La jefa de Estado fue la primera oradora en el plenario de la II Cumbre de Presidentes de América del Sur y los Países Árabes (ASPA). En su exposición, en el Hotel Sheraton de Doha, la Presidenta les agradeció a los presentes que incorporasen en el documento final de la cumbre el reclamo de diálogo por las Malvinas como lo viene estableciendo las Naciones Unidas.
Durante su discurso, la Primera mandataria afirmó que Estados Unidos puede intervenir favorablemente en la cuestión de medio Oriente, y que este tema hace a la cuestión de la paz mundial: "Sabemos que es imprescindible el rol de ese país, que puede y debe jugar para la solución de este conflicto", enfatizó la Presidenta.
En ese sentido, Cristina Fernández recordó que Argentina, cumpliendo una promesa que la mandataria había realizado en su viaje a Ramallah, abrió una oficina de representación en Palestina como contribución para ayudar al reconocimiento de que "el estado de Israel y Palestina tuvieran un convivencia en paz con fronteras internacionalmente reconocidas".
En otro tramo de su discurso, la Presidenta destacó la necesidad "de abordar la discusión de un nuevo orden, a partir del fracaso estrepitoso de los organismo multilaterales y de entender que en el capitalismo todo pasaba por el sector financiero".
Además, la jefa de Estado afirmó que junto a Brasil y Arabia Saudita llevarán a la reunión del denominado G-20 la voz de las economías emergentes para poner el acento en que "no puede tener a los países emergentes entre sus causantes" de esta crisis sin precedentes, una crisis que- afirmó la mandataria- comenzó en el mundo desarrollado y generó destrucción del empleo y el crecimiento en las economías emergentes, por la transferencia de capitales de nuestras economías a los países centrales.
También, Cristina Fernández señaló que las economías emergentes, posibles víctimas de la crisis, contribuyeron en los últimos diez años con las dos terceras partes del crecimiento mundial. Y agregó que en la Cumbre del G20 expresará la necesidad de un nuevo diseño de política de orden mundial, con transferencia del sector financiero a la economía real, que produce empleo y consumo.
"Habremos de advertir la necesidad no de una reforma cosmetológica sino la necesidad de un nuevo diseño de políticas que tengan que ver esecialmente un inmenso esfuerzo de capital a la economía real, la economía que produce empleo y trabajo", afirmó la Presidenta.
Por otra parte, Cristina Fernández señaló que los países de América del Sur que han tenido un resurgimiento en las últimas décadas con gobiernos democráticos y populares han tenido protagonismo en términos de crecimiento económico y de distribución del ingreso. Y agregó que cuando el crecimiento no llega a todos tiene poca sustentabilidad política y institucionalidad.
La jefa de Estado abogó por un nuevo protagonismo Sur - Sur con objetivos comunes para poder llevar adelante propuestas conjuntas. También, la mandataria tomó el compromiso de llevar esa voz de los países emergentes que representa a millones de seres humanos que dependen de que se acierten en las medidas que se adoptan para que no terminen afectando políticas y economías. En ese sentido, también expresó su esperanza y sus dudas que se logren esos objetivos de los participantes en la reunión del G20.
Sin embargo, Cristina Fernández destacó que se debe seguir profundizando la relación Sur - Sur, no sólo como vínculo económico o comercial, sino como identidad de objetivos más allá de las diferencias o matices culturales de cada uno.
Al respecto, la mandataria concluyo que está convencida de que "los objetivos que nos llevan a la reunión del G20 es darle a nuestros representados un vida más justa, con educación y vivienda. "el compromiso más importante es aunar nuestros esfuerzos para conseguir esos objetivos", cerró la Presidenta.