PERIODISTA.- Presidenta: un resumen de la jornada.
PRESIDENTA.-Fue una jornada muy importante, primero por la constitución de un nuevo ámbito de discusión que normalmente este tipo de discusiones se llevaban a cabo en el ámbito del G-7 ó el G-8. Haber consolidado el G-20 que representa entre el 85 y el 95 por ciento del Producto Bruto Internacional como un ámbito de discusión y participación más representativo, no solamente por PBI, sino también porque países del Asia, países de América, países de Europa y países como Australia, Turquía que participan, como yo digo, de varios mundos, consolida un espacio de discusión diferente. Pero además también creo que se abordaron temas que tienen que ser tratados a la brevedad como es todo el tema de lo que nosotros venimos reclamando ya hace años y que es la reformulación de los organismos multilaterales de crédito y, fundamentalmente, tal cual dije en mi intervención, que el Fondo Monetario no solamente fue creado en la posguerra para monitorear a las economías de los países, porque en definitiva eran los Estados nacionales los actores más importantes. El desarrollo del capitalismo en los años posteriores, ha generado la aparición de nuevos actores, corporaciones financieras transnacionales que muchas veces tienen más poder que los propios Estados y toman decisiones que afectan, no solamente la estabilidad financiera de una economía, sino, esencialmente, la calidad de vida de las sociedades y por eso se hace necesaria su reglamentación. Yo decía que, con la misma voluntad que se ha puesto para reglamentar, por ejemplo, el manejo de los capitales en materia de narcotráfico, de terrorismo, se debe también poner en materia de fondos que se desplazan de un país a otro provocando verdaderos desmanejos y desestabilizaciones económicas y financieras. Si se puede hacer con respecto al narcotráfico, si se puede hacer con respecto al terrorismo, es que se puede también hacer con respecto a otras cuestiones. Lo que hay que poner es mucha voluntad y convicciones. Creo que además de abordar el tema de la cuestión financiera, creo que lo que se debe abordar exactamente es el tema de la economía real. Lo cierto es que se habló de cosas que antes eran tabú como, por ejemplo, la expansión del gasto fiscal. Está bien que se lo hace como medida contracíclica, pero bueno, han reconocido que, por ejemplo, a nivel mundial la inflación ha dejado de ser un problema y lo que pasa a ser un problema es lo que puede constituirse en una recesión o, eventualmente, en una depresión. Lo que quedó muy en claro es que las medidas contracíclicas son las que toda la vida hemos levantado nosotros: mucho desarrollo en materia de infraestructura; expansión del gasto fiscal, del gasto público; mantener y sostener la demanda, en definitiva, el consumo de los habitantes y, fundamentalmente, lo que es el eje central de cualquier política que es mantener la estabilidad del empleo que es lo que da lugar a lo otro. Siempre digo que un trabajador es igual, además de a un trabajador a un consumidor. Creo que son cuestiones que no se discutían hace mucho tiempo. Nosotros planteamos, además, que no estábamos ante una crisis de carácter financiero, sino que estábamos ante el fin de un ciclo político e histórico que había hecho eje en la autorregulación de los mercados y en la desaparición del Estado, un Estado mínimo, que los mercados se autorregulaban solos. Creo que fue la reacción que vino luego de la caída del Muro de Berlín que se pasó del estatismo excesivo que había detrás de los países de la Cortina, a una suerte de liberación de los mercados que, en realidad, ha terminado siendo muy perniciosa porque, además, el dato que todos reconocen o, por lo menos, la mayoría de los participantes, es que el sostenimiento del crecimiento de la última década ha sido sostenido por los países emergentes y, precisamente, el disparador de la crisis de la falta de confianza, de la falta de expectativas se ha generado a partir de una crisis en lo que constituye la primera economía del mundo, en este caso Estados Unidos, que es aquel que levantaba el tema de la desregulación de los mercados. Yo me acordaba, no lo dije en el recinto, pero venía recién pensando y me acordaba de Alan Greenspan que prácticamente fue elevado por todos casi como un dios en cuanto a lo que decía él era palabra santa y hace pocos días me tocó escucharlo o por lo menos leerlo en letras de molde, que había estado un poco equivocado en lo que había afirmado. Lástima que esta equivocación hoy está provocando esto que significa, como decía el Primer Ministro australiano, muy preocupado también él por el tema del empleo, que es lo que hoy preocupa a todos los dirigentes del mundo. Gracias.