Palabras de la Presidenta Nación ante empresarios, en Barcelona

PALABRAS DE LA PRESIDENTA DE LA NACIÓN ARGENTINA CRISTINA FERNÁNDEZ DURANTE EL ENCUENTRO DE EMPRESARIOS ARGENTINOS Y ESPAÑOLES, EN LA CAIXA DE PENSIONES, BARCELONA, ESPAÑA.

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Después de semejante presentación yo quiero decirle, señor Ricardo Fornesa, que si algún día decide dejar de ser presidente, aquí, de honor de la Caixa lo contrato como sponsor, como mi publicista porque realmente de hecho no ha leído nada. Yo miraba si había algún papel, se equivocó en una sola fecha y la rectificó inmediatamente, porque es cierto yo no fui Senadora en el año 1997, lo fui en el 95'. Le puedo asegurar que  nadie ha hecho una presentación como la que usted hizo, pero ni leída ni no leída, así que realmente muchas gracias a usted y en su nombre a "La Caixa" y a todos los señores y señoras empresarias, que hoy han decidido disponer de una parte de su tiempo para venir a escucharnos.

 

La verdad es cierto, España es el primer país inversor en la República Argentina, pero también no es menos cierto - tal cual lo relataba el señor Ricardo Fornesa - la Argentina, como todos ustedes saben explotó por los aires, allá en el año 2001, defaulteó la deuda que en esos términos y con esa estructura productiva, ese Producto Bruto Interno era francamente impagable. El problema es que cuando se realizó ese default se lo hizo casi triunfalmente, casi como una medida gloriosa y no como una medida, una decisión dramática solicitando, por ejemplo, la reestructuración de sus pasivos para poder pagarlos.  

 

Ustedes saben lo que fue Buenos Aires: bancos prácticamente blindados, el sistema financiero absolutamente quebrado, esa fue la Argentina que recibió como presidente, en el año 2003, quien es hoy secretario general de la UNASUR. ¿Qué pasó en estos años del 2003 a la fecha? Y me voy a referir hasta el 2008 porque el año 2009 - como todos ustedes sabrán - fue un año sumamente especial, no solamente en la Argentina, sino en el mundo.

 

Lo cierto es que hemos acumulado al 31 de diciembre del año 2008, un 61 por ciento del crecimiento del Producto Bruto Interno de la Argentina; hoy nuestra exposición en materia de deuda pública es del 46 por ciento del PBI. Esto si no tomamos la deuda intrasector público, porque si llegamos a la deuda intrasector público, esto es los bonos que tenemos colocados, por ejemplo, en Banco Nación o en la ANSES en realidad estamos en el 29 ó 30 por ciento de deuda pública de PBI, una cifra sustancialmente diferente a la del 160 por ciento que significaba el peso de la deuda, respecto del PBI, una restricción severísima. No hace falta ser economista para advertir que nadie puede crecer con un nivel de endeudamiento del 160 por ciento y lo cierto es que la Argentina comenzó, a partir del año 2003, ha tener los denominados superávit gemelos, superávit fiscal y superávit comercial, que mantuvimos inclusive - y esto si ya es muy importante y ya mirando el comportamiento de nuestra economía y de cómo funcionó el modelo en el año más difícil - por lo menos eso decían hasta hace muy pocos días, que había sido el 2009 el más difícil tal como vamos no sabemos cómo va a ser el 2010 - pero lo cierto es que el año 2009, luego del desplome del Lehman Brothers, en el último trimestre del año 2008, el mundo ingresó en un tembladeral sin precedentes y creó que constituyó,  para nosotros los argentinos, la prueba del ácido. Si realmente el modelo que habíamos planteado, desde el año 2003, podía sostenerse y era sustentable.

 

Lo cierto es que, al año 2008, mantuvimos nuestro superávit fiscal y comercial; algunos decían en el país que era producto del viento de cola, yo decía recién con otros empresarios que realmente nunca sentimos ningún viento desde atrás, ni por la cola, al contrario siempre fueron dificultades y muchas veces duras críticas que nos imponían desde los organismos multilaterales de créditos y de algunos sectores de poder, en el cual decían que nuestro modelo no era viable. ¿Y cuál era, en definitiva, lo que nosotros habíamos planteado en el aquel año 2003? Que necesitamos hacer crecer nuestro Producto Bruto Interno mediante un aumento del consumo, o sea mediante un crecimiento del mercado interno y también superando un poco esa dicotomía tonta que durante siglos, casi un siglo tuvo mi país en si teníamos que hacer prevalecer el mercado interno o tener un sesgo explotador, en realidad decidimos que no hay contradicción entre lo uno y lo otro, que al contrario son absolutamente complementarios. Los grandes países desarrollados tienen fuertes mercados internos con poder adquisitivo bueno para sus trabajadores que les permite, además,  tener mayor competitividad a la hora de exportar porque pueden educar a su pueblo, a su sociedad. Un pueblo educado es mejor mano de obra calificada, agrega valor a través de innovación y tecnología.

 

En fin, esto fue lo que nosotros esencialmente producimos y un desendeudamiento genuino; nosotros no pudimos acceder más al mercado de capitales. Quiere decir que lo que la Argentina comenzó a pagar, a partir de la reestructuración de su deuda soberana, en el 2005, que significó una adhesión del 76 por ciento de los acreedores y tenedores de bonos, de la República Argentina, comenzó a pagar puntualmente su deuda y también, por supuesto, su cumplimiento con los organismos multilaterales de crédito siendo el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo pagadores netos, inclusive hasta el año pasado y obviamente también nos desendeudamos luego desde 1957, fecha en la que ingresamos a Bretton Woods y desde ahí nunca más pudimos desendeudarnos del Fondo Monetario Internacional. Entonces nos desendeudamos en forma definitiva, cuando el ex Presidente Kirchner abonó en un solo pago, con reservas del Banco Central, recuerdo que teníamos en ese momento 28 mil millones de dólares de reservas en el Banco Central. El había recibido un Banco Central con 8 mil ò 9 mil millones de dólares apenas de reservas, lo había logrado acrecentar a 28 mil y ahí adoptó la sabia decisión de pagar al Fondo Monetario Internacional para no admitir más las condicionalidades de ajuste, que planteaba permanentemente sobre la economía y que solamente había producido achique, desempleo y endeudamiento.

 

En ese momento quedamos con 18 mil millones de dólares de reservas y al día de hoy estamos con casi 50 mil millones de dólares, para ser más exacto 48.575 millones, si no recuerdo mal la cifra, del  día de ayer, pese a haber pagado en estos primeros meses, del año 2010, más de 2 mil millones de deudas con reserva, luego de una gran discusión que dimos en el Parlamento, donde sostuvimos que era necesario aplicar fondos por los cuales en Basilea nos estaban pagando el 0,5 por ciento anual y se pretendía acceder a los mercados de capitales con un 12 por ciento de tasa anual en dólares.

 

Para que ustedes tengan una idea según las calificadores de riesgo, la Argentina - si accedía al mercado de capitales - accedía con una tasa del 14 ó del 15 por ciento; Grecia obtenía con las mismas calificadoras una tasa del 2 y del 3 por ciento. Esto para poner en claro qué es lo que ha pasado en estos años y también para entender no solamente lo que pasó en la Argentina, sino también lo que está pasando en el mundo. Yo creo que la Argentina fue desgraciadamente como una suerte de premonición de lo que sucedía en economías donde había un permanente endeudamiento y donde la deuda crecía más que su propio Producto Bruto y además donde se sometía a condicionalidades de qué se debía o no hacer en materia económica o en qué se debía invertir o no.

 

El otro día en la reunión de Presidentes, recuerdo un mandatario de un país centroamericano, caribeño para ser más exacta, que nos comentaba que el Fondo Monetario les había recomendado que se convirtiera en un país de servicios, de servicios financieros además. Bueno también le recomendó a Haití que no cultivaran más arroz y que se dedicaran a ser también un país de servicios. Hay experiencias realmente de demasiada gravedad y demoledoras en cuanto en cuanto a lo que ha sido el comportamiento de los organismos multilaterales de crédito, que hoy sufren una feroz crítica.

 

Yo la verdad que éramos, allá por el año 2003, casi voces heréticas hablando de estas cosas de las Naciones Unidas, o en España o en foros, empresarios, en académicos menos porque desde ciertos sectores de la academia había ya una posición crítica a lo que venía realmente. Pero en  los foros empresarios, a partir de esta convicción muy acendrada, desde los años 90 fundamentalmente, que el Estado estorbaba la economía y que el mercado todo lo podía y lo regulaba, se instaló esto muy fuertemente como una doctrina o pensamiento único y la verdad que hoy vemos, porque en realidad se decía que el Estado era muy irracional y que los mercados eran muy irracionales, y hoy cuando vemos el comportamiento, lo que está sucediendo en los mercados vemos que en realidad no hay nada de racionalidad, nadie puede hablarme de racionalidades en bolsas que un día están a 27 puntos, al día siguiente, porque el ministro estornudó o miró para alguien caen 20 puntos y que en realidad todos sabemos de qué se trata. Se trata de formidables movimientos especulativos, de ataques a tal deuda, a tal país, o a tal moneda para ganar en minutos o en horas cifras millonarias, en minutos, o en horas alguien se hace millonario y en los mismos minutos y en horas millones de personas en distintas partes del mundo pierden el trabajo, pierden las esperanzas o sufren restricciones que luego terminan definitivamente horadando los sistemas políticos.

 

Miren, yo de las cosas que dije en mi intervención,  no ya en la pública, sino en la privada que tuvimos con los Presidentes, con los 60 Jefes de Estado, dije que todo el mundo está preocupado por la situación económica, por los ajustes, por lo que le puede pasar a la inmigración, por las consecuencias que pueden tener las empresas en el desempleo o en el paro - como le dicen aquí - pero a mí sinceramente de esta crisis económica lo que más me preocupa es las profundas modificaciones que puede tener en el sistema político del mundo. Nos costó mucho instalar el valor democracia en nuestra región y en muchos países del mundo, Europa ha tenido experiencias en el siglo XX, a partir de situaciones económicas muy graves, de aparición siempre de sistemas políticos salvadores, que finalmente terminan arrasando con los más elementales derechos, con las democracias.

 

A mí lo que más me preocupa de la actual crisis es que si esta persiste, si las dirigencias políticas e institucionales, es a nivel global, no dan respuesta que permita recuperar trabajo, esperanza, no perder la casa a la gente, finalmente comienzan a aparecer liderazgos o doctrinas o ideas, que basándose en eso que está tan dentro de la condición humana, como es encontrar chivos expiatorios de lo que pasa, que pueden llegar a ser o los emigrantes, como fueron los judíos durante el siglo XX para el nazismo, o tal o cual país que amenaza la economía de tal o cual otro y entonces se convierte en algo peligroso y terminemos en experiencias que desgraciadamente si uno examina la historia de la humanidad se han repetido, para mi gusto, demasiadas veces y con demasiadas víctimas.

 

Por eso, sin profecías ni dramatismo quiero alertar que siempre sí una mira historia de la humanidad, las crisis económicas han devenido siempre en crisis de los sistemas políticos. Esto es una cosa para anotar y para mirar, pero siguiendo con lo qué pasó con la Argentina, en estos años, además de la acumulación de reservas, por primera vez en la República Argentina quienes no vinimos en nombre de las ideas liberales o del neoliberalismo, sostuvimos y sostenemos inclusivo, el año pasado, superávit comercial y fiscal. El año pasado, la Argentina tuvo el superávit comercial, casi 17 mil millones de dólares, o sea que no es una cifra que impresione mucho a un país con un Producto Bruto, como el de España, con un billón 464 mil dólares; nosotros tenemos un Producto Bruto de 306 mil millones de dólares, pero lo cierto es que tuvimos el superávit comercial más importante de nuestra historia. Nos faltaron 20 millones de dólares, fueron exactamente 16.980 millones de dólares para  precisamente seguir creciendo. Y en cuanto a recaudación, por ejemplo, mientras países como Chile - un país que es muy modélico - tuvo una caída neta de recaudación negativa del 25% y tuvo que echar mano al Fondo anti- cíclico que había constituido, lo cierto es que nosotros mantuvimos recaudación por un 26% superior al año anterior.

 

Es cierto que tuvimos también, pese el superávit comercial, una caída de las exportaciones, también tuvimos una caída de las importaciones producto obviamente de que se achicó ese crecimiento que teníamos con una tasa del 8,7 por ciento; nosotros después de China e India fuimos del país que más creció anualmente - obviamente hasta el año pasado que solamente le hicimos en 10, 9% - fue una cuestión muy importante. ¿Y cómo lo afrontamos? Primero porque veníamos con una solvencia muy fuerte, sin déficits, con una cuenta corriente de capital, además, positiva del 3,7 por ciento, algo que no se mira en otros países de la región. Los que son economistas debieran  mirar también la cuenta corriente,  que es algo del capital muy importante, y siempre fue positiva, hay otras economías de mayor volumen, pero tienen cuenta corriente negativa y por eso están tan sometidas a la volatilidad de los mercados y a las subas y bajas permanentes en su tipo de cotización, respecto del dólar, por ejemplo cosa que afortunadamente no nos sucede a nosotros a través de una flotación administrada, que hemos llevado muy bien y que nos ha permitido tener, también, un tipo de cambio competitivo. Y acá voy a la otra cuestión básica, que yo sé que está en discusión esto aquí, fundamentalmente, en Europa: la posibilidad de quienes tenemos la responsabilidad de conducir el Estado de poder manejar los instrumentos macroeconómicos frente a situaciones de crisis; obviamente el signo monetario es uno de los instrumentos básicos en el manejo de la economía, la convertibilidad además de endeudarnos nos tornó en un país donde exportábamos muy poco. Porque es curioso lo qué pasa con algunos sectores, fundamentalmente los sectores con los cuales hubo conflictividad, durante el año 2008.

 

Pero el otro día leía que un dirigente del sector rural decía que durante los años 90' estaban mal pero se sentían bien y que en cambio con nosotros están bien, pero se sienten mal. Esto yo lo llamo siempre prejuicios culturales fundamentalmente frente a determinados movimientos políticos o frente a determinadas políticas  porque en realidad el tipo de cambio competitivo obtenido mediante una flotación administrada nos permitió también ser muy competitivos en materia de exportación. Yo recuerdo unas discusiones que obviamente debe tener la euro zona  porque obviamente si bien han tenido, han unificado el signo monetario, el tamaño y la competitividad de las economías, obviamente, tienen cierto grado de disparidad, en algunos casos más profundizadas y estos son digamos las cuestiones que seguramente no voy a venir a dilucidarse yo, sino me pondría en el lugar del señor Barroso o del señor Rampuy, pero no tengo la menor la menor intención.

 

Lo cierto es que además durante estos años creció fuertemente también no solamente es el sector agroexportador, sino también la manufactura agropecuaria y la manufactura industrial, que volvió a tener el porcentual de exportaciones un rol muy importante e inclusive el año pasado, donde tuvimos una caída del sector automotriz - ustedes saben que los bienes durables, como es el sector automotriz son los primeros que caen frente a una crisis, porque la gente no deja de comer, ni deja de hacer determinadas cosas, pero obviamente ,por ejemplo, no cambia el auto o no se compran autos; lo cierto es que nosotros estuvimos el año pasado, en el primer trimestre, con una capacidad instalada ociosa del 80% en el sector automotriz, por ejemplo, que tiene una mano de obra muy calificada, o sea no es lo mismo que se pierda un trabajo de la construcción, donde uno puede suplirlo, o a través de un desempleo o a través de otro trabajo alternativo, sino que es un sector con alto grado de calificación que es muy demandante, a la hora de la perdida del trabajo.

 

¿Qué hicimos ahí? Bueno hicimos cosas que nadie hubiera creído, ni yo misma jamás lo hubiera creído, por ejemplo para sostener la actividad, y en esto el rol del Estado es fundamental porque el mercado - les comento - desapareció. Cuando vino la crisis, que el mismo  mercado provocó, el mercado literalmente desapareció. Entonces ahí acudió presuroso, el denodado, el denostado, el malhadado Estado a intervenir, y lo hicimos inteligentemente o por lo menos creo yo que le hicimos inteligentemente en forma humilde.

 

Me acuerdo que en aquel momento del paro, cuando se presumía que podía haber un aumento del desempleo, vinieron de la Confederación General del Trabajo a una reunión muy grande, allá por febrero, donde nos vinieron a pedir que restableciera nuevamente la doble o triple indemnización, que prohibiera los despidos. En fin, una serie de medidas que son comunes cuando vienen a pedir medidas sectoriales, obviamente, nadie puede pedir que los trabajadores vengan a pedir por sector patronal, vienen a pedir por sus representados. Yo creo que en estas cosas nunca hay que enojarse, ni cuando los empresarios te vienen a pedir cosas, ni cuando los trabajadores te vienen a pedir cosas para ellos. La virtud está en saber qué es lo que se puede dar y qué es lo que no se puede dar para que la máquina siga funcionando.

 

Y yo me acuerdo que les dije: "miren la medida suena linda, pero el resultado va a ser totalmente inverso a lo que se va a buscar". Porque ni bien trascienda que el Ejecutivo estaría por promover una Ley de No Despidos o de Aumentos exactamente me van a despedir a todo el mundo, por si acaso. Esto es una reacción típica de capital, que como ustedes saben es muy temeroso y muy cuidadoso de sus intereses y muchas veces de tanto cuidar sus intereses - y me refiero esto al capital productivo, no estoy hablando del capital especulativo o financiero - estoy hablando de los hombres que invierten en la producción de bienes o servicios.

 

Y entonces les dije: "no, yo voy a apostar por otra cosa, yo voy a apostar, por ejemplo, a sostener el vínculo laboral, a ayudar a que las empresas, si tienen problemas, no echen gente". Eso es lo más importante porque cuando el gerente del sector personal firma el telegrama de despido es una firma más, es un drama para el que lo recibe y es mucho más fácil firmar ese telegrama de despido que volver a reconstruir ese puesto de trabajo que se ha perdido. Con lo cual la primera decisión que adoptamos fue que la intervención del Estado tenía que ser a que no se rompiera el vínculo y empleamos un menú de decisiones muy importantes. Por ejemplo, un sistema REPRO, donde le pagábamos a la empresa por trabajadores, hacíamos una ayuda salarial de unos 600 pesos para que ese trabajador fuera despedido. Les doy un ejemplo, durante el turismo invernal, ustedes saben que Bariloche es un lugar turístico típico nuestro y cuyo principal cliente es Brasil - se le dice Brasiloche normalmente por qué durante la etapa invernal no queda un sólo brasilero, en Río de Janeiro y San Pablo, de los que tienen plata obviamente, y vienen a esquiar a Chile y toda la zona. Había surgido, además, de Lehman Brothers la Gripe A, con lo cual  no vino solo brasilero a Bariloche y yo tenía una amenaza de despido de más de 5.000 trabajadores del sector hotelero, que quedaban en la calle, en un lugar como la Patagonia, creándote un drama de carácter político y social sin precedentes. ¿Qué hicimos? Acudimos con el sistema de REPROS, los empresarios le sostuvieron una parte del sueldo y la otra parte del sueldo se la sostuvimos nosotros, hasta que pasó la crisis y comenzaron a descender paulatinamente.

 

Pero no fue esta la única manera de intervención, esto se dio en todas las actividades, se dio en la actividad turística, como la hotelera, se dio en la metal mecánica que también había caído mucho porque habíamos tenido el problema de la sequía, del año anterior, más los pronósticos agoreros, habíamos tenido una  caída fuerte en el sector de metalmecánica, donde también intervinimos y en todo el sector automotriz. Pero después hubo medidas como, por ejemplo, un préstamo a la General Motors. Eso fue, digamos, el leading case, yo digo de mi administración, si a mí alguien me hubiera dicho en los años en que - Fornesa contaba que yo conocí a Kirchner en la universidad, que siendo Presidenta le iba a hacer un préstamo a la General Motors, yo le hubiera dicho que estaba loco, que jamás hubiera hecho eso con una multinacional americana, como que un gobierno popular prestarle plata a una multinacional norteamericana.

 

Lo cierto es que la General Motors, el año anterior, nos había presentado un plan de inversión muy interesante de un nuevo auto y cayó Lehman Brothers, a General Motors desde su casa matriz no podía remitirle ni un solo peso, sino que le girara algo, si tenía, y no había financiamiento. Y allí fuimos con la ANSES a dar un préstamo para sostener una planta que realmente es muy importante, fue una de las últimas que construyó la multinacional, es una planta modelo en Rosario, provincia de Santa Fe. Aquí me acompaña el presidente del bloque de Diputados de mi partido, en la Cámara de la Nación, que es rosarino y sabe de qué estoy hablando y no solamente logramos sacar el modelo a flote, sino que hoy tiene 1800 nuevos trabajadores y ya me están por devolver la mitad del préstamo porque las cosas anduvieron muy bien.

 

También hicimos una fuerte intervención porque lo más importante - y esto tal vez pueda servir de experiencia, por lo que yo puedo percibir o ver aquí también en España - lo más importante ante la crisis de esta magnitud es seguir  incentivando el consumo, seguir incentivando la demanda agregada porque si no la crisis es como la autoprofecía cumplida. Hay crisis y lo más curioso de todo es que los sectores de mayor poder adquisitivo, o de mediano poder adquisitivo, son los que terminan restringiéndose más en el consumo y terminan agravando la propia crisis porque obviamente si yo dejo de comprar un auto, o dejó de comprar cosas por temor o a que me voy a quedar sin trabajo, o simplemente para ahorrar y resguardarme de la crisis, seguramente todos lo que contribuyen a construir este auto, o esa cosa que yo dejo de comprar, dejan de ganar y finalmente es muy probable que finalmente yo misma perdiendo el empleo por ahorrar dinero. Parece casi una cosa de agarrarse como el perro la cola.

 

En ese en sentido coincidimos con Lula, salimos hacia al unísono ambos presidentes a pedir y a sostener la demanda agregada. Lo hicimos también con convenios colectivos de trabajo, donde no se fuera con negociación salarial a la baja, aunque parezca una contradicción y también, el año pasado, instalamos lo que constituye una de las políticas sociales tal vez más importantes de las últimas décadas de nuestro país, que fue instalar-  lo que relataba Fornesa - que es la Asignación Universal por Hijo para aquellos sectores desocupados, con hijos menores de 18 años, o que estando en el mercado informal no tienen el salario mínimo vital y móvil. ¿Por qué adoptamos este sistema de las Asignaciones Familiares? Siempre ha habido, cuando se hacían políticas sociales con planes sociales fuertes críticas del sector empresario porque se decía que competían con el mercado laboral. Creo que es una crítica que también he escuchado por aquí en algunos sectores en España, con respecto al Fondo de Desempleo, o al monto del desempleo; lo cierto es que porqué hacíamos esto y no aumentábamos, nos propusieron aumentar el Seguro de Desempleo. No, preferimos dar las Asignaciones Universales por Hijo a los desempleados porque en la Argentina las Asignaciones Básicas Familiares las paga el Estado a los trabajadores formales; entonces si hay un trabajador desocupado y no tiene ningún ingreso y nosotros le damos las Asignaciones Básicas Familiares por Hijo, igual que si se tratara de un sector ocupado, cuando esa persona consigue trabajo no pierde la ayuda familiar y por lo tanto no compite esa ayuda de sostenimiento, que le da el Estado, porque no tiene trabajo, o porque es un trabajador informal y por lo tanto todo los trabajadores informales están normalmente por debajo del salario vital, mínimo y móvil y de esa manera, entonces, hacíamos coincidir la asistencia por parte del Estado y al mismo tiempo una alineación con el mercado de trabajo en blanco y regular, que por cierto cuando asumió Kirchner estaba en el orden del 50 por ciento, y hoy hemos logrado una reducción del 35,5 por ciento que todavía tenemos de trabajo ilegal en la Argentina y que debemos combatir como un gran flagelo.

 

En el campo energético, yo sé que aquí hay muchos inversores en materia energética y de telecomunicaciones, donde realmente España ha tenido inversiones más que importantes. No Sé si habrá algún representante de Telefónica, a Cesar Alierta no lo veo, pero lo cierto es que hoy Argentina es el país con mayor cantidad de celulares de toda América, y cuando digo de toda América incluyo a los Estados Unidos de Norteamérica. Es un record de los que también hemos tenido, es más gente que tal vez no tenga un teléfono fijo en su casa nunca, tiene un teléfono celular. Esto es un importante ejemplo que les pongo a las compañías de telecomunicaciones han hecho un verdadero de lo que yo denomino ejercicio capitalista, en materia de innovación y tecnología. Han ido con la oferta adelante sobre la demanda. Digo esto porque cuando surgió, por ejemplo, la telefonía celular en todo el mundo, pero digo en la Argentina, le voy a dar el ejemplo, yo recuerdo el año 1995, un celular salía como mil dólares, era casi un artículo de lujo. Hoy prácticamente los celulares los regalan porque en realidad lo importante es el servicio y uno puede ir a una obra en construcción y ver a todos los trabajadores que están con la pala y sacan su celular para sacarse fotos cuando uno va.

 

 Esto revela una democratización importante del servicio, pero una inteligencia de tener un menú y un adelanto tecnológico de servicios similar al que tuvo Henri Ford cuando invento el auto. Hasta que Henry Ford industrializó el auto la gente no necesitaba autos, andaba a caballo, en diligencias, en carretas o en lo que fuera. Bastó que industrializaran el auto para que todos quisieran tener eso. Y ahí entonces la oferta estuvo siempre adelante de la demanda con innovación y con tecnología. Fue uno de los signos distintivos, casi emblemático del capitalismo en Estados Unidos, el sector automotriz. Y hoy, por ejemplo, el sector de las comunicaciones es un sector también emblemático porque precisamente yo creo que una de las premisas fundamentales es ampliar el número de consumidores y no aumentar el precio de los servicios para obtener la rentabilidad, clave en el desarrollo capitalista.

En el sector energético, cuando llegamos al país, realmente no había inversiones de las compañías que habían invertido en el país. Pero esto no era culpa de las compañías, era que no había donde poner producción, allí si obviamente como no había demandas porque no teníamos nivel de producción las últimas inversiones en materia de aumentar la capacidad de generar energía en la República Argentina se habían hecho las últimas, en 1998, si no recuerdo mal y si no que me corrija el señor ministro de Planificación.

 

A partir del año 2003, obviamente al aumentar la producción, comenzó la producción, la exportación, el consumo también familiar, el número de consumidores al generar 4 millones y medio de puestos de trabajos nuevos, desde el año 2003 al año 2008, y hubo gente que obviamente comenzó a acceder a servicios que no tenía, desde agua, desde luz, desde teléfonos, desde un auto, etc., etc. También al mismo tiempo que aumentaban los consumidores aumentaba la necesidad de la industria por exportación, por mercado interno con lo cual tuvimos en algunos momentos situaciones en materia energética, sobre todo con una matriz muy gasodependiente, como la que todavía tenemos y que estamos queriendo diversificar. De hecho retomamos el Plan de Energía Nuclear en la Argentina, que había sido abandonado en 1994.

 

La tercera central atómica que iba a tener el país, que es Atucha II, su construcción había sido interrumpida en 1994. Nosotros hemos retomado la cuestión energética nuclear, hemos retomado la reconstrucción de Atucha II, que vamos a terminar posiblemente a fines de este año o mediados del año 2011 y ya tenemos en cartera la preparación y el pronto llamado a licitación para Atucha III, que sería la cuarta central, porque al mismo tiempo hemos lanzado ambiciosos planes en materia de Gas Plus, de Energía Plus, estamos también con una licitación de más de mil megavatios promocionales fiscalmente, en materia de energías alternativas. Es básico diversificar la matriz energética, no solamente por una cuestión de costos, sino por una cuestión, como todos ustedes saben, de medioambiente. Y también estamos muy empeñados en esto, nosotros creemos que en materia de energía nuclear tenemos que trabajar mucho, creo que es una energía que va a volver -superados prejuicios del pasado, más les necesidades del presente y del futuro - vamos a tener que tener un desarrollo importante.

 

De hecho la Argentina, creo que es a nivel latinoamericano, la de mayor expertise nuclear. Le hemos ganado licitaciones a Francia, por ejemplo, en diseño, construcción, ejecución y puesta en marcha llave en mano de reactores nucleares. El último fue en Australia, donde me acuerdo que yo iba a viajar y no pude y viajó De Vido entonces, con el ministro de Educación, y estábamos creo que a punto de ganar un reactor nuclear también a Holanda, pero se cayó la licitación dicen que por cuestiones económicas que habían surgido en la Comunidad. Era para renovar uno de los reactores nucleares más importantes de la Comunidad Europea, que está ubicado en Holanda.

 

Nosotros tenemos una empresa, como INVAP, a la que también hemos estado financiando, construyendo junto a ella y hoy estamos construyendo junto a la NASA, por ejemplo, un satèlite que mide la salinidad de los océanos para ver cómo impacta en el medioambiente; estamos construyendo radares, en materia de aviación civil y militar con un desarrollo muy importante.

 

Podría hablar durante horas sobre el sector agrícola ganadero, también del crecimiento de lo que ha sido todo este sector. Pero me quiero detener especialmente en un sector que proporcionalmente fue el que más creció exponencialmente y que es precisamente el sector de las tecnologías informáticas. Ustedes saben que durante mi Gobierno yo cree el Ministerio de Ciencia y Tecnología, pero también se desarrolló una Ley de Promoción de Software y realmente el sector informático es uno de los que más desarrollo ha tenido y que más ha aumentado sus exportaciones, y además ha colocado como plataforma al país para muchísimas empresas de carácter internacional. La última que me tocó inaugurar fue IBM, donde ya se exporta desde Argentina a todo el mundo y han decidido, por ejemplo, trasladar su central de exportación de la India a la República Argentina. Esto obedece esencialmente a los recursos humanos altamente calificados que hay en la Argentina y también a leyes promocionales que estamos haciendo muy importantes en materia de software e informática, además de préstamos y líneas especiales que se dan desde el Ministerio de Ciencia y Tecnología.

 

Podría seguir contándoles lo que pasó en estos años, desde el 2003 a la fecha, pero para nosotros realmente la prueba más importante fue el año pasado. No sé si lo dije ya aquí pero he estado en otras reuniones antes y yo decía que el año 2009 era la prueba del ácido. Realmente creemos que la solución o por lo menos el modelo a seguir es el de volver a colocar el centro de la inversión, el capital, pasando por la producción de bienes y servicios, también con mucha innovación tecnológica, con mucho valor agregado. Creemos que esto está claro. Creo que se ha perdido esto de vista a partir de los productos y derivados financieros, a partir de la reforma que se produjo si mal no recuerdo en Estados Unidos en 1994, creo que fue cuando se separaron los bancos de inversión de los bancos comerciales. La falta de control y regulación por parte de los fondos que se trasladan de un banco a otro sin ningún tipo de contralor, más agencias calificadoras de riesgo que en realidad hoy el riesgo es caer bajo la mira de alguna agencia de calificación, mejor es que te ignoren, que no se den cuenta ni que existís sería lo mejor que podría pasarle a uno.

 

Creo que hay que replantear esto globalmente, mediante nuevos instrumentos globales, los periodistas nos decían ayer en la conferencia de prensa ¿y cómo? Bueno, estamos con los principales instrumentos multilaterales que son Naciones Unidas y FMI, Bretton Woods y Carta de San Francisco creados en un mundo de posguerra. Ustedes son hombres de empresa, imagínense que estuvieran funcionando con los mismos instrumentos y las mismas cosas que tenían -si es que alguno de ustedes había nacido en ese momento o ya tenía alguna empresa, o su padre era empresario- de la misma manera que estaban funcionando en 1945. ¿Sería posible, serían rentables, serían competitivos? Bueno, el mundo está funcionando en sus organismos multilaterales que dirigen las finanzas y la política del mundo con instrumentos y organizaciones que han sido creadas en el mundo de posguerra, en 1945, Bretton Woods creo que fue en 1946 si mal no recuerdo. La verdad que es necesario reformular estos organismos, Einstein decía que es indicio de locura creer que con los mismos métodos uno va a obtener resultados diferentes, y la verdad es que no nos hemos revelado eficientes en el mundo global. ¿Por qué? Porque estos organismos fueron creados para un mundo bipolar, un mundo donde por ejemplo el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas funcionaba en torno a lo que era la realidad de ese momento, el peligro del holocausto, que alguno de los que tienen la bomba nuclear apretara el botón, saltara en Moscú o donde fuera. Ese mundo terminó, se acabó, ese mundo no existe más; es más, antiguos adversarios hoy se juntan, discuten, incluso han surgido otros adversarios menos identificables, más letales también. El terrorismo global es un adversario mucho menos identificable, no se lo ve y cuando se lo ve y se lo siente ya es demasiado tarde, miles ya volaron por los aires y a la luz de estas cosas comienzan a suceder cuestiones que son inmanejables en el mundo.

 

Por lo tanto en materia económica pasa exactamente lo mismo, seguimos pensando de la misma manera que se instaló en el consenso de Washington que el Estado no servía para nada, se creyó cuando cayó el Muro de Berlín que se había acabado el Estado y por lo tanto el mercado todo lo solucionaba, ya nos dimos cuenta también que el mercado no lo soluciona, es más, cuando el mercado provoca los problemas desaparece y quedan los Estados solos haciendo ajustes, pidiendo achiques, haciendo restricciones. ¿Entonces dónde estaban los que tenían que controlar que estas cosas no pasaran, dónde estaban los que les hemos delegado los distintos países y regiones para controlar que tal banco no hiciera tal cosa? ¿Por qué a un banco pequeño o un comerciante pequeño o un empresario lo controlan perfectamente en sus cuentas, en sus balances, sino no cotiza en la bolsa, si está en la bolsa de Nueva York la SEC le toma hasta el ADN, salvo que sea Madoff por ejemplo? Ahí nos enteramos que tenía algún amigo en la SEC que no lo controlaba.

 

Entonces las cosas están fallando y cuando las cosas fallan lo mejor es revisarlas, no digo tirarlas por la ventana, no digo eliminarlas, aquí no se trata de estigmatizar a nadie, simplemente revisar las cosas que se han hecho porque están mal. Sería casi torpe, casi tonto seguir con posiciones ultramontanas. Yo ayer decía cuando alguien me preguntaba  ¿qué es lo más importante de la cumbre? Lo más importante fue que no hubo posiciones ultramontanas. Qué quiero decir con esto. Cuando yo decía algunas cosas en reuniones de los años 2003, 2004, todos me miraban como diciendo a esta de dónde la sacaron, mirá las cosas que está diciendo, que está planteando. Me miraban casi como si estuviera proponiendo no sé, la cuadratura del círculo, y provocaba reacciones que por ahí se ponían del otro lado también muy virulentos. Ayer todos nos escuchamos y la verdad que lo más importante es que todos hemos advertido que primero nada es definitivo ni infinito, salvo cuando uno se muere, que es lo único definitivo e infinito, las cosas siempre pueden cambiar y hay que estar preparados para estos cambios. Lo peor que le puede pasar a un gobernante, a un empresario, a un trabajador, a un estudiante, a cualquiera, es no advertir esto y creer que las cosas siempre son igual porque las leyó en algún libro, porque se la contó algún diario o porque se las dijo algún interés.

 

Y también comenzar a ver que atrás de todo hay intereses, que no hay malos y buenos ni réprobos y elegidos, que siempre hay intereses, más allá de que todos podamos cometer errores de gestión gubernamental, de gestión empresarial, una mala decisión empresarial o gubernamental de la cual ahí está exento. Pero convengamos que muchas veces atrás de furibundas críticas, atrás de terribles artículos, se esconden poderosos intereses que tienden a frustrar procesos que con sus dificultades, con sus aciertos y sus errores, han tenido una interpretación diferente de cómo se puede construir una economía y un país. Y yo sinceramente creo, siempre lo creí y nunca lo entendí, nunca entendí el capitalismo que me decía que tenía que ajustar y sacarle cosas a la gente para que la gente viva mejor, la verdad no lo entiendo. Yo no puedo entender que alguien tenga que renunciar a derechos básicos para poder vivir mejor, no creo en esa sociedad porque en términos de tiempo es una sociedad que no tiene sustentabilidad política y lo que nosotros necesitamos como gobernantes y ustedes necesitan como empresarios es sustentabilidad, que la gente esté dispuesta a vivir en ese modelo y en esa cosa que le proponen. Porque cuando la gente no está dispuesta a vivir en ese modelo que le proponen y en esa sociedad que ve injusta, ve que tiene que pagar él y el otro que se llevó un montón de plata no pone nada y todavía dar sermones, la gente se pone nerviosa y pueden pasar cosas que no queremos que pasen.

 

A nosotros nos pasó esto en la República Argentina y estamos dispuestos a tomar todas las medidas necesarias para que nunca más vuelva a pasar. La verdad es que nos gustaría en la próxima reunión del G20, donde también España y varios países de la Unión Europea participan, llevar a cabo estas cosas y que se pongan en marcha. Porque tampoco es justo, y aquí hablo en nombre de todas las regiones del mundo, que quien es el primer líder a nivel mundial, por una razón muy sencilla, porque produce el 25 o 30% del producto bruto del mundo, porque además tiene la suerte de poder imprimir con la cara de George Washington y Benjamín Franklin, cosa que no tenemos en todos lados; porque además tiene, como dice nuestro Canciller, misiles F16, otro componente importante a la hora de relaciones de fuerza en el mundo, lo cierto es que también allí hay un déficit estructural monumental mucho más grande. Pongámonos a pensar también en nuestras propias economías, obviamente que ninguna economía tiene que tener déficit, yo sostengo la necesidad del superávit, pero la primera economía del mundo, la que tiene moneda de reserva y todos se van cuando hay algún problema a esa moneda de reserva, tiene un superávit estructural monumental que debe ser tres, cuatro, cinco o 20 veces el producto bruto de importantes países. Tiene también un formidable déficit comercial, además también generó parte de la caída y también hubo importantes tesituras ayer en la reunión de cómo el nivel de endeudamiento que tuvo la sociedad norteamericana como gran consumidora, producto de que no se aumentaban los salarios pero había un gran nivel de endeudamiento, terminó generando derivados financieros que luego fueron diseminados en distintos sistemas financieros del mundo y tenemos al final la crisis que tenemos hoy.

 

Estas cosas va a haber que hablarlas, de modo tal de que cada uno pueda ejercer el liderazgo que el tamaño de su economía le da pero ejercerlo en forma responsable para con la comunidad internacional y la comunidad global. Me parece que estas son las cosas que habrá que discutir. Ustedes dirán esta mujer está loca, la van a sacar a las patadas del G20. Vamos a intentarlo, yo creo que somos varios los que pensamos de esta manera porque antes por ahí yo decía estas cosas pero afortunadamente ahora escuché a otros colegas de otros importantes países decir exactamente lo mismo. Esto es como aquel cuento, primero se llevaron a los estudiantes pero como no era estudiante no dije nada, después se llevaron a los judíos pero como no era judía no dije nada, después vinieron por mí y ya era demasiado tarde. Espero que esto que toda la vida creí que era de Bertol Brech pero no es de él, era de un señor judío cuyo nombre no me acuerdo, lo vi en el Museo del Holocausto en Washington, fue una frase que toda la vida se adjudicó a Bertol Brech y realmente siempre me impresionó porque refleja lo que muchas veces nos pasa, que cuando nos damos cuenta ya es demasiado tarde.

 

Por eso quise contarles la experiencia de lo que pasó en la Argentina, que se parece mucho a lo que pasa en muchos países, hasta las escenas son las mismas. Cuando veía el otro día en Grecia que morían asfixiados tres empleados bancarios porque no habían podido salir del banco incendiado, en Buenos Aires no murió ningún empleado bancario, en Buenos Aires en diciembre del año 2001 murieron más de 30 y pico de argentinos en diferentes partes del país, en las calles, no dentro de ningún banco, algunos tuvieron que blindarlos, pero las escenas que uno veía en Atenas eran escenas demasiado parecidas a las que vivimos en Buenos Aires.

 

Por eso, no vengo aquí a dar consejos ni tengo la receta mágica para resolver el problema de nadie, simplemente compartir con ustedes lo que fue nuestra experiencia, las respuestas que le dimos y también la necesidad que tenemos de que la situación se regularice rápidamente en todo el mundo porque a nadie le conviene, yo no soy de los que creen tanto peor tanto mejor. Pero también quiero decirles, porque a eso venía, hay importantes inversores aquí, que Argentina y la región en general, está el secretario de la UNASUR así que no puedo no hablar de la región más allá de que sea la presidenta de la República Argentina; yo creo que América del Sur en serio va a tener un rol muy importante en el siglo XXI. Energía y alimentos van a ser dos claves básicas. Es más, ustedes saben que la demanda de alimentos cuando hay crisis aumenta, hasta por los nervios, la gente se pone nerviosa y come más. Esto parece gracioso pero no lo es, es así como les digo. Y creo que realmente tenemos un know how, además de obviamente los dones naturales de una región con una capacidad de cultivo y extensión de cultivo pocas veces vista en el mundo, con saldos excedentes muy importantes porque además somos 40 millones en tamaño territorio; con una tecnología que nos ha hecho competitivos como nadie en el sector agrícola ganadero, pero necesitamos agregar mucho valor a esas materias primas.

 

Hace poquito estuve inaugurando una empresa muy importante, en Porteña, provincia de Córdoba, de Sancor, ustedes saben que Sancor es una de las principales productoras de alimentos de nuestro país, en asociación con una empresa dinamarquesa, con tecnología dinamarquesa. Les voy a contar esta experiencia porque es increíble: durante mucho tiempo en la industria quesera en la Argentina el suero que queda luego de hacer el queso se tiraba, con lo cual además de ensuciar contaminaba, luego se comenzó a tomar parte de ese excedente y hacer una suerte de tratamiento cuyo nombre no me voy a acordar pero genera una proteína de altísimo valor que se exporta a Asia, a África y ahora con otra nueva tecnología han vuelto a doblar la inversión, con otra fábrica similar prácticamente al lado, en donde ya no se desperdicia absolutamente nada y esto se exporta casi en su totalidad. Doy este ejemplo como puedo hablarles de todo lo que es materia alimentaria y agroindustria que realmente las expectativas en la Argentina son más que buenas.

 

Les podría hablar también del software, de la inversión en tecnología, en materia nuclear, energética, en fin, yo creo que sinceramente estamos en la Argentina ante una oportunidad histórica para remontar definitivamente y asentar un modelo de crecimiento que además se plantea la inclusión social para la cohesión, porque además sostenemos que sin inclusión y cohesión social no hay modelo político sustentable ni país..., bueno, luego de que pasó el peronismo y que la gente aprendió a comer cuatro veces al día e ir al colegio, esas cosas que la gente afortunadamente no se desacostumbra cuando le quitan determinados derechos y los defiende a rajatabla.

 

Por eso nosotros somos tan inclusivos con este modelo que hasta los que más han ganado son los que por ahí no están de acuerdo con el modelo, pero son esas cosas que tenemos a veces los argentinos, algo de los españoles también debe ser, algo que tenemos en nuestros genes. Pero nunca, y esto lo saben los balances de las empresas en nuestro país, no estoy mintiendo, nunca han tenido la rentabilidad que han tenido durante estos últimos años, aún aquellos que no están de acuerdo con el modelo. Por eso el modelo es inclusivo, el modelo es inclusivo no porque incluye únicamente a los pobres o a los que están de acuerdo con el modelo, el modelo es inclusivo porque es un modelo donde el objetivo es que ningún sector de la sociedad quede afuera sino que todo participen desde el rol que les ha tocado, de trabajadores, de estudiantes, de científicos, de empresarios, de inversores o de dirigentes políticos, que también es cierto.

 

Y para finalizar, rescatar un poco la política, tan denostada y criticada, pero que en definitiva cuando las papas queman y cuando todo parece venirse abajo siempre hay que venir desde la política, no tomada como partido. Una receta que sí puedo dar aquí en España, sobre todo por los manejos políticos que uno advierte entre oficialismo y oposición: cuando la crisis se profundiza, cuando la crisis es muy grande, no crean los opositores que van a quedar exentos de las consecuencias de la misma, las grandes crisis cuando se profundizan arrastran a toda la dirigencia porque normalmente terminan ciclos económicos que también marcan el fin de ciclos políticos. Porque hay mucha especulación en todo esto, algunos creen que porque le va mal al que está en el gobierno van a llegar ellos mañana al gobierno, no es así, las experiencias históricas también demuestran que se lleva puesto todo. Yo no sé si Kirchner hubiera sido presidente en el año 2003 si la Argentina no hubiera tenido la crisis que tuvo, fue en cierta manera un hijo de la crisis, un dirigente al que muy poca gente conocía, de una remota provincia argentina, con menos de un habitante por kilómetro cuadrado, con más ovejas que gente y además con fama de haber pertenecido a una generación medío revoltosa, a una Argentina allá en los años 70 de la cual también formé parte yo. Bueno, no tenía nada digamos de lo políticamente correcto como para poder acceder a la presidencia, y precisamente fue la crisis la que provocó el fin del ciclo político y dio inicio a un nuevo ciclo político y económico. Así se escribe la historia y así se escribe y se entrelaza economía, política y sociedad, porque la economía tampoco es una cuestión exacta, es mentira que la economía es una ciencia exacta, es una ciencia social, que está sometida a todas las expectativas, si no fuera así no podrían estar comportándose los mercados como se están comportando. En realidad si fuera tan racional como dicen la economía nunca podrían estar comportándose como lo está haciendo. Porque tienen expectativas de que pueden perder, de que pueden ganar y no obedecen a cuestiones científicas y racionales sino a cosas que están dentro de la cabeza de la gente, por eso la economía también es una ciencia social. El día que lo entiendan yo creo que las cosas nos van a ir mejor a todos.

 

No les quiero seguir dando la lata porque si yo sigo hablando me puede encontrar la madrugada acá. Realmente es un tema que me apasiona, no solamente la política, el poder encontrar soluciones a los problemas, que en definitiva es eso lo que nos desvela a los unos y a los otros. Creo que así como un empresario cuando decide y se sienta a encontrar la solución, cuál podría ser la mejor manera de salir, de crecer, de poder ganar más, de poder invertir más, bueno, es lo mismo que cuando uno como político dice cómo puedo solucionar el problema de generar más trabajo, que la gente gane más, ¿porque qué político quiere que la gente no gane plata, no tenga trabajo, no le vaya bien, no tenga salud, no tenga educación? Convengamos que la mayoría por lo menos funciona en esa sintonía. Es cierto, hay algunos que tal vez desde un escritorio generan movimientos financieros que derrumban países y bolsas. A mí esas cosas me hacen acordar a Versalles, debe haber sido así en algún momento, envueltos en edificios donde no llegaba nadie, decidían y hacían cosas pensando que la historia era eterna. Espero que los que están en esas torres bursátiles de Wall Street o de los grandes centros financieros se den cuenta que cada vez más se están pareciendo a Versalles, y que no nos pase lo que pasó después de Versalles porque, en fin, todos queremos seguir manteniendo la cabeza sobre nuestros hombros. Así que muchas gracias y perdón si me extendí mucho.