Muy buenas noches a todos y a todas; querida Presidenta de la hermana República de Chile, Michelle Bachellet; embajadores, ministros, integrantes de la comitiva que me acompaña; empresarios; miembros de la comunidad de esta querida hermana República: es cierto lo que señalaba Michelle al comienzo de su discurso, nos hemos reunido en este lugar fantástico que es el Patio de los Cañones, siempre lo confundo con el de Los Naranjos, en este fantástico lugar - también lo veo de aquí al ex presidente Frei, buenas noches, aquí lo diviso, no lo había podido ver por la luz, muy buenas noches ex presidente - realmente estuvimos muchas veces aquí, pero déjenme decirles algo que lo siento muy adentro y no puedo dejar de manifestarlo esta noche, desde que llegué, en el recorrido por las calles, cuando visité la Alcaldía de Santiago, la cantidad de gente que se había reunido allí, nunca - y no lo digo de compromiso, no soy una mujer de palabras protocolares, como me conocen - nunca había sentido tanta demostraciones de afecto y cariño, por parte del pueblo chileno que se manifestaba saludándome, tirándome besos o sacándose fotos.
Yo no sé si es porque somos dos mujeres, yo no sé si es por Marcelo Bielsa, porque el fútbol es muy fuerte, yo sé que el fútbol ayuda, porque muchos me decían: "ya es nuestro, lo vamos a nacionalizar". Pero lo cierto es que debe ser la suma de todas las cosas que hemos sabido construir argentinos y chilenos, en estos años, que fueron precedidos por desencuentros, por cuestiones que ahora vamos a recordar al Vaticano, junto con Michelle. Afortunadamente - decía yo en la Alcaldía - la intervención en aquel momento, de la Santa Sede, fue la que permitió que hoy estuviéramos juntos, como estamos hoy aquí, y vamos a llegar ambas a visitar a su Santidad en un mismo auto con las dos banderas, todo un símbolo.
El tratado que vamos a firmar mañana que - aclaro Michelle muero por conocer el lugar de la Batalla de Maipú - y yo decía hoy el abrazo de dos mujeres que va a significar también el progreso que han tenido nuestras sociedad, dos mujeres presidentes significa sociedades en crecimiento, sociedades en desarrollo y también un acuerdo que va a hacer mención a la conformación de comisiones bilaterales para obras que yo juzgo como absolutamente trascendentales en la historia de Argentina y Chile.
Créanme no me voy a cansar de repetir, el día que podamos perforar esa Cordillera y atravesarla con un ferrocarril será algo más que un hecho de infraestructura, o una buena gestión de comercialización de los productos, o una buena infraestructura de servicios por parte de Chile hacia el Pacífico, va a ser mucho más que eso, va a ser exactamente llegar al punto de partida en el abrazo entre O'Higgins y San Martín. No tengan duda que va a ser llegar exactamente a ese punto inicial en donde hombres y mujeres de esta América del Sur lucharon codo a codo, brazo con brazo para lograr la liberación del yugo colonial.
Hoy, a casi 200 años de aquella gesta histórica - increíble cuando uno sobrevuela la Cordillera y la ve desde el avión - lo que hicieron aquellos hombres revela realmente que eran grandes. Pero hoy los desafíos son diferentes. Hoy también tenemos que estar, creo yo, aquí en la América del Sur y en los países que la conformamos, ante una segunda independencia, diferente a aquella, ya no hay yugos coloniales, que nos enfrenta al desafío de poder, como decía Michelle, convertir a nuestra región, la América del Sur, en un nuevo protagonista en el escenario internacional, porque vivimos en materia de relaciones internacionales en un punto de inflexión.
Hemos superado en el siglo pasado el bipolarismo que dividió al mundo y hoy estamos ante un escenario global de nuevos protagonistas. Y el lugar que tenemos que ocupar Argentina y Chile y el resto de los países de la América del Sur, es un lugar protagónico.
El siglo XXI va a demandar alimentos, energía, agua dulce y nosotros tenemos la inmensa posibilidad de, uniendo esfuerzos, inteligencia y creatividad, convertirnos en protagonistas de este siglo XXI.
Créanme que estoy absolutamente convencida de que lo podemos hacer. Porque, más allá de que somos un continente no equitativo en lo que a distribución del ingreso se refiere, porque no es el más pobre pero sí tal vez es el más injusto en la distribución del ingreso, afortunadamente somos una región de paz, somos una región donde no tenemos conflictos religiosos o de otras características que sacuden tan violenta y trágicamente el mundo contemporáneo.
Esto lejos de lograrlo, por supuesto, nos obliga a un redoblado esfuerzo en escenarios internacionales, en foros internacionales y a tener las posiciones coherentes que siempre hemos tenido Argentina y Chile en momentos difíciles de la historia contemporánea.
Pero también nos lleva al hecho de saber que tenemos que articular muy fuertemente entre todos los países de la región para ocupar ese lugar. Y ocupar ese lugar significa también, como decía Michelle, luchar por sociedades en nuestros países más inclusivas, más justas y en las cuales los ciudadanos se sientan absolutamente identificados con su patria, no solamente porque han nacido en ella, sino porque ella les ha brindado las oportunidades y la igualdad de oportunidades para tener una mejor calidad de vida.
Este es el gran desafío que tenemos y creo que todos los que estamos hoy aquí reunidos y otros hombres y mujeres que también comparten responsabilidades en otros países hermanos, tienen esa misma e íntima convicción.
Nos tocó vivir en este lugar histórico, La Moneda, bajo la presidencia de Michelle Bachelet en la UNASUR, el hecho de poder ayudar a la hermana República de Bolivia en un momento difícil y yo creo que ustedes deben sentir el orgullo como chilenos, como yo lo sentí ese día también como mujer de la América del Sur, que habíamos podido lograr nosotros mismos, sin interferencias extra regionales, encausar un conflicto que hubiera alterado la paz en la región.
Esto significa que tenemos capacidades y que muchas veces no las hemos podido exhibir y explorar en todo su esplendor, precisamente por interferencias extra regionales.
Hoy todos hemos cumplido la mayoría de edad y estamos absolutamente persuadidos de que vamos a ejercer, con responsabilidad, con patriotismo y con dignidad, esa mayoría que hemos adquirido aquí en la América del Sur.
Por eso, quiero brindar por usted, Presidenta, mi querida amiga Michelle Bachelet, por la hermana República de Chile, por la paz y por la buenaventuranza para todas nuestras sociedades.
Muchas gracias, ¡salud! (APLAUSOS)