Palabras de la Presidenta en asunción Gobernador de Santiago del Estero

PALABRAS DE LA PRESIDENTA DE LA NACIÓN, CRISTINA FERNÁNDEZ, DURANTE EL ACTO DE ASUNCIÓN DE GERARDO ZAMORA, COMO GOBERNADOR DE SANTIAGO DEL ESTERO.

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Muy buenas noches a todos y a todas; señor Gobernador de la provincia de Santiago del Estero; señor vicegobernador; señoras y señores legisladores: antes que nada una confesión, quiero decirles que esta asunción, en un teatro, me hizo acordar a otra ceremonia, celebrada hace poco más de 18 años, en la provincia de Santa Cruz, tambièn en otro teatro, en el cine-teatro Carreras, de Río Gallegos, yo era legisladora, como algunos de ustedes, y el hombre que asumía como Gobernador era mi compañero de toda la vida, el doctor Néstor Kirchner. (APLAUSOS). Me acuerdo que no pude parar de llorar, durante toda la sesión, se habían montado, inclusive, las bancas sobre el propio escenario y quiero decirles que hoy viví y  reviví aquel momento que fue el inicio o la continuación de una etapa, pero el inicio de una etapa muy importante en la vida política mía, de quien es mi compañero y también creo de toda una generación que había abrazado la vocación política y la militancia en el movimiento nacional, en el cual siempre hemos militado con el compromiso de la transformación social y, fundamentalmente, con la grandeza de nuestra Patria.

Yo quiero Gerardo, querido Gobernador, felicitarlo por el importantísimo triunfo, que usted obtuvo en las elecciones de noviembre, con el 85 por ciento de la voluntad popular de este pueblo. (APLAUSOS). Les quiero también hacer la segunda confesión, el día lunes me levanté muy rápido, habíamos hablado por la noche con usted, tanto el expresidente Kirchner, como yo, lo llamamos para felicitarlo por el importantísimo triunfo obtenido, inédito casi: 85 por ciento de los votos, y le confieso que al otro día me levanté rápidamente para leer los diarios porque pensé que en la tapa de los diarios iba a estar el triunfo tan importante una provincia, madre de las provincias argentinas, como es Santiago del Estero, y le confieso Gerardo, que tuve una inmensa desilusión porque, por ejemplo, en el diario de mayor tirada de la República Argentina leía que Kirchner iba a ser candidato a senador de la provincia de Buenos Aires, hecho inexistente porque por cierto los senadores se renuevan recién, en el año 2011, y sin embargo, usted que sí existía, Santiago del Estero que si existía y una elección con el 85 por ciento de los votos mereció un lugar en alguna página perdida de los diarios.

Pero no importa porque la realidad no es lo que sale en un diario, en realidad es esto, es Santiago del Estero, es usted asumiendo por segunda vez como Gobernador de la provincia, iniciando un ciclo diferente en la provincia con el 85 por ciento de la voluntad popular, que representa por supuesto, no solamente la voluntad de los hombres y mujeres que integran el partido, en el cual usted militó toda la vida, sino también ha sabido convocar y congregar a hombres y mujeres de otros partidos, de otras ideas y así lo ha expresado electoralmente el pueblo. Por eso, una vez más, felicitaciones a usted y a todo el pueblo de la provincia de Santiago del Estero. (APLAUSOS).

Yo quiero decirles, como Presidenta de todos los argentinos, y como usted recién Gerardo contaba, que hoy también fue un día de trabajo, contarle lo que siente muchas veces una mujer que es Presidenta de todos los argentinos. El día viernes retorné muy tarde de la hermana República del Brasil, habíamos ido allí un grupo muy importante de empresarios a culminar la Semana Argentina, en la Ciudad de San Pablo, donde más de 500 empresarios: grandes, medianos y pequeños fueron a colocar y vender los productos argentinos. Quiero contarles que estuvimos trabajando con una importante empresa textil, que tiene también inversiones aquí, en Santiago del Estero, que además de producir en su planta las toallas, también podamos hacer la tintura de ellas doblando la planta de personal y teniendo inversión de 25 millones de dólares, que acrecienta el proceso de valor agregado en las fuentes de producción que es fundamentalmente lo que nos debe interesar a todos los argentinos.

También ese mismo día, trabajábamos para que un laboratorio, un importantísimo laboratorio, un gran laboratorio argentino pudiera colocar las vacunas de aftosas, en el Brasil, luego de más de cinco años de venir peleando y obtuvimos el compromiso del Presidente; también el mismo día una pequeña empresa, de Lomas de Zamora, que había obtenido un crédito del Banco Nación colocaba sus productos (alfajores) en el Brasil.

¿Por qué les cuento todo esto? Porque yo creo que hay una Argentina que trabaja, que construye todos los días, que se levanta, como usted decía que se levantan todos los santiagueños con el compromiso del trabajo, del esfuerzo, de la construcción y de la cooperación y quiero decirles que esta Presidenta, pese a todas las piedras en el camino, pese a todas las incomprensiones, yo lo escuchaba recién a usted, Gerardo, hablar de los años en que se le descontaban los sueldos a los jubilados, de los gobiernos en que se pensaba que las provincias - no solamente Santiago, sino también en el Sur - estábamos demás y entonces teníamos que conformarnos en regiones de desaparecer. Me acuerdo de los años, en los cuales se remataban campos con la convertibilidad porque era prácticamente imposible producir; me acuerdo también de esa argentina que llegó a tener el 25 por ciento de desocupados. Y fíjense en lo que son las cosas, en estos tiempos, del año 2003, a la fecha, o en este apenas año y tres meses, que esta presidenta es presidenta de todos los argentinos, he tenido siete paros, que se declararon el séptimo, inclusive, cuando yo estaba trabajando en Brasil.

¿Saben lo que muchas veces siento? Que, tal vez, algunas críticas no sean por los errores que seguramente tenemos y muchos, sino, tal vez, por los aciertos.

Porque resulta incomprensible que habiendo tenido todos esos fracasos, todos esos decretos de necesidad y urgencia que eran fundamentalmente para sacar derechos a otros argentinos, tal vez no se levantaba ninguna voz de protesta, salvo las de los trabajadores o las de los jubilados o las de los comerciantes o las de los industriales.

Por eso, yo quiero, en estas vísperas del 24 de marzo, del 33º aniversario de ese golpe que vino a instalar un proceso de desindustrialización en la Argentina, que finalmente terminó desmantelando en los años '90 todo lo que fue la industria nacional, convocar a los argentinos nuevamente a profundizar este proceso de trabajo e industrialización que los argentinos hemos iniciado a partir del año 2003. (APLAUSOS)

¿Por qué? Porque es necesario seguir creciendo y haciendo agregar valor a nuestras materias primas. Hubo otros momentos en que la Argentina también creció, la Argentina de principios del siglo XX, fines del XIX, la Argentina agroexportadora, la Argentina que vendía trigo y carne al mundo, pero que su gente aquí carecía de trabajo y se moría de hambre porque era materia prima sin ningún tipo de valor agregado.

Hubo también otro proceso, el de los años '90, donde la economía también creció a tasas del 7 y del 9 por ciento, pero éramos un país de servicios que llegó a arañar el 25 por ciento de desocupación.

Cuando nosotros levantamos la necesidad de un proyecto donde se articule la producción, la industria, el trabajo, la innovación y la tecnología, como lo hemos venido haciendo desde el año 2003, estamos diciendo que necesitamos generar trabajo porque generar trabajo es generar riqueza para todos los argentinos. Este debe ser el compromiso de todos los argentinos independientemente del partido o del lugar que hayamos elegido para tener nuestra experiencia política o social nos comprometamos. (APLAUSOS)

Yo estoy absolutamente convencida de que lo podemos hacer como lo hemos venido haciendo en estos años en un proceso federal, de redistribución del ingreso, de protección de nuestros jubilados, de reafirmación de nuestra autonomía nacional, de desendeudamiento, de generación de industrias, de generación de trabajo para que los argentinos podamos tener la dignidad, cada uno de nosotros, de ganarnos el pan con el sudor de nuestra frente.

Este debe ser el compromiso de toda la dirigencia pero, por sobre todas las cosas también, el respeto a los derechos del otro y el respeto a la voluntad de los pueblos expresada democráticamente en las urnas. Ningún sector puede imponerse por sobre el otro con amenazas, con extorsiones, con cercenamiento de los derechos del otro. Los argentinos tenemos derecho a ser libres, no solamente porque votemos, sino porque podemos transitar libremente las rutas, las calles, decidir qué queremos hacer y cómo lo queremos hacer. Esta es la verdadera construcción democrática que debemos abordar de una vez y para siempre.   

Hemos sufrido mucho con enfrentamientos, hemos sufrido mucho con falsas antinomias y con divisiones. Es necesario tener la fortaleza de saber que las ideas no se defienden imponiéndose al otro con gritos, con amenazas o con extorsión, sino respetando la voluntad del pueblo expresada democráticamente en las urnas y que las instituciones, nuestras instituciones, puedan ejercer sus funciones con libertad y con plena participación de los hombres y mujeres que han sido elegidos para ese mandato popular.

Gerardo: quiero expresarle a usted y a todo el pueblo de Santiago del Estero que, como siempre, usted y el resto de las provincias argentinas, van a tener siempre el apoyo absoluto del Gobierno de la República Argentina. (APLAUSOS). Somos conscientes, como hombres y mujeres del país profundo, de la necesidad de la redistribución del ingreso, no solamente en lo social, sino también en lo geográfico.

Por eso, la decisión inédita que esta Presidenta adoptó cuando decidió coparticipar los derechos de exportación del producto de la soja, fue, precisamente, para dar ese mensaje federal, de convicción, porque la redistribución del ingreso no es para nosotros solamente retórica, es compromiso. Por esos derechos de exportación, durante el siglo XIX, se enfrentaron federales y unitarios y se desangró un país. Aquí está el compromiso de esta Presidenta de seguir profundizando lo federal, de seguir profundizando lo popular, de seguir profundizando lo nacional.

Tengo el orgullo de encabezar un Gobierno que jamás ha firmado un decreto de necesidad y urgencia para cercenar un derecho, que jamás ha enviado un proyecto de ley al Parlamento para quitarle algo a algún comprovinciano o a algún argentino. (APLAUSOS)

Estamos convencidos absolutamente que los procesos de ajuste siempre han servido solamente para que algunos sectores minoritarios se enriquecieran a costa de la miseria, del hambre y de la pobreza del pueblo. Será por eso, tal vez, y por nuestra política de derechos humanos irrenunciable también, que tal vez algunos tomen medidas contra este Gobierno, y que en definitiva son medidas más que contra el Gobierno contra el propio país, que jamás hicieron en ninguna etapa, aún en la más triste y trágica de nuestra historia como Nación.

Pero yo quiero decirles como Presidenta, porque esa es mi obligación, pero además es mi convicción, que podrán castigarme muchas veces, podrán injuriarme muchas veces, pero una y otra vez tenderé la mano porque esa es mi obligación como Presidenta de todos los argentinos. (APLAUSOS)

Quiero decirles, querido pueblo de Santiago, hombres y mujeres, que hoy me siento muy honrada de compartir este momento histórico con ustedes, con su Gobernador, con su Vicegobernador y con ustedes que me han recibido en las calles como lo hacen en toda la Argentina, con cariño, con afecto, con mucho amor y con demostraciones por ahí hasta fuertes de cariño que me dan la fuerza necesaria para seguir luchando y trabajando como siempre lo hice, lo hago y lo seguiré haciendo. Muchas veces es la adversidad, muchas veces son esas cosas que tal vez a algunos los amarguen o les hagan doblar su fe o sus brazos, los que siempre me han dado mucha fuerza.

Algunos de ustedes, que han sido compañeros de bancada en épocas donde mi vida legislativa no era una vida fácil porque tenía tal vez ideas diferentes, siempre cumplí con eso, con mis convicciones que es, en definitiva, lo único que te queda al final de la vida: no haber traicionado lo que siempre pensaste y haber estado siempre al lado del pueblo.

Muchas gracias, Santiago del Estero; muchas gracias, Gerardo; muchas gracias, Vicegobernador; muchas gracias, diputados y diputadas; muchas gracias.

Gracias. (APLAUSOS)