Muchas gracias a todos y a todas: estamos muy contentos de compartir una vez más con sectores de la actividad económica argentina, en su rol de empresarios, en su rol de trabajadores sindicalmente organizados, en una de las actividades tal vez, como señalaba recién la Ministra, "madre de industrias".
Durante esta semana también estuvimos con promociones fiscales por ejemplo a un sector que ha crecido muchísimo en los últimos años, el vitivinícola, que está logrando imponer una marca argentina en el mundo. También necesitamos, como recién decía la Ministra, prorrogar por seis meses más esta medida de carácter fiscal para poder ingresar decididamente, porque es una decisión del gobierno profundizar las políticas activas dirigidas a los sectores de la producción, a los sectores relevantes de la economía para producir más y mejor, para tener mejor mercado interno y mejor mercado para la exportación.
Fue precisamente esta decisión de seguir promoviendo, de seguir activando lo que durante el año 2009, más allá de la sustentabilidad del modelo en sí mismo, permitió atravesar a todos los sectores de la economía un vendaval que nos preanunciaban iba a ser devastador en materia de economía para las empresas y obviamente para los trabajadores, que suelen ser los primeros perjudicados ante cualquier crisis económica.
Y yo miro los números de este año 2009 que pasó con el superávit fiscal, con el superávit comercial récord, descendiendo la desocupación en el último trimestre sin haber llegado a eso que todos auguraban, que íbamos a superar holgadamente los dos dígitos, y digo no solamente que el modelo se ha reafirmado en su condición de tornar viable la República Argentina sino que además las medidas absolutamente contra cíclicas que tomamos durante el año 2009 fueron las que precisamente permitieron atravesar la crisis con un mejor comportamiento que en el resto de todas las economías de la región; única economía con recaudación positiva, con superávit fiscal, ni qué hablar del superávit comercial y ni qué hablar del nivel de ocupación también, muy mejorado en el último trimestre con nueva generación de puestos de trabajo.
Ayer estaba mirando noticias, ustedes saben que hay dos economías en Europa que están muy castigadas, que son las de España y Grecia fundamentalmente, y veía recomendaciones del Fondo Monetario Internacional -seguramente los trabajadores las deben haber leído más que los empresarios- que recomendaba a España y a Grecia que para poder salir de la crisis iban a tener que reducir los salarios, bajarles los salarios a los trabajadores. Una recomendación del Fondo Monetario que yo escuché no ya con Grecia y con España sino algunos años atrás en la República Argentina. Y ahí me acordé del año 2001 y de una ley que se llamaba del "déficit cero". Yo era diputada en ese momento y era una ley que proponía como objetivo que antes que pagar salarios, que antes que pagar jubilaciones, que antes que pagar cualquiera de las obligaciones que el Estado tenía para con su pueblo, su sociedad, sus empresarios, sus trabajadores, lo primero que había que hacer era pagar la deuda externa. Pero además había otra norma muy curiosa, absoluta y decididamente inconstitucional, que suspendía el ejercicio del recurso de amparo. Ustedes saben que el recurso de amparo es una garantía constitucional que cualquier ciudadano tiene cuando es cercenado en alguno de los derechos y garantías, esta ley eliminaba ese recurso de amparo. Me acuerdo que era ministra de Trabajo una legisladora, muy activa hoy, defendiendo -dicen- los derechos de las reservas y no sé qué cosas más; era también director de la DGI creo que el jefe de Gabinete del actual Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, y creo que también otro legislador que pertenece a otro sector político, no del partido gobernante en ese momento, era director general de Aduanas, que es otro que anda denunciando en el Parlamento al Poder Ejecutivo por esta medida del Bicentenario, este Fondo del Bicentenario, que tiene por objeto precisamente darle mayor certeza a la Argentina, darle mayor previsibilidad y poder bajar las tasas de interés que paga el país para acceder al mercado de capitales y que pagan ustedes, empresarios, cuando tienen que endeudarse.
Yo decía qué buen ejercicio de la memoria y la responsabilidad institucional de todos, de oficialistas y opositores, recordar esa Argentina que vivimos, esa Argentina del descuento del 13 por ciento a los trabajadores del sector público, a nuestros jubilados, esa Argentina que privilegiada siempre lo de afuera por lo de adentro, y luego entonces hacer un pedido simple, sencillo, como Presidenta de todos los argentinos, en nombre de todos los argentinos, de pensar un poco menos en el sector político al que pertenezco y un poco más en el país en que todos nacimos y vivimos, para poder adoptar las medidas que realmente convengan a todos los argentinos. Sobre todo habiendo tenido tanta responsabilidad en tantos desatinos, en tantos avasallamientos a los derechos de trabajadores, de empresarios, de ahorristas argentinos. Me acuerdo que inclusive había declaraciones que decían que iban a descontar los salarios inclusive antes de que se sancionara la ley.
Y fíjense qué curioso, yo era legisladora y por supuesto voté en contra de esa ley, como voté en contra de las reformas laborales de Herman González, o la de los sobornos, como voté en contra también de la ley que derogaba el delito de subversión económica, porque yo creía que se debía castigar a los que habían vaciado la República Argentina, que habían hecho negociaciones incompatibles con la función pública y que nos habían endeudado en sobremanera. Por supuesto, como legisladora opositora, tanto interna como después del gobierno de la Alianza, perdí la votación en el momento de votar.
Y nunca se me ocurrió ir a la Justicia a pedir un amparo, a reclamar algo, porque yo creo en serio en la división de poderes, yo creo en serio en que el Poder Legislativo tiene que legislar, el Poder Judicial en todo caso administrar justicia y la capacidad de administración, mala o buena, le corresponde al Poder Ejecutivo, y esto se da en el juego de las instituciones y de mayorías y minorías que conforman un país. Aún perdiendo, aún considerando que se estaba lesionando gravemente, como de hecho se lesionó gravemente los intereses del país, nunca pretendí arrogarme un papel de supremacía por sobre las instituciones, porque creo que esto es clave y es lo que debemos entender todos.
Por eso creo que este Fondo del Bicentenario, que tan bien impactó en la economía, en el tema de la suba de los bonos que nos va permitir realizar un mejor canje, que como todos ustedes saben por ley del anterior gobierno debe ser en peores condiciones que las que las anteriores, que realmente fueron muy buenas para los intereses del país, nos debe llevar a todos muy claramente a poder visualizar que el rol de una oposición responsable no es poner palos en la rueda para que al país le vaya mal, porque si al país le va mal noss va a ir mal a todos los que en él vivimos, sino realmente hacerse cargo de las responsabilidades que le cupieron a cada uno en esa Argentina que en el año 2001 explotó y que tanto nos costó a los que vinimos después reconstruir, pagar deudas sociales, pagar deudas externas, levantar nuevamente la industria devastada, recomponer los derechos de los jubilados, recomponer los derechos de los docentes universitarios. Si hasta en aquel momento se pensó que reducir el presupuesto de las universidades también era una solución y una salida.
Todo eso vinimos a reponer, a reconstruir y a reconstituir, y no lo hicimos diciendo miren no vamos a poder hacer nada por todo lo que hicieron mal los anteriores, eso no sirve, eso es una forma de hacer política en la Argentina que debe ser definitivamente desterrada. Cuando uno asume la responsabilidad de gobierno sabe con qué se encuentra, sabe a lo que va, sabe cuál es la situación de un municipio, de un país, de una provincia. Si eligió ser presidente, jefe de gobierno, gobernador o intendente sabe cuál es la responsabilidad. Esto creo que es lo más importante a que podemos llegar como funcionarios, el ejercicio de la responsabilidad que nos cabe en la administración de la cosa pública.
Por eso estoy muy contenta porque este año 2009 lo hemos sobrellevado, lo hemos superado y hemos logrado cosas que ni nosotros mismos nos creíamos capaces de lograr. Y muchas veces no creemos que somos capaces de lograr esas cosas porque hay una suerte de operativo desánimo en algunos sectores mediáticos, tendientes precisamente a lograr debilitar a los argentinos y a los gobiernos, porque cada vez que esos sectores lograron gobiernos debilitados, gobiernos sin fuerza, sin convicciones, ellos obtuvieron muchas cosas patrimonialmente, obtuvieron muchas ganancias, se quedaron con empresas, se quedaron con cosas que frente a gobiernos con fuerza, pluralistas, democráticos y con gran responsabilidad nunca hubieran logrado.
Por eso es tan importante comprender la necesidad de construir entre todos, empresarios, trabajadores, gobierno, esta articulación que venimos haciendo, perfeccionarla y mejorarla; y si el instrumento se ha tornado obsoleto o ya no les sirve a todos los sectores plantearnos sector por sector, actividad por actividad, qué es lo que necesitan. Porque aquel que tiene el mercado interno por ejemplo tal vez necesite un tipo de política activa que no es la misma que necesita el que va a colocar su producto en el exterior, porque además tal vez el que hace, como decía Débora, un producto seriado es diferente al que hace una carrocería, entonces cada actividad tiene un problema. La virtud de funcionarios, la virtud de empresarios, la virtud de los trabajadores va a estar precisamente en acordar políticas específicas para cada uno de los sectores con esta misma línea directriz que hemos llevado en estos años de gobierno desde el año 2003: desarrollo de la industria nacional, protección de nuestro empresariado, protección de nuestros trabajadores, que no significa negarnos al mundo sino integrarnos desde un proyecto propio que quiere agregar cada vez más valor a sus productos para poder mejorar cada vez más la vida de sus ciudadanos.
Ese es el desafío y lo vamos a seguir haciendo como hasta ahora, cada vez con más fuerza y con más convicciones, no solamente porque creemos en ellas, seríamos obcecados si no hubiéramos obtenido resultados, somos consecuentes porque tenemos convicciones y vimos los resultados en la economía real de esas convicciones, por eso vamos a seguir jugados en esa misma dirección. Muchas gracias y muy buenos días a todos y a todas.