Muy buenos días a todos y a todas; señor Presidente de la República de los Estados Unidos de México, querido amigo Felipe Calderón; querida Margarita, realmente un placer tenerlos aquí a ambos, saludar también a la comitiva que los acompañan, señores y señoras funcionarias del Gobierno mexicano y también importantísimos empresarios y empresarias del hermano país de México: quiero realmente darles a ambos, a Felipe y a Margarita, y discúlpenme tal vez la familiaridad, poco diplomática en el trato, pero los he sentido, desde que los conocí a ambos, como dos amigos. Así me hicieron sentir, cuando me recibieron en su residencia de Los Pinos, así me hicieron sentir, cuando además de charlar y hablar sobre las cuestiones que siempre atañen a la política de los Estados, en estos casos, y de la relación bilateral, también ambos, charlamos sobre la historia de nosotros y de cada uno. Siempre digo que los Jefes y Jefas de Estado también tienen vida, también tienen historias de sus movimientos políticos, se sus vidas personales. Ambos son también hombre y mujer de la política; los padres de Margarita fundadores también del partido, que representa Felipe Calderón en el Gobierno. La verdad que sentí con ellos muchas cosas en común, y una gran e inmediata corriente de afecto y simpatía personal.
Me permito decirlo porque - ustedes me conocen - no soy de decir cosas que no siento, al contrario normalmente digo todas las cosas que siento, algunas me traen problemas, pero en esta ocasión puedo decirlas y quedar muy bien además. Entonces si las digo cuando no les gusta a todos, cuando una tiene oportunidad de decir cosas que siente, y quedar bien, creo que es bueno hacerlo.
Creo que esta visita de Estado va a profundizar aún más las excelentes relaciones comerciales que viene acrecentándose en forma inédita, en la historia de ambos países, significa también además para nosotros la ubicación de México en la región a la que pertenece y de la que forma parte: Latinoamérica y también agradecerle, como lo hice, hoy, el trato que México tuvo para miles de argentinos y argentinas que encontraron allí un hogar en momentos difíciles. (APLAUSOS).
De aquí diviso a la señora vicepresidenta primera de la Cámara de Diputados, Patricia Vaca Narvaja, que sabe de lo que estoy hablando, precisamente ella y su familia, hoy cuando bajábamos por el Salón de Bustos le comentaba al Presidente Felipe Calderón, que hacía poco tiempo habíamos colocado allí el Busto del Presidente Alfonsìn y también del Presidente Héctor J. Cámpora, que precisamente había muerto asilado en la hermana República de México, todos gestos de solidaridad y de amistad de un México que, además, ha hecho escuela internacional, en materia de asilo político y de solidaridad con los perseguidos políticos, que lo ha distinguido siempre como un país de avanzada y progresista, en materia de derechos humanos, lo cual nos merece a nosotros muchísimo respeto y muchísima adhesión.
También charlando acerca de los instrumentos, de las políticas, de las acciones conjuntas, que debemos hacer, quienes tenemos en este momento difícil del mundo contemporáneo la responsabilidad de conducir los Estados, y fundamentalmente de hacerlo desde aquellos países, que son considerados economías emergentes y que hoy, a diferencia de otras oportunidades, no son los que han causado esta debacle internacional, que parece no tener piso o no encontrar fin, sino que al contrario, durante la última década, hemos sostenido el crecimiento de la actividad mundial, mayoritariamente, 2/3 partes del crecimiento se explican fundamentalmente a partir del crecimiento de las economías emergentes, y ser precisamente hoy, tal vez, los países que tengamos que pagar consecuencias de acciones de las que no hemos sido responsables. Esto lejos de llevar a quejarnos debe llevarnos, esencialmente, a aunar esfuerzos, y neuronas - digo yo también - para encontrar caminos y soluciones alternativas, y también compartir junto al presidente Felipe Calderón lo que él planteaba, en la última reunión de la República Dominicana, del Grupo Río, que es precisamente constituir a este grupo, que ha tenido actuaciones importantes como la que tuvo, por ejemplo, en aquel momento en Dominicana, también como un espacio omnicomprensivo de absolutamente todos los países que integran la América del Sur, América Central, México y el Caribe. Creo que ese es un espacio natural, en el cual todos debemos y podemos sentirnos representados en nuestros legítimos intereses y en nuestras respectivas identidades.
Así que con mucha felicidad por haber compartido, también, algo que lo vivo casi un poquito personalmente como es la puesta en marcha de la reconstrucción del mural de ese genio mexicano, que fue Siqueiros, y que hoy pudimos visitar con el señor Presidente. Un objetivo que había puesto en mi cabeza, yo quería que cuando el presidente Calderón visitara la Argentina pudiéramos tener ese Siqueiros, que es un poco el símbolo, de las cosas que parecía que no se podían hacer nunca, 18 años arrumbado, en depósitos judiciales. Era un poco el símbolo, no era solamente una cuestión artística, una cuestión que tuviera que ver con el origen mexicano del artista, no, tenía que ver con algo emblemático: poder sacar del ostracismo, poder sacar el olvido cosas que son muy importantes para la historia de ambos países, y hacerlo también en un momento en el que hemos logrado sacar del letargo a esa relación argentino-mexicana, en el aspecto comercial, porque en el otro, en el cultural, y en el de hermandad, siempre tuvimos una gran profundidad. Era hora de sumarle la parte económica y comercial, y estamos muy contentos de tenerlos a ambos aquí en nuestro país.
Yo quisiera brindar con usted Presidente, y con todos ustedes por esta amistad.