Buenos días, muchas gracias por estar aquí, su empresa es la única que no invierte en la Argentina. (Riendo) Para dar un dato, más del 60 por ciento de los hogares argentinos tiene acceso a Internet y pese a la crisis en el último año, medido de junio a junio, la conectividad en materia de acceso a la red residencial tuvo un incremento del 10 por ciento y en materia de abono el 17 por ciento, es decir solamente el 8 por ciento fue gratuito y el 90 por ciento fue de carácter oneroso. Y en cuanto a la conectividad institucional u organizacional, es decir de empresas, de actividades profesionales, creció de junio a junio un 100,2 por ciento. Así que apúrese porque tiene que hacer inversiones prontamente en la Argentina, donde además del acceso a la red para todas las tecnologías vinculadas con lo mismo, diseño de software, tenemos leyes promocionales en materia de tecnología muy importantes, así que ya que es el único no ha invertido en la Argentina, apúrese.
Otro dato, la conectividad en materia de telefonía celular e inalámbrica a la red aumentó también de junio a junio en el orden del 384 por ciento, y la venta de electrodomésticos, considerando algunos accesorios como computadoras y demás de acceso a Internet, fue la que más aumentó también en forma interanual. Así que tienen una fantástica oportunidad para hacer inversiones en la República Argentina.
Ahora sí vamos al tema de cuál es la situación del mundo y la Argentina, porque hoy ya no podemos hablar de ningún país en particular sin hacer referencia a esta crisis global que por casualidad, por coincidencia, comenzó también en el mes de setiembre aquí en Nueva York; coincidió con una charla mía no en el Council de las Américas sino en el Forum Relations con la caída de Lehman Brothers. Obviamente la Argentina no pudo sustraerse, como ningún país del mundo, al impacto de la crisis, que ya había comenzado a insinuarse con las sub primes en octubre del 2007. Tengamos en cuenta que entre esa fecha, octubre de 2007 y la actual, se ha destruido valor en la economía mundial por tres veces el PBI americano. Teniendo en cuenta que Estados Unidos de Norteamérica produce aproximadamente el 25 por ciento del PBI mundial, la destrucción de valor en términos económicos por la crisis ha sido sin precedentes desde la crisis del 30, un 75 por ciento del PBI mundial, lo cual revela la magnitud.
La verdad que el comportamiento de la economía argentina frente a la crisis en la región ha sido -y puedo decirlo con números concretos- uno de los mejores, sobre todo debido a la solidez del modelo, que tuvo en lo que fue una crítica inicial, su falta de acceso al mercado de capitales producto del default declarado en el año 2001 y el bajo grado de bancarización y bajísimo nivel de endeudamiento de nuestras empresas y familias, que realmente el impacto ha sido en el sector externo, comercial, fundamentalmente por la caída de exportaciones, que ha sido del orden del 20 por ciento y las importaciones en el orden del 40 por ciento. Curiosamente podríamos decir, pero no curiosamente porque el Estado ha intervenido, el año pasado habíamos logrado tener récord en materia de exportaciones y de precios en el tema de los valores de nuestros productos principales y commoditties, y tuvimos también obviamente récord en materia de superávit comercial, orillamos los 13.100 millones de dólares, y también récord de exportaciones. Algunos economistas, algunos bancos de inversión que ya no están más y algunas consultoras que hoy tampoco son consultadas por nadie, auguraban que este año la Argentina no iba a poder hacer frente a sus compromisos externos porque apenas iba a arañar un superávit comercial de 5.000 ó 6.000 millones de dólares, sin embargo hemos cerrado agosto con un superávit comercial de 12.598 millones de dólares, esto es un 78 por ciento superior al mismo tiempo del año pasado, que cerramos con 13.000 millones, y estimamos que vamos a cerrar aproximadamente con 15.000 millones de dólares de superávit.
Además hemos hecho frente a todos y cada uno de nuestros compromisos externos. También las consultoras auguraban default y una vez más Argentina incumpliendo sus compromisos, pero hace poco menos de un mes esta Presidenta abonó 2.250 millones de dólares que fueron capital e intereses del Boden 12, que como ustedes saben no es una deuda de este gobierno sino que constituyó la salida financiera en el año 2001 cuando los bancos no pudieron restituir a los ahorristas sus fondos en aquella crisis sin precedentes. También, debo decirlo, crisis con características bastante parecidas a la que hoy por ejemplo tiene el mundo, hipotecas que requirieron una intervención muy fuerte del Estado en aquel momento para evitar la ejecución masiva. Inmuebles que habían sido evaluados en 100.000 dólares, eran imposibles de pagar para sus propietarios luego de una devaluación que llevó el dólar a 4 pesos de la paridad uno a uno. Merced también a la intervención del Parlamento Argentino, me tocó como legisladora argentina -aquí hay algunos legisladores- levantar varias veces la mano para sancionar leyes que impidieran la ejecución de las hipotecas, con fuerte crítica de los bancos, que decían que estábamos arruinando el negocio bancario y estábamos destruyendo el mercado hipotecario porque prorrogábamos la ejecución e impedíamos que fueran ejecutadas las hipotecas. Pero lo cierto es que estábamos impidiendo que se destruyeran familias argentinas que no iban a poder hacer frente a sus deudas y por lo tanto iban a entorpecer aún más la marcha de la economía.
Hago hincapié en esto porque me ha llamado poderosamente la atención que aquí, en Estados Unidos, me hablaban de 3 millones de ejecuciones hipotecarias y de que tal vez en un día podían darse 300.000 ejecuciones hipotecarias, y la verdad que uno se plantea, frente a la economía que es la locomotora del mundo -como decíamos 25 por ciento del PBI- si esto no va a contribuir aún más a la caída y a las posibilidades de recuperación, porque si a las familias que perdieron su trabajo, que además tienen un nivel de endeudamiento que supera el cien por cien de sus ingresos, le agregamos la ejecución de su única vivienda, estamos de alguna manera contribuyendo a una suerte de profundización de la crisis, que yo creo que, sin pretender dar consejos a nadie, merecería una política por parte del gobierno más intervencionista; con perdón de la palabra, yo sé que la palabra intervención estatal en Estados Unidos no tiene buen marketing, buen mercado, buena prensa, pero realmente es un mundo que ha cambiado y si el mundo que se rigió por las reglas de la no intervención del Estado, de la desregulación absoluta de los mercados, de la no intervención estatal, devino en esta crisis, no significa que tengamos que pasarnos como a la política del péndulo, al otro lado, pero me parece que ensayar algunas medidas de intervención para lograr rectificar el rumbo de la economía que ha tomado el mercado sería aconsejable y saludable.
Las perspectivas de nuestra economía. Por supuesto también esta crisis nos tiene con el mismo nivel de reservas que a fines del año 2007, los economistas dicen que vamos a llegar a 46.000 millones de dólares de reservas, estamos 45.500 millones de dólares de reservas en el Banco Central, yo digo que vamos a llegar a más de 46.000.
La industria automotriz por ejemplo, aquí está nuestro socio General Motors, le hemos dado un préstamo muy importante a la fábrica modelo que tienen en Rosario para poder seguir con el modelo que tenían planteado para presentar este año. Yo decía ayer en la Universidad de Columbia que si alguien me hubiera dicho en mis épocas de estudiante universitaria, en los años 70, que iba a ser presidenta de la República Argentina y que además cuando lo fuera le iba a dar un préstamo a General Motors desde el Estado, yo habría dicho que estaba loco, pero es así, el mundo está loco y tenemos que hacer también locuras. Pero hablando en serio, este año el gobierno argentino ha concedido un importante préstamo a General Motors, que tiene una modernísima planta, una de las más modernas del mundo instalada en la provincia de Santa Fe, cerca de Rosario, departamento de Alvear, para permitir continuar con el modelo, la inversión y fundamentalmente sustentar una fuente de trabajo muy importante con obreros altamente calificados, que al mismo tiempo generan mucho trabajo a todo el sector autopartista y es uno de los motores que ha llevado a cabo este crecimiento de los últimos años.
Precisamente vinculado con la industria automotriz, el año pasado fue récord de venta de unidades, 598.000 unidades, y este año, al comienzo de enero, los pronósticos nuevamente de consultoras y economistas eran que no íbamos a llegar a 200.000 autos. Yo dije que no, que íbamos a llegar a medio millón de autos nuevamente y hace pocos días el titular de la competencia, Ford Motors Argentina, anunciaba que se pensaba llegar al medio millón de unidades, pese a la crisis, y también reactivándose muy fuerte el mercado de la venta de usados que es parte importante también, obviamente, del negocio.
Con respecto a las perspectivas de los commoditties, a los que algunos auguraban caídas estrepitosas, la soja ayer cerró a 343 dólares -aquí está la gente de Cargill también- y si tenemos en cuenta que el precio récord del año pasado fue 396 dólares en realidad estamos en precios más que interesantes para todos aquellos que tienen en el negocio de los cereales una inversión más que importante y donde Argentina realmente lidera.
Hemos sufrido además de la crisis internacional -esto no es culpa de nadie- la sequía. Una sequía muy importante que afectó fundamentalmente la producción de trigo, pero creo que en soja vamos a batir récords nuevamente porque aumentó a 70 por ciento de la superficie cultivable la siembra de soja. Ustedes saben que se ha convertido en el commoditty más rentable en la República Argentina, producto de varias circunstancias, la caída de los precios de los insumos básicos que son los agroquímicos y fertilizantes, sumado a la inversión que demanda la siembra por hectárea y al altísimo grado de tecnología que ha alcanzado la Argentina en materia de siembra directa, ustedes saben que lideramos esto en el mundo; y sumado al hecho de que los argentinos no somos afectos a la soja, tenemos un gran saldo exportable, el 95 por ciento de lo que se produce se exporta a diferencia del trigo, del maíz, la carne o la leche, en que tenemos un altísimo consumo. Pero realmente el negocio sigue siendo muy redituable, hace poco hicimos un convenio con las exportadoras donde luego de algunas restricciones que había en materia de exportación de cereales hemos acordado con las grandes exportadoras, Cargill, Dreyfus, Bunge y Born, Aceitera General Deheza -de origen nacional-, Molinos, dar libertad absoluta a las exportaciones, con el compromiso de las exportadoras de suministrar al mercado interno trigo y maíz, en el caso de que falte por exceso de utilización de saldo exportable, a precios de abastecimiento interno. Ustedes saben la importancia del trigo para el consumo de las familias argentinas y toda la cadena agroalimentaria, como el maíz para todo lo que es la industria láctea, la industria de la carne; creo que está presente también JVS que es uno de los mayores productores de carnes del mundo y que tiene también fábricas instaladas en nuestro país.
Con lo cual, si bien no podemos decir que estamos en Disney World en la Argentina, podemos afirmar que hemos sostenido un crecimiento, obviamente no el que veníamos teniendo de tasas chinas, superiores al 8 por ciento anual, pero vamos a finalizar el año 2009 creciendo, como lo estamos haciendo. Es cierto que la producción industrial ha caído pero la producción se servicios se ha incrementado, lo cual nos ha permitido mantener el signo positivo en materia de crecimiento, lo saben los productores de energía que hoy también nos acompañan, con lo cual el año que viene creemos que va a ser muy buen año y vamos a volver a crecer fuerte en la República Argentina. Fundamentalmente en un escenario internacional donde India y China, el Sudeste Asiático fundamentalmente, exhiben signos de recuperación más que importantes respecto de la economía estadounidense.
Debemos decir además que también es cierto que nuestro nivel de vinculación en materia comercial con Estados Unidos representa solamente un 7 u 8 por ciento de nuestras exportaciones, por lo cual la caída que ha tenido la economía americana no ha impactado como lo hizo en otras economías que obviamente tienen mucha mayor vinculación de carácter comercial con Estados Unidos.
También había anotado aquí Tierra del Fuego, porque nosotros estamos importando electrodomésticos por 6.000 millones de dólares. Ustedes se imaginarán lo que esto significa en materia de egresos de divisas y el interés que tiene nuestro gobierno por comenzar a producir precisamente mayor cantidad de electrodomésticos en nuestro país y además mayor cantidad de celulares, que uno de los que provee es Brighton, tiene una planta en Tierra del Fuego. Para esto el Poder Ejecutivo ha enviado una ley al Parlamento Argentino que ya tiene media sanción de diputados y creo que mañana se trata la otra media sanción del Senado de la Nación, donde hemos provisto ventajas de carácter fiscal para precisamente la construcción en Tierra del Fuego, que es una suerte de zona franca similar a Manaos en el marco del MERCOSUR. Para que ustedes tengan una idea de los que esto significa, Tierra del Fuego cumple un rol semejante al de Manaos. Por lo menos en los roles institucionales, no así en los roles productivos, donde a partir de esta ley queremos revertir precisamente esa situación en la cual nos ingresan vía Manaos a nuestro país y nosotros también poder competir desde nuestra zona franca, en este caso Tierra del Fuego, mediante ventajas impositivas de las mismas características que tienen nuestros principales socios en Manaos. Por eso esperamos que Brighton, que también tiene inversiones en el continente, pueda hacer fuertes inversiones, incrementar las inversiones. Saben además que nuestro país es el país de mayor cantidad de celulares por habitante, tenemos más celulares que Estados Unidos por ejemplo, comparativamente por la cantidad de habitantes.
Para que ustedes tengan una idea, cuando Kirchner -estas cifras me las daba Carlos Slim el otro día- asumió como presidente en el año 2003, había 7 millones de celulares en la República Argentina, hoy hay 40 millones de celulares. Hay más celulares que habitantes, hay más celulares que televisores para que ustedes tengan una idea, y gente que nunca podrá acceder por su grado de ingreso monetario a una telefonía fija, básica, familiar, cuenta con su celular. Uno puede encontrarse con un obrero de la construcción en una obra con su celular, que puede sacar fotos, hablando por teléfono, y gente que nunca tuvo acceso a la vía telefónica la tiene a través de los celulares.
Para revelar el impacto que ha tenido hoy el celular, yo digo que hoy el celular para los argentinos es casi un elemento indispensable. Por eso creemos que tenemos una oportunidad fantástica a partir de esta ley de radicar nuevas inversiones y producir celulares, no solamente para la Argentina sino para el mundo.
Además a partir también de lo que significa el tipo de cambio como una ventaja competitiva y la calidad de nuestros recursos humanos para ese tipo de producción, que nos coloca en una pole position en materia de diseño, de software, de diseño y construcción de celulares. A mí me ha tocado visitar las fábricas de Tierra del Fuego y realmente hay un grado de capacitación en nuestros recursos humanos muy importante y esperemos que sean oportunamente aprovechados.
También quiero agradecer la presencia del titular de Barrick Gold que me visitó en Buenos Aires. Ustedes saben que se está haciendo la inversión minera en estos momentos, más grande del mundo precisamente en la Argentina, pero con una novedad, es el primer proyecto minero a escala global de carácter binacional. ¿Qué significa esto? Que no es un proyecto únicamente radicado en la Argentina y en donde la Barrick negocia con Argentina únicamente, sino que es un proyecto entre Argentina y Chile como ente binacional, que realmente ha demandado un diseño institucional sin precedentes en la historia minera internacional, porque revela que hay que compatibilizar políticas tributarias, políticas de empleo, legislaciones laborales, porque los trabajadores cruzan a uno y al otro lado de la frontera y además, obviamente, hay una legislación tributaria en un país y otra en el otro.
Era un proyecto cuando me visitó su titular, que venía de mucho tiempo atrás, Pascua Lama, ubicado en la provincia de San Juan, en la cordillera argentina, que había sido dejado de lado o suspendido o puesto entre comillas. A partir de una evaluación de su Ceo, que considera que el oro va a volver a valer mucho y va a ser un instrumento de mucho valor, y además teniendo en cuenta la existencia de veta aurífera precisamente en esta zona, tal vez una de las mayores del mundo, precisamente vino a visitarme para conocerme porque primero quería charlar conmigo antes de someter a su board el tema de reiniciar el proyecto de Pascua Lama.
Recuerdo que fue por febrero que se reunió en Canadá, justo coincidió ese día que por esas cosas de la vida yo estaba en la provincia de San Juan inaugurado un moderno Centro Cívico, que había estado paralizado también durante más de 40 años y que había sido una obra del Gobierno nacional, y allí se anunció que precisamente Barrick Gold, su directorio, había decidido la inversión en Pascua Lama, por lo cual fue una excelente noticia. Primero por lo que significa en materia de generación de empleos para una provincia como San Juan, que más del 80 por ciento de su territorio es montaña, con lo cual la minería es una ocupación central; la cantidad de empleos directos e indirectos que produce y además la remuneración en materia de minería, los sueldos, los salarios de los obreros que se destacan, más todas las pymes que son los servicios y generan los puestos indirectos que prestan servicios al emprendimiento mayor, dan una magnitud en materia de generación de empleos, en materia de buenos salarios, en materia de reactivación e inversión en la zona que realmente consideramos más que importante señalar.
La idea es un poco reunirme de una manera diferente a la que veníamos haciéndolo con Susan, aquellos almuerzos multitudinarios, me parece que es muy interesante el poder charlar así en un tete a tete, nos permite interrogarnos, hacer comentarios, reflexiones, corregir cosas que están mal o profundizar las que están bien. Y de esta manera quería plantearles un poco cuál es la visión en cuanto a la Argentina, que creemos realmente que es muy promisoria. Porque creemos que agua, energía y alimentos van a ser las claves del siglo XXI, junto a la innovación tecnológica, el conocimiento y la extensión de las redes, es como dos demandas que se dan, casi como extremos primarios. Los alimentos por un lado y por el otro lado el grado de sofisticación cada vez mayor en materia de telecomunicaciones de acceso a la red. Que plantean también, si se me permite, una suerte dual, de una economía y de un mundo muy dual. Un mundo de repente demandando cada vez mayor sofisticación en telecomunicaciones, en acceso a la información, en velocidad de las redes, en productos cada vez más sofisticados y por el otro lado un mundo demandante de alimentos, de energía y de agua tal vez en un futuro no tan lejano.
Creo que el desafío que tenemos, no solamente los argentinos sino todos, ustedes saben que luego de esta reunión y de mañana en Naciones Unidas, voy a Pittsburg, al G20, donde realmente allí sí tenemos desafíos importantes, que los plantearemos oportunamente allí. Pero déjenme decirles que uno de los planteos que me parecen más importante es que tal vez en las reuniones anteriores se puso demasiado énfasis, a mi criterio, en lo que era la crisis del sector financiero, sin diseñar, o proponer, o idear instrumentos que abordaran lo que iba a ser el verdadero problema, que es la economía real con la destrucción de empleo y con el cierre, quiebre o graves déficit estructurales de las empresas que producen trabajo y que son finalmente las que generan riquezas y la posibilidad de tener usuarios y consumidores. Porque en definitiva los productos financieros o los derivados financieros no generan usuarios y consumidores, generan formidables negocios que finalmente, sin regulación y sin control, terminaron en lo que terminaron.
Lo que realmente ha sido la matriz de crecimiento y generación de riqueza del capitalismo y precisamente tal vez de Estados Unidos, ha sido el trabajo industrial durante todo el siglo XX, y ya a fines del siglo XIX y lo que viene del siglo XXI, la gran innovación tecnológica, que es la otra generación importante de recursos.
Teniendo en cuenta la economía real me parece que es uno de los déficit que tal vez ha tenido el G20 y en el cual deberemos abocarnos. Por lo pronto hemos logrado a partir de una iniciativa de la República Argentina, que al Fondo Monetario Internacional y al Banco Mundial se una la OIT como representación tripartita del Estado, de los trabajadores y de los empresarios, que en definitiva son también los posibles grandes actores de la reactivación, si es que esta finalmente se produce.
Pero creo que también es importante saber que el rol del Estado va a tener que ser más activo, no sustituyente del mercado, mi gran temor es que surjan los que crean que el mercado puede ser suplantado por el Estado, lo cual no es así. Y mi gran temor radica porque hubo algunos que creyeron que el mercado podía suplantar al Estado y en realidad nos llevaron a esto. Eso que yo denomino la política del péndulo, de ir de un lado al otro, sin los equilibrios ni las armonizaciones y articulaciones que tenemos que lograr entre el Estado y el mercado. Sé que hay una gran discusión hoy en Estados Unidos vinculada con la salud, con el rol del Estado que conmueve y divide a la sociedad, pero déjenme decirles que es imprescindibles la participación y la intervención del Estado en un mundo donde el mercado se ha demostrado insuficiente de poder resolver por sí solo esta fenomenal crisis.
Creo que esta es una de las adaptaciones que vamos a tener que tener, no en el caso de quien les habla, que se formó en un país y en un partido político donde el Estado tuvo un rol muy importante, pero sí sabe que es muy difícil adaptar cabezas, estructuras mentales, estructuras de pensamiento, a un mundo diferente. Diferente no solamente por la crisis, creo que tal vez la punta del iceberg es la crisis financiera, creo que también estamos ante un cambio de etapas civilizatorias y también de formas de relacionamiento internacional. La caída del Muro de Berlín trajo una suerte de relaciones internacionales más basadas en la subordinación, en la creencia de dogmas como que despareció el Estado, el fin de la historia, etcétera, que generaron, creo, procedimientos equivocados.
Creo sinceramente que estamos ante una nueva etapa civilizatoria porque el siglo XX, que se caracterizó porque el sujeto principal activo que era el empresario tal cual lo conocíamos en su relación con sus obreros, o sea la economía de carácter industrial, ha sufrido una modificación muy importante, fundamentalmente porque a partir del crecimiento vegetativo fenomenal de la población y la aparición de nuevos protagonistas como India y China, exige un repensar cómo nos relacionamos institucionalmente en materia comercial en el mundo, en el tema que se ha denominado los imbalances de la economía global, donde por ejemplo, quien es la locomotora del mundo con el 25 por ciento del PBI, tiene un endeudamiento formidable en toda su economía, un déficit fiscal y comercial de carácter estructural que puede llegar a dos dígitos inclusive ahora, y por el otro lado la aparición de un gigante como China con una capacidad de ahorro diferente, con un formidable superávit comercial, lo cual va generando imbalances que como charlábamos con algunos economistas puede tornar no sustentable la economía global.
Por eso creo que deberíamos en el G20 visualizar la necesidad de reglas globales en materia económica para abordar la crisis. Todos se van de cada reunión del G20 aborreciendo el proteccionismo, lanzando insultos contra todos aquellos que protegen, pero puntualmente cada uno llega a sus países y toman todas las medidas proteccionistas habidas y por haber. Que pueden ser desde arancelarias en una Aduana, que pueden ser devaluatorias, que pueden ser desde promociones fiscales intensas, con lo cual creo que va a exigir por parte de todos los líderes del G20 abordar el tema de la crisis y de la economía real de una manera más realista, más despojada de dogmas, con mayor humildad intelectual y sabiendo que estamos ante un mundo diferente y que debemos decodificar las claves de ese mundo diferente si es que queremos encontrar, no una salida, porque me parece que una solución es diferente a una salida; una salida es coyuntural y puede ser el preanuncio de otra crisis, una solución es haber entendido la cuestión o el centro del problema y haberle dado una respuesta, que es lo que todavía no ha sucedido.
Con esta breve intervención ahora sí los escucho atentamente a todos ustedes. (APLAUSOS)