Almuerzo en honor del presidente del Estado de Israel

PALABRAS DE LA PRESIDENTA CRISTINA FERNANDEZ EN EL ALMUERZO OFRECIDO EN HONOR DEL PRESIDENTE DEL ESTADO DE ISRAEL SHIMON PERES

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Muy buenos días a todos y a todas. Señor presidente del Estado de Israel; señores y señoras de la comitiva que lo acompañan: bienvenidos a la República Argentina, la verdad que la anécdota que relataba el presidente de Israel viene a dar por tierra con algunos mitos que circularon muchas veces en la Argentina acerca de un cierto tufillo antisemita del peronismo; la anécdota maravillosa, encantadora que acaba de relatar el presidente de Israel, más actos concretos como el reconocimiento inmediato por parte de la Argentina, vienen a colocar exactamente las cosas en su lugar, en lo que ha sido la histórica relación entre la República Argentina e Israel, el inmediato reconocimiento al derecho a vivir dentro de sus fronteras en la Tierra Prometida y al mismo tiempo un relato que tiene que ver con la profunda convicción que también tiene esta gestión acerca de cuál debe ser la evolución de una sociedad y de una economía que vendía naranjas y calentadores Primus hace no tanto tiempo en términos históricos y que hoy ha sabido dar un salto cualitativo con la incorporación de valor agregado, con tecnología, como también nosotros los argentinos lo hemos hecho, sobre todo en el campo de la medicina.

Hoy charlábamos con el presidente de Israel de la importancia también, él es un amante de la tecnología incorporada a la medicina como un valor para salvar vidas humanas. Recién hacía mención a la Fundación Leloir, estuve en esa fundación el pasado viernes. Me decían que era la primera vez que un presidente argentino visitaba la fundación en 67 años de vida y realmente los proyectos y análisis de investigación que se están haciendo en esta fundación, nos colocan realmente a la vanguardia en estudios medicinales, en adelantos científicos más que importantes.

Hoy hemos firmado también un importante acuerdo en materia de comunicaciones que permitirá desarrollar joint ventures entre empresas israelíes y empresas argentinas, ya algunas de ellas radicadas en nuestro país en materia electrónica en Tierra del Fuego y que seguramente luego de la última sanción del Parlamento para transformar esta provincia argentina en una suerte de equivalente a Manaos va todavía a tener mayor desarrollo.
Pero permítanme detenerme también en algo que como él dice es muy caro a mis sentimientos, que es el deseo de paz en Medio Oriente, que lo charlábamos hoy -lo hicimos también en la conferencia de prensa- y que es la necesidad de que ambos estados, un Estado Palestino y el Estado de Israel, convivan pacíficamente. No es solamente una cuestión de paz internacional, no es una cuestión únicamente que haga a la seguridad internacional, tiene que ver con profundas convicciones de esta Presidenta a los derechos que los pueblos vivan en sus territorios en paz, de acuerdo a sus costumbres y que los enfrentamientos que se quieren montar - hoy lo charlábamos - sobre presuntos choques de civilizaciones, no son tal.

En realidad - y me acuerdo haberlo dicho en el Parque de la Memoria, muy cerca de Jerusalén - la clave de todos los conflictos que han terminado en tragedias para la humanidad, como el Holocausto, como cientos de años antes lo fue la Inquisición que mataba gentes o expulsaba a judíos de España tiene que ver con la intolerancia, en la intolerancia como manifestación más terrible de la condición humana en no aceptar al otro, al diferente, al que piensa diferente, o al que le reza a un Dios diferente. Yo creo que esta es la clave: el intentar que todos sean iguales, que todo piensen igual, que todos recen igual y creo que en esto debemos tener un fuerte compromiso contra toda manifestación de intolerancia religiosa, racial, política. Porque yo recuerdo que cuando estuve en Alemania, para ser más precisa en Baviera, fui a visitar lo que fue el primer campo de concentración que estaba en Dachau y allí me explicaron que cuando se construyó Dachau no era para encerrar judíos, era para encerrar y castigar disidentes políticos.

En realidad, el régimen nazi a los primeros que apresó fue a los comunistas, a los socialistas, o a los que tenían una idea opuesta totalmente a lo que era el régimen nazi. Luego más tarde, ya promediando los inicios de la década del 40, se llegó a ese horror que algunos denominaron la solución final, pero primero habían ido por lo que pensaban diferente. Y sin embargo allí no se habían levantado tantas voces.

Por eso creo que una de las claves para luchar contra el antisemitismo, para luchar contra la xenofobia, contra el racismo, es condenar todo acto de intolerancia, cualquiera sea el motivo, cualquiera sea el origen, cualquiera sea la razón, porque en realidad no hay razón alguna para perseguir a otro porque sea diferente.

Creemos que todos debemos hacer un gran esfuerzo por construir un mundo mejor, porque este primer conflicto en Medio Oriente, que se desata durante la etapa de la modernidad por cuestiones que tenían que ver con el territorio, hoy se ha profundizado en un conflicto interreligioso nos debe llevar entonces a la necesidad de comprender que debemos abordar la tarea de la construcción de la paz como tarea prioritaria.

Yo pensaba y le comentaba o hoy el presidente Shimon Peres, yo era muy jovencita y recuerdo los hechos de la modernidad en cuanto a la cuestión de Medio Oriente, pero tenían un sesgo de carácter político, de carácter territorial si se quiere manejable, conducible, encauzable. Cuando adelante de las cuestiones de estado o de las cuestiones de amistad entre los pueblos se ponen las razones de la fe, de la religiosidad, que son absolutamente dogmáticas e inflexibles y por lo tanto irrenunciables, es cuando uno comienza entonces a avizorar que no hay luz y que no hay posibilidad de solución.

Por eso digo que la primera cuestión que debemos comprender cuando estamos abordando la cuestión de Medio Oriente, es que es una cuestión que hace fundamentalmente a destrabar y también a derribar las falaces argumentaciones que muchas veces son esgrimidas por el terrorismo internacional. Porque claro, desde la racionalidad de la modernidad determinadas cosas no se podían hacer, desde la irracionalidad del dogma y de la fe todo es posible. Puede parecer, tal vez, una distinción demasiado elaborada, pero quienes piensan y ejecutan de esa manera saben cuáles son los objetivos que persiguen y cómo lograr más adeptos. ¿Por qué? Porque en la etapa de la modernidad y de la racionalidad todo necesitaba una explicación, cuando algo es sólo porque Dios lo dice entonces no necesita ninguna explicación ni ningún grado de racionalidad, y todo se torna más fácil para los que precisamente no dan ningún valor a la vida de los demás y también a la propia.

Creo entonces que todos debemos hacer un gran esfuerzo, porque no es solamente una cuestión que tenga que ver con la seguridad, hace a las convicciones profundas, al respeto de los derechos humanos, a respetar al otro, que ustedes saben constituye para nuestro país una política de Estado. Por eso nos sentimos orgullosos de ser fundadores y de haber participado del grupo de trabajo por la educación y la memoria del Holocausto, en el cual este año nos tocó ser los organizadores del evento. Porque nos horroriza que se pueda siquiera intentar discutir o negar algo que avergüenza a la humanidad, como lo que ocurrió durante el siglo XX y que fue una auténtica tragedia humanitaria.

Quiero decirle, presidente Peres, que el atentado contra la Embajada de Israel, en 1992, y contra la Mutual Argentina Israelita, no fue para nosotros ni un atentado contra Israel ni un atentado contra los judíos, fue un atentado contra los argentinos. Creo que esto tiene que quedar muy claro, porque allí había algunos argentinos que rezaban al mismo Dios que yo y otros al Dios que le reza usted. Pero no lo hemos tomado como una cuestión de otros, no, es una cuestión contra nosotros, y en ese sentido hemos actuado y seguiremos actuando con la misma coherencia y con la misma firmeza que lo hemos hecho.

Tenga usted por seguro que vamos a profundizar nuestras relaciones comerciales, nuestras relaciones de acuerdos científicos, porque creemos que es muy importante lo que ambos podemos lograr. Y también tenga la certeza de que vamos a contribuir con todas nuestras fuerzas, con todos los instrumentos, las políticas, las decisiones y las acciones, que tiendan a unir y no a enfrentar; a distender y no a tensionar.

Finalmente, también quiero contarles una anécdota, un relato: en noviembre de 1996, invitada por la Embajada de Israel aquí en Buenos Aires, me tocó presentar, junto al presidente Raúl Ricardo Alfonsín y creo que al entonces canciller Guido Di Tella, en el Complejo La Plaza, un libro que eran las memorias de un hombre, ese hombre era usted Presidente. Yo presenté, siendo senadora, las memorias de Shimon Peres, junto a Alfonsín, junto a Di Tella y el entonces embajador Itzhak Aviran, a 2 años apenas de haber recibido usted el premio Nobel por la Paz.

Déjeme decirle que sus memorias fueron muy conmovedoras porque cuentan, relatan, con absoluta precisión y claridad las obligaciones y los dilemas a los que se ven sometidos los hombres y mujeres de Estado cuando tienen que tomar decisiones muy importantes en momentos muy, pero muy difíciles, para su Patria, que tienen que ver con miles de años de tradición, con enfrentamientos, con discusiones. Y déjeme decirle que nunca soñé que 13 años más tarde iba a estar aquí como Presidenta recibiéndolo a usted.

Pero de todo lo que leí, me impresionó, como a usted, la anécdota de Perón y de Evita me causó mucha gracia. Hay un capítulo dedicado al amor, porque los hombres y las mujeres de Estado también tenemos historias de amor, y en ese capítulo usted contaba cómo conoció a su esposa, cómo lo fascinó enseguida y cómo intentó seducirla. Y él cuenta en ese libro que intentó seducirla, porque él era un laborista convincente y coherente, leyéndole El Capital de Carlos Marx. Recuerdo, como había leído todo el libro, que comenté esto en aquel encuentro y terminé mi intervención diciendo que es evidente que por más inteligente que sea un hombre cuando se enamora pierde la razón, porque pensar que enamorar una mujer leyéndole El Capital de Marx, la verdad es que todos los hombres son iguales aun cuando sean estadistas o no estadistas. (Aplausos) Cuando hoy le comentaba esto hoy el presidente Shimon Peres también me contó que su mujer nunca se lo perdonó aunque se casó con él.

Finalmente quiero levantar mi copa para brindar por la amistad de Argentina y de Israel, para brindar presidente Peres por mi respeto, mi admiración y mi afecto por usted, y también por la paz, que seguramente usted como yo y como todos los hombres de buen corazón y de buena fe, quieren no solamente para su país o para su región sino también para el mundo.

Salud y muchas gracias.