Gracias, muchas gracias; compañero secretario general de Camioneros y secretario general de la Confederación General del Trabajo, compañero Hugo Moyano; señores gobernadores, legisladores; compañeras y compañeros camioneros: felicitaciones en el día de ustedes, venimos a acompañarlos como siempre de corazón (Aplausos). Ese verde que los identifica es también el verde de la esperanza, déjenme decirle señor Secretario General y déjenme decirles a ustedes y a todos los que nos escuchan: si todos los actos políticos, sindicales o de cualquier otra índole, que se celebran en el país, fueran como éste, para hablar más de media hora de los logros y de las cosas hechas en lugar de hablar de los demás, cuánto mejor y cuánto más habría crecido la Argentina todavía (Aplausos). Es que así, así son los trabajadores.
Y permítanme, por un instante nomás, que abandone mi carácter de Presidenta de los argentinos, hoy quiero decirles que estoy orgullosa de estar aquí, estoy orgullosa de ser parte de ese movimiento político en el que milité desde muy joven y con el que yo sé que muchos de ustedes se identifican, porque ha sido siempre un movimiento político pleno de realizaciones, de reconocimientos, de toma de posición clara y concreta en pos de los intereses de los trabajadores y de los sectores más vulnerables de la Argentina.
Hoy aquí siento el orgullo de pertenencia y de identidad. Cuando veo esta multitud de trabajadores pertenecientes a un sindicato, me hacen a acordar a otras imágenes que miraba de muy chiquita y que eran las viejas imágenes de un país donde los trabajadores eran mayoría, donde los hombres y mujeres podían ganarse el pan para ellos y para sus hijos, sin otra necesidad que sus propias manos y sus propias capacidades.
Hoy - luego de décadas de procesos de atentaron contra el trabajo decente, que atentaron contra los procesos de industrialización del país - podemos volver a hacer un acto como éste porque el trabajo ha vuelto a la Argentina y ha vuelto a partir de un proyecto político que cree en la necesidad de un mercado interno potente y fuerte de trabajadores con salarios dignos. (Aplausos).
Cuando con orgullo Hugo Moyano enumeraba todas y cada una de las obras que en materia de sanatorios, de centros turísticos ha hecho para sus trabajadores, ha recuperado lo que ha sido la raíz de la construcción sindical en la República Argentina y el movimiento sindical más importante de toda Latinoamérica: los trabajadores (Aplausos).
Los trabajadores no necesitan de dirigentes que dividan o enfrenten, los trabajadores necesitan dirigentes sindicales que se pongan al frente en la lucha por sus derechos, pero que además puedan tener resultados concretos para mostrar y exhibir porque ese ha sido el origen de la organización sindical más fuerte en nuestro país.
Cuando decimos que queremos también organizaciones empresariales fuertes junto a sindicatos de trabajadores que también sean fuertes, es porque estamos diciendo que queremos construir una Argentina en la cual todos tengan trabajo, los empresarios rentabilidad y los trabajadores derechos a la salud, a la vivienda, al salario y a la educación para sus hijos.
La Argentina en la que yo nací era la Argentina de la movilidad social, era la Argentina donde los trabajadores soñaban con sus hijos estudiando y la posibilidad de que uno de ellos pudiera llegar a ser presidente. Tal vez el símbolo más fuerte que podamos dar hoy sea éste, el de miles y miles de trabajadores festejando con alegría en su día hechos y realizaciones, no necesitamos trabajadores enojados, queremos trabajadores felices porque tienen trabajo, porque tienen vivienda, porque tienen salud, porque tienen educación. (Aplausos)
No concebimos a los trabajadores como un instrumento político para que a partir de sus penurias o sus desgracias alguien llegue al poder, al contrario, trabajamos por la felicidad del pueblo, eso nos enseñaron, eso aprendimos y eso es lo que mejor sabemos hacer.
También sabemos, y tal vez esta Presidenta que tienen hoy ustedes aquí lo sepa mejor que nadie, que muchas veces también hay intereses, minoritarios pero poderosos, que intentan frustrar los procesos democráticos de transformación social y de crecimiento económico, será porque tal vez interese que no haya trabajadores o sindicatos que defiendan sus derechos, será tal vez porque algunos añoran épocas donde con más de dos dígitos de desocupación o casi un 25 por ciento de la población sin trabajo, era fácil y barato conseguir un trabajador. Todos sabemos que cuando hay buenos salarios, que cuando hay régimen de pleno empleo se fortalecen los trabajadores, se fortalecen las familias y también se fortalece el país. Es que algunos no comprenden en su necedad, en su miopía histórica, que no hay países grandes, que no hay empresas poderosas si no tenemos una gran masa de trabajadores en la República Argentina con salarios y derechos para hacer vivir al país y a la nación. (Aplausos)
Tengo el orgullo de ser la Presidenta que devolvió al Estado la administración de los recursos de los trabajadores, tengo el orgullo de haber sido la Presidenta que promovió la movilidad de los jubilados argentinos, que ya llevan más de 16 aumentos desde el año 2003 a la fecha, luego de décadas de congelamiento y castigo por el solo hecho de ser jubilados. (Aplausos)
Tengo el orgullo de haber recuperado nuestra línea de bandera, Aerolíneas Argentinas, para los argentinos. (Aplausos)
Tengo el orgullo también de haber abordado la reforma política y por primera vez lograr en serio la democratización de las organizaciones políticas en la Argentina. Es que siempre se pasaron hablando de democratizar los sindicatos y nunca se acordaron de democratizar los partidos políticos, la democracia es para todos, para los sindicatos, para los partidos políticos, democracia para todos los argentinos. (Aplausos)
Y también tengo el orgullo de haberme hecho cargo de una demanda de décadas, la de tener una nueva ley de radiodifusión que permita democratizar la palabra y la información en la República Argentina. (Aplausos)
Hace pocos días también comenzamos a abonar las primeras asignaciones básicas universales por hijo para desocupados o trabajadores informales, hoy más de 3 millones y medio de niños menores de 18 años están cobrando, sin intermediación, sin ningún tipo de clientelismo, lo que constituye un salto absolutamente cualitativo en nuestro sistema de seguridad social.
Y quiero finalmente, porque sé que están hace mucho tiempo aquí, comprometerme frente a todos ustedes, una vez más, como presidenta de la República Argentina, a seguir al frente de este proyecto que ha logrado el mejor salario mínimo vital y móvil de toda América Latina; que ha logrado el retorno de las convenciones colectivas de trabajo, más de 2.000 convenciones colectivas de trabajo, y que hoy hemos logrado, merced a la moratoria -un informe de última hora- que más de medio millón de de trabajadores, que hasta el año pasado estaban en negro, hoy están registrados, con trabajo decente. (Aplausos)
Yo no voy a venir aquí a hablar mal de nadie, ya hay demasiados pululando por todas partes en los medios de comunicación hablando mal de los otros, siempre digo que cuando uno habla demasiado de los demás es porque tiene pocas cosas para decir o contar de las que ha hecho, y yo vengo a contar las cosas que he podido hacer junto a ustedes en estos dos años de mi gobierno, en el que tengo el orgullo de continuar la tarea que comenzó mi compañero de vida en el año 2003 y que es el compromiso de una generación que quiere ingresar en este año 2010 del Bicentenario en un país mejor, en un país más justo, en un país más igualitario, en un país más equitativo, en un país más democrático. Ese es mi compromiso, siempre estaré junto a los trabajadores porque creo en ellos y porque creo que son el motor de la patria y de la historia. (Aplausos)
Gracias, muchas gracias por el acompañamiento que siempre han tenido, gracias compañero Secretario General, gracias compañeros y compañeras del Sindicato de Camioneros por el afecto, por la solidaridad, por el coraje y por la valentía que siempre han evidenciado. Gracias y desde el corazón con ustedes, como siempre. Muchas gracias. (Aplausos)