Palabras de la Presidenta Cristina Fernández en la Cumbre MERCOSUR

PALABRAS DE LA PRESIDENTA DE LA NACIÓN, CRISTINA FERNÁNDEZ, EN LA XXXVIII CUMBRE DE PRESIDENTES Y ESTADOS PARTES DEL MERCOSUR Y ESTADOS ASOCIADOS, REALIZADA EN MONTEVIDEO, REPÚLICA ORIENTAL DEL URUGUAY

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Señor Presidente de la República Oriental del Uruguay, Tabaré Vázquez; señor Presidente electo de la República Oriental del Uruguay, José Mujica; señor Vicepresidente electo Danilo Astori; señor Presidente de la República Federativa del Brasil; señor Presidente de la República del Paraguay; señor Presidente de la República Bolivariana de Venezuela; señor Vicepresidente de la República de Colombia; señoras y señores Jefes de la Delegación; Cancilleres: creo que está muy claro que, durante el desarrollo de la reunión, si tuviéramos que caracterizar -yo tomaba aquí una serie de apuntes- diría que se dividió en dos capítulos: un capítulo que podríamos denominar Política y Democracia, Política e Instituciones y, otro, que, sin lugar a dudas sería el que debería haber primado en la reunión que es el de Política y Economía, porque en definitiva, estamos en una reunión del MERCOSUR.

Pero han sucedido cosas en nuestro continente que le han dado una envergadura, un volumen al capítulo de Política y Democracia, realmente importante.

En primer término, felicitar obviamente al Presidente Evo Morales que ha sido reelecto, y felicitar también especialmente al Uruguay; no solamente a quienes han resultado electos, sino esencialmente a su pueblo, a su sociedad. No es una felicitación que tenga que ver únicamente con el hecho de tener una identificación con los principios del Frente Amplio y lo que ellos constituyen, sino esencialmente una felicitación a una sociedad que ha podido dejar de lado el bombardeo que sufrió en contra de quien resultó vencedor en estas elecciones, bombardeo mediático, debo reconocer, no solamente de carácter nacional sino internacional. Pepe, podés estar contento, has concitado la atención mediática obviamente de los grupos empresariales mediáticos. Ya no podemos hablar de la prensa como en los tiempos de Mariano Moreno, donde los periodistas escribían a la luz de un candil para expresar sus ideas políticas en la Revolución Francesa. Estamos ante un mundo donde lo mediático está vinculado a intereses económicos y no a intereses periodísticos estrictamente como serían el de informar y comunicar.

Por eso, creo que la gran felicitación es para el pueblo uruguayo, para su madurez cívica, para su educación en el exacto sentido que la palabra tiene. Algunos confunden instrucción con educación; alguien puede tener una gran formación y sin embargo no entender nada, y alguien puede no tener una gran instrucción y, sin embargo, entender todo, que de eso se trata, de entender todo. Así que, mis felicitaciones al pueblo uruguayo.

La otra cuestión de capítulo de Política y Democracia, que tiene que ver con Honduras y en la cual es clara y convincente la postura que ha tenido la República Argentina frente a lo que constituye un golpe, en este caso cívico mediático, ya no van a venir los golpes con las características que los conocimos durante la vigencia de la doctrina de seguridad nacional en un mundo bipolar, sino que en un mundo globalizado los golpes van a ser de carácter cívico mediáticos. Acostumbrémonos a este nuevo escenario, pero no dejan de ser eso, golpes, ruptura del orden democrático, no respeto a la voluntad popular, no respeto a las instituciones.

Por eso vamos a suscribir junto a otros presidentes, el comunicado donde ratificamos esta postura, no reconocemos la legalidad de los comicios ni tampoco a quienes han surgido obviamente de la ilegalidad.

Quiero contarles algo que sucedió durante la Cumbre de Presidentes en Íberoamérica. Estaba presente el actual Vicepresidente de Uruguay, estaba presente también Lula y otros más, y me acuerdo que todavía no habían sucedido las elecciones y entonces algunos, como aquellos que hoy plantean una postura diferente a la que nosotros tenemos frente al golpe, planteaban qué pasa si, por ejemplo, el día 2, porque estaba pendiente el reconocimiento, la eventual reposición por parte del Congreso hondureño del presidente Zelaya, qué pasa decían si lo restituyen a Zelaya, qué pasa si persiguen y condenan a los golpistas, y esto venía de gobiernos que no podemos caracterizar de derecha, sino gobiernos que podríamos denominar también de cierto tinte progresista.

Y yo creo que la equivocación se plantea desde la concepción con que pasan estas cosas que en nuestra región han pasado. Los golpistas son absolutamente coherentes, la derecha por lo general es mucho más coherente que el progresismo o la izquierda que se permite interpelaciones acerca de qué podría suceder si tal o cual cosa. En realidad lo que está pasando es lo que todos sabíamos que iba a suceder, que nadie iba a ser condenado, que nadie iba a ser perseguido, que Zelaya no iba a ser restituido y que dependía entonces del reconocimiento o no, por parte de todos nosotros de esta realidad.

Por eso voy a suscribir, conjuntamente con otros colegas, sin ninguna duda y con la certeza de que estoy actuando en una cuestión si se quiere, de hacer honor a la historia que hemos tenido todos los que hemos luchado contra todas las dictaduras, contra todos aquellos que tratan de imponer su voluntad por sobre al del pueblo y que solamente recurren a la legalidad y a las instituciones cuando las instituciones y la legalidad le sirven. Y cuando las instituciones y la legalidad no le sirven, las pisotean, van por arriba de ellas y nadie se acuerda de las invocaciones a la Constitución y a la legalidad. Son legalidades muy funcionales, muy maleables, casi estirables, como si fueran una goma de mascar.

En definitiva creo que entonces y sin estridencias pero con mucha convicción, condenar una vez más lo que constituye un peligrosísimo antecedente y precedente en nuestra región.

Pasando al capítulo económico, que creo que ha sido también motivo de análisis, creo que cuando me tocó asumir -te acuerdas Tabaré en diciembre de 2007-, el mundo marchaba en un crecimiento y en progreso que parecía indetenible, más allá de algunos ruidos que había habido durante el año 2007 en Europa fundamentalmente, y el año 2008 para confirmarlo fue, por ejemplo, en mi país, junto con los años 1973 y 1948, el de mayor crecimiento en los 200 años de historia y completamos precisamente el ciclo también de mayor crecimiento de toda nuestra historia. Cifras parecidas podrían darse en el resto de los países de Latinoamérica en materia de crecimiento y de mejoras e incorporaciones sociales.

Finalmente, vino la crisis y creo que nos ha planteado a los países de la región, pero especialmente a los del MERCOSUR, un gran desafío, porque la crisis ha puesto en evidencia tal vez lo que el MERCOSUR no ha podido lograr, lo que no ha podido construir y, entonces, cuando solamente hemos podido construir un espacio de carácter comercial principalmente, cuando hay una crisis de esta naturaleza se evidencian las carencias y la necesidad de abordar construcciones más profundas que tengan que ver con una integración no solamente de carácter comercial, sino en materia de infraestructura, de complementariedad y de valor agregado de nuestros productos para poder desarrollarnos.

Porque, otro de los temas planteados, en este caso por el señor Presidente del Paraguay, fue el tema de las asimetrías, y las asimetrías no se van a superar nunca desde el plano de lo estrictamente comercial. Las asimetrías solamente se superan desde un plano de valor agregado de los productos que cada uno de nosotros tiene en sus países, de complementariedad también de nuestras economías y de integración de nuestras economías en las cadenas de valor, un desafío que todavía tenemos pendiente pero que necesariamente tenemos que llevarlo adelante para construir un mercado que pueda competir también con otros mercados. Y también reconocemos que en esto tenemos mayores responsabilidades las economías de mayor volumen. Esto es así.

Si uno mira la Unión Europea, advierte que el gran peso específico de esa Unión Europea lo llevó adelante Alemania, pero no porque los alemanes sean más europeos que el resto, sino simplemente porque el tamaño de su economía, la acumulación de su capital, permitió que las restantes naciones, tanto las que estaban al Oeste como ahora las que incorporaron del Este, tuvieran la posibilidad de reconvertirse, incorporar infraestructura y desarrollar un potente comercio intrazona, que esta es una de las claves.

La Unión Europea, hoy y antes también de la crisis, desarrolla su principal actividad de comercio intrazona, con lo cual también esto tiene un resguardo frente a crisis exógenas, cosa que nosotros no hemos podido construir.

Claro que esto también exige por parte de quienes tenemos mayor volumen, mayores responsabilidades. Algo que deberemos abordar seriamente, sin estridencias, sin discusiones, sin falsos patrioterismos, sino simplemente analizar los números de la economía y allí ver los términos de intercambio, ver en qué necesitamos atacar las asimetrías y trabajar en construir un mercado potente. Porque además, cuánto más gente tenga salario en cada uno de nuestros países y mejor salario, mejor comprador va a ser de los productos del otro socio.

Esta es la lógica que ha tenido Europa. Fueron a construir mucha infraestructura, fueron a construir mejor poder adquisitivo en todo el resto de la Europa para que tuvieran qué poder comprar sus productos. Porque esto es clave, esto es el capitalismo y esto es el consumo. Sin salarios, sin trabajo decente, sin gente que pueda acceder al trabajo y a buenos trabajos, es imposible consumir.

Esta ha sido la lógica de la Unión Europea pero no ha sido, hasta ahora, nuestra lógica interna como MERCOSUR.

Por eso creo que deberíamos trabajar fuertemente en esto. Es un gran desafío porque yo creo que no podemos ser ingenuos, se van a constituir, de hecho se han constituido ya grandes gigantes de la economía mundial que van a venir a ver nuestra zona también como una zona de colocación de sus productos y, entonces, el desafío nuestro es construir una zona en la cual comerciemos, sin cerrarnos al mundo, por supuesto, pero también entendiendo que proteccionismo no se desarrolla únicamente en las aduanas; el proteccionismo no es solamente una cuestión de aranceles. El proteccionismo puede tener una política de aduanas, pero puede tener una política de subsidios, una política de localización de las inversiones, premiando a quienes localizan inversiones en un lugar con excepciones fiscales porque hay Estados que pueden darse ese lujo porque han acumulado un buen nivel de reservas o un volumen de economía.

Entonces, cuando hablemos de proteccionismo, hablemos del proteccionismo en todas sus variantes: pueden ser aduaneras, pueden ser fiscales, pueden ser impositivas, pueden ser de subsidios, pueden de tipo de cambio. En fin, creo que va a exigir una discusión un poco más profunda de todas estas cuestiones, no para discutir y pelearnos, sino para lo contrario, encontrar los caminos que nos ayuden en verdad a superar asimetrías que, si se siguen profundizando, en el tiempo, se van a convertir en problemas francamente insolubles y nos van a quitar competitividad a la región además.

La otra cuestión que creo que es un gran desafío, y lo estuvimos charlando con los presidentes cuando recibimos a la delegación de empresarios de nuestra región y de la Unión Europea, es que este año en mayo en Madrid, tiene lugar el encuentro entre MERCOSUR-Unión Europea, países de la América latina y del Caribe y creo que podemos desde el MERCOSUR cumplir una deuda que tiene 23 años, que es exactamente el cumpleaños del MERCOSUR, y poder arribar a un acuerdo con la Unión Europea.

La metodología de trabajo que vamos a proponer y que hoy la hemos estado consultando con los empresarios, a quienes les pareció muy bien, también la he charlado con el señor Presidente de España, quien va a asumir la titularidad, España es la titular de la Unión Europea para la próxima Cumbre, es empezar al revés de lo que normalmente hacemos. Siempre tenemos una costumbre nosotros, todos, me incluyo, de empezar por las cosas en las cuales no estamos de acuerdo.

Yo creo que hay que hacer exactamente al revés: hay que comenzar a repasar e ir cerrando los capítulos en los cuales estamos de acuerdo, integración, cooperación, servicios, compras gubernamentales, si es que tenemos acuerdo, para pasar al capítulo comercial que seguramente es donde vamos a tener mayores diferencias. Europa, seguramente, del lado de los subsidios agrícolas y nosotros, seguramente, de la cuestión industrial, pero lo cierto es que también podemos tener en estos dos temas del capítulo comercial, mecanismos de adaptación competitiva que fijen plazos en el tiempo para ser cumplimentados teniendo en cuenta las debilidades de cada uno de los sectores o las demandas políticas que también tendrá cada uno de los sectores, llámese Unión Europea, llámese MERCOSUR, de sus propios empresarios, de sus propios productores.

Pero debemos tener la idea de poder acordar esos mecanismos de adaptación competitiva que al mismo tiempo van a servir como un incentivo para aquellos sectores que tienen un atraso frente a los socios europeos o viceversa, y entonces poder aunar criterios.

Me parece que este va a ser uno de los desafíos más importantes que podamos tener y el presidente Lula, estoy segura, nos va a ayudar fuertemente para que podamos llevar a cabo esta tarea que sería muy importante y que abriría posibilidades también a nuestro mercado junto con la Unión Europea.

Finalmente, porque no quiero ser demasiado extensa en mi exposición, creo que el llamado a todos los presidentes y presidentas de la región, es un llamado a construir en la región una zona de paz y democracia. Y yo creo que es imprescindible entender que paz y democracia van de la mano.

Hace pocos días estuve con mi amiga, la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, conmemorando en el Vaticano el Acuerdo de Paz que se celebró entre Argentina y Chile con motivo del diferendo sobre el Beagle cuando la dictadura argentina rechazó el laudo arbitral a favor de la dictadura chilena y entonces estuvimos al borde, en serio, de una guerra. Y yo creo que estuvimos al borde de la guerra porque había dictaduras. Estoy absolutamente convencida que hemos tenido momentos difíciles en la región y que lo que ha permitido preservar la paz en la región en momentos que parecía casi imposible, que todo estallaría por los aires, más allá de las diferencias ideológicas entre unos y otros, ha sido el que todos los que aquí estamos sentados, somos gobiernos democráticos. Bueno, obviamente en el MERCOSUR no podría estar sentado nadie que así no lo fuera porque tenemos una cláusula democrática. Bueno, la Organización de Estados Americanos también la tiene pero bueno, parece ser que es un poco más elástica.

La nuestra, la del MERCOSUR, y en esto hay un compromiso inflexible de todos nosotros, no es elástica, es firme y convincente. Pero digo que es importante comprender porque uno escucha permanentemente invocaciones a la paz, pero que no hay posibilidades de construcción de paz en una región donde no haya gobiernos surgidos de democracias plenas y legales.

Esto es clave entenderlo porque va a ayudar, tal vez, a dilucidar dudas que algunos puedan tener frente a situaciones que muchas veces quieren presentarse como, "bueno, qué vamos a hacer si no hacemos esto". Yo creo sinceramente, que defender la democracia no es una cuestión que pueda hacerse a medias. Y les repito la frase que tuve en Iberoamérica cuando discutimos esta cuestión: nadie está un poquito embarazado o más o menos embarazado; o se está embarazado, embarazada en este caso porque es imposible estar embarazado, por los menos hasta ahora, no digo que la tecnología y la ciencia no puedan avanzar, pero esto es en síntesis lo de siempre: comprometernos a respetar la legalidad democrática por aquello de que eso que le asignaban a Bertolt Brecht pero que luego me vine a enterar al cabo de un tiempo que no es una frase de Bertolt Brecht acerca de que primero vinieron por los socialistas, luego por los obreros, etcétera. Bueno, no era Bertol Brecht, todos estábamos convencidos que era de Bertolt Brecht, me enteré en el Museo del Holocausto, en Washington, que no era de Bertolt Brecht, sino que era de un judío y era finalmente el que lo dijo, pese a que Brecht también lo era, decía al final cuando vinieron por nosotros ya era demasiado tarde.

Con esta reflexión que no me pertenece, no soy tan inteligente ni tan lúcida como para haber formulado algo tan magnífico, es que les recuerdo a todos mis compañeros y compañeras presidentes y jefes de Estado, la necesidad de tener la misma coherencia que tienen del otro lado, pero con la coherencia de la positividad de la democracia.

Muchas gracias y muy buenos días a todos y a todas. (APLAUSOS)