Discurso de la Presidenta en Bahía Blanca

PALABRAS DE LA PRESIDENTA, CRISTINA FERNÁNDEZ, EN EL ACTO DE INAUGURACIÓN DE LAS REMODELACIONES AEROPUERTO "COMANDANTE ESPORA" EN LA CIDUAD DE BAHÍA BLANCA

  • Compartilo en redes :

Buenas noches a todos y a todas, les pido un poquito de paciencia hoy porque mi voz no está del todo buena.

Señor Gobernador de la Provincia de Buenos Aires; señor Intendente de la ciudad de Bahía Blanca; señores empresarios, Eduardo Eurnekian, Ernesto Gutiérrez, Carlos Areco, que han sido protagonistas de esto que hoy estamos celebrando y que es la inauguración de un nuevo aeropuerto.

Creo que es, Eduardo, si no me equivoco, el cuarto que ustedes como grupo inauguran durante mi gestión y, en realidad, para mí es el quinto porque inauguré uno con los competidores, bueno, así es la economía de mercado, el aeropuerto de la ciudad de Ushuaia que fue el anterior a la inauguración del de Río Grande.

Créanme que yo sé lo que los bahienses sienten hoy con la inauguración de este aeropuerto, lo sé porque soy, como ustedes, del sur donde nuestra vida cotidiana, la de los simples mortales que no contamos con aviones particulares, necesitamos de los aeropuertos y de las líneas comerciales para, precisamente, trasladarnos.

Este lugar de espera, de compartir cuando viene la familia a despedirlo o a buscarlo a uno, es un lugar que tiene que ver con la forma de vida de nosotros en lo que se refiere a la forma de trasladarnos. Tal vez, algunos puedan hacerlo también por tierra, pero más al sur todavía, el avión es casi imprescindible, es casi como el agua, es la única manera de comunicarnos e interconectarnos que tenemos.

Por eso es que cuando uno escucha algunas afirmaciones luego de 16 años de penurias que nos tocaron vivir a los argentinos que vimos privatizada nuestra línea de bandera y que las consecuencias fueron realmente muy feas en cuanto a reducción de vuelos, hoy estamos con muchísimas más frecuencias que años atrás y, entonces, uno se plantea la necesidad, como recién decían tanto Ernesto como Cristián como Daniel, de articular los esfuerzos entre los público y lo privado para dar mayor bienestar y calidad de vida a nuestros conciudadanos.

Muchas veces hay que discutir y pelear, como dice él, porque son intereses y hay discusiones sobre de qué tiempo, qué oportunidad, de cómo va a ser la obra, de cuándo se va a iniciar, de cuánto se va a invertir, en fin, las cosas que hacen a la gestión cotidiana de cualquier gobernante, sea un intendente, un gobernador o una presidenta.

También en el día de la fecha, aquí en Bahía Blanca, en el puerto de aguas profundas más importante de la República Argentina, que ahora cuenta con un moderno aeropuerto y una moderna terminal de colectivos y de micros de transporte terrestre, me tocó pulsar el botón que incorporó 2.200.000 metros cúbicos a la red de gas nacional. (APLAUSOS)

Ustedes saben que es, precisamente aquí, en Bahía Blanca donde se encuentra toda la red troncal de los tres gasoductos que vienen del sur y que proveen, desde Neuquén, desde Tierra del Fuego y desde Santa Cruz, el gas para todos los argentinos. Esa Patagonia en la que estuvo Saint-Exupéry que llegó hasta Santa Cruz, hasta San Julián. Tengo fotos de Saint-Exupéry en su avión, con su saco de cuero negro, colgadas en mi casa, es adorado en la Patagonia y esas fotos fueron tomadas, precisamente, por fotógrafos que también vivían en Santa Cruz y que hace muy poco hicieron una exposición en Francia, en Arles, que es el centro internacional de la fotografía donde estuvo toda nuestra Patagonia mostrada por fotógrafos patagónicos.

Yo les decía que habíamos incorporado con TGS, la Transportadora de Gas del Sur, 2.200.000 metros cúbicos; el año pasado, en Berazategui, incorporamos 1.700.000 metros cúbicos más y en ambos casos lo hicimos precisamente en la oportunidad donde más se necesita el gas que, es en el inicio de la temporada invernal como estamos ahora.

Digo que esta debe haber sido, Daniel, una de las semanas más energéticas que hemos tenido. En Atucha II, el otro día con mucho orgullo, con mucha pasión, cerramos la etapa del reactor nuclear, una obra que estaba parada desde el año 1994 y que va a incorporar en el año 2011, 694 megavats, pero además, va a diversificar aún más la matriz energética de la República Argentina y ayer, en la provincia de San Juan, poniendo en marcha las turbinas de Bajo Caracoles, un emprendimiento hidroeléctrico, tal vez, el más importante después de El Chocón y Yacyretá que se haya hecho en la República Argentina.

Gas, agua y energía nuclear, fundamentalmente, para seguir sosteniendo un modelo de desarrollo, de producción y de trabajo que han sido las características que han permitido recuperar el trabajo para los argentinos.

Con respecto al agua, un problema que tiene Bahía Blanca y que en realidad lo tiene todo el sureste. Me acuerdo que durante la década de los '90, el problema eran las inundaciones en el campo a contrario sensu de lo que está pasando ahora -contrario sensu es un término que empleamos nosotros los abogados-, pero en realidad comenzamos obras en ese momento de sistematización de riego e incorporamos 1 millón de hectáreas en el sur de Córdoba con una inversión de 300 millones de pesos en 4 presas y también en la laguna La Picasa para el sur de Santa Fe y Córdoba; norte de la provincia de Buenos Aires con una inversión también muy importante incorporando 300 mil hectáreas y otras obras también en el norte de La Pampa con 100 mil hectáreas más y aquí en El Salado, en la provincia de Buenos Aires, que en la primera parte ya hemos incorporado 1 millón de hectáreas y ahora vamos a hacerlo con otros 2 millones de hectáreas.

Creo, entonces, que ahora tenemos que hacer para el sureste de la provincia de Buenos Aires, también para la ciudad de Bahía Blanca, como parte de ese sureste, un sistema de riego que permita eliminar la sequía como una contingencia de la actividad productiva. (APLAUSOS)

De la misma forma que abordamos con gran inversión y con obras muy importantes y estructurales el problema inverso que era la inundación, tenemos que abordar ahora -y lo vamos a hacer tan exitosamente como lo hicimos con la inundación- un plan argentino de riego y también de suministro de agua para todas nuestras ciudades.

¿Por qué hablo de plan argentino de riego? ¿Por qué no le pongo el aditamento de "nacional"? Porque normalmente, cuando uno habla de plan nacional, se imagina únicamente la gestión del Gobierno, del Estado nacional y para resolver este problema, debemos abordarlo en conjunto, autoridades nacionales, provinciales, municipales y también el sector privado que va a ser el principal beneficiario al eliminar la contingencia del agua como un elemento que afecte sus rentabilidades y actividades económicas. Esto es clave y lo podemos hacer porque tenemos un sistema hídrico muy importante en la Argentina y debemos darle utilidad.

Yo decía el otro día, cuando estaba con los productores apícolas, entre otros, de la provincia de Entre Ríos, que no podemos estar en Entre Ríos y decir que tenemos sequía cuando tenemos los ríos Paraná y Uruguay que lo surcan a ambos lados y aquí en la provincia de Buenos Aires también tenemos una cantidad de ríos que antes nos inundaban y que ahora si nos damos un correcto estudio, sistemas de factibilidades y aplicación de esos recursos, podemos abordar el problema de la seca.

Hay problemas climáticos a los cuales vamos a tener que acostumbrarnos a partir de lo que está sucediendo, no solamente en la Argentina, sino en todo el mundo y, fundamentalmente, también en el sur del Brasil, en el Uruguay y en Paraguay que también tienen el mismo problema.

Por eso creo importante señalar -yo lo escuchaba recién atentamente a Cristián- las dificultades y muchas veces las oportunidades perdidas y muchas veces también las voces de los oportunistas que siempre aparecen cuando hay un problema para pivotear sobre el mismo y hacerle bajar los brazos a la comunidad.

Porque, en definitiva, muchas veces se piensa que se perjudica a tal o cual gobierno, pero cuando remamos en contra de un gobierno, estamos remando en contra también de la sociedad, porque es ese gobierno, sea municipal, provincial o nacional, el que tiene la inmensa responsabilidad de resolver los problemas y sacar el país, la provincia y Bahía Blanca adelante.

Yo creo, sinceramente, que debemos redoblar los esfuerzos para convencer a todos y cada uno de la necesidad de contar con gente que haga, que produzca cosas que puedan verse, que puedan tocarse, que puedan servirle a cada uno de los hombres y mujeres que viven en una ciudad, en una provincia, en un país.

Ustedes saben que había un premio Nobel de Economía, Samuelson, que hablaba de cuatro tipos de países desde el punto de vista económico. Hablaba de los países desarrollados, hablaba de los países subdesarrollados, hablaba del Japón y hablaba de la Argentina. Él decía que esos eran los cuatro tipos de países que existían en economía y explicaba por qué. Él decía: "Japón es un pequeño archipiélago de islas, sin territorio, casi ocupado territorialmente con toda su población, sin recursos naturales, sin posibilidades de recursos energéticos y la Argentina es exactamente lo inverso, un territorio extenso, diverso, con una de las mejores praderas del mundo, con todos los climas, con recursos naturales, minerales y acuíferos incontables". Bueno y se planteaba que Japón era la segunda economía del mundo y nosotros no.

¿Cuáles son las razones -siempre me pregunto- por las que no hayamos podido conservar el ritmo que teníamos durante la década de los '50 donde habíamos alcanzado el primer lugar en la economía de Latinoamérica, donde habíamos comenzado a producir aviones, autos, energía nuclear, en fin, todo lo que es característico de los grandes países desarrollados que muchos de ustedes seguramente conocen y admiran?

Tal vez sea eso que relatabas vos hoy como actitud, Cristián, y que es el criticar por criticar, hacerlo para aprovechar la oportunidad y tratar de sacar rédito y no para ayudar y, en definitiva, cuando te ganen, que te ganen porque el otro es mejor e hizo más, pero no tal vez porque criticó más profundo y, entonces, provocó desánimo en la sociedad.

Esa es la manera que yo tengo de pensar y dada la experiencia que hemos tenido como país, creo que deberíamos hacer un aprendizaje.


Para terminar, otro empresario muy importante, que no es argentino, es extranjero, me completó un poco la idea de aquella explicación de Samuelson y me dijo: "Sabe, doctora -era un empresario con inversiones en Santa Cruz- tal vez el problema sea que en Japón, a los chicos cuando van a la escuela, cuando son chiquitos, les enseñan que son un país que carece de todo tipo de recursos, que son pobres y que tienen que hacer un gran esfuerzo nacional conjunto, colectivo, entre todos para poder crecer porque no tienen nada, no tienen recursos energéticos, ni minerales, ni tierras para cultivar, todo lo tenían que importar y ellos importan todo, le agregan valor, han dado innovación, tecnología y se han constituido en la segunda economía del mundo. Y a nosotros, todos nos vamos a acordar seguramente, en el colegio desde muy chiquitos nos dicen que la Argentina es un país riquísimo, que tiene todo, que no falta nada, que le sobra todo".

Tal vez, nos hemos acostumbrado a pensar o a actuar en función a que como tenemos de todo, que como somos ricos, tal vez no sea necesario el esfuerzo colectivo de todos juntos, tal vez no sea necesario el esfuerzo y el trabajo, la pelea para conseguir las cosas.

Yo estoy absolutamente convencida de que vamos a poder construir, como lo estamos haciendo, un país diferente, con sus diversidades, con sus matices, con sus errores y con sus aciertos, pero con la convicción, con la profunda convicción de que somos y tenemos que ser capaces de hacer una Argentina diferente.

Vamos a cumplir 200 años y hemos perdido 200 años en enfrentamientos, en discusiones que muchas veces tienen que ver más con prejuicios culturales que con intereses económicos concretos de cada uno de todos nosotros. Nos ha pasado y me ha pasado escuchar por ahí que alguien, como decía Cristián, se queja y protesta y cuando uno les pregunta ¿y cómo te ha ido en estos últimos cinco años económicamente? "Muy bien" responden. La clave es protestar y decir que te va mal.

Si cambiamos eso, si ponemos el esfuerzo, las pilas, como dicen los chicos, en la construcción colectiva, en saber que si le va bien al de al lado me va a ir bien a mí porque, seguramente, le voy a poder vender algo o él me va a poder comprar algo a mí, vamos a entender que un país se construye con el esfuerzo colectivo de todos sus ciudadanos, de sus trabajadores, de sus empresarios, de sus científicos, de sus docentes, de sus intelectuales, de sus Fuerzas Armadas.

Quiero contarles que hoy por la mañana, en el edificio del Comando en Jefe del Ejército, el Edificio Libertador, frente a la Casa Rosada, en cumplimiento de un convenio que habíamos firmado el año pasado, incorporamos definitivamente a todos los suboficiales de nuestras Fuerzas Armadas, Ejército, Marina y Fuerza Aérea, a los planes federales de viviendas. Porque es hora de que se articule, como dije hoy en el Edificio Libertador, el artículo 16 de la Constitución Nacional, ese que consagra la igualdad de todos los ciudadanos, un cumplimiento para todos, para los que tienen uniforme y para los que no lo tienen.

Hoy tuve un hermoso día, porque familias enteras con sus hijos -hubo gente también de la Marina de aquí de Bahía Blanca- recibió su vivienda, casi 400 de un plan que van a ser 7.000, y se sintieron, estoy segura, un poco más reconocidos por nuestros compatriotas.

En nombre de todos, de los que visten uniforme, de los que somos civiles, de empresarios, comerciantes, trabajadores, estudiantes, científicos, por los que no están, por los que están y por los que vendrán, merecemos hacer el esfuerzo de una Argentina colectiva.

Muchas gracias Bahía Blanca y disfruten del aeropuerto.

Muchas gracias. (APLAUSOS)