Así que, ha llegado el día de poner en conocimiento de la población, de los acreedores que están en default y del sistema financiero y de la comunidad económica toda, los términos de dicha operación.
Pero permítanme, primero, algunas palabra respecto a por qué estamos hablando de canje de deuda o por qué estamos hablando de deuda en la República Argentina.
Me gustaría reflexionar con ustedes acerca de los últimos 30 años de la economía de nuestro país, brevemente, para interpretar por qué se llegó a la situación del 2001 y qué fue lo que pasó en ese momento.
La verdad es que en el año 2001 se realizó con bombos y platillos una casi fiesta cívica en el Congreso de la Nación en repudio del pago de la deuda argentina. Era presidente en ese entonces el doctor Rodríguez Saa, por un breve período, y la verdad es que ese hecho borró a nuestro país del mapa de la economía internacional. Y esto no sería todo si no hubiera tenido gravísimas consecuencias dentro de la economía de la Argentina y de la vida de los argentinos.
Pero para ser justos, no fue un problema que empezó ese día. Ese día se exteriorizó un problema que se había iniciado cuando con la dictadura militar, allá por mediado de los años '70, se iniciara un proceso en la Argentina de permanente endeudamiento, de desindustrialización, de rupturas de los empresarios nacionales y, por ende, el aniquilamiento de la posibilidad de un crecimiento sustentable en nuestro país.
Por eso, si ustedes miran ese gráfico, van a ver que entre el año '76 y el año 2001, los distintos períodos agregaron endeudamiento en términos de PBI sucesivamente. Durante la dictadura, más de 22 puntos porcentuales; en los '80, 30 puntos porcentuales y durante la convertibilidad o la ficción cambiaria, cerca del 100 por ciento de crecimiento de la deuda en términos de PBI.
Y esto tiene que ver con que nuestro país había dejado de pensar la política económica hacia sí misma. Tiene que ver con que este proceso de endeudamiento, déficit fiscal, desempleo, no sustentabilidad de políticas que permitieran tener superávit fiscal, superávit comercial y generación de valor agregado en nuestro país, hicieron explosión finalmente allá por el año 2001 como señaláramos antes.
Entonces, esto nos pone en contexto de la importancia del canje que se llevó a cabo en el año 2005. Por primera vez en nuestra historia, y podríamos remitirnos para hablar de esto a antes del Pacto Roca-Runciman inclusive, alguien se sentó, alguien que tenía la dirección política de nuestro país, el presidente Kirchner, a discutir con los acreedores poniendo por encima de todo la capacidad de pago de la Argentina, la sustentabilidad de la Argentina como proyecto de país y como proyecto económico. Y ese fue el punta pie inicial de un cambio de modelo que está sustentado sobre la posibilidad de crecimiento de nuestro país.
Por eso es tan importante esta abrupta caída del endeudamiento como medición de deuda sobre PBI que veíamos que ha caído en estos años de más de 160 por ciento del PBI a menos del 40 por ciento de cualquier forma que uno quiera medirlo. Es decir, dentro de los parámetros de sostenimiento de una economía a largo plazo.
Esto también nos lleva a una reflexión: muchas veces parecía que hacer bien los deberes, que aceptar las condicionalidades era la solución y, en realidad, era una solución facilista, era esconder los problemas debajo de la alfombra para generar un nuevo endeudamiento, un nuevo plan de ajuste, un nuevo esquema de tirar la deuda hacia delante que terminó, como decíamos, en el 2001 en una situación que ya no tenía margen para arreglos facilistas y Argentina sufrió una devaluación de más del 300 por ciento terminando con esa ficción cambiaria que hubiera en ese momento.
La posibilidad de negociar en forma dura, pero en forma responsable, teniendo la certeza de que se podía cumplir con lo que uno se comprometía, también fue un cambio de actitud en la Argentina en ese momento. Porque la verdad es que desde que se llevo adelante el canje del 2005, Argentina pudo cumplir con todas y cada una de sus obligaciones, incluso en un año tan difícil como el año 2009.
Este es el contexto en el cual la Presidenta de la Nación decide poner en marcha un canje para aquellos bonistas tenedores de deuda de la Argentina que, mal asesorados o por una percepción equivocada o por una percepción con convicciones en ese momento, decidieron no entrar al canje, es cerca del 24 por ciento del total de los bonistas dado que en el canje del 2005 entraron el 76 por ciento.
Esta nueva oportunidad que abre la República Argentina, también se hace en un contexto nuevo. En un contexto que tiene que ver con un país que ha tenido más de un 63 por ciento de crecimiento acumulado en todos estos años y que tiene la convicción que el año 2009-2010 es una nueva plataforma para el crecimiento y para apalancar ese crecimiento con inclusión social, que tiene que ver con la generación de puestos de trabajo, con inclusión social y con una mayor inversión.
Por lo tanto, este canje, desde el punto de vista del Gobierno, no tiene una condicionalidad fiscal como así han sido todas y cada una de las situaciones en las cuales Argentina ha entrado en una negociación de su deuda desde los años '70 y entraba realmente con la soga al cuello porque las situaciones fiscales no daban para más y entonces, entraba bajo cualquier condición y hacía arreglos que todos sabían que no iba a poder cumplir, era como hacerse trampa al Solitario. Y este fue, creo yo, el principal problema de política económica de Argentina en estos últimos 30 años.
Por eso, ahora negociamos duros, negociamos serios, pero quienes negocian con nosotros saben que negociamos para cumplir y que la República Argentina sabe que el prestigio perdido en el 2001, tiene mucho esfuerzo que hacer para seguir recuperándolo pero que en ninguno de los días, desde el comienzo del 2003 a hoy, nosotros hemos dejado de trabajar para recuperar ese prestigio, pero también ese prestigio hacia dentro, mirando a nuestra población, mirando a nuestros trabajadores y mirando a nuestros jubilados.
Por eso, cuando pensamos el canje de deuda, no es una cuestión exclusiva del mercado financiero. Para nosotros, la baja de la tasa de interés, la posibilidad de potenciar la inversión, en definitiva, la generación de puestos de trabajo, es el objetivo fundamental de esta normalización financiera en la cual, lo que estamos anunciando hoy, es un paso más en ese sentido.
Por eso, para ir seguramente a lo que más interesa a quines son acreedores de la Argentina, quería decirles que los bonos que se van a entregar en este canje, van a ser exactamente los mismos que fueran entregado en el 2005. Es decir, para acreedores institucionales, los Bonos Discount que implican una quita del 66,3 por ciento. Estos bonos se van a entregar también hacia futuro con el cupón del PBI 1 a 1, es decir, por cada dólar de deuda, 1 dólar de cupón del PBI y en términos de los intereses devengados desde que Argentina salió formalmente del default, es decir, 31 de diciembre de 2003 a la fecha de cierre del canje, nosotros vamos a entregar un bono bullet, es decir, con vencimiento a su final para el año 2017 con una tasa de interés del 8,75 por ciento a valor nominal.
Este sería el paquete para los inversores institucionales, por lo tanto, antes que venga la pregunta, no vamos a incluir ningún pago del cupón del PBI de los que se han ido pagando: fueron 4 casos del 2006 hasta el 2009, no se va a incluir ninguno de estos pagos.
Es decir, quita del 66,3 por ciento por capital; unidad del PBI de acá para adelante, reconociendo la sociedad con Argentina y la buena fe de ambas partes en esto, 1 a 1, e intereses devengados pagados con un bono a 2017.
Después también va a haber una oferta para acreedores minoristas, aquellos que son conocidos como popularmente "los tenedores italianos, alemanes", los japoneses ya casi todos han ido solucionando su situación en el canje anterior, va a haber una propuesta par. El Bono Par, como es sabido, tiene un cupón menor que el Bono Discount pero no tiene en este caso quita; van a recibir al Bonor Par, van a recibir cupón de PBI de aquí hacia delante, es decir, no van a recibir ningún pago por cupón del PBI de aquí hacia atrás.
Y como decíamos que estábamos buscando alguna forma de incentivar a estos tenedores, el incentivo va a ser que van a recibir los intereses devengados en efectivo. Pensamos un importante incentivo para que los tenedores individuales puedan entrar a esta propuesta.
En el caso de los tenedores individuales, son aquellos que tengan bonos hasta 50 mil dólares o su equivalente en euros o pesos, para el caso que tengan bonos en euros o en pesos, y la emisión máxima de Bonos Par va a ser de 2.000 millones de dólares, es decir, va a haber un techo para tenedores individuales, un techo que es aproximadamente del 10 por ciento del total de la emisión, en el canje anterior fue del 18 por ciento, se emitieron 15.000 millones de dólares de Bonos Par.
En cuanto a la posibilidad de obtener efectivo o hacer una nueva emisión dentro de este proceso de canje, vamos a abrir un libro con el mismo Bono Global 17, con un cupón del 8,75 por ciento pero la Argentina se toma a su derecho la posibilidad de integrar o no estos montos a medida que vaya avanzando la evolución del canje.
Con respecto a las comisiones: otra de las diferencias con el canje anterior, en este canje las comisiones van a ser pagadas por los acreedores y, contra lo que se dijo, no tienen forma de trasladarlas al Estado argentino porque no es una licitación, es una oferta de valor única, la casa argentina pone los paquetes a disposición y no se puede licitar el precio, así que, no hay forma de trasladar la comisión al Estado. Esta comisión va a ser de 0,40 por cada 100 dólares que se canjeen nominal. Así que, esta es una mejora respecto al canje anterior que va a significar un ahorro del orden de los 65 millones de dólares para la Argentina.
Como ustedes saben, estamos en este momento finalizando todos los trámites administrativos, no restan aprobaciones, las aprobaciones están todas dadas; lo que estamos es inscribiendo esta oferta económica que les estoy transmitiendo hoy, que fue decidida en los últimos días, obviamente con la aprobación de la Presidenta de la Nación, y que ya estamos poniendo a conocimiento de todos los tenedores y de todas las instituciones financieras para que puedan ir haciendo sus cálculos.
Nosotros, como dijimos, esperamos tener una aceptación piso de 60 por ciento, por los números que vemos de cómo ha ido evolucionando en estos días el valor del Discount en pesos, del cupón del PBI y del valor del riesgo país, entendemos que vamos a llegar a ese piso que nos proponemos y lo más importante, tal vez, sea para nosotros hoy, mirar para adelante.
Este es un paso más, es una etapa. Argentina arrancó en el 2003 de una situación muy difícil de catalogar, tanto en lo financiero como en lo económico, en su situación con los acreedores externos, en los niveles de empleo, en el funcionamiento del sistema jubilatorio y, bueno, vamos trabajando todos los días en recuperar todas y cada una de estas variables.
Pensamos que es un trabajo muy importante el que se viene haciendo, pero también nos interesa mirar para adelante. El impacto que esperamos que esta medida tenga en los mercados financieros, que permita potenciar un proceso de inversión importante en este año 2010 para la Argentina que va a ser un año de crecimiento y muy por sobre todo, terminar definitivamente con una historia de 30 años, una historia en la cual el ciclo de endeudamiento, apreciación cambiaria, destrucción de empresas de capital nacional, destrucción de empleo argentino, recurrentemente aparecía en el '76, en el '78, en el '81, en el '86, en el '89, en el ‘93, en el '96, finalmente, en el 2001.
Es decir, romper un círculo vicioso teniendo definitivamente un programa de desendeudamiento que nos permita tener un nivel de deuda sustentable a largo plazo y que no es ya una cuestión de este Gobierno, sino que consideramos que es una política de Estado para las próximas décadas de la República Argentina.
Muchas gracias.