Cristina Fernández en la Bolsa de Comercio

PALABRAS DE LA PRESIDENTA CRISTINA FERÁNDEZ EN EL 155° ANIVERSARIO DE LA BOLSA DE COMERCIO  

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Muy buenas tardes a todos y a todas; señor Presidente de la Bolsa; señores socios y socias; señor Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación: en principio felicitaciones y un agradecimiento muy grande por la invitación que me han hecho a participar en este 155° Aniversario de una institución clave como lo ha dicho su Presidente, corazón de un sistema de producción y de inversión que desgraciadamente por la evolución histórica que ha tenido la Argentina, no ocupa el rol que tendría que ocupar en la participación del PBI en nuestros negocios. Yo defiendo totalmente ese rol que usted asigna y fundamentalmente la imagen de los hombres y mujeres que operan en la Bolsa, que muchas veces son presentados como especuladores, pero que en realidad conforman el corazón del financiamiento a largo plazo de todas las empresas en materia de inversión productiva, de servicio y de financiamiento. A mí sinceramente me gustaría ver a más hombres y mujeres caminando por los pasillos de la Bolsa e invirtiendo en acciones, y no en las casas de cambio creyendo que el refugio en la moneda extranjera es la mejor manera de invertir en un país (APLAUSOS). Tenemos que lograr cambiar esta percepción del ciudadano argentino, que cree que es más confiable un papel, una moneda extranjera, que una acción o un bono de los hombres y mujeres que invierten y producen en el país, esta es una cultura que debemos cambiar.

Creo que estamos ante una muy buena oportunidad, porque de las grandes crisis surgen las grandes oportunidades y cambios culturales en una sociedad. Recién el Presidente hablaba de esta crisis mundial que comenzó en el año 2007, con la subprime, que fue la primera manifestación, y que tuvo su manifestación más estentórea, casi cinematográfica, en lo que fue el 14 de septiembre cuando se cayó Wall Street al caerse Leman Brothers. Realmente es una crisis parecida a la bursátil del año ´30, igual o tal vez más grande: entre el año 2007 y el año 2009 se han destruido en valor tres veces el PBI de los Estados Unidos, que es la primera economía del mundo. Esto sirve para graficar la magnitud, la profundidad de esta crisis sin precedentes para los que no habíamos nacido en el año 1930.

Sobre los orígenes de aquella crisis y sobre los orígenes de esta todavía se va a seguir discutiendo, sin lugar a dudas no son los pobres que no han podido pagar su hipoteca en la subprime los causantes de la crisis. Algunos hacen mucho hincapié también en la falta de regulación de los mercados, en los excesos de mercados; ha comenzado también a hablarse de los imbalances de la economía mundial, con algunas características también del ´30, en donde por un lado Estados Unidos con un déficit estructural monumental y una altísima tasa de consumo y de endeudamiento, y como contraparte de ese imbalance, la China con un superávit comercial, una producción en auge y una gran tasa de ahorro. Habrán sido los imbalances, habrá sido la falta regulaciones, habrá sido el exceso de articulación de productos sofisticados del mercado financiero; yo creo que cada vez que el mercado de capitales se ha alejado de la economía real, de la economía que invierte, produce y genera trabajo, ha producido estos defasajes en el orden internacional. Y creo que ésta con algunas diferencias es también una crisis similar a aquella en cuanto a los orígenes.

Pero lo importante es ver cómo estamos en este marco aquí en la Argentina, luego de 6 años de crecimiento a una tasa promedio del 8,4, de por primera vez en forma continua tener superávit comercial y fiscal; recién charlábamos con el señor Ministro de Economía y con el titular de la Bolsa, el señor Ministro de Economía nos daba como datos que en otras 8 oportunidades hubo superávit, una fue durante el año ´20 con el presidente don Hipólito Irigoyen, en el año ´93, con el ex presidente Menem, y durante los 6 años, 4 años y medio el presidente Kirchner y de quien lo ha sucedido, superávit comercial y fiscal. Hoy hemos sobrepasado nuevamente los $ 45 mil millones de reserva, me lo acaba de informar hoy el presidente del Banco Central, luego de haber pagado hace escasos días 2.250 millones de dólares de los BODEM 12, esos títulos que usted Presidente decía que muchos mercados auguraban que no íbamos a poder pagar y que pagamos, y que corresponden, para que el común de la gente pueda entenderlo, al corralito y al corralón de los años 2001 y 2002. También hemos podido descender la tasa de desempleo vergonzante de dos dígitos y sostener hoy, en un mundo en donde se cae el empleo en forma abismal, hay están los ejemplos de Estados Unidos, España, etc., en un 8,8 en este segundo trimestre, lo que revela solamente una diferencia de 0,8, respecto del mismo trimestre, del año anterior, contra el 7,3 además que fue record absoluto en diciembre, del año pasado; tenemos excedentes de reservas por casi 19 mil millones de dólares, calculando la base monetaria y los dólares que tiene el Banco Central. Estamos en una situación de solidez que nos permitió enfrentar sin las severas consecuencias sociales, que se dieron en otras latitudes, este modelo macroeconómico que comenzó en el año 2003.

También es cierto encuentra a la Bolsa con una participación del PBI inferior a la de sus vecinos: 140 por ciento del PBI, en Chile; 98 en Brasil; 140 en Estados Unidos y solamente 30 en la Argentina, es que como le decía al principio de mi intervención, tenemos que revertir esa tendencia cultural de no entender que cuando uno compra y apuesta a empresas argentinas está permitiendo el financiamiento a largo plazo de nuestros productores, de nuestros inversores y permitiendo que el sistema financiero cumpla el verdadero rol que es en el corto y mediano plazo para el capital de trabajo y fondearse aquí, en la Bolsa, a largo plazo. Esto es lo que han hecho las grandes economías desarrolladas en el mundo, pero para esto necesitamos confianza los argentinos, no en un gobierno, confianza en nosotros mismos porque los que cotizan aquí en la Bolsa no son los gobiernos, son los hombres y mujeres que producen e invierten en la Argentina, somos en definitiva nosotros mismos como empleadores o como trabajadores los que necesariamente tenemos que aportar a este mercado de capitales para hacerlo cada vez más importante.

Y debemos reconocer que tambièn ha habido una evolución positiva, el tema del financiamiento, en materia de cheques postdatados para Pymes, que en el mes de junio tuvo la cifra de 69 millones y que significó un 19 por ciento más, que el mismo mes del año anterior y un 25 por ciento más del mismo mes anterior. También el hecho de las obligaciones negociables que llevamos en el orden, para el primer semestre de este año, de los 343 millones de dólares que significan un aumento en dólares del 198, respecto del primer semestre del año anterior y del 240 por ciento en pesos. Esto revela que más allá de las dificultades, que más allá todavía de la necesidad de seguir creciendo en la participación del PBI de este mercado de capitales vamos en el rumbo correcto.

Y en cuanto a la necesidad de construir confianza, de construir diálogos, de construir ámbitos, en donde podamos discutir los argentinos acerca de nuestras políticas, de las necesidades de los sectores y de armonizar en un proyecto conjunto de país en el advenimiento de nuestros próximos 200 años, tenga usted la certeza, señor presidente, tengan ustedes la certeza, que ese Consejo Económico y Social, al que vamos a participar a todos los sectores sociales, económicos y políticos porque hay que también darle participación a los que intervienen en el sistema de decisión en el Parlamento o en el Poder Ejecutivo para poder diseñar políticas que sean aplicables en el corto, largo y mediano plazo en un proyecto estratégico de país. Pero también quiero - y voy a tomar el guante, usted sabe que soy una mujer de recoger el guante, y no por ser mujer lo del guante - lo que usted me mencionaba al respecto del encaje de capital. Fíjese que esta medida que fue dispuesta durante el año 2005 fue, a mi criterio, una de las fortalezas del sistema que nos permitió afrontar con mucho éxito la brutal volatilidad de los mercados de toda la región, durante esta crisis. Porque lo que no podemos ignorar son las brutales devaluaciones que hubo en las regiones y que aquí no llegaron y pudimos administrar correctamente, desde el Banco Central, con grandes presiones sobre nuestro tipo de cambio, que hubieran sido catastróficos de no haber podido abordarlos en el contexto que lo hicimos. Y lo hicimos precisamente porque eso que puede - como usted le resulta criticable - que es el encaje del 30 por ciento obra como una barrera al ingreso de capitales especulativos.

Yo estoy de acuerdo con que la Argentina necesita el ingreso de capitales pero necesitamos el ingreso de capitales que vengan a producir, a invertir en nuestras empresas en trabajo, no a especular, a estar un rato en las entidades financieras, recoger y luego irse. Porque esto, sencillamente, fue lo que pasó en algunas regiones vecinas, en algunos países vecinos que sufrieron cambios muy fuertes en sus monedas, que esto significó también trastornos porque obviamente los planes de negocios que cada uno de ustedes tienen, en definitiva más allá de lo que nos merezca o no, en la moneda de reserva mundial, se rigen también por el valor de esa moneda de reserva. Si hubiéramos tenido un impacto muy fuerte en esa moneda, otros hubieran sido los planes de negocios y otros hubieran sido los resultados económicos y sociales para todos los argentinos.

En todo caso lo que deberíamos hacer es avocarnos al diseño de una política, en todo caso, que permita el ingreso de capitales, pero con fines determinados y no especulativos. Entonces allí sí podríamos hacerlo como de hecho lo hemos hecho en reiteradas oportunidades, cuando las empresas han solicitado ser relevadas del beneficio del encaje del 30 por ciento, porque querían incorporar para capital de trabajo, para pagar obligaciones o para pagar la producción. Todo lo que sea - socios y socias de la Bolsa - ingreso de capitales para aumentar la producción, para aumentar el capital de trabajo, para aumentar el capital fijo de las empresas no tengan ninguna duda de que van a ser dispensados del encaje del 30 por ciento. Tenemos que encontrar una norma en donde precisamente el ingreso de capitales no sea de carácter especulativo porque esa ha sido una de las fortalezas, entre otras, del modelo.

Creo sinceramente que estamos ante una oportunidad muy importante para todos los argentinos porque hemos podido probarnos a nosotros mismos que éramos capaces de crecer y al mismo tiempo que crecían nuestras empresas se podía crecer también en materia de mejora de calidad de vida. Hoy tenemos el salario mínimo más importante de toda la región; es cierto que quedan deudas pendientes y siempre las va a haber, mientras haya una persona que no tenga trabajo, mientras haya una persona a la que le falte recursos una sociedad en su conjunto desde sus autoridades, hasta sus instituciones sociales y económicas están en deuda con esa sociedad. El gran desafío que tenemos todos es poder superar la retórica y recuperar también la consistencia en los planteos. La economía - socios y socias de la Bolsa- y ustedes lo saben mejor que nadie requiere consistencia en los planteos, no se puede por un lado, pretender planes sociales que demandan grandes e ingentes transferencias de recursos que al mismo tiempo vaya acompañados de bajas, de impuestos o gravámenes a los sectores que mantienen y al mismo tiempo se sigan con los incentivos en materia de exenciones impositivas porque todo junto es imposible.

Entonces creo que este Consejo Económico y Social va a ser el ámbito apropiado donde podamos discutir precisamente este modelo económico y cómo seguimos sosteniendo el crecimiento. Usted sabe mejor que nadie que la economía, además de generación de riqueza, también implica transferencias de un sector hacia el otro.

El modelo de país que nosotros tenemos y que quedó consagrado a partir de hace unos cuantos años, era un modelo en donde nos concebíamos como un segmento de la economía internacional: productores de materias primas.

El modelo funcionó mientras éramos una Argentina de 4 o 5 millones, pero en una Argentina con más de 40 millones, necesitamos imperiosamente agregar mucho valor a toda nuestra producción, a la industrial y también a la agropecuaria, porque es la clave, no solamente para generar empleo, trabajo, sustentabilidad local y desarrollo del mercado interno, sino porque, en definitiva, para que los argentinos y las argentinas puedan venir a comprar acciones a la Bolsa tienen que tener salarios que les permitan, como tenían los ciudadanos norteamericanos, ir a la Bolsa y ser un ciudadano, un trabajador y tener acciones de la Ford, de la General Motors, etcétera.

Por lo tanto, cuidar el desarrollo del mercado interno y el poder adquisitivo de nuestra gente, no es solamente una cuestión ética o solidaria, es una cuestión profundamente económica. Combatir hoy la pobreza para lograr más y mejores usuarios y consumidores, es la mejor inversión que se pueda hacer y esto es lo que tenemos que tener en claro todos los argentinos cuando queremos realmente combatirla y, al mismo tiempo, agregar valor a nuestros productos para lograr colocar y ganar más y mejores mercados.

Tenemos una oportunidad, lo único que tenemos que dejar de lado son los prejuicios que todos de algún modo tenemos, de un lado y del otro y cuando tomemos decisiones económicas, pensar como agentes económicos.

Cuando uno de ustedes mira la pizarra y decide qué acciones va a comprar, en qué fideicomiso va a invertir o qué bono va a adquirir, no toma en cuenta en qué piensa el dueño de la empresa, si es de tal o cual partido o si es de tal o cual ideología, sino que piensa si realmente es una buena inversión en términos económicos independientemente del alineamiento o de la historia que pueda tener ese empresario.

Creo que esta es la forma en que tenemos que comportarnos cuando tomamos decisiones económicas, es decir, pensar en el resultado, en si va a ser una buena inversión y, además, en si la articulación de esas políticas le va a dar más sustentabilidad a la economía del país.

Tenemos que darnos cuenta que es imposible que el país crezca si solamente crece un solo sector o dos o tres y el resto no progresa. Es necesario aprehender del desarrollo que han tenido los grandes países que se han concebido fundamentalmente como un todo en el que precisamente sus trabajadores, sus empresarios, sus profesionales, sus intelectuales son parte de un proyecto colectivo y, además, sienten orgullo de pertenecer a un país.

Yo creo que esta es la clave y creo que podemos hacerlo. Creo que si en seis años hemos podido demostrar que cosas que se habían mostrado como inviables -fíjese usted que hemos escuchado que iban a sobrevenir apagones, que no íbamos a pagar la deuda, que realmente el modelo no iba a desarrollarse- hoy nos permite estar aquí paraditos, con problemas y dificultades como tiene evidentemente todo el mundo, pero mucho menos que aquellos que, como usted decía, pronosticaban, ponían y calificaban países, muchos de los que decían que íbamos a fracasar, hoy ya ni siquiera existen como instituciones.

No es para alegrarse, no me gustan las revanchas ni tengo esas actitudes; simplemente lo digo para entender que debemos tener más confianza en nuestras propias fuerzas, en nuestras propias ideas, en nuestros propios modelos de país como tienen otros hermanos vecinos, que tienen mucho orgullo y que defienden adentro, pero más que adentro afuera, los intereses de sus países.

Muchas veces yo siento que los argentinos nos autoboicoteamos, es como que individualmente tenemos grandes aptitudes, grandes calidades pero que colectivamente no podemos articular.

Creo que sería un buen homenaje a los hombres que construyeron este país hace doscientos años, con muchas más dificultades, con muchos más riesgos de los que hoy tenemos en este doscientos aniversario que se viene en el 2010, hacer el homenaje de construir un país económicamente grande y con mayor equidad en la distribución del ingreso.

Este creo que debería ser el gran homenaje que deberíamos hacer y ustedes, mercados de capitales; ustedes, hombres y mujeres que siguen de cerca las inversiones, la producción en materia de finanzas, en materia de servicios, en materia de comercia, en materia de producción primaria o industrial, son los que también deben participar activamente en el diseño de ese país y de esas políticas.

Por eso es que estoy aquí hoy, no soy mujer de protocolo ni de venir a cumplir ocasiones sociales, voy a los lugares donde estoy absolutamente convencida que con matices, con diferencias -que siempre es bueno que las haya-, hay buena madera para comenzar y seguir construyendo un país como el que nosotros nos merecemos.

Aquí hay buena madera y por eso estoy acompañándolos a ustedes en el 155 aniversario.

Muchas gracias y muy buenas tardes a todos y a todas, gracias. (APLAUSOS)