Muchas gracias compañeros y compañeras; señor Gobernador de la provincia de Buenos Aires; señor Intendente de Vicente López; señor presidente del Movimiento de Fábricas Recuperadas; trabajadores y trabajadoras: no tiene que agradecer en absoluto, señor presidente, la presencia mía aquí, al contrario, soy yo la que tiene que agradecer a ustedes la presencia activa, que tuvieron durante todos estos años defendiendo precisamente lo que constituye uno de los ejes, sino el principal, de nuestro Gobierno, que es precisamente trabajo y producción, las dos políticas que han constituido, sin lugar a dudas, lo distintivo de este proceso que se inició el 25 de mayo del año 2003. (APLAUSOS).
Aquí, en esta fábrica de Villa Martelli, recuperada por sus trabajadores, hoy produciendo 7 mil toneladas mensuales, de distintos tipos de caños, de chapas planas, con el doble de la dotación de trabajadores, que tenían cuando quebró. Ustedes, hombres y mujeres de distintas fábricas recuperadas con distintas actividades: curtiembres, como la de Hurlingham que el otro día quiero agradecer el cuero de vaca, que me regalaron, es muy hermoso y yo se que me lo regalaron para Calafate y ahí va a estar, en Calafate, un producto de fábrica recuperada. (APLAUSOS).
Como recién la gente que me hablaba de Corrientes, de la única fábrica de Gatic, que todavía está en pie, y que tiene más de 200 trabajadores uno podría hablar de números; de los más de cuatro millones de puestos que hemos generado en estos seis años, del crecimiento económico más importante del que se tenga memoria en toda nuestra historia como país; de esta política que hoy - frente a una crisis global - estamos desarrollando de distintas formas con participación de los trabajadores también, como el caso de la Papelera Massuh, en quilmes, donde fuimos allí también a recuperar una fuente de trabajo, que se estaba por cerrar y que no solamente significaba más de 600 argentinos sin trabajo, sino también mayor concentración del mercado en la actividad papelera, lo que finalmente luego impacta -como todos sabemos - en la competitividad, en los precios poniendo dinero en fábricas automotrices, que lo necesitan para seguir manteniendo el trabajo calificado y el nivel de exportación. También buscando compradores para fábricas que no se cierran, distintas formas de intervención y de presencia, pero con un solo objetivo: que no se pierda un solo puesto de trabajo y seguir manteniendo el nivel de producción. (APLAUSOS).
Yo quiero hoy decirle, señor presidente, que vamos a estudiar ese proyecto de modificación de la Ley de Quiebras, y vamos a impulsar todos los instrumentos que tiendan precisamente a la preservación y a la continuidad de la empresa porque esa - yo también soy abogada - y ese siempre ha sido el espíritu de todos aquellos que han desarrollado el tema de las quiebras y que es la continuidad de la empresa, que no solamente garantiza a los trabajadores la continuidad del trabajo, sino que también conviene al resto de la sociedad. Porque aquellos que son acreedores de la empresa necesitan que la empresa siga produciendo y siga teniendo, o comience a tener rentabilidad, para poder cobrar sus deudas; los trabajadores para poder cobrar su salario y entonces la rueda de la economía, que necesita de trabajadores y empresarios; de consumo e inversión produce la maravilla de crecer, a partir del esfuerzo de una sociedad y del grado de inversión que esa sociedad pone para mantener y hacer acrecentar aún la actividad económica.
Hoy podríamos seguir hablando muchas horas acerca de cifras, de la infraestructura que también generó millones de puestos de trabajo y que ayuda a toda la actividad económica; el señor Intendente de Vicente López y el señor Gobernador hablaban del plan de obras más importante del que se tenga memoria, en Vicente López. Y es cierto, podríamos hablar de las obras hídricas que se hicieron en el centro de nuestro país, en la región central, que permitieron recuperar más de 1 millón de hectáreas en todo lo que es la provincia de Córdoba, Santa Fe y norte de la provincia de Buenos Aires, pero yo quiero, en esta tarde de encuentros, en este lugar de trabajo, en el taller de una fábrica, terminar mi intervención de hoy con historias de vida porque la economía suelen ser cifras, datos duros, pero detrás de esos números se esconden tragedias, vidas, dramas cotidianos.
Recién el señor presidente del Movimiento de Fábricas Recuperadas me contaba su historia: abogado, hijo de un delegado de la UOM, de la fábrica Ferrum, de Avellaneda, nació en una villa de Avellaneda, en Villa Corina y, hoy, orgullosamente me decía: "soy abogado, especialista en quiebras, pero del lado de los trabajadores, ayudando a los trabajadores". (APLAUSOS). Cumplió con lo que yo digo, es el deber que tenemos todos aquellos que siendo hijos de trabajadores tuvimos la suerte de poder llegar a tener una carrera universitaria en la universidad pública nacional y gratuita, universidad pública, nacional y gratuita que sostienen millones de argentinos como ustedes, trabajadores, que tal vez no han podido llegar a la universidad.
Esto nos obliga a nosotros, a los que tuvimos la suerte de acceder a la capacitación universitaria, no solo en la defensa de los intereses del país, sino además en la defensa de los intereses de aquellos que con su esfuerzo y con su sacrificio, sostuvieron nuestros estudios aunque tal vez ellos nunca puedan llegar a tener acceso a esa universidad. (APLAUSOS)
Siempre he hablado del compromiso que debemos tener los que hemos tenido la suerte de poder acceder a los bienes que otros no han podido, la obligación moral que tenemos para con el resto de la sociedad.
Y la otra historia, la historia que cuando llegué me contaron y que se parece mucho a la historia de la Argentina de estos últimos seis años, la historia de Luís, que debe andar por ahí.
Luís era un obrero de esta fábrica, de esta cooperativa "Los Constituyentes", y fue despedido en el año 2001. Allí sus compañeros después se quedaron en la fábrica y comenzaron toda la tarea y lo volvieron a encontrar a Luís, en el año 2004, en la calle -me contaba él-, una noche de lluvia, era cartonero y lo trajeron de vuelta aquí, a la fábrica.
Hoy Luís es obrero orgulloso de esta fábrica, ha podido comprar su casita, tiene su auto y mantiene a su familia. Es la historia de millones de argentinos la de Luís. (APLAUSOS)
Hay millones de Luises en la República Argentina que habían quedado a la vera del camino y que estos años de crecimiento, de trabajo y de producción, permitieron que vuelvan a tener la dignidad que tiene que tener todo ser humano.
Además de Luís, hay millones también de hombres y mujeres que pudieron jubilarse porque este Gobierno impulsó cubrir a aquellos que habían quedado fuera porque no habían aportado, por despido o por patrones inescrupulosos. Ellos también son Luises, Luises que habían quedado a la vera, los Luises que solamente iban al colegio para comer y no para estudiar; los Luises que habían perdido la posibilidad de tener una beca para poder acceder a la universidad.
Es la historia de nosotros y hemos sido nosotros mismos, los argentinos, que, con esperanza, con ilusión, con trabajo, con esfuerzo y con confianza en nosotros mismos, hemos revertido.
Por eso, hoy aquí no estamos solamente en una fábrica recuperada, estamos en una Argentina recuperada por los argentinos y para los argentinos. (APLAUSOS)
Vamos a seguir trabajando con el mismo esfuerzo, con el mismo compromiso, representando los intereses de todos aquellos que saben que es necesario construir una sociedad solidaria, justa y equitativa que dé igualdad de oportunidades a todos.
Una y mil veces lo voy a repetir: es nuestra obligación como gobernantes garantizar la igualdad de oportunidades, las que alguna vez tuvimos en una Argentina que allá por la década del '50 llegó a ser la primera economía latinoamericana en grado de producción, de inversión, de tecnología, de universidades, de estudio, de capacitación.
Sueño, lo charlábamos recién, con volver a la Argentina del fifty-fifty, mitad para el capital y mitad para el trabajador, porque eso hace a la sociedad más igualitaria y lo venimos haciendo negociando convenciones colectivas, derogando la "tablita de Machinea". Yo cuando hoy escucho a hablar a algunos digo qué poca memoria, era la época de los descuentos a los trabajadores, los descuentos a los jubilados y de los impuestos a los buenos salarios que significó todo eso.
Pero aquí estamos, no para recordar lo que se hizo mal, sino en todo caso, para tener presente todo eso en la memoria y no permitir nunca más que en la Argentina haya dirigentes o gobernantes que crean que la solución está en que el pueblo sufra y en la aplicación de políticas de ajuste.
Yo me comprometo como Presidenta de todos los argentinos, como siempre lo he hecho toda mi vida, siendo legisladora quedando muchas veces en soledad con planteos que me decían que los decía porque era opositora porque eran cosas imposibles de realizar, me quedo con la defensa irrestricta de esas ideas que pudimos llevar a la práctica.
No somos genios, no somos iluminados, simplemente somos argentinos convencidos de que lo mejor que tenemos es el pueblo y que es posible desarrollar un proyecto nacional y popular aún en un mundo global. (APLAUSOS)
Por suerte los tiempos están cambiando, no solamente cambiaron para la Argentina, sino también cambiaron para el resto del mundo, se derrumbaron paradigmas. Yo decía el otro día que si alguien me hubiera dicho hace unos años que íbamos a poner dinero para salvar a una empresa multinacional que, además fue estatizada en Estados Unidos, me hubieran dicho que estaba delirando. Pero eso es así, el mundo ha cambiado y no ha cambiado para el lado que decían ellos, está cambiando para el lado que siempre sostuvimos nosotros.
Por eso digo, con la certeza de los resultados, con la fuerza de los hechos, de las realizaciones, de la gestión, de las cosas que podemos ver, tocar, demostrar en estos seis años de gestión, con esa legitimidad, que hoy estamos aquí, frente a ustedes, para renovar una vez más el compromiso de seguir recuperando más trabajo, más producción, más dignidad, más patria y, en definitiva, recuperar la historia de los argentinos.
Muchas gracias y felicitaciones a todos los trabajadores y trabajadoras que con confianza, con orgullo, con solidaridad, han vuelto a poner en marcha fábricas que habían cerrado sus puertas.
¡Vamos por más, todavía!
Muchas gracias. (APLAUSOS)