Dicen que la patria está en todas partes y es cierto, pero cuando una está junto a los trabajadores siempre siente a la patria más cerca, y hoy en este día tan especial, en esta verdadera fiesta popular que significan los trabajadores reconociendo a sus dirigentes, porque saben que cuando reconocen a sus dirigentes también están reconociendo sus propias luchas, quiero decirles que me siento hoy más que nunca con el mismo compromiso que tuve toda mi vida con los intereses populares. (Aplausos)
Siento orgullo por el testimonio que siempre hemos dado acerca de nuestras convicciones e ideas, pero también siento un profundo orgullo por lo que significó el peronismo en la vida de los trabajadores de la República Argentina: (Aplausos)
En los orígenes, hermanos y hermanas, del movimiento sindical, era siempre el enfrentamiento a veces hasta sangriento entre el capital y el trabajo. Y fuimos nosotros desde la historia, desde la construcción que hizo el peronismo, en el que siempre he militado, los que volvimos a articular la alianza entre el capital y el trabajo que permitió construir un país más justo para todos los argentinos y para todas las argentinas. (Aplausos)
Quiero estar con ustedes en esta mañana de fiesta y alegría, como tiene que ser cuando los trabajadores se reúnen porque hay un país más justo, porque hay una sociedad, porque hay un país que ha decidido reiniciar un camino de reconstrucción nacional, como recién decía Hugo, decisión nacional, economía al servicio del pueblo para un país más justo. Estas son las tres claves en las cuales podemos articular entonces hoy todos los argentinos, independientemente del lugar político ideológico que tengamos, ya que tenemos posibilidades de un presente mejor y un futuro con esperanzas y con ilusiones.
Yo quiero agradecer en nombre de todos los argentinos el esfuerzo que los dirigentes sindicales de este nuestro país están haciendo para darle sustentabilidad a un modelo económico social y cultural. No lo hacen de buenos, lo charlábamos en la última reunión que mantuvimos con los compañeros de la Confederación General del Trabajo, todos los que hoy estamos aquí sentados como dirigentes sindicales o como dirigentes políticos vivimos aquellos años 70. Tal vez en lugares diferentes pero ninguno de nosotros fuimos comentaristas o analistas, éramos militantes políticos que participábamos activamente en la vida del país y vimos cómo el país se desmoronó. Entonces, en ese aprendizaje histórico, de trabajadores y dirigentes políticos advertimos que cada vez que se tensiona de una manera la sociedad, cada vez que no podemos articular adecuadamente los intereses entre el capital y el trabajo, finalmente los que siempre especulan y quieren la riqueza de unos pocos y la miseria de muchos son los que terminan ganando.
Eso pasó en 1976 cuando se instaló un proyecto de decadencia, de atraso y de genocidio para el país, ese duro aprendizaje todos los hombres y mujeres lo hemos hecho. Por eso, con seriedad, con responsabilidad, con racionalidad, estamos construyendo esta economía de todos los días que necesita del aporte de todos. De los empresarios, que tienen que entender que debemos mejorar la distribución del ingreso; de los trabajadores también, que saben que tenemos que aportar para mantener la inversión, el crecimiento y la producción. (APLAUSOS) No es que haya uno más vivo que los otros, es que hemos hecho aprendizaje y aquí estamos, dando testimonio y aportando a la construcción de este país que ha dado un salto cualitativo y cuantitativo en mejorar la calidad de vida de los trabajadores.
Yo siempre digo que para poder tener mejores salarios es necesario que todos tengan trabajo, porque cuando las colas en las fábricas se llenan de desocupados, allí caen las condiciones laborales, y es entonces cuando debemos luchar para lograr un régimen de pleno empleo. Por eso, porque cuanto más empleo haya mejores condiciones de trabajo podrá haber para todos los argentinos, es que estamos dándole sustentabilidad a este modelo.
Quiero además decirles que siempre, como cuando era legisladora y lo recordaba Hugo hace unos instantes, ahora como Presidenta de los argentinos siempre estaré del mismo lado, del lado del pueblo, ni un centímetro más allá de los intereses del pueblo argentino. Es mi compromiso de vida, es mi compromiso político y es mi más intima convicción.
Finalmente, agradecerles a los compañeros de la Confederación General del Trabajo, al compañero Hugo Moyano, este magnífico acto que revela el grado de organización y participación de los trabajadores. (APLAUSOS)
Al mismo tiempo, argentinos y argentinas, en este mismo ámbito de trabajadores, donde siempre luchamos por la paz, quiero también como presidenta de todos los argentinos, convocar a toda la región latinoamericana al compromiso con la paz y con la liberación también de Ingrid Betancourt y los rehenes en Colombia.
Los argentinos somos solidarios, las argentinas queremos la paz y en eso vamos a seguir trabajando, todos y cada uno de los días, porque sabemos que debemos aprovechar este momento que vive la región, donde por primera vez los países emergentes estamos en un proceso de crecimiento, para que nada ni nadie intente perturbar ese crecimiento ni tampoco los liderazgos populares y democráticos obtenidos por el voto popular en nuestra región.
Por eso, hoy más que nunca, compromiso con la paz y con el trabajo, como siempre. (APLAUSOS)
Gracias, muchas gracias. Fuerza, a seguir trabajando, los quiero mucho, gracias. (APLAUSOS)