LÓPEZ.- Buenas tardes, para informar que hace instantes, junto con la Presidenta, participamos de un acto, en el cual estuvo representada la Asociación Anahí, con su presidenta Chicha Marianni, tambièn acompañando este evento, este convenio estuvo el juez español, Baltasar Garzón y distintos representantes de derechos humanos, legisladores nacionales y funcionarios del Ejecutivo Nacional. El motivo fue la firma de un convenio para desarrollar la puesta en memoria de la casa donde vivía la familia Mariani Teruggi que, como ustedes saben bien, el 24 de noviembre de 1976, en esa casa se realizó una masacre, en ese acto además de destruir la casa con efectivos militares, policiales y demás murieron 5 personas y secuestraron a la beba que tiene por nombre Anahí. El motivo del convenio es realizar el aporte financiero que permita producir la restauración o la puesta en memoria, sería más que puesta en valor, como dicen los restauradores, sería una puesta en memoria tratando de llevar la casa que por supuesto hace 32 años que está abandonada, llevarla en ese restauro hasta el día después del atentado, un poco para dejar el testimonio vivo justamente de esa memoria y acompañar en este efecto simbólico a todo el trabajo que viene desarrollando no tan sólo Abuelas, sino fundamentalmente la Asociación Anahí, presidida por Chicha Mariani. El convenio tiene ese objetivo; la Asociación realiza toda la documentación de obra y la ejecución de la misma y el Estado Nacional da el financiamiento a los efectos de producir este restauro y esta puesta en memoria de esta obra.
MARIANI.- Yo creo que he hablado tanto, durante 30 años, sobre el caso de los niños desaparecidos por mi nieta y de la casa de mis hijos, digo mis hijos aunque era mi nuera y mi hijo los dueños de la casa, para mí los dos eran mis hijos. Cuando se produjo este horrendo ataque que duró cuatro hora y más, mi primera intención fue siempre correr detrás de Clara Anahí. Tenía yo que recuperarla, aún destrozándome el alma y los pies porque he corrido por todos lados, por todo el mundo, buscando datos, informaciones, difundiendo el problema, hasta ahora sigo buscándola y no la encontré todavía. A mi hijo lo mataron ocho meses después y a Diana ese día, 24 de noviembre de 1976, los compañeros que estaban con ella en la casa, en ese momento, eran: Oscar Cèsar Porfidio; Juan Carlos Peiris; Daniel Mendiburu Eliçabe y Diana; estos son los primeros que figuran en un informe que se dio como tres años después, pero supimos, ahora, que también estaba allí el joven médico Alberto Oscar Bossio y ocultaron su muerte, ocultaron hasta la partida de defunción porque lo ponen sin que de ninguna manera se lo pueda reconocer, recién ahora sabemos que él murió allí. Este ocultamiento de información solo se puede mejorar o llegar a alguna conclusión en base a documentación, a personas testigos que hablen, que se atreven porque todavía tienen mucho miedo de decir las cosas. Para esto tenemos que hacer una gran tarea y poco a poco yo me fui convenciendo que eso que guardé, la casa sin abrir y sin tocarla, como quedó, era para poder hacer algo con ella, que sirviera para la memoria, para siempre. Llegaron los años, pasaron los años y yo siempre buscando a Clara Anahí hasta que llegó el momento de ocuparme de la casa y ahora es visitada todos los fines de semana, todos los sábados y algunos días de semana por las escuelas y se ha convertido en un pilar para la memoria, porque está hasta con las manchas de sangre en las paredes.
Este convenio, que hoy se ha firmado, cumple para mí un sueño, que creí que no iba a poder realizarlo en vida, que es que persista durante mucho tiempo para que las nuevas generaciones vayan y vean lo que se produce con una dictadura, para que nunca más hayan niños desaparecidos, nunca más ese horror de la tortura, del hacer sufrir a la familia de los desaparecidos, durante 30 años. Hay madres que todavía esperan el llamado telefónico de su hijo y yo que sé que mi hijo está asesinado sin embargo veo un muchacho flaco con anteojos, por la calle, e inevitablemente lo miro y sé que no es, pero lo miro. Entonces esta tortura no tiene parangón, no es posible que nos hayan sometido a esto, y en realidad el pueblo permaneció bastante indiferente. "Si los chicos se lo llevaron, por algo sería"; "algo hablan hecho los niñitos"; "eran hijos de guerrilleros, no los devuelvan" y esto es lo que hay que revertir y para esto es necesario la memoria. De manera que para mí hoy es un día importante porque podemos realizar ese sueño de, no digo restaurar, porque queremos dejarla tal cual está, pero fuerte, pero contamos con un equipos de arquitectos que lo van a hacer, seguro, ya he visto los planos, lo que van a hacer y confío en eso totalmente.
GARZÓN.- Sólo unas palabras como testigo que he sido del acto, de la firma del convenio para la restauración, el mantenimiento de la memoria de la casa de la familia Mariani. Este tipo de acto, de iniciativa creo que son absolutamente necesarias, el olvido - se ha dicho muchas veces - no forma parte de la justicia, ni debe formar parte de ningún Estado democrático, la impunidad tampoco. Aquellos crímenes que se revisten de los caracteres de lesa humanidad no prescriben, por ley, todos los sabemos, ni tampoco deben prescribir en la memoria. En el ámbito judicial creo que estas iniciativas nos llaman y son toques de atención para que los jueces, los fiscales y todos aquellos que tenemos competencia en las investigaciones de este tipo de conductas lo hagamos con intensidad, con extensión, con afinidad para hacer posible la realidad de la justicia y no solamente esa memoria, ese recuperación y mantenimiento de la memoria, sino la plasmación efectiva de la misma, que no es otra con respeto al principio de igualdad ante la ley, respondan todos aquellos que cometieron estos hechos. Gracias.