Señor ministro de Transportes de la República de Francia; señores Gobernadores de las provincias argentinas; señores Intendentes; amigos y amigas; argentinos y argentinas: creo que - como recién decía el señor ministro de Transportes de la República de Francia - no estamos asistiendo únicamente a un acto de comercio entre ambas naciones, en las cuales alguien vende y otro compra; tampoco creo que sea sólo una obra pública con altísima tecnología, sino que creo en serio, argentinos y argentinas, que estamos dando un salto importante a una modernidad diferente, a una Argentina diferente, que viene a complementar un desarrollo en materia de articulación vial, de comunicación, de transporte que estamos desarrollando fuertemente en todo el país y también muy fuertemente en la región de la provincia de Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba, nuestra pampa húmeda, nuestra pampa gringa, como le gusta decir a muchos, y que se complementa con tantísimas otras obras. Pero que esencialmente esto significa un paso diferente, porque muchas veces los argentinos - y esto creo que no lo he dicho por primera vez, sino que lo he repetido muchas veces - tenemos de nosotros mismos una visión de que muchas cosas no las podemos lograr o no se pueden realizar porque, tal vez, nos miramos con cierto grado de pesimismo y tal vez de subestimación.
Ayer, nuestro ministro de Economía, me comunicaba un dato relevante de la economía, habíamos cerrado las cuentas del año 2007 con 3,20 de superávit fiscal. No quiero relatarles los análisis de economistas o publicaciones que, durante todo el año y principalmente durante los últimos meses del año 2007, nos hablaban con pesimismo de las cuentas fiscales y de que prácticamente iba a desaparecer el superávit. Cabe señalar que el superávit que fijaba nuestro Presupuesto, aprobado por ambas cámaras del Parlamento argentino, lo colocaba en el orden del 3,15 o sea habíamos superado, hemos superado no el Gobierno sino los argentinos, porque en definitiva lo que hace el Gobierno es administrar los recursos de todos. Por eso los argentinos, no el Gobierno, hemos logrado una mejor administración de la que nos habíamos propuesto. Habíamos propuesto llegar a 3,15, el Parlamento había aprobado esa propuesta y allí estamos con un 3,20 para dar sustentabilidad a un crecimiento que además - números que recién me acaban de alcanzar - en materia de crecimiento industrial, de diciembre del año pasado a diciembre de este año, alcanzó los 9,9, casi el 10 por ciento en lo interanual; crecimiento del PBI de noviembre del 2006, a noviembre del año pasado (último dato) 9,6 de crecimiento.
Son datos que en definitiva hablan de lo acertado de un modelo económico, social, político y yo diría que hasta cultura, porque en definitiva optar por el trabajo, por la producción, por el esfuerzo no es solamente una decisión económica, política o institucional es esencialmente una decisión cultural.
La cultura es como decide vivir una sociedad, con qué instrumentos, cómo se va a desarrollar y eso hemos decidido los argentinos: apostar a la industria, al trabajo y a la producción.
Muchas veces, frente a iniciativas, como la que hoy estamos llevando a cabo, en cooperación con la República de Francia, que tiene altísima tecnología. Me tocó a mí viajar - y lo comentaba al señor ministro de Transporte - con mi hija, en el año 2006, en un tren de alta velocidad de la compañía, que es la que cubre el trayecto entre Madrid y Sevilla y realmente les puedo asegurar que es de una tecnología impresionante. Además de una practicidad porque, en definitiva, uno accede en el centro de la ciudad a una estación de trenes, tiene que llegar solamente un minuto antes de que parta del andén, como ustedes lo saben, y llega también al centro de la ciudad, a la cual decide ir, sin necesidad de trasladarse a los aeropuertos que por lo general están siempre en las afueras de la ciudad y usted requiere de media hora para llegar o más a un aeropuerto al otro y una hora, por los menos, de checking en cualquier aeropuerto.
Mi hija Florencia, que como ustedes saben es patagónica y tuvo el avión como instrumento de transporte, desde muy pequeña, me decía que le parecía mucho mejor, más atractivo y más cómodo viajar en tren. Ahora las compañías de aviación me van a matar, después de toda esta suerte de marketing que le estoy haciendo a los trenes. Pero lo cierto es que, además, el viaje en tren tiene aditamentos de disfrute personal, por lo menos, y de casi romanticismo diferente a los que puede tener viajar en avión. Y cuando hablo de romanticismo hablo en el verdadero y estricto sentido de lo que fue la filosofía de los románticos, fundamentalmente.
Pero lo importante, creo, es tener esa fe en que podemos hacer cosas que muchas veces, nos quieren demostrar que no son posibles entre nosotros mismos. No porque haya una conspiración entre nosotros mismos, sino porque, muchas veces, tenemos esa suerte de subestimación de nosotros.
Miren, yo quiero relatarles algo que hace algunos días leí y que me impresionó porque es un análisis que hace alguien que no es argentino. Ustedes saben que Google, esa importantísima empresa, radicó su oficina global aquí, en Buenos Aires. Yo conocí a uno de sus fundadores, Larry Page, que fue a visitarme a mi casa, en el Calafate, hace muy poco tiempo, un hombre de treinta y pico de años, cabezas más que importantes, se imagina, los que diseñaron Google, un monstruo en el verdadero y buen sentido de la palabra. Y le hacían un reportaje - el diario La Nación, para ser más precisos, a quien fue y es el jefe de la oficina global, aquí en Buenos Aires, que es un mexicano, Alvaro Alonso. Y le preguntaban acerca de cómo había decidido la instalación, nada más y nada menos, que había causado mucha sorpresa la instalación de Google global, aquí en la Argentina. Y él decía que, en realidad, muchos apostaban a que lo iba a hacer en México, pero luego de viajar muchísimo por el país, varias veces, de conocerlo, de conocer sus recursos humanos, sus perspectivas habían decidido hacerlo aquí en Argentina. Entonces, la periodista le pregunta si se habían instalado aquí por los costos o sea por la diferencia del tipo de cambio, competitiva, los costos. Y él respondió que no, que sería irresponsable hacerlo por los costos porque una región que siempre está sometida, como Latinoamérica, a cambios en cuanto a ciclos de crisis o de crecimientos económicos, apostar en Google únicamente por los costos, además de desacertado hubiera sido altamente irresponsable.
Pero la periodista no se quedó ahí e insistía con que no podía ser porque éramos buenos o porque teníamos recursos humanos, pero y porqué entonces, dice, prima la interpretación de que ustedes de han radicado aquí por otras razones y no por los costos. Y aquí si quiero tomarme la licencia de leerles textualmente la respuesta de este mexicano que dice: "En mi experiencia hablar bien de la Argentina, frente a argentinos, es difícil. No me dejan, siempre parecen encontrar razones para plantear lo contrario, este ‘fenómeno tango' (textual del mexicano, acota la Presidenta) es muy típico en la Argentina. Les es más creíble que nos hayamos instalado aquí, en la Argentina, por costos y no por las otras razones por las que hemos platicado: recursos humanos, condiciones, infraestructura, etc".
Y yo me quedé pensando en esto del "efecto tango" - usted sabe ministro - el tango es la música emblemática de la región rioplatense, no de la Argentina únicamente, más allá de que sea muy for export, pero por suerte, además del tango tenemos la chacarera, la zamba, cosas que normalmente levantan el espíritu y hace que todos los argentinos, en definitiva, no sólo los de la ribera rioplatense, tengamos esa cosa del "efecto tango". Así que yo creo que esta visión de un hombre, que no es compatriota nuestro, que es un empresario mexicano, latinoamericano como nosotros, tiene de nosotros mismos, eso del "efecto tango" me quedó repiqueteando. Entonces, propongámonos los argentinos que, además del tango, con eso de nostalgioso y muchas con cierto dejo de que las cosas no nos van tan bien o que está todo demasiado cambiado, propongámonos también, de vez en cuando, una chacarera, una zamba, optimismo, fuerza, creencia de que podemos hacer las cosas si nos ponemos a hacerlas, si nos ponemos a trabajar y no a desestimar y a desarmar cada una de las iniciativas que se nos presentan.
Lo importante, frente a todos los proyectos, este que es emblemático y que significará un ingreso de la Argentina a la modernidad, como la pensaron otros cuando imaginaron otras que también nos parecían. Yo comentaba recién con un amigo, antes de ingresar aquí sobre Puerto Madero, esa región maravillosa que tiene la Ciudad de Buenos Aires, fue también, cuando se pensó, en eso como una región de la ciudad, fuertemente criticada. Si mal no recuerdo, las crónicas periodísticas pueden dar fe, tal vez, de eso y hoy es una de las regiones más desarrolladas y más valorizada de esta maravillosa Ciudad de Buenos Aires.
Entonces creo, como lo dije hace muy poco tiempo, lo importante frente a todos y cada uno de los proyectos, que los argentinos abordemos es esa cosas positiva, esa cosa de trabajar para afrontar las dificultades, superarlas y entonces construir no solamente esta obra de la modernidad, sino una Argentina distinta de la modernidad en donde todos, pensemos como pensemos, cualquier sea nuestro espacio político e ideológico, tengamos el objetivo, por sobre todas las cosas, de poner a la Argentina en el lugar que nos merecemos todos los argentinos.
Por eso, con mucho beneplácito, por una obra de este tamaño, con el compromiso de todos para que las cosas puedan realizarse y llevarse a cabo, es que realmente, hoy, hemos dado un paso muy importante. Debemos dar más todavía, debemos articular todo el proceso e instrumentar toda la parte de financiamiento, el Ministerio de Economía va a trabajar, también, fuertemente en ello. Contamos, también, con que podamos colaborar, conjuntamente con el Gobierno de Francia, para poder articular todos los instrumentos necesarios y poder, finalmente, demostrarnos no solamente a los hombres y mujeres de otras latitudes que venga aquí a vernos, como diría, sino también por sobre todas las cosas - argentinos y argentinas- a nosotros mismos, que cuando nos ponemos un objetivo somos capaces de alcanzarlo.
Muchas gracias y tengan ustedes muy buenas tardes.