y si no hubiéramos tenido estos instrumento, estás políticas activas hubiéramos tenido una destrucción de trabajo.
Yo siempre digo que una vez que se mandó el telegrama de despido es mucho más difícil lograr un alta, que un gerente laboral te firme el telegrama de despido. Por eso pusimos con tanto ahínco, durante la crisis del 2008 y del 2009, a preservar las fuentes de trabajo. Y debo decir que recibimos una gran colaboración del sector sindical, del sector de los gremios que comprendió la crisis y, junto al sector patronal y al sector estatal, pudimos articular esfuerzos y que no se destruyeran puestos de trabajo.
Hoy tenemos un desafío muy importante: seguir creciendo en un mundo - Juan Carlos eufemísticamente lo definió como muy complejo - yo creo que fue generoso al calificar el momento actual como complejo; estamos ante el derrumbe de paradigmas de los países desarrollados, donde seguramente van a tratar de trasladarnos la crisis a nosotros y lo que tenemos que hacer - como lo charlábamos, el otro día, con varios Presidentes de la región de la América del Sur - es precisamente blindar la región; profundizar la integración local y regional, pero en igualdad de condiciones, de modo tal de que sea una integración asociativa entre los distintos países y no una integración de cooptación y destrucción de trabajo, que en definitiva no es la integración que nosotros aspiramos.
Por eso cada vez que hemos debido adoptar medidas en defensa del trabajo y de la producción nacional lo hemos hecho sin dudar, pese a las críticas de algunos sectores que siempre ahí tienen todo el derecho a criticar, pero yo quiero decirle a todos ustedes productores de la Argentina, empresarios de la Argentina y trabajadores que esta Presidenta va a tomar todas las medidas que tenga que tomar para preservar lo que hemos logrado construir en estos 8 años y que nos permita seguir haciendo esta acumulación que estamos teniendo. (APLAUSOS).
Se imaginan que un Estado que ha decidido la reapertura de sus Escuelas Técnicas; un Estado que ha decidido que cada uno de sus estudiantes secundarios de escuelas públicas cuenten con una netbooks; un Estado que ha aumentado más que considerablemente todo su nivel de becas y reorientado, además del otorgamiento de becas, hacia carreras duras, hacia carreras tecnológicas; un Estado que ha aumentado 1.300 por ciento la inversión en materia de infraestructura, entendiendo allí en ese 1.300 por ciento caminos, autovías, puertos, energía. Si les habló de energía, un tema que yo sé que todo los desvela, estaríamos hablando de un aumento del 13.000 por ciento. Pero el promedio del aumento de todo lo que es el sector de infraestructura ha sido en la Argentina, en estos 8 años, del 1.300 por ciento, y el aumento al presupuesto destinado investigación, a recursos e innovación tecnológica, a ciencia y tecnología ha sido del 650 por ciento. Y hemos también aumentado el presupuesto de nuestras universidades, porque necesitamos articular el trabajo de nuestras universidades con el sector académico, algo que nunca se había hecho en el país porque siempre una suerte de prejuicio de vincular el conocimiento a la empresa, o a lo económico como si fuera algo pecaminoso, uno de los tantos tabúes o prejuicios que teníamos en la República Argentina.
Por eso el compromiso es muy grande, nadie construye estas políticas para luego modificarlas porque deben ser además políticas de Estado. ¿Saben a lo que yo aspiro? Lo que yo aspiro es que todos los hombres y mujeres que tengan posibilidades o aspiraciones legítimas de conducir el país tomen a estar políticas, que hemos llevado en ocho años, como políticas de Estado. ¿Por qué digo esto? Porque sino no se explica el fracaso recurrente de la Argentina, un país con todas las posibilidades en materia recursos humanos; en materia de recursos energéticos; en producción de materias primas; de comodities, además del alto grado de capacitación, el expertise en materia industrial que está en nuestro ADN, a partir de 1930, 1950 y luego incorporando además la ciencia y la tecnología como el signo distintivo. Este compromiso no es el de un gobierno o el de un sector político debe ser el compromiso del Estado para con todos sus gobernados: empresarios, trabajadores, científicos.
Recién Juan Carlos mencionaba los 800 científicos expatriados, que han vuelto al país porque el país les ofrece las oportunidades que en otros momentos les ha negado. Yo tengo el orgullo, como Presidenta de todos los argentinos de haber ido dos veces al Instituto Leloir y la última vez que fui, cuando fui a entregar premios a los Mejores Científicos del Año, montón de jóvenes científicos, que se habían incorporado, que han llegado al país formando una agrupación de trabajadores, o de científicos por el crecimiento de la Argentina.
El entusiasmo - Juan Carlos - el entusiasmo de nuestros jóvenes en las distintas disciplinas, el entusiasmo de nuestros empresarios en la inversión, la confirmación de un Gobierno que sabe que necesita sostener la demanda agregada para que ustedes puedan invertir y aumentar la capacidad de oferta; la necesidad que tenemos de sustituir importaciones para que toda la maquinaria metalmecánica, que emplean nuestros productores en el campo, sea de origen nacional porque es una cuestión estratégica. (APLAUSOS). Es una cuestión estratégica para todos: para producen las máquinas y para quien producen en el campo, porque si nosotros producimos estos instrumentos básicos para la agricultura, para todo lo que es la de la industria nuestro país y quedamos entonces menos sujetos a las vulnerabilidades del sector externo de modificación o de variaciones cambiarias etc. Nosotros necesitamos que los instrumentos imprescindibles y que hacen a la esencia de la producción argentina también se fabriquen en nuestro país.
Ayer estábamos en el Parque Industrial, de 80 parques industriales – Juan Carlos - que habían en la República Argentina, en el año 2003; hoy tenemos 280 parques industriales. Esto revela el entramado, la densidad del proceso de reindustrialización, en la República Argentina: más de 5 millones de puestos de trabajo. Pero yo quería contarlo de ayer, se ampliaba una empresa Bolsapel, que como su nombre lo indica se dedica a la construcción de envases e insumos básicos, y habían importado una inmensa máquina - por supuesto con arancel cero, esto como corresponde porque no los fabricamos en el país - pero como me gustaría que comenzáramos a producir nosotros las máquinas que van hacer fideos, que van a hacer pastas, que van a hacer bebidas. Todo esto lo tenemos que fabricar también acá en el país, porque tenemos los insumos básicos.
Como recién le decía al titular del banco más grande del mundo que me acaba de visitar - por eso demoré también de llegar, les pido disculpas, no lo hice de mal educada, lo hice simplemente porque había recibido la visita del titular del Banco de Industria y Comercio chino, ustedes saben el banco más grande del mundo, y le planteaba las necesidades de que se nos presentara un plan de negocios. Porque nosotros queremos inversión, pero inversión para la economía real; inversión para la generación de producción; inversión para que sirva y sostenga el crecimiento de los argentinos. Le hablaba de las posibilidades de esta Argentina con importantísimos yacimientos de litio para ser plataforma global. En la República Argentina - por ejemplo - podemos producir las baterías de litio que van a ser un instrumento básico para los autos del futuro, que van hacer los autos eléctricos, los autos urbanos. Los mayores yacimientos de litio los tenemos en nuestro país, en Bolivia y Chile. Argentina tiene el expertise para producir - por ejemplo - baterías de litio, pero no para consumo interno, sino como plataforma global en el mundo, por una cuestión básica, como es también uno de los instrumentos que van a regir la competitividad- y que ya lo está siendo - que no es solamente el tipo de cambio o un salario, sino también la logística, algo que ya tiene un peso muy grande en la competitividad de todos los sectores.
Entonces si nosotros podemos industrializar en origen, además, vamos a impactar en el marco geográfico de un país para que sea también más justa la redistribución del ingreso y podamos, además, ser más eficientes. Y no es solamente por una cuestión de agregar valor en origen, no es solamente una cuestión de sensibilidad para que los habitantes del interior no vengan a los grandes centros: Gran Rosario, Gran Santa Fe, Gran Córdoba o el conurbano bonaerense, hace también a una cuestión de eficiencia y de mayor competitividad.
Por eso yo creo que una de las cosas que nosotros, una de las consignas que tenemos que lanzar para este siglo tercero, en nuestro país, es ruralidad industrial. ¿Qué significa ruralidad industrial? Que el campo no solamente tenga la producción primaria y la exporte así a los puertos, que podamos generar industrias en cada una de esos lugares donde hay producción primaria para localizar, también, que la gente no deba irse y al mismo tiempo ser más competitivos y eficientes. ¿Y saben por qué lo podemos hacer? Porque una parte la podemos seguir destinando a producción primaria, que seguramente va a seguir demandando, pero la posibilidad de los excedentes los podemos también agregar valor y lograr, entonces, mejores salarios; más generación de trabajo y de puestos de trabajos más calificados; más competitividad y el definitiva más producción y más exportación de valor agregado, que es clave.
Esto va a demandar también que en las pequeñas ciudades, tal vez, no tenga la gran máquina como la que puede tener “La Serenísima”, o como la que visitamos, ayer, “La Salteña”, que es a escala nacional, pero que pueda tener una máquina de diseño propio que pueda servir - por ejemplo – a la región para producir los alimentos que consume esa región. Porque cuando aspiramos a planes demasiado grandes por allí perdemos la escala, que tenemos hoy tenemos en nuestro mercado interno y podríamos estar generando, a través de todas nuestras pequeñas Pymes, maquinaría para industrializar, por lo menos a escala, en una primera etapa del mercado interno, toda esa producción, con lo cual permitiríamos, tal vez, que las grandes empresas no solamente tengan mercado interno, sino también excedente para exportación. En fin, yo creo que esto hay que discutirlo entre el Estado y el sector privado: juntarnos, ver, ensayar, equivocarse y volver para atrás y volver para adelante porque además no hay ningún manual, no hay ninguna teoría perfecta.
Yo le decía ayer, en la reunión que conmemoraba los 25 años de conformación del Consejo Interuniversitario Nacional, que agrupa a todas nuestras universidades públicas, que así como en algún momento, en algún lugar se juntaron grupos, los famosos think tank a elaborar el Consenso de Washington, nosotros, o por lo menos los académicos, deberían juntarse a elaborar esta sistematización, sistematizar en ideas, sistematizar en teoría toda esta práctica que hemos hecho en estos 8 años.
Los que tenemos que trabajar todos los días no tenemos tiempo de ponernos a teorizar y a escribir y ensayar, pero los que se dedican a eso y le pagan para eso, yo creo que deberían hacerlo porque, además, ayudarían a descolonizar cabezas, cuando hablo de descolonizar no habló por una cuestión de imperialismo, no, no. La colonización es cuando alguien de afuera le impone una forma de pensar o una visión acerca de las cosas. Y a nosotros nos habían impuesto una visión, donde una silla, si era nacional, se rompía, y si era extranjera era fantástica. A eso se le llama colonización cultural y se hizo desde adentro, no desde afuera.
Por eso creo que también es importante señalar que en estos 8 años hemos recuperado - además de todo esto que ha señalado Juan Carlos - además de todo los puestos de trabajo, hemos recuperado algo que es imprescindible para que una sociedad, un pueblo, cualquiera que sea, pueda desarrollarse y crecer y que es la autoestima nacional. (APLAUSOS). Hemos recuperado la convicción de que tenemos las capacidades, que tenemos las cualidades, las calidades para poder desarrollar un modelo de crecimiento que pueda no solamente desarrollar el mercado interno, sino también desarrollar una fuerte política de exportación, como de hecho lo hemos hecho, y me quedó medio en versito.
Pero la verdad es que durante mucho tiempo se dijo que estamos integrados al mundo, pero la Argentina no exportaba nada porque no era competitiva y yo creo que se mide la integración al mundo de un país, por lo menos en el aspecto económico, de su comercio exterior, de la suma de sus exportaciones y sus importaciones. Y yo los invitó a todos ustedes acá a que recorran los números de ese comercio exterior de las últimas décadas, y seguramente van a comprobar - no con sorpresa porque muchos de ustedes lo saben y por eso están sentados aquí escuchándome, sino no hubieran venido o se hubieran ido cuando yo vengo - ustedes lo saben: hemos logrado en comercio exterior, un nivel de exportaciones como hacía décadas que no lo lográbamos y además, como si todo fuera poco, de acuerdo a informes de la CEPAL, somos el único país en Latinoamérica que no ha reprivatizado sus exportaciones, sino que - por el contrario - ha logrado una mayor participación de las exportaciones, de las manufacturas de origen industrial en todo su comercio exterior.
Yo creo que este es el camino, yo creo que este es el instrumento permanente, el diálogo entre los sectores, de hecho con ADIMRA, que es una de las cámaras de mayor diálogo con todos los sectores del Gobierno, desde la época en que Juan Carlos, inclusive, era titular de la UIA, ahora está titular de su cámara específica, pero lo tenemos también hoy a Mendiguren, que nos acompaña, el titular de la Unión Industrial Argentina, con quien tenemos un excelente diálogo y es lo que queremos profundizar por sobre todas las cosas. Porque hemos logrado cosas, que eran impensables: somos - por ejemplo, hoy- los décimos exportadores de pollo del mundo, un dato, yo me acuerdo cuando era legisladora, diputada, o senadora a los legisladores, de la provincia Entre Ríos, llorar con la importación de los pollo y recuerdo, además, los primeros meses - ¿vos te acordás Parrilli, no? - cuando Néstor Kirchner era Presidente, que vinieron un montón de productores de Entre Ríos a tirar un montón de pollos a la Plaza de Mayo. Ustedes saben que la Plaza de Mayo te tiran de todo: pollos, piedras, bueno, lo que venga.
En aquella oportunidad vinieron y tiraron cientos de pollitos en la Plaza de Mayo y acuerdo como Néstor se abocó precisamente a abordar el problema del sector y hoy tenemos uno de los sectores de mayor crecimiento, no solamente en el mercado interno, se ha elevado el consumo a 34 kilos por habitante, sino también hemos desarrollado los galpones, que también estamos exportando. Porque fíjense ustedes como hasta una cosa que parecía impensable, los pollos que vinculación podrían tener en cuanto a lograr exportación con el sector metalúrgico, y sin embargo hubo alguien en la República Argentina que diseñó un modelo de galpón para criar pollos, que requiere obviamente de la industria metalúrgica y que hoy también se exporta, o sea no solamente exportamos los pollos, sino también los galpones y la tecnología.
Creo que si uno pudiera recorrer todas las actividades se encontraría cientos de ejemplos, la cuestión es cómo la digo siempre, la convicción, la voluntad y la decisión política de industrializar el país, de agregarle valor a todas las materias primas, agregar un sector que también es muy importante: el sector de minerales y en el cual también tiene un fuerte desarrollo y participación el sector de ADIMRA.
Agradecerles, como siempre esta invitación, que yo la valoro mucho porque considero muy importante el contacto permanente de los que tenemos las responsabilidades de gobernar por el voto democrático de la sociedad y aquellos que tienen la inmensa responsabilidad social de generar trabajo y de generar riqueza. Porque ser empresario también debe ser concebido como una inmensa responsabilidad social. Si uno observa la historia de los países desarrollados - por lo menos hasta mitad del siglo pasado y poco más también- podrá observar que mientras el sector productivo fue protagonista en esos países se desarrolló también una fuerte responsable social, que los convertía no solamente en meros generadores de riqueza, en gente que tenía el capital, sino que se concebía así mismo como responsable de los trabajadores que contrataba, de las familias de esos trabajadores y eso era un orgullo. Este fue el modelo de crecimiento de los grandes países desarrollados, más la ciencia, más la tecnología, más la promoción del Estado hasta que llegó el tema de la especulación y algunos creyeron que el dinero - sin pasar por el circuito de los bienes y servicios - podía reproducirse a sí mismo.
Estos paradigmas han caído, se ha confirmado que solamente el trabajo y ahora la neurona, la ciencia y la tecnología es lo que va a caracterizar la acumulación económica, en este siglo XXI, y yo ello creo sinceramente que la Argentina hoy está en óptimas condiciones para convertirse en una protagonista de fuste en el orden regional, y en forma conjunta con sus vecinos, en protagonistas en el orden global.
Para esto se requiere profundizar las articulaciones; para esto se requiere también - como decía alguien - no enfriar la economía, sino recalentar la inversión; para esto se requiere también un Estado que siga profundizando ese compromiso y para eso estamos hoy, aquí, para ratificar una vez más nuestra palabra, nuestro compromiso, pero por sobre todas las cosas, nuestras políticas en apoyo a la industrialización de nuestro país, la República Argentina.
Muchas gracias y buenas noches a todos y a todas. (APLAUSOS).