Y también estar hoy junto a ustedes, hombre y mujeres dedicados a la generación de la riqueza, presidiendo una delegación de más de 80 importantes empresas argentinas constituye, sin lugar a dudas, la conjunción perfecta. Porque, al lado de la mujer, que siempre ha tenido una fuerte inclinación por la historia de la humanidad convive también la política, que electa por los argentinos, tiene la responsabilidad de articular lazos de amistad y comerciales con tan importante Nación, como es Egipto.
Sé que ha habido más de 300 reuniones entre los distintos empresarios. Recién cuando ingresaba, aquí, a esta cena, el señor Gobernador de la provincia, de Entre Ríos, de mi país, que forma parte de mi comitiva, me contaba eufórico que una de las empresas de su provincia, que también lo ha acompañado: el Frigorífico Alberdi, acababa de cerrar, unos instantes antes, una operación de venta de 3.000 toneladas de carne vacuna. No es por cierto la única; muchos me han contado cuestiones similares, porque me acompañan hombres de la industria avícola, metalmecánica, farmacéutica, frigoríficos y una gama impresionante de actividades, que serían muy largo de enunciar, pero que seguramente el representante de la UIA dará, luego, cuenta acabada a sus asociados y seguramente a la opinión pública de lo fructífero, que han sido estos encuentros, donde lo más importante no es sólo lo que hemos acordado en esta primera ronda de encuentros, sino la perspectiva a largo y mediano plazo de la profundización que debemos tener en nuestras relaciones comerciales, tecnológicas, culturales y de toda índole, sobre todo porque países como la Argentina, productores de tecnología en materia agrícola ganadera, de software y nuclear, por ejemplo, tienen un modelo diferente al de las grandes naciones de los países centrales, donde nunca transfieren la tecnología sino que siempre lo hacen a paquete cerrado para que los países sigan dependiendo tecnológicamente y no puedan desarrollar su propia capacidad tecnológica.
En Argentina, como en casi todos los países del sur, tenemos una concepción de cómo debemos relacionarnos comercial, económica y políticamente, que es totalmente ajena al concepto de subordinación que tal vez tienen desde otros centros de poder. Al contrario, queremos que solamente vamos a crecer nosotros mismos como país en la medida que nuestros amigos de otros países también lo hagan conjuntamente con nosotros, porque esto produce armonía y equilibrio, algo que está faltando desde hace mucho tiempo en las relaciones políticas y económicas en nuestro planeta.
Los empresarios que hoy me acompañan, algunos de grandes empresas y otros de pequeñas y medianas empresas, apuestan a la profundización de esta relación. Hoy lo charlábamos por la mañana, también, durante el almuerzo y durante la entrevista que mantuve con el señor presidente Mubarak, su deseo de visitar la Argentina, también. Para ello ya lo hemos invitado formalmente en visita de Estado, porque es su vocación - como la mía - la de profundizar esta relación y aprovechar los grados de complementariedad y cooperación que tenemos que desarrollar aún más.
Yo quiero felicitar a ambas cancillerías y a todos los señores funcionarios de ambos gobiernos, como los señores y señoras empresarias de ambos países, que han formado parte de esta exitosa ronda de negocios; los revela como hombres emprendedores, con confianza en la gestión de sus propias empresas, en momentos que los mensajes que se reciben de los países desarrollados no son los mejores, es momento que nosotros, los países emergentes, que hemos sostenido el crecimiento en dos terceras partes de la actividad económica mundial, durante los últimos 10 años, demos también el ejemplo de lo que somos capaces de hacer para beneficiar a nuestros países y a nuestras sociedades.
Como punto final voy a cometer una infidencia, el señor que está sentado a mi izquierda, en la mesa, es el ministro de Cultura de la Nación Egipcia. Estuvimos hablando de la posibilidad de llevar a la muestra de Tutankamón a la América latina y que fuera la Argentina la que tuviera el altísimo honor de ser el primer país, donde se expusiera ese verdadero tesoro de la historia de la humanidad, (APLAUSOS).
Estoy segura que va a hacer honor a su palabra y tendremos a Tutankamón en Buenos Aires; será para esta humilde argentina, les puedo asegurar, algo impensado, pero dicen que los sueños se realizan y cuando uno le pone voluntad, pone trabajo, esfuerzo, compromiso, convicciones y confianza, atributos que creo tienen ustedes los egipcios y nosotros los argentinos.
Quiero agradecerles, una vez más, a todos ustedes y felicitarlos. En mi país invitaría a brindar, pero sé que no puedo hacerlo, podríamos hacerlo con agua como lo hice en Argelia, si porqué no, a brindar con mucha fuerza y con mucho afecto por esto que hemos logrado pero, por sobre todas las cosas, por lo que vamos a hacer en este presente y en el futuro, que ya es inmediato. Muchas gracias. (APLAUSOS).