Muy buenas tardes a todos y a todas, ya habrán escuchado a la ministra, acá está la Presidenta y acá los tenemos a todos, rodeados, como verán de mujeres: realmente estamos muy contentos por poder presentarles, hoy, una medida más de la que hemos denominado medidas contracíclicas contra lo que es la crisis y aunque parezca redundante creo que hay que volver porque parece ser que algunos no se han notificado todavía en la República Argentina, que el mundo está en crisis y hoy se ha vuelto a desplomar de una manera increíble.
Habíamos adelantado porque ya hemos hecho la licitación, la primera licitación, en el caso de la tasa bonificada, con lo cual ya están en estos tres bancos, que acaba de mencionar la señora ministra: Banco Nación; Banco Credicop y Banco de la provincia de Buenos Aires, los créditos disponibles con tasas bonificables para las pequeñas empresas, una tasa muy importante que mereció el aplauso y me parece muy bien realmente, en el mundo de hoy: tasa fija durante un año, de 12,5. ¿No es cierto Débora? Es casi un milagro, por así decirlo.
También profundizando las medidas contracíclicas contra lo que es capital no reembolsable, capital de trabajo, o sea préstamos no reembolsables. Te olvidaste de decir que son de hasta 90 mil pesos, siempre y cuando representen el 60 por ciento de la inversión. Como verán tenemos toda una gimnasia en esto de vender el producto. Así que todas estás medidas que tienden, esencialmente, también con el tema de la capacitación que hemos elegido dos vías: la de la empresa grande que capacita a sus proveedores o la autocapacitada a la propia pequeña empresa, que tambièn lo puede hacer, en una modalidad que es muy importante.
Y yo creo que todas estas medidas y fundamentalmente el modelo que hemos adoptado, en el año 2003, es lo que precisamente nos permite exhibir a la economía argentina, en este primer trimestre, por ejemplo, del año 2009, un comportamiento sustancialmente diferente a lo que está sucediendo en todo el mundo, o en casi todo el mundo; tampoco podemos pretender ser tan vanidosos de decir que somos los únicos. Pero creo que vale la pena repasar un poco las cifras fiscales y comerciales de este primer trimestre porque uno puede observar, a partir de esas cifras, cuál ha sido el comportamiento y cómo hemos podido resistir los embates de una crisis que es realmente - a la luz de las experiencias que uno ha escuchado, en la última Cumbre, de la que retorné anoche, muy tarde, por razones ya conocidas - más que preocupante, si uno también le suma lo que escuchó en el G-20 y lo que escucha y lee en los diarios. Uno puede también tener amigos en el exterior, que viven en España, que viven en Italia, que viven en Francia y que seguramente les deben contar lo que está pasando en este Primer Mundo.
Bueno, en unos días más se va a informar el superávit comercial, ustedes saben que uno de los ejes fundamentales del crecimiento de estos años ha sido precisamente los denominados superávit gemelos (superávit comercial y superávit fiscal). En unos días más se va a anunciar el superávit comercial, del primer trimestre, que es de 3.403 millones, es un 6 por ciento más, que el superávit comercial, que fue excelente, del año pasado, de 3.183 millones de dólares; es casi milagroso en el mundo contemporáneo, donde no es que hayan más o menos superávit, no, directamente son deficitarias la cuenta comercial, la cuenta fiscal. Nosotros hemos mejorado en un 6 por ciento el superávit comercial, estos son datos duros, son datos de Aduana, de ingreso y egresos de exportaciones y de importaciones.
Pero, además, es muy importante analizar esa composición del superávit, porque si bien bajó el volumen del comercio, porque tuvo caída la exportación y tuvo caída la importación, es cómo se compone y además porque estamos evidenciando también una desaceleración de la caída. La caída, en el trimestre, de las exportaciones fue del 26 por ciento, pero en el mes de marzo ya fue del 18,8 por ciento y además lo estamos haciendo en el marco de restricciones de algunos sectores de la economía que no liquidan materia prima y también con algunas restricciones producto de que hubo menos cosecha, por ejemplo, de trigo y maíz, por el efecto climático.
Pero lo importante de este superávit comercial es cómo se compone ese superávit comercial, hemos crecido en la manufactura, de origen agropecuario, o sea en materia prima típicamente de producción argentina, pero con valor agregado, en 6 puntos y medio, respecto de las manufacturas de origen agropecuario, del año pasado y 2,2 en las manufacturas de origen industrial. Donde caímos fue en energía y combustibles, que está muy bien porque no es ningún mérito exportar energía a los países que deben consumir la propia energía en la producción y precisamente en las materias primas, por las razones antes apuntadas.
Así que uno de los pilares de ese modelo, que venimos sosteniendo, desde el año 2003, en un mundo que se derrumba está allí con un 6 por ciento más que el año pasado. Y recién me acaba de informar el señor ministro de Economía y nuestro Secretario de Hacienda que también tenemos un superávit fiscal de 4.500 millones de pesos, habiendo aumentado el gasto en infraestructura, como medida contracíclica, en el 83 por ciento, que es uno de los instrumentos con los cuales estamos precisamente sosteniendo la recaudación, que dicho sea de paso, en todo el trimestre ha tenido un comportamiento más que excelente; en todos los países ha caído hasta dos dígitos la recaudación, y nosotros hemos aumentado en este primer trimestre, comparado con el primer trimestre, del año pasado, el 16,5 por ciento la recaudación fiscal. ¿Cómo se sostuvo esto? Fundamentalmente con lo que siempre hemos levantado y planteado: la necesidad de desarrollar junto a una agresiva política, en materia de exportaciones, también un fuerte desarrollo de nuestra mercado interno, de nuestro consumo, del poder adquisitivo de nuestros trabajadores, por lo que acaba de decir la señora ministra, porque creemos que es el trabajo lo que genera riqueza, y no al revés: la riqueza la que genera trabajo - excelente reflexión, señora ministra, se la voy a copiar sin beneficio de inventario, o sin copyright, más que sin beneficio de inventario - pero lo cierto es que estos son los números. Pero además hay otras cosas que revelan, porque muchas veces uno mira las noticias y toman datos extrapolados para presentarlos como que todo se estuviera viniendo abajo.
Quiero decirles algo que evidencia la crisis externa y la situación interna, algo tan sensible como el turismo, por ejemplo. El turismo que, como ustedes saben había sido una de las principales fuentes de ingreso, más porque se fue duplicando el ingreso de turistas desde el año 2003 en adelante, producto de la crisis mundial, es decir, la gente que vive en otros países ha dejado de viajar, se redujo en el mes de enero en un 9,2 y en febrero en un 22,5. O sea, el turismo que viene de afuera hacia dentro, el receptivo.
¿Qué pasó con los argentinos que salimos al exterior? Digo que salimos al exterior porque yo salgo al exterior pero no de vacaciones, hay otros que sí salen de vacaciones, aunque también son políticos y funcionarios, pero yo no, yo estoy siempre acá y cuando salgo es porque voy a trabajar y a representar los intereses de nuestro país. Pero, reitero, ¿qué pasó con ese turismo emisivo?
En enero creció respecto de enero del año pasado, el 4,8 por ciento la cantidad de argentinos que salieron al exterior y en febrero el 4,6, gastando aproximadamente en el último mes de febrero 229 millones de dólares en el exterior, mientras que el turismo que vino, unos aproximadamente unos 150 mil turistas, gastaron aproximadamente unos 192 millones de dólares.
Si comparamos además el turismo interno, porque se me podrá decir, "bueno, sí, claro, pero salen los que tienen plata", bueno, en el mundo también hay gente que tiene plata y era la que venía acá, pero evidentemente hay crisis, pero si miramos el turismo de la Semana Santa, en la cual todos preanunciaban -tengo algunos titulares por ahí guardados y archivados para la memoria- que iba a ser espantosa y todos ustedes saben lo que pasó: crecimos con respecto del 2007, el 2 por ciento; no la comparo con la del 2008 porque, como ustedes recordarán, en ese año tuvimos una Semana Santa de cinco días porque el 24 de marzo estuvo pegado al lunes y este año fue martes, con lo cual tenemos que comparar dos períodos exactamente iguales. Pero aunque no hubiéramos visto estas cifras, sí todos vimos lo que pasó aquí en Buenos Aires donde prácticamente no quedó nadie y también vino mucha gente de afuera y lo que pasó en los grandes centros turísticos.
¿Qué quiere decir esto? ¿Que estamos viviendo en Disney World? No, de ninguna manera, porque uno no puede ser tan insensato como para decir eso, pero sí podemos afirmar, sin lugar a dudas, como lo venimos haciendo, que este modelo de crecimiento, que este modelo de acumulación tiene una solidez que permite, no estar fuera de la crisis y no tener ningún impacto, sino ser moderadamente inferior el impacto que tiene esta recesión de carácter internacional aquí.
¿Cuál es la pregunta, entonces? ¿Qué hubiera pasado en nuestro país si hubiéramos tenido otro modelo económico? Y estoy hablando de las cosas que creo que nos deben interesar a los argentinos, porque para las anécdotas, para las frases altisonantes o rimbombantes, podemos leer los diarios, prender la televisión o escuchar la radio, pero eso no nos da de comer, eso no nos da trabajo, ni leer el diario ni escuchar la radio ni mirar televisión da trabajo, lo que da trabajo son los números de la economía y la solidez de un modelo. Así que, de esas cosas son las que me interesan a mí hablar como Presidenta de todos los argentinos con ustedes, empresarios y empresarias, y, por supuesto, con el resto de los argentinos.
Entonces, ¿qué hubiera pasado -digo yo- si hubiéramos tenido un modelo similar al de los años '90? Bueno, ya sabemos lo que pasó en el 2001, no hace falta contarlo. Pero, ¿qué hubiera pasado si hubiéramos escuchado las voces y las críticas que durante todos los años 2007 y 2008, provenientes de gurúes externos y nacionales, economistas propios y ajenos, políticos y partidos, medios de comunicación, que planteaban como principales problemas del país la excesiva aceleración de la economía y entonces la inflación y entonces por qué no enfriarla un poco, desacelerarla? Uno se pregunta: ¿qué hubiera pasado? Como nos preguntábamos el otro día en la reunión de la Cumbre de las Américas qué hubiera pasado si hubiéramos, por ejemplo, ingresado al ALCA, como algunos levantaban la voz aquí en nuestro país y cuando la economía hoy de Estados Unidos está con la peor recesión. Si no me creen a mí, pregúntenle al presidente de México cómo impacta este tipo de dependencia de las economías de los grandes centros económicos.
Estas no son cuestiones ideológicas, señoras y señores; estas son cuestiones prácticas y concretas y ustedes, que son empresarios y empresarias, las entienden porque saben sumar. Y uno no suma de una manera distinta de acuerdo con el partido político en el que esté; el modo de acumulación que tiene un país o una sociedad, es, como lo indicó recién la Ministra y como lo sabemos todos, el trabajo, la producción, el agregado de valor a nuestras materias primas, la innovación tecnológica y a esas cosas apostamos y a la generación de más y más pequeñas y medianas empresas o minipymes que, como bien sabemos, son las grandes responsables de la generación del trabajo en la República Argentina, de las ventas y, en definitiva también, de la riqueza.
Esto no significa que un país no deba tener grandes empresas, por favor, sería insensato decir una cosa así. Pero tenemos que entender todos cómo funciona este modelo, cómo ha funcionado exitosamente y por qué podemos exhibir estos comportamientos en este primer trimestre que ha sido muy fuerte en todo el mundo y que, sin embargo, aquí lo hemos podido sostener, precisamente, por la fortaleza del mercado interno.
Así que, estas medidas que hoy estamos presentando de seguir apostando al trabajo, a la generación de empleo, a la sustentabilidad de nuestras empresas pequeñas, medianas y grandes, a las que también estamos ayudando a través de numerosos programas de carácter laboral, promocional y fiscal, es el camino indicado y es el debate y la discusión que tenemos que dar todos los argentinos. No tenemos que perder tiempo en discusiones estériles, en diferencias banales o en cosas que solamente sirven para entretener, para hacer reír o para hacer enojar.
De estas cosas tenemos que ocuparnos, estas cosas son las que tenemos que debatir y estas cosas son las que, en definitiva, mejoran o desmejoran la calidad de vida de todos nosotros.
Muchas gracias y buenas tardes. (APLAUSOS)