Señor Gobernador de la provincia de Buenos Aires; señores y señoras intendentas; amigos y amigas: hoy es un día muy especial porque este proyecto de remodelación y de arreglo de 200 estaciones ferroviarias es algo que veníamos madurando hacía mucho tiempo, implica no solamente numerosos municipios del Gran Buenos Aires, sino obviamente la Ciudad de Buenos Aires, a la cual también le vamos a agregar y profundizar las obras que ya se hicieron oportunamente, como lo señalaba el Gobernador, en Once, en Retiro y en Constitución, sino que significa profundizar a la infraestructura a la obra pública como un instrumento al servicio de una mejor calidad de vida de los más de un millón de argentinos que diariamente usan este tipo de transportes; también significa promover la actividad económica por lo que todo esto conlleva en cuanto a contrataciones, en cuanto a generación de puestos de trabajo, en un momento donde realmente el mundo- y es literal- se está cayendo a pedazos y que, como dije en la Asamblea que me tocó inaugurar el pasado día domingo, no se le ve el fondo- y es literal también que no se le ve el fondo-.
Uno dice todo lo que falta y todo lo que necesitamos construir en nuestros grandes centros urbanos, en el interior de nuestras provincias, aquí en la provincia de Buenos Aires, pero déjenme contarles algo: ayer estuve inaugurando el ciclo lectivo, inaugurando una importante escuela agrotécnica en La Puntana, paraje La Puntana, Santa Victoria Este, en Salta, a poquitos metros de la frontera con el Paraguay y a unos kilómetros de la frontera con Bolivia, en un lugar, ese paraje, donde la única obra de infraestructura- y cuando digo la única es la única- que hizo el Estado, sea provincial, municipal o nacional allí en todo lo que tiene de historia, son comunidades originarias, fue la escuela aerotécnica que ayer inauguramos por más de 5 millones de pesos, y que además el multimodal porque no solamente va a ser agrotécnica sino que también va a cumplir otras funciones. Hay que ver, argentinos y argentinas, cómo viven algunos compatriotas, hay que verlo, porque si no se lo ve no se lo puede imaginar. Pero además lo que más me conmovió y aún me sigue conmoviendo, y seguramente me conmoverá por siempre, es la actitud de esos argentinos, actitud de argentinos que, como lo dije ayer, tal vez tendrían todo el derecho del mundo a tener el puño levantado, a reclamar, a patalear, a protestar, y sin embargo recibían al Gobernador de su provincia, a su Intendente, porque además el paraje está a unos cuantos kilómetros de lo que es Santa Victoria Este, también con muchísimas carencias, y a la Presidenta de la República, con orgullo, con alegría y con agradecimiento; hubo un momento en el que casi me rebelé porque les dije que no le den las gracias a nadie de nada, porque no tienen que agradecer nada, al contrario, y esto contrasta muchas veces con otros paisajes y con otras actitudes.
Yo creo que momentos en tan difíciles como los que vive el mundo van a exigir a todos nosotros, de todos aquellos que tenemos responsabilidades institucionales, de aquellos que tienen responsabilidades sectoriales, comunicacionales, todo lo que hace al articulado y al entramado del corazón de una sociedad y del funcionamiento de una sociedad, a poner mucha inteligencia, a poner mucha inteligencia, a poner mucha actitud de acuerdo y de aunar esfuerzos para hacer frente a un mundo cada día más difícil, cada día más impredecible, cada día más hostil a las posibilidades de desarrollo económico y de crecimiento de los seres humanos.
Estamos en momentos difíciles y es bueno que en esos momentos elijamos los instrumentos económicos y políticos adecuados porque vienen situaciones extraordinarias, y situaciones extraordinarias en el mundo y en la economía del mundo van también a exigir soluciones e instrumentos extraordinarios. Van también a exigir soluciones e instrumentos extraordinarios.
Quién podría imaginar hace apenas unos meses atrás una situación como la que estamos viviendo. Seguramente hubiera parecido un cuento de ciencia ficción si alguien hace un año, en marzo de 2008, cuando los números de la economía del mundo o de las economías emergentes seguían creciendo, hubiera imaginado esto que hoy está sucediendo. Por eso, esto nos obliga a todos a un ejercicio de responsabilidad institucional, social, política y económica muy grande.
Es una palabra que me gusta mucho: responsabilidad. Normalmente -esta es una costumbre muy de nosotros, los argentinos, y me incluyo también-, siempre pedimos responsabilidad a los otros, como si esa responsabilidad no tuviera que ser ejercida también por cada uno de nosotros en la medida y en el lugar que le corresponde.
Por eso, creo que este Plan que hoy estamos desarrollando para 207 estaciones, que se suma a otros planes o al gran plan de obra pública que estamos instrumentando y poniendo en marcha en todo el país. El otro día fuimos a Tres Arroyos, a Almirante Brown, Daniel estuvo ahora en Bahía Blanca, en fin, en todas las provincias, ayer también, viniendo de Santa Victoria Este pude sobrevolar Tartagal y ver afortunadamente que las cosas están mejorando, falta mucho todavía y estamos trabajando.
Pero lo importante es eso, hacerse cargo de la responsabilidad que cada uno de nosotros tiene en seguir construyendo este país que tanto nos costó, que tanto sufrimos y que hoy, al cabo de estos años, como decía el domingo, podemos ver con orgullo que hemos podido completar el ciclo de crecimiento económico más importante de los últimos 200 años.
Este es un logro que tenemos que cuidar para todos los argentinos pero, por sobre todas las cosas, para aquellos que tienen mayor grado de vulnerabilidad porque todavía no han sido alcanzados por la dignidad del trabajo o porque, tal vez, teniéndolo pueda tambalear su estabilidad, en fin, para todos aquellos sectores que por propia definición, sean asalariados o que no tienen un mayor grado de vulnerabilidad social puedan conservar el trabajo y la actividad económica. Esos deben ser los dos ejes que orienten todos los instrumentos y todas las políticas deben estar orientadas en esa dirección desde los municipios, desde las provincias, desde el Estado nacional, desde los sectores, desde las instituciones económicas y también desde todos los medios de comunicación, no para contar cosas que no son ni ocultar cosas que ocurren, pero sí para contribuir a ir en la misma dirección con fe, con optimismo, con fuerza, con trabajo y con compromiso, la seguir trabajando por el conjunto de los argentinos. Este es el gran compromiso y la gran hora de responsabilidad que les requerimos a todos los sectores y a toda la ciudadanía.
Estoy absolutamente convencida que, más allá de excepcionalidades, que siempre las hay por cierto, vamos a lograr trabajar en conjunto para seguir construyendo esta Argentina, que no significa no tener diferencias -a ver si nos ponemos de acuerdo-, porque parte del sistema democrático es eso, saber procesar dentro de las instituciones y en democracia las diferencias porque, claro, si todos estuviéramos de acuerdo en todo, sería mucho fácil, sería también, creo, más aburrido, pero, en definitiva, lo importante es rescatar, entonces, esa actitud frente a las diferencias que es la de poder procesarlas democráticamente y, por sobre todas las cosas, teniendo en cuenta el interés del conjunto, de todos los argentinos. Esa es la visión, la actitud que demanda nuestro pueblo de cada uno de nosotros: pensar siempre un poco, primero, en los demás, algo que muchas veces olvidamos, sobre todo en épocas donde nos ha ido tan bien a muchos de los sectores que conforman la vida nacional; pensar un poco en el otro; pensar en el país; pensar en lo que pasa y entonces sí, si se hace eso estoy segura que nadie, o por lo menos casi nadie, va a tomar decisiones equivocadas.
Muchas gracias y buenas tardes a todos. (APLAUSOS)