Señores decanos de las facultades de Medicina de nuestro país; señor Presidente de la agrupación que las reúne; señor Presidente de la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados; señores ministros de salud de las distintas provincias argentinas: es un día muy especial, como fue el de ayer también, ayer estuve en Santa Fe, en un centro tecnológico, inaugurando una fábrica privada de fármacos en consonancia con la Universidad Nacional del Litoral, en una articulación entre el Estado, a través de su Universidad, y la parte privada, que es uno de los ejes en los cuales hemos planteado, por ejemplo, nuestro ministerio de Ciencias e Innovación Tecnológica, sacar a la Universidad de ese aislamiento que durante mucho tiempo vivió, me acuerdo cuando éramos muy jóvenes y militábamos, le decíamos "la islita democrática", porque lo era en medio de dictaduras que se sucedían en el país. Y siempre hubo una suerte de no vinculación entre lo académico y lo económico, lo productivo. En este caso puntual lo hacemos desde otra perspectiva, desde lo que es el fuerte compromiso que las universidades, en este caso la Facultad de Medicina, tienen que tener con la salud de nuestro pueblo.
Lo hacemos también en este ámbito, el Salón de los Científicos Argentinos del Bicentenario, no es casual, vamos a buscar un lugar para el Doctor Alvarado aquí, estaba mirando si nos quedaba alguna pared libre, y creo que tenemos una pared ahí, vamos a ver si los podemos colocar, pero tenemos sanitaristas formidables como ha sido el Dr. Carrillo, como Salvador Mazza que está allá, nuestros premios Nóbel. Pero este es el homenaje que hemos querido hacerle a los hombres y mujeres comprometidos con la ciencia, y comprometidos con aplicar esa ciencia a resultados concretos para el pueblo. Si la ciencia no sirve para mejorar la producción y la economía de un país y agregarle valor a su producción, si la ciencia no sirve para mejorar la calidad de vida y la salud de sus habitantes, es solamente un ejercicio diletante de individuos que se solazan en la investigación científica, sin ningún objetivo ni un fin. Las ciencia siempre tiene que tener un fin, no es persé, es para algo, para mejorar la economía, para mejorar la salud, para mejorar en definitiva la vida de la humanidad. Lo demás puede terminar en experimentos extraños, que poco a pueden tener que ver con la calidad de vida.
Por eso este acuerdo al que hemos llegado con las facultades de medicina, para formar agentes sanitarios, hemos retomado una tradición de la Argentina, que la de formar agentes sanitarios para que, provenientes de la comunidad, sean capacitados esos recursos humanos, sobre todo, en aquellas zonas donde tenemos enfermedades endémicas, que cada tanto aparecen, como nos pasó con el Dengue, en este caso último ya con algo que nos importaron, que fue H1N1, ahí no tuvimos nada que ver. Todo esto exige un compromiso muy fuerte de nuestras casas de estudio, del Estado en con convocarlas, y luego que luego de organizar a la comunidad en esta capacitación, que les agradezco profundamente a todos los señores decanos de las facultades, esta colaboración que, ténganlo por seguro, tal vez sea la primera durante esta etapa, pero que no va a ser la última porque es el dengue, es la fiebre amarilla, el chagas, son todas enfermedades transmisibles y que pueden ser con una buena organización comunitaria, con participación y con capacitación erradicas, combatidas eficazmente.
Creo que en esto tenemos que cumplir un rol muy fuerte desde el Estado y le agradecemos a ustedes el fuerte compromiso, no con el Gobierno, sino con la comunidad que es a quien nos debemos todos, Gobierno, Academia y, en definitiva, todos los que tenemos responsabilidad y hemos tenido la suerte, como digo yo, de ser capacitados en universidades públicas, gratuitas que nos han permitido tener un título y defendernos frente a la vida.
Creo que tenemos que devolverle a la comunidad todo lo que la comunidad nos dio y una buena forma es este convenio que hoy estamos firmando y que va a ser para capacitar y, como decíamos con el Ministro, vamos a empezar esta primera etapa con las vectoriales y yo creo que luego podemos ir avanzando mucho más, en atención primaria de la salud, en organización de la sociedad, etcétera. Muchas veces las cosas que nos pasan no es por falta de recursos, es por la desorganización social y humana de esos recursos.
Me contaba, por ejemplo, gente de Jujuy, cómo pudieron con una fuerte organización trabajar en el tema del dengue y hacerlo eficazmente. Muchas veces se cree que se requieren grandes sumas de dinero, grandes inversiones para combatir este tipo de enfermedades y no, se requiere un grado de organización social muy profundo y hacerlo, además, desde una perspectiva también académica científica como la que ustedes le van a dar a través de la conformación de agentes sanitarios.
Así que, agradecerles el compromiso e invitarlos a seguir participando, colaborando y articulando como lo hemos venido haciendo tan exitosamente con el ministro Juan Manzur cuando decidió convocar a toda la Academia para hacer frente a una cosa que además nos era desconocida como fue la famosa gripe porcina, que había producido prácticamente pánico en la sociedad. Porque lo peor de todo fue el pánico que había producido en nuestra sociedad y que nos llevaba inclusive a tener prácticas que no eran aconsejadas para poder combatirla o prevenirla eficazmente. Muchas veces cuando hay pánico, la gente ante lo desconocido toma actitudes o escucha una cosa o escucha otra y creo que fue una gran idea del ministro Manzur la convocatoria a los mejores académicos, a las facultades de todo el país, a la Academia de Medicina y vamos a seguir orientados en esa dirección.
Hay un refrán que dice "zapatero a tus zapatos" y, bueno, "cada maestro con su librito", también es un buen refrán para entender por qué debemos convocar a la Academia en tareas y en gestiones como las que vamos a abordar.
Muchas gracias y muy buenas tardes a todos y a todas. (APLAUSOS)