Palabras de la Presidenta en Acto Entrega de Premios a la Educación 2008

PALABRAS DE LA PRESIDENTA DE LA NACIÓN, CRISTINA FERNÁNDEZ DE KIRCHNER, EN EL ACTO DE ENTREGA DE PREMIOS EDUCACIÓN 2008

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Buenos días a todos y a todas: realmente recién escuchaba las palabras del señor Ministro de Educación en cuanto a la revalorización de la solidaridad, un sentimiento y una vocación que siempre ha caracterizado a la juventud.

Recuerdo mi juventud, mi generación hizo del hecho de la solidaridad, de la ayuda al prójimo casi un eje y un compromiso de vida que excedía largamente lo político, para ingresar decididamente en ese compromiso social.

Me gusta además esta solidaridad de carácter federal, donde se extiende y se reconoce a todos y a cada uno de los rincones de la República, ese sentimiento y esa vocación de nuestra juventud por ayudar al otro, por el medio ambiente, por la preservación de lo que nos rodea.

Yo quería agradecer el compromiso de profesores, docentes, alumnos, de padres y de familias también, porque en definitiva esos chicos tienen un entorno familiar que los impulsa a participar y a desarrollar su solidaridad.

Quería también en este día tan especial para todos ustedes, agradecer la presencia aquí de todos, y finalmente convocarlos a la construcción de un país y de una sociedad más justa, en la cual todos podamos acceder a bienes, servicios e información.

Ayer decíamos -y hoy lo quiero también ratificar, este es un ámbito propicio para hacerlo, con educadores, colegios- respecto a los colegios privados de la Ciudad de Buenos Aires en este caso y de la provincia de Buenos Aires, del Gran Buenos Aires, que a partir de mañana tal cual marcaban las normas, los acuerdos y los programas del Gobierno, comienzan a aparecer en el sitio de internet, los datos de los colegios que han sido autorizados a aumentar sus cuotas, porque han presentado sus análisis de costos, los que no lo son y, de esta manera, padres y madres, usuarios y consumidores pueden no solamente preservar un bien tan importante como es la educación para todos, sino también cuidar su bolsillo y el bolsillo de toda la familia haciendo uso del derecho que le corresponde a todo ciudadano, a toda ciudadana, que es el de controlar que los servicios que le brindan realmente tengan el precio que dicen que tienen. Esta fue la idea que nos llevó hace unos meses al Gobierno y a los colegios privados a hacer ese acuerdo de que todos pudieran acceder mediante vía de internet cuáles son los costos de estos colegios y entonces decidir si pagan esa cuota o no; es una transparencia importante y un cuidado importante de la economía de la familia y la educación. A partir de esta semana, tal cual lo previsto, comienzan a aparecer estos datos en internet.

Pero también quería referirme a dos cuestiones que hacen a la formación ciudadana. Recién escuchaba a Juan Carlos Tedesco hablar del compromiso de los ciudadanos, el compromiso del respeto a las instituciones, el compromiso con el orden democrático. Me tocó vivir ayer un episodio en el desarrollo de un acto público en la Casa de Gobierno, donde desde un medio acreditado -como están tantísimos medios acreditados aquí desde hace muchísimos años- se me agredió verbalmente. No a mí, no a Cristina Fernández de Kirchner que es una ciudadana más, en todo caso a quien en este estrado y en estos ámbitos es la Presidenta de la República, quien dirigía una alocución en un acto oficial.

Cuando nosotros vemos este tipo de actitudes que revelan, creo, cierto grado de crispación o de agresión en quienes deben informar a toda la ciudadanía y tal vez dar ejemplos de tolerancia y de acceso a la información para todos, nos preocupa. No por nosotros, no en lo personal, sino en definitiva por el mensaje que recibe toda una sociedad demasiado acostumbrada durante mucho tiempo a la agresión verbal, a la agresión personal, a la descalificación del otro, al agravio, cosas que también van minando de a poco el alma y el corazón de una sociedad.

Leía también hoy -y esto tiene que ver con algo que tienen los trabajos de ustedes- en el diario de mayor circulación de este país, que la Presidenta de la República había aparecido en el día de ayer al lado de una funcionaria muy cuestionada. Me detuve atentamente esta mañana a leer el artículo y se la mencionaba a la Secretaria de Medio Ambiente, a la doctora Romina Picolotti como que era una funcionaria cuestionada, porque reaccionó "tardíamente" entre comillas, frente a la quema de pastizales.

Ayer recibí a los socorristas, otro ejemplo de vocación solidaria, gente que por un salario va a arriesgar sus vidas y el futuro de sus familias, para sofocar incendios que otros han provocado con un criterio solamente de beneficio y rentabilidad; casi la contra cara de todos ustedes que trabajan para ayudar al otro y la solidaridad.

Esta funcionaria, no ha tenido ningún cuestionamiento por esto; en realidad esta funcionaria es la que el año pasado colocó una multa y además está obligando a invertir más de 10 millones de dólares a Papel Prensa Sociedad Anónima. Ella hizo una intervención en el lugar en la Planta de San Pedro y se comprobó que contamina el ambiente, que contamina el río Baradero y que tienen que hacer inversiones por más de 10 millones de dólares que nuestro representante en Papel Prensa, el representante del Estado ha solicitado que se lleve a cabo.

Quiero contar estas cosas, porque si no pareciera que todo fuera una cosa confusa y donde cada uno de nosotros tuviera actitudes no claras. Esta funcionaria cumplió con su rol, con su función, la de cuidar el medio ambiente, denunciar a quienes lo contaminan y obligarlos en nombre de las normas del Estado y de la Constitución, a invertir para que no contaminen. No para que los trabajadores pierdan su trabajo, no para impedir la actividad económica, sino para que no contaminen. Este es el cuestionamiento oculto, esta es la verdadera falta que desde los medios del poder y de la empresa periodística no le perdonan a Romina Picolotti, no el hecho de que haya reaccionado tardíamente.

Me gustaría que ustedes vieran el desarrollo de la tarea en el frente de Zárate que me tocó ir a ver a mí, cómo se organizaba la tarea para sofocar los miles y miles de hectáreas incendiadas con más de 300 focos intencionales por una cuestión de rentabilidad.

Qué país difícil y qué mensajes confusos damos a ustedes, a los chicos, a la juventud, cuando tergiversamos de estas cosas, conductas, valores y actitudes.

Realmente estas son cosas que me preocupan, porque son cosas que hacen también a la formación ciudadana, el contar con la información correcta y que las cosas sean contadas con lo que debe ser, con la verdad de los hechos y la verdad de los hechos es esta.

Quería contarlo, casi lo sentía como una necesidad personal frente a tantos pibes como ustedes. Yo tenía la misma edad de muchos de ustedes cuando decidí incorporarme a la política militando allá en los años ´70 tal vez con valores diferentes a los de ustedes. La contaminación ambiental, por ejemplo, no era un tema de aquellos años, pero sí lo era la ayuda a quien no había podido ir a la escuela, al que no podía acceder a la universidad, al que no ganaba el salario suficiente, al que vivía en una villa, al que no había logrado tener salud y educación; eran también valores solidarios, valores que en el fondo son políticos pero no políticos porque tengan que ver con lo partidario o con los partidos políticos; políticos, porque son los que cambian y transforman la realidad cuando pueden ejercerse colectiva y mancomunadamente.

Si logramos, argentinos y argentinas, que estos ejemplos de estas 13.000 escuelas pudieran desarrollarse y articularse a lo largo y a lo ancho del país en actitudes solidarias, de compromiso con el otro, con la verdad y fundamentalmente en definitiva con el país, creo que las cosa van a mejorar y mucho.

El ejemplo de ustedes hoy aquí, de distintas partes de la República, de la Patagonia, del NEA, del NOA, del centro, del corazón también de la provincia de Buenos Aires, estos chicos de Olavarría, constituyen el plexo geográfico más representativo de que la solidaridad sigue siendo, como bien lo decía Juan Carlos Tedesco, un valor muy importante, muy masivo en el pueblo y que tal vez sea en las elites dirigenciales no solamente políticas, sino empresariales, económicas y mediáticas, el déficit más importante que tenga hoy la República Argentina. No son los del pueblo; son los que forman parte de las elites en los distintos estamentos. Me parece que a eso también debemos apuntar para mejorar la tan mentada calidad institucional que siempre se demanda a los demás pero que muy pocos parecen dispuestos a cumplir cuando el papel que les toca es a ellos.

Felicitaciones a todos y a todas, profesores, alumnos, alumnas, profesoras y a las familias de cada uno de todos ustedes que los han educado en valores que son los valores de todo el pueblo argentinos.

Muchas gracias y tengan todos ustedes muy buen día. (APLAUSOS)