Déjenme contarles que algo que sucedió ayer y que tiene que ver con esa perspectiva que nos hemos puesto como objetivo de los 150 millones de toneladas; en el día de ayer el Gobierno Nacional firmó el convenio con la Empresa Hidrovía precisamente para hacer la obra de dragado y balizamiento entre el Puerto de Santa Fe y el Puerto de Corrientes y Barraqueras, provincia de Chaco porque - como sabemos- hay que producir 150 millones, pero después hay que tener cómo transportarlas y además que el transporte tenga la suficiente competitividad para que realmente la rentabilidad sea buena. (APLAUSOS).
Lo cierto es que ayer hemos firmado este acuerdo que le significa al Estado, durante tres años, con un monto total de 112 millones de dólares y peaje cero, durante los tres años de duración de la ejecución de la obra, una erogación mensual de 3.125 mil dólares que ponen todos los argentinos, como decía yo ayer: los que cultivan, los que no cultivan, los que tienen trabajo, los que no tienen trabajo, los 40 millones de argentinos ponemos recursos para que una de las actividades de mayor dinamismo y de mayor crecimiento en los últimos años sume mayor competitividad. Todos sabemos que el transporte en la ecuación económica es un factor importante y además combinado también con lo que ha sido la firma con empresas de la República Popular China, en nuestra última misión junto con empresarios, para la reactivación del Belgrano Cargas, hace digamos una suerte de trilogía: transporte de carga automotor, transporte de carga ferroviario y la hidrovìa la trilogía necesaria para hacer aún más eficiente el sector.
Recién el ministro hablaba de una realidad incontrastable hoy, una creciente demanda que se va a duplicar o más aún, en el año 2030, unos hablan del 2050; lo cierto es que más allá de las diferencias de cifras la oferta no va a alcanzar a cubrir la demanda que va a necesitar el mundo en materia de alimentos.
Por eso el desafío es más que importante y la presencia del señor viceministro de Agricultura de Brasil aquí tampoco es casual, obedece a la última reunión que mantuvimos con el presidente de la República Federativa del Brasil, Inacio Lula Da Silva, precisamente en San Juan, con motivo la transmisión de la presidencia pro tempore del MERCOSUR donde mantuvimos - debo decir- una de las mejores reuniones que hemos mantenido, siempre son buenas las reuniones con Lula, pero esta fue muy buena porque arribamos a una decisión que me parece es trascendental para los tiempos que vienen: no salir a competir a los mercados en forma separada sino en forma unida. Porque creo que esto nos va a potenciar mucho más y nos va a colocar - yo digo - como uno de los actores en materia alimentaria, tal vez el actor más importante en el siglo XXI por la capacidad de la región, por la capacidad tecnológica, por los excedentes que somos capaces de producir y que otros países no pueden producir y por la diversidad, además, que tenemos y que es complementaria en muchas cosas también entre ambos países. Esta es decisión de carácter estratégico y que vamos a ir profundizando no solamente en el frente agroindustrial, sino también en el frente industrial. Y esto no va a ser solamente una cuestión vinculada con la materia que hoy nos ocupa, la decisión de profundizar el MERCOSUR, el haber podido arribar.- luego de años - a la elaboración de un Código Aduanero nos pone en la obligación de seguir en ese camino, en esa brecha y seguir profundizando más aún esta articulación entre Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay.
Precisamente la hidrovía también - ustedes saben que el proyecto no es solamente llegar desde Santa Fe a Corrientes- Barranqueras - que me acuerdo cuando estuvimos también habilitando el Puerto de Barranqueras, en provincia de Chaco, el desafío es llegar a Asunción y tal vez más arriba al corazón mismo del MERCOSUR, el que unido a otros proyectos de infraestructura que también debemos abrir hacía el Océano Pacífico nos conviertan realmente en la región más importante en materia de agroalimentos de todo el mundo. Este es un desafío muy importante. Y este proyecto, esta propuesta que me trajo el ministro Domínguez y que acepté al instante, que fue la de convocar a todos. Porque dijo algo que me gustó cuando terminó su discurso, desde distintos lugares, pero en este espacio y en este proyecto hay lugares para todos, de convocar a todos los sectores académicos, empresariales, productores familiares, productores a mayor escala para tratar de instalar definitivamente algo que termine con las asimetrías en nuestro país, o por lo menos contribuya a terminar con las asimetrías, el procesamiento también en origen de cada uno de los productos. Esta es una de las demandas de las regiones del país: del NEA, del NOA, de otros sectores fuera de lo que se conoce como el núcleo de pampa húmeda ha sido precisamente ese: lograr el procesamiento de sus producciones en el lugar de origen. (APLAUSOS)
Además creo que esto es un compromiso no solamente de equidad territorial, es además una cuestión de lógica de competitividad de la propia de la propia economía. Está comprobado que todo lo que se instrumenta y se hace en el mismo lugar, por lo que significa la lógica de los transportes y demás, es mucho más competitivo de aquello que tiene que ser trasladado de un sector a otro para ir agregando valor en distintos lugares, lo que le va sacando competitividad. Eso también se está viendo, por ejemplo, en el sector industrial donde las grandes automotrices, por ejemplo, hoy están montando las fábricas de autopartes prácticamente pegadas a la fábrica misma. ¿Por qué? Porque se tiene en claro que dentro de unos años, aquel que tenga que tener una logística que demande demasiado transporte o demasiados pases de transporte, pierde competitividad en el mercado global.
Por eso, el agregado en origen ya no es solamente una cuestión de demanda, digamos, ancestral de nuestras provincias, no solamente una cuestión de equidad geográfica, económica, territorial, sino que va a tener que ver con la competitividad en cada uno de los productos que cada una de las regiones produzca.
Este el eje: incorporar a nuestros universitarios que han tenido un desarrollo muy importante en organismos como INTA, como SENASA , como lo tiene también el INTI en el sector industrial, pero que se le debe dar mayor densidad al entramado entre las universidades y todo el sector productivo nacional económico. Mayor densidad porque siempre hubo como una suerte de desvinculación entre lo que era el proceso académico y el proceso económico productivo.
Está visto que en los grandes países donde se ha alcanzado un altísimo desarrollo, la tecnología, la ciencia y el conocimiento, producto del mundo académico, están directa e íntimamente vinculadas con los procesos económicos.
Por eso, saludamos esta iniciativa, saludamos la presencia y la incorporación de todos aquellos que han trabajado en todas estas jornadas y esperamos alumbrar en los seis meses que vienen, este proyecto. Que no es el proyecto de un gobierno, sino que trata de fijar una política de Estado, esencialmente, de modo tal que sea asumida por todos los sectores del país y, por lo tanto, no está sometido a los avatares y a los cambios.
Normalmente, hemos tenido en nuestra historia lo que se llaman "las políticas pendulares" o la política de que el que viene deja sin efecto exactamente todas y cada una de las cosas que hizo el anterior o que las que el anterior no terminó las deja stand by y luego se van perdiendo. Y de esta manera nos hemos ido frustrando muchas veces los argentinos.
Por eso creo que es hora de entender, como lo decía ayer en Avellaneda, que esto va más allá de un gobierno y que es, esencialmente, una política de Estado en la cual debemos sentirnos representados e incluidos.
Tenemos una oportunidad única porque a las bendiciones que Dios le dio a nuestro país en materia de tierra, en materia de climas, en materia de productos, se une también un alto nivel de incorporación de tecnología que nos ha puesto en materia de agricultura, a la cabeza del mundo.
Uno está en la India, está en lugares como la República Popular China y, realmente, el rendimiento, la rentabilidad, la competitividad que ha alcanzado nuestro sector en agricultura, es algo admirado en todo el mundo. Lo mismo en la calidad de nuestra agroindustria.
Por eso, creo que en este proceso en el que estamos inmersos, en el cual hemos decidido que tenemos que agregar mucho valor a nuestra producción primaria, es clave la presencia de los gobiernos de las provincias porque, además, tenemos que articular entre la Nación y las provincias para que los recursos se puedan optimizar, para que podamos tener una política que incluya provincia, municipio y Nación, porque todo tiene que ver también en lo que son las cadenas de valor que se van formando y de esta manera -por eso participativo y federal- poder arribar a una política que sea para todos los argentinos en un sector vital como es el agrícola-ganadero e industrial.
Así que, felicitarlos a todos por las jornadas de trabajo, que no serán las últimas, estamos clausurando una pero recién veíamos en el video la infinidad de encuentros que hubo y que son también de carácter territorial, porque lo que es importante es que no nos reunimos únicamente aquí.
Hoy hacemos esto de clausura aquí en la Capital Federal, pero yo lo he visto viajar al Ministro a distintas provincias argentinas, aquí lo veo a Jorge, donde también se hicieron jornadas en su provincia me acuerdo, a la que también viajó la Ministra de Industria en aquella oportunidad, y la verdad que vamos a recorrer y estamos recorriendo todo el país.
Necesitamos que todos se sientan parte de lo que ya son parte, pero que por distintas circunstancias durante mucho tiempo, fuimos un país desmembrado y no federal.
Por eso, muchas gracias a todos por la participación, incentivarlos a seguir trabajando, a seguir produciendo, a seguir discutiendo y debatiendo y a no tenerle miedo a la discusión, al debate y a las diferencias. En el único lugar en donde no hay debates, diferencias es en los cementerios. En todo otro lugar, cualquiera sea, siempre hay, aún en el seno de una familia, opiniones que por ahí son diferentes.
Esto no nos tiene que desanimar ni desalentar ni nos tienen que plantear que es malo discutir; al contrario, de los debates, de las diferencias, de las dudas, de las fuertes discusiones que se dan muchas veces, no en nuestro país, en la historia de la humanidad, han salido las grandes conclusiones, las grandes ideas y los grandes proyectos.
Por eso, me gusta mucho este foro de discusión, de debate y de trabajo y también de conclusiones, porque también es bueno debatir y discutir. Pero bueno, como toda discusión y debate tiene un límite, se concluye.
Además, acá hay una cuestión que es mucho más fácil que en otros ámbitos. Si estuviéramos en un congreso de filosofía, podríamos tal vez discutir hasta la eternidad seguramente, pero acá estamos en un congreso y un ámbito de realidades económicas esencialmente. Y cuando hablo de economía, no hablo de números, hablo de la economía como una ciencia que incluye, fundamentalmente, la tarea del hombre. Es mentira que la economía solamente sea una cosa de los economistas. Dios nos libre de que la economía la manejen únicamente los economistas.
Ya nos pasó muchas veces en la Argentina. Así que, con ese aprendizaje que yo creo sí creo que es una conclusión bastante generalizada, podemos darnos por satisfechos en esta tarea que estamos llevando adelante y seguir trabajando para poder arribar a ese plan estratégico 2010-2016 que se el plan de todos los argentinos.
Muchas gracias y muy buenas tardes a todos y a todas. (APLAUSOS)