Buenos días a todos y a todas. Señora presidenta de la República de Chile, querida amiga Michelle Bachelet; señores ministros, legisladores; comitiva que me acompaña también integrada por legisladores, por gobernadores patagónicos y cordilleranos como el de Mendoza, el de San Juan, el de Neuquén: creo que ha sido una decisión más que acertada haber elegido este lugar histórico, emblemático en la vida de los dos países como es Maipú.

Cuando uno ve este abrazo entre los dos hombres más grandes, los Padres de la Patria de Chile y de Argentina, en el caso del general José de San Martín que cruzó los Andes para participar en una gesta liberadora y emancipadora de los pueblos de la América del Sur, yo siento Michelle que hoy con el abrazo que nosotras nos hemos dado, pero fundamentalmente con las cosas que hemos acordado estamos protagonizando otro cruce de los Andes, aquel cruce fue por sobre la cordillera y fue para liberar pueblos, este cruce que significa la constitución de las comisiones binacionales para el paso de Aguas Negras y el Trasandino, constituye otro cruce de los Andes por abajo y con fines no ya de enfrentar sino de unir posibilidades, potencialidades que ayuden precisamente a generar mejores condiciones de vida para nuestros pueblos. (Aplausos).
Aquel cruce selló la libertad, este cruce que queremos hacer nosotras, Michelle, y que hemos declarado de interés nacional, quiere sellar el derecho a la igualdad en nuestras sociedades y a la amistad entre nuestros pueblos.

Sinceramente siento una gran emoción de estar hoy aquí, créanme, porque ustedes saben, ayer el alcalde de Santiago de Chile recordaba mi trayectoria legislativa, todos saben que también he sido legisladora por la provincia de Santa Cruz y que cumplí en un momento un rol muy importante como fue la discusión que tuvimos y que se selló finalmente en nuestros parlamentos acerca de la última diferencia limítrofe que tenían la República Argentina y la República de Chile sobre los Hielos Continentales. Ustedes saben, porque siempre he sido muy franca, frontal y sincera en todas mis posturas, cuál fue la posición que asumí, por eso el estar hoy aquí celebrando este acuerdo, profundizando la necesidad de articular definitivamente una asociación estratégica con Chile, de cara al Pacífico la Argentina y de cara al Atlántico Chile, no es un acto protocolar o diplomático, créanme que para mí es un acto de profunda convicción americana para contribuir a construir una región diferente a la que nos tocó vivir a ambas cuando éramos jóvenes y comenzamos a militar en política. Construir esta región como una región de paz, de prosperidad y de igualdad, debe ser el objetivo de todos quienes gobernamos en nombre de principios como la libertad, la igualdad y la independencia económica de nuestros países. Por eso estamos aquí hoy.

Y si aquel cruce fue hecho por dos hombres para hacer la guerra, la guerra siempre ha sido cosas de hombres, y no es una cuestión de género, (Aplausos), también es simbólico porque era una guerra justa, hay guerras injustas pero esta era una guerra justa, una guerra por la libertad y la independencia. Es justo que entonces la tarea de la igualdad y de la amistad esté a cargo de dos mujeres. (Aplausos) Porque las mujeres, como muchas minorías en todas las sociedades, siempre hemos visto afectada precisamente nuestra igualdad, hemos sido discriminadas. Y precisamente creo que esta noción, este concepto de igualdad, igualdad de oportunidades que es diferente al igualitarismo, que no existe, sino la igualdad de oportunidades que todos se merecen, quiero reivindicarla también hoy aquí.

Este acuerdo de Maipú, histórico, que hemos firmado y que es el punto de partida para construir el cruce de nuestra cordillera, creo que será recordado, no por nosotras, nunca hemos tenido ninguna de las dos vocaciones protagónicas, sino esencialmente como una contribución a una mejor historia para todos nuestros pueblos. Y fundamentalmente para hacer honor a estos dos grandes hombres, que por esas cosas de la historia, de divisiones y enfrentamientos, muchas veces extracontinentales, murieron los dos, al igual que Bolívar, lejos de su patria, por la que dieron su vida, por la que lucharon siempre.

Parece un destino común el de los grandes libertadores de América el haber sido injustamente por momentos olvidados o excluidos de sus propias patrias. Destinos trágicos los de O'Higgins, Bolívar y San Martín, pero destinos históricos.

Cuando visitamos la Corte, decía su presidente, aunque no creemos que ninguna se vaya al exilio, "miren, si tenemos que llegar al exilio para quedar como ellos en la historia no lo duden", yo por lo menos no dudaría un solo instante. Pero afortunadamente no es época de exilios sino es época de construcciones, de uniones y de amistades profundas y definitivas, enhorabuena.

Muchas gracias Michelle, muchas gracias pueblo de Chile, muchas gracias argentinos que me acompañan, tengan la certeza de que hoy ha sido un día importante en la vida de todos. Muchas gracias y buenos días a todos y a todas. (Aplausos)