Palabras de la Presidenta en la inauguración de la ampliación de la planta de AFISA

PALABRAS DE LA PRESIDENTA CRISTINA FERNÁNDEZ EN LA INAUGURACIÓN DE LA AMPLIACIÓN DE LA PLANTA PROCESADORA DE SUERO DE QUESO DE AFISA

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Muy buenas tardes a todos y a todas. Señor gobernador de la provincia de Santa Fe; señor gobernador de la provincia de Córdoba; señores directivos de la firma dinamarquesa Arla Foods asociados a los directivos de SANCOR; productores; señores y señoras de los medios de comunicación: realmente cuando me invitaron a participar de este evento, del cual ya me habían hablado hace más de dos años, no dudé ni un solo instante en estar aquí porque si tuviera que definir un modelo de cómo pienso e imagino no solamente el futuro sino también el presente de una actividad tan clásica, tan identitaria de la región y fundamentalmente de la mayor cuenca lechera que tiene la República Argentina que está aquí en Córdoba y Santa Fe, debería decir que este es el modelo. ¿Por qué? Porque es valor agregado sobre valor agregado.

SANCOR obviamente, todos lo sabemos, es una de las empresas líderes en la industrialización de un producto como es la leche. Pero acá estamos ante una industrialización de algo que durante décadas se tiró, contaminando el ambiente, y transformándolo ahora en un producto de alto valor alimentario prácticamente en su totalidad para la exportación. Cuando ellos me contaron el proyecto, me explicaron técnicamente lo que había sido el suero que dejaba el queso y luego lo que hoy estamos agregando. Tengan en cuenta que esta ampliación ha demandado un poco más de la mitad de la inversión que demandó la planta original para precisamente industrializar una cosa que se tiraba después de haber industrializado algo que también antes se tiraba. Vean ustedes cómo va continuando la cadena de valor y cuando va continuando también lo hace la generación de puestos de trabajo, va generando la actividad económica y la exportación. Parece un cuentito pero no lo es, es el apostar a lo que vengo repitiendo incansablemente y que es agregarle valor a nuestros productos primarios y a lo que queda de la industrialización de nuestros productos primarios, de manera tal que todo se transforme y todo sea utilizable, en un mundo que, como bien decía el titular de SANCOR, requiere mucha apertura mental y mucha imaginación porque es un mundo que se transforma y que hoy produce 3.500 millones de toneladas de alimentos, pero que en el año 2030 va a necesitar producir como mínimo 7 mil millones de toneladas de alimentos y no se está muy seguro de que se pueda llegar en todo el mundo a cumplir esta meta.

Este lugar donde estamos hoy, que produce alimento de alto valor concentrado, apunta a esas necesidades absolutamente estratégicas en un mundo que va a demandar cada vez más alimentos, y no estoy hablando de alimentos sofisticados, de alimentos tipo gourmet como podemos tener en un restaurante o hasta en nuestras propias casas, no, estamos hablando de proteínas en su más puro y estricto sentido de la palabra para alimentar a poblaciones que tal vez no tengan ni siquiera la capacidad de producir esas cosas que estamos acostumbrados a consumir nosotros.

Por eso es un gran desafío, y me gusta mucho lo que levantó el señor titular de SANCOR, que es la idea del cooperativismo, un leit motiv, un clásico de SANCOR, la asociación entre el productor precisamente integrado y participando de la cadena de valor, que es el modo de poder tener mayor rentabilidad. Si pensamos cómo estábamos con el productor hace unos años, ahí estaba viendo las escalas de lo que recibían allá por el 2003 y los precios que estamos alcanzando ahora, aún cuando el año pasado tuvimos un año duro para la actividad por la sequía, esto impulsó que colocáramos precisamente como subsidio a todo el sector productor 500 millones de pesos fundamentalmente en lo que es esta cuenca para sostener la actividad. Todos sabemos que la soja se puede almacenar, he visto unos maravillosos silo bolsas bajando del avión por todas partes, se ve que la cosecha ha sido excelente por el rinde por hectárea, felicitaciones, pero todos sabemos que la leche no es un producto que se pueda almacenar, que se pueda guardar para cuando tenga mayor o mejor precio, la vaca la tenemos que ordeñar todos los días, las 24 horas del día hay que trabajar en el tambo los 365 días del año.

Por eso creo que la actividad tambera, la actividad productora de leche es tal vez la más expresiva, la más demostrativa de la cantidad de valor que se puede agregar, de la generación de trabajo y del compromiso que tenemos como gobierno para sostener esta actividad. El subsidio de 3 millones de pesos que acabo de entregar va a alcanzar aproximadamente a 850 tambos que no llegan a superar la producción diaria de mil litros de leche.

Un desafío que también tenemos que asumir, lo hemos charlado muchas veces, para lograr la unidad económicamente viable, agregándole tal vez mayor grado de tecnología, mayor grado de asociativismo o ambas cosas al mismo tiempo para precisamente sostener una actividad que, créanme, tiene un futuro estratégico.

Hace pocos días estuve reunida con una importante empresa multinacional que hasta ahora se había dedicado a lo granario y me decían que ya tienen pensado abordar el negocio de la leche; no se pongan nerviosos, yo creo que hay mercados para todos, pero tienen pensado abordar el negocio de la leche porque va a ser por la calidad de la proteína uno de los negocios estratégicos -ya lo es- en el futuro y tendiendo a recuperar afortunadamente un precio internacional que el año pasado por la crisis mundial se nos había caído.

Quiero decirle a la gente de SANCOR, también a los señores empresarios de Dinamarca -agradezco también la presencia señor embajador de Dinamarca- del compromiso de este gobierno para seguir sosteniendo todas las variables macroeconómicas que permiten desarrollar la actividad, hacerla rentable, y que permiten precisamente inversiones como las que hoy venimos a inaugurar. Condiciones macroeconómicas que van desde un tipo de cambio competitivo para que sea negocio producir y exportar; condiciones de infraestructura económica como por ejemplo me tocó ayer adjudicar los ocho corredores viales por los cuales transita el cien por ciento de la producción agrícola ganadera de la República Argentina y el 90 por ciento de los productos que exportamos. Y merced al nuevo contrato mantener por ejemplo las tarifas de peaje vigentes durante todo el año 2010 a los precios que están actualmente.

Lo mismo sucede con todo lo que es la infraestructura económica y social que permite darle competitividad a una economía y que no puede ser realizada por el sector privado, que tiene que ser realizada necesariamente por el Estado, desde caminos hasta usinas, como el gasoducto con el cual estamos atravesando nuevamente el estrecho de Magallanes y que nos va a permitir inyectar a todo el sistema nacional de gas mayor volumen que asegure, juntamente con los contratos que hemos firmado con la República hermana de Bolivia, algo tan imprescindible para el desarrollo de la economía como es la energía. Energía que también tiene precios competitivos que dan una rentabilidad, por eso las inversiones y por eso la mayor productividad. Lo mismo sucede en materia de combustibles y podría ir recorriendo una tras otra todas las variables que hacen posible que un país tenga un perfil de fuerte mercado interno pero al mismo tiempo fuerte perfil productivo y exportador, conciliando modelos que alguna vez se quisieron presentar como antagónicos pero que son absolutamente complementarios.

Al año pasado de la crisis económica o de la sequía le ha seguido un muy buen año en materia de productividad por hectárea, nunca vista en maíz y soja, me lo dicen todos. Precios en el sector ganadero de carne como no tenían desde hace años, las cosas están yendo bien. Y tenemos que lograr seguir articulando, como lo hemos hecho con SANCOR siempre y con otras empresas, entre el sector público y el sector privado para seguir sosteniendo este nivel de inversión y seguir agregando mucho valor.

Este es el compromiso que tenemos, porque también es una íntima convicción del modelo de país que queremos. Muchas veces, digo yo, las peleas políticas, o las vanidades personales, o los intereses pequeños, mezquinos tal vez, no nos dejan ver a todos con claridad la necesidad que tenemos, en este momento que vivimos tan especial, el Bicentenario de la República, repensar un país. Hace 100 años exactamente la clase dirigencial argentina nos veía como un país solamente productor de materias primas, en la división internacional del trabajo habían aceptado ser únicamente el proveedor de materias primas. Luego pasaron las cosas que pasaron en estos 100 años, los stop and go, las marchas y contramarchas. Es hora de comprender el rol que va a tener la América del Sur en particular, el MERCOSUR en particular, Argentina con su altísima posibilidad de generar alimentos para 400, 500 millones de personas y con excedentes más que importantes con respecto a otros países, por las calidades y la extensión de nuestras tierras, por nuestra alta tecnología, por la inversión que se ha hecho.

Es una oportunidad histórica que tenemos y no la debemos dejar de aprovechar. Yo creo que esto exige por parte de todos nosotros una gran apertura, un dejar a un costado las diferencias que se saldan como en toda sociedad democrática en el momento que corresponde, en las urnas, en las elecciones. Pero luego definir estratégicamente un modelo de país, esto es lo que hemos querido hacer y venimos haciendo en estos años, en los cuales me acuerdo cuando Kirchner venía a Las Parejas por el año 2002 y en Las Parejas, provincia de Santa Fe, un sector muy importante en materia metalmecánica, se llegó a un 30 por ciento de desocupación.

No saben el orgullo que sentí el otro día estando sentada, el 19 de abril, en Caracas, Venezuela, al ver desfilar nuestros tractores, nuestras cosechadoras, que no se paró ninguna y hubo una de otro país que planchó en medio del desfile, pero los nuestros perfectos, impecables, un modelo en materia de metalmecánica, déjenme decirles gobernador de Santa Fe y gobernador de Córdoba que me sentí muy orgullosa como argentina.

Esta es la Argentina que necesitamos, estoy segura, la Argentina que produce, la Argentina que trabaja, la Argentina que tienen nuevas ideas, que agrega nuevas ideas, que si hay equivocaciones, si hay una idea mejor que se exponga, estamos dispuestos a aceptarla y a tomarla, porque en realidad cuando uno está con la responsabilidad de gestionar el Gobierno tiene la inmensa responsabilidad de escuchar todas las propuestas y adoptar las mejores. Lo que pedimos es bajar los decibeles en otro tipo de cosas que no le importan ni le sirven a nadie y sólo sirven para ensordecer y no dejar escuchar a aquellos que tienen buenas ideas y las quieren llevar adelante. (Aplausos)

Por eso estoy muy contenta porque este es el modelo que quiero para la Argentina, sinceramente se los digo, no es de compromiso, saben que no soy una mujer protocolar, al contrario, suelo decir lo que pienso y me trae a veces algunos problemas. Pero este es el modelo que quiero como cuando fuimos con María del Carmen Alarcón a Marcos Paz, le comentaba recién al titular de SANCOR, a una fábrica de polvo de huevos, que uno se pregunta qué era eso y es una industria absolutamente complementaria también de esta otra, porque juntamente con estas proteínas sirve para la industria pero también sirve para altos contenidos proteicos alimentarios. De estos ejemplos hay a lo largo y a lo ancho del país.

Y además, otra cosa que me parece muy importante, que este grado de valor agregado, que este grado de industrialización se haga en el lugar de origen, algo por lo que tenemos que luchar todos los argentinos para evitar las migraciones de la gente que se va de su provincia porque los productos que allí se producen se industrializan en otra parte. El modelo que también tenemos que perseguir es este, el de agregar valor a un mismo lugar de origen.

Cuando hoy venía en helicóptero y veía los campos muy verdes, los silo bolsas como nunca, cantidad impresionante, y las vacas comiendo porque hay mucha pastura natural por las lluvias, me sentía créanme muy feliz de que a un sector tan dinámico, tan importante y que aporta tanto a la Argentina, le vaya tan bien. Tenemos que acostumbrarnos que cuando le va bien a un sector hacer todo lo posible para que también le vaya bien a todos los demás, porque si le va bien solamente a un sector y a todo el resto le va mal, en algún momento se quiebra y nos termina yendo a todos mal. Esta es la historia que hemos repetido muchas veces en la Argentina y que yo creo que tenemos que aprender y no repetir más.

Finalmente, no sé si debo pero quiero contarles lo que me pasó que tiene que ver con algo muy particular, puede parecer medio triste pero son esas cosas que yo digo que son señales que te pasan. Cuando bajé en Sunchales, me estaba esperando el Presidente de Comisión del pueblo, Vila, y me preguntó por dos banquitos, si me acordaba que una vez le habían regalado allá por el año 2002 o 2003 a Kirchner. Me explico cómo eran los banquitos, yo digo sí, son dos banquitos chiquititos, que no sirven para sentarse, que no sirven para poner nada, no sé porqué esas cosas de la vida, como decía uno Néstor y el otro Cristina los guardé y los tengo en mi casa de El Calafate. La verdad no pegan mucho con los el resto pero no sé porqué razón siempre los dejé ahí. El me dijo esos se los regalé yo, ¿sabe dónde los compré, quién los hacía? Silvia Suppo, la testigo que murió asesinada hace pocos días en la provincia de Santa Fe. (Aplausos) Quiero contarlo porque se me estrujó el corazón, cómo puede ser posible que esos dos banquitos, que no sabíamos muchas veces dónde ponerlos y que no tenían nada que ver con nada, se mantuvieran allí durante tantos años. Ni sabía quién me los había regalado, ni quién los había hecho. Hace un día y medio, por esas raras coincidencias de la vida, estuve con su hijo y su hermano que habían ido a visitar al Jefe de Gabinete.

Creo mucho en Dios, muchísimo, y muchísimo en las señales, en las convicciones y en las creencias. Yo digo que las cosas no pasan por pasar, siempre tienen un símbolo y un contenido. Y la verdad que estar hoy aquí, en este lugar, donde estamos planteando un modelo económico, de valor agregado, en medio de La Pampa gringa como nos gusta decir a nosotros, planteando un modelo diferente, alternativo, que no se va de bruces con el otro, al contrario se complementan porque los queremos integrar a la cadena de valor, es también un símbolo de la Argentina que queremos, una Argentina en paz, una Argentina con mucho trabajo, una Argentina con mirada y proyección estratégica, no pensar solamente en cómo nos está yendo hoy o nos puede ir la semana que viene, sino asegurar las condiciones para que a la Argentina en el próximo centenario le vaya muy pero muy bien, porque tenemos todas las condiciones para poder hacerlo. Tenemos recursos humanos, recursos naturales, aptitudes técnicas, tecnología y fundamentalmente aprendizaje de lo que no debemos hacer más para que cada día nos vaya mejor.

Muchas gracias a todos, agradezco la presencia de todos ustedes, productores, vecinos, empresarios, en un encuentro tan simbólico como el que hemos tenido hoy.

Muchas gracias y buenas tardes. (Aplausos)