Muy buenas tardes a todas y a todos los egresados de esta promoción conjunta de las tres fuerzas armadas de nuestro país, de las tres fuerzas, a sus familiares que los acompañan, señores oficiales: realmente hoy también es un día muy especial; siento que en nuestro país - durante estos años, que la señora ministra desempeñó el honroso cargo de ministra de Defensa, de la República Argentina - hemos realizado entre todos una tarea muy importante, como ha sido la de fijar definitivamente y de acuerdo a tal cual lo marca la Constitución y la Ley de Defensa lo que es el concepto y el principio general que rige la defensa de nuestra Patria y que no es otro más que el de la legitima defensa, lo cual nos hace reconocernos como parte de un mundo multilateral, y en el cual el desempeño de tareas vinculadas a la paz ha tenido un desarrollo más que importante para nuestro país y para nuestra fuerzas armadas, confiriéndole a las mismas un importante prestigio al frente de las misiones que todavía desempeña y que lo hace con mucha eficiencia, tal como he podido constatar, por ejemplo, en la hermana República de Haití, en la misión de Naciones Unidas, la MINUSTAH.
Tambièn, en estos años, hemos podido diseñar y llevar a cabo la ingeniería, la arquitectura institucional, que permitió poner al frente de nuestras fuerzas armadas, al poder civil, organización democrática y constitucional de nuestras fuerzas armadas.
Las reiteradas oportunidades, en que me tocó asumir como Presidenta de la Nación, he comenzado a diseñar lo que debe constituir, en este siglo XXI, el rol de nuestras fuerzas armadas, que no puede ser algo ajeno o separado al rol de la nación en su conjunto. Y en este sentido, en otras oportunidades, en otras promociones, me habrán escuchado que el gran desafío que vamos a tener, durante el siglo XXI, será la defensa de nuestros recursos naturales y también el desafío de incorporar definitivamente a nuestras fuerzas armadas a un proyecto de país, donde la industrialización, la ciencia y la tecnología tengan un rol preponderante porque de la ciencia, de la tecnología y de la fortaleza interior de nuestro país también dependerá ese concepto de defensa.
En este sentido, durante la gestión de la ministra Garré, se han desarrollado importantes tareas para retomar ese rol industrialista, que marcó las mejores épocas de nuestras fuerzas armadas. Y creo que debemos seguir profundizando en ese sentido.
Hemos firmado, entre el ministerio de Defensa y el ministerio de Ciencia y Tecnología, un acuerdo de cooperación y seguramente el próximo ministro hará también lo mismo en el sector de informática con la Fundación Sadosky, tal cual he podido hoy articular entre ambos ministros: el futuro y el ministro de Ciencia y Tecnología.
Es muy importante entender que todos nosotros vamos a tener que hacer un gran esfuerzo para que, precisamente, el desarrollo tecnológico que ya estamos llevando a cabo, porque, tal vez, no aparezca publicado todos los días, pero quiero decirles que estamos construyendo radares íntegramente en nuestro país, tanto para la aviación civil como también para cuestiones de orden militar. Y lo estamos haciendo con tecnología argentina, con recursos humanos argentinos y con una repotenciación de lo que es la visión industrialista también en el sector de defensa.
Por eso, vamos a profundizar e intensificar este rol de nuestras Fuerzas Armadas en un mundo que se advierte como cada vez más complejo y más difícil.
Hace unos instantes acabo de ser visitada por el ex presidente de la República de Colombia, el doctor Álvaro Uribe y ambos comentábamos acerca de estos desafíos y reseñábamos que aquí en América del Sur, tenemos el 44 por ciento de la reserva natural de agua del planeta, 26, aproximadamente, de las reservas de hidrocarburos fósiles entre gas y petróleo y también la mayor cantidad, un 25 por ciento, del total de tierras cultivables de todo el planeta, siendo nuestro país, la República Argentina, uno de los que mayor participación en materia de tierras cultivables tiene en toda su extensión.
Esto nos exige, entonces, repensar y construir estos nuevos paradigmas en los cuales queremos acentuar la defensa y, fundamentalmente, la participación en ese concepto de nuestras Fuerzas Armadas.
Por eso quiero decirles a todos ustedes que creo que estamos ante una oportunidad histórica. Una oportunidad histórica no solamente como país por nuestros recursos humanos, nuestros recursos naturales, nuestras aptitudes, ¡lo que hemos crecido en estos años!; estamos ante una oportunidad histórica en esta Argentina del Bicentenario que ya termina, de comenzar en el primer año del Tercer Centenario, con una construcción conjunta de pueblo -porque ustedes son parte del pueblo, visten uniforme- y las autoridades, cada una en sus distintos niveles de responsabilidades, de una historia mejor para todos nosotros.
Estoy convencida de que a ustedes, muy jóvenes, muy pero muy jóvenes, tenemos que darles la oportunidad que nosotros no tuvimos; no importa ya por culpa de quién, lo importante es saber que no la tuvimos, de vivir en un país en donde no haya diferencias porque alguien viste de uniforme o no, en que no haya diferencias porque alguien le reza a un Dios o al otro. Siempre hemos tenido un gran orgullo de ser un país igualitario y creo que estamos ante la oportunidad de serlo más que nunca, no solamente hacia afuera, sino también hacia adentro, hacia nosotros mismos.
Yo quiero agradecerles a todos ustedes los esfuerzos que, seguramente, han hecho para obtener el título, el diploma y el sable que cada uno ustedes hoy va a recibir; también, felicitar y agradecer a sus familias que han hecho, seguramente, un gran esfuerzo para que ustedes puedan hoy obtener este diploma.
Quiero felicitarlos a todos y convocarlos, como siempre, a defender los sagrados intereses de la Patria.
Muchas gracias. (APLAUSOS)