La presidenta Cristina Fernández inauguró hoy el seminario económico 'Oportunidades de Comercio, Negocios e Inversiones entre Argentina y Libia', en el hotel Corinthia, de Trípoli.
Allí, la jefa de Estado pidió "aunar esfuerzos sur-sur en un momento de devastación de los grandes centros económicos mundiales", al tiempo que se manifestó convencida de que "podemos ser las economías emergentes -que hemos sostenido la mayor parte del crecimiento en la última década- el espacio político, social y cultural que contribuya al surgimiento de un nuevo modelo".
"El objetivo por el cual nos hemos movilizado, gobierno y empresarios argentinos, tiene que ver no sólo con una necesidad de cualquier hombre de negocios de ampliar mercados, explorar nuevas posibilidades. Tiene también el objetivo político de articular nuestras realidades, nuestras economías, en una concepción: la de aunar esfuerzos sur-sur", amplió la mandataria.
Por otra parte, Cristina Fernández propuso crear un nuevo modelo económico internacional "que ya no base el crecimiento o la generación de riqueza en la especulación financiera, sino en el trabajo, la producción, en el valor agregado a nuestras materias primas, y en el trabajo para nuestras sociedades".
Además, la Presidenta sostuvo que "es ingenuo pensar que pueda haber país en el mundo que no pueda ser tocado o alcanzado por coletazos de esta crisis sin precedentes de los grandes centros desarrollados", no obstante lo cual recordó que en el 2003, cuando Néstor Kirchner asumió la presidencia, "un cuarto de la población económicamente activa, casi el 25 por ciento, carecía de trabajo" mientras que hoy "estamos en el 7,8 por ciento".
En ese sentido, Cristina Fernández ponderó el "modelo de matriz diversificada" inaugurado en el año 2003 y señaló que se trata de "basarla no solamente en exportar, lo que es muy importante, sino también en nuestro propio mercado interno".
"Hemos articulado armoniosamente mercado interno y sesgo exportador de la economía", declaró; y remarcó el "rol importantísimo" de los productos con valor agregado en la matriz económica.
La presidenta destacó también la firma de acuerdos de cooperación agrícola, en materia en materia cultural y en materia de energía nuclear con fines pacíficos con los países del Africa magrebí; y dijo que están basados "en la cooperación y la solidaridad". También refirió que los acuerdos tecnológicos proveen "una oportunidad inédita a argentinos y libios de retomar lazos comerciales y de relacionamiento que significarán, para ambos, prosperidad y crecimiento".
Criticó el hecho de que "los centros de poder nunca trasfieren la tecnología hacia los países emergentes. Siempre son paquetes cerrados en los cuales el manejo tecnológico sigue estando en manos del país emisor, y por lo tanto no hay una verdadera generación de conocimiento y de poder adquirido tecnológico por parte de la nación receptora", explicó.
En ese sentido, se mostró en contra de la idea de "subordinación de las naciones más chicas o más vulnerables como la regla de oro frente a los grandes centros de poder".
Por otro lado, la Presidenta sostuvo que "la política es para nosotros el objetivo de lograr una mejor calidad de vida para nuestros conciudadanos".
"Yo también, al igual que el líder de la nación libia hemos sido militantes políticos, desde muy jóvenes, hemos abrazado ideas y convicciones muy fuertes y con un sesgo fuertemente cuestionador al estatus quo que siempre se quiere imponer para que nada cambie y nada pueda transformarse", manifestó Cristina Fernández.
La Presidenta fue acompañada por el canciller Jorge Taiana; el ministro de Planificación Federal, Julio De Vido y su par de Ciencia y Tecnología, Lino Barañao. También estaban el secretario de Agricultura, Carlos Cheppi; el subsecretario de Comercio Exterior, Luis María Kreckler; y el vocero presidencial Miguel Núñez. Se sumaban, además, Norma Boero, de la CONEA (Comisión Nacional de Energía Atómica); el gerente general del INVAP, Héctor Otheguy; el gobernador de Entre Ríos, Sergio Urribarri; el secretario PyME, Jorge Caradonti y Gustavo Martini, director general de Promoción de Exportaciones.
Allí, la jefa de Estado pidió "aunar esfuerzos sur-sur en un momento de devastación de los grandes centros económicos mundiales", al tiempo que se manifestó convencida de que "podemos ser las economías emergentes -que hemos sostenido la mayor parte del crecimiento en la última década- el espacio político, social y cultural que contribuya al surgimiento de un nuevo modelo".
"El objetivo por el cual nos hemos movilizado, gobierno y empresarios argentinos, tiene que ver no sólo con una necesidad de cualquier hombre de negocios de ampliar mercados, explorar nuevas posibilidades. Tiene también el objetivo político de articular nuestras realidades, nuestras economías, en una concepción: la de aunar esfuerzos sur-sur", amplió la mandataria.
Por otra parte, Cristina Fernández propuso crear un nuevo modelo económico internacional "que ya no base el crecimiento o la generación de riqueza en la especulación financiera, sino en el trabajo, la producción, en el valor agregado a nuestras materias primas, y en el trabajo para nuestras sociedades".
Además, la Presidenta sostuvo que "es ingenuo pensar que pueda haber país en el mundo que no pueda ser tocado o alcanzado por coletazos de esta crisis sin precedentes de los grandes centros desarrollados", no obstante lo cual recordó que en el 2003, cuando Néstor Kirchner asumió la presidencia, "un cuarto de la población económicamente activa, casi el 25 por ciento, carecía de trabajo" mientras que hoy "estamos en el 7,8 por ciento".
En ese sentido, Cristina Fernández ponderó el "modelo de matriz diversificada" inaugurado en el año 2003 y señaló que se trata de "basarla no solamente en exportar, lo que es muy importante, sino también en nuestro propio mercado interno".
"Hemos articulado armoniosamente mercado interno y sesgo exportador de la economía", declaró; y remarcó el "rol importantísimo" de los productos con valor agregado en la matriz económica.
La presidenta destacó también la firma de acuerdos de cooperación agrícola, en materia en materia cultural y en materia de energía nuclear con fines pacíficos con los países del Africa magrebí; y dijo que están basados "en la cooperación y la solidaridad". También refirió que los acuerdos tecnológicos proveen "una oportunidad inédita a argentinos y libios de retomar lazos comerciales y de relacionamiento que significarán, para ambos, prosperidad y crecimiento".
Criticó el hecho de que "los centros de poder nunca trasfieren la tecnología hacia los países emergentes. Siempre son paquetes cerrados en los cuales el manejo tecnológico sigue estando en manos del país emisor, y por lo tanto no hay una verdadera generación de conocimiento y de poder adquirido tecnológico por parte de la nación receptora", explicó.
En ese sentido, se mostró en contra de la idea de "subordinación de las naciones más chicas o más vulnerables como la regla de oro frente a los grandes centros de poder".
Por otro lado, la Presidenta sostuvo que "la política es para nosotros el objetivo de lograr una mejor calidad de vida para nuestros conciudadanos".
"Yo también, al igual que el líder de la nación libia hemos sido militantes políticos, desde muy jóvenes, hemos abrazado ideas y convicciones muy fuertes y con un sesgo fuertemente cuestionador al estatus quo que siempre se quiere imponer para que nada cambie y nada pueda transformarse", manifestó Cristina Fernández.
La Presidenta fue acompañada por el canciller Jorge Taiana; el ministro de Planificación Federal, Julio De Vido y su par de Ciencia y Tecnología, Lino Barañao. También estaban el secretario de Agricultura, Carlos Cheppi; el subsecretario de Comercio Exterior, Luis María Kreckler; y el vocero presidencial Miguel Núñez. Se sumaban, además, Norma Boero, de la CONEA (Comisión Nacional de Energía Atómica); el gerente general del INVAP, Héctor Otheguy; el gobernador de Entre Ríos, Sergio Urribarri; el secretario PyME, Jorge Caradonti y Gustavo Martini, director general de Promoción de Exportaciones.