El presidente Alberto Fernández encabezó este mediodía el acto de inauguración de la Casa de los Premios Nobel Latinoamericanos, que funcionará en el barrio porteño de San Telmo con el propósito de dar a conocer la historia de los ganadores de este galardón en el continente y promover actividades educativas vinculadas a los derechos humanos.
La sede ocupará un edificio cedido por Adolfo Pérez Esquivel a la Universidad de Buenos Aires, de la que dependerá su administración. El espacio funcionará como un museo que exhibirá la obra y atesorará condecoraciones, obras de arte y archivos de los 17 premios Nobel que tiene América Latina.
“Los Premios Nobel son personas que nos llenan de orgullo. Todos pasaron por nuestra Universidad y en cada uno de ellos hay un modelo a seguir de vocación científica, de dedicación al derecho, a la búsqueda de paz e igualdad”, destacó Fernández durante la ceremonia, que contó con la presencia de Adolfo Pérez Esquivel, Premio Nobel de la Paz en 1980, y Alberto Barbieri, rector de la Universidad de Buenos Aires (UBA).
También estuvieron presentes familiares de los otros cuatro argentinos laureados: Carlos Saavedra Lamas (Nobel de la Paz en 1936), Bernardo Houssay (Nobel en Medicina en 1947), Luis Federico Leloir (Nobel de Química en 1970) y César Milstein (Nobel en Medicina en 1984).
“Los Premios Nobel son modelos para todos nosotros. Pasa el tiempo y siguen siendo nuestro orgullo”, valoró el Presidente y agradeció a Pérez Esquivel “por su generosidad, su permanente entrega y su humildad”.
El mandatario indicó que “es muy importante que esta casa sea la que contenga la historia de los Premios Nobel porque ésta fue la casa de la resistencia; acá estaba Adolfo combatiendo y pidiendo por la libertad y por los derechos de los perseguidos por la dictadura”.
Y remarcó: “Adolfo nunca cesó en esa lucha y hoy va mucho más allá: lucha por la reivindicación del ser humano; para devolverles a todos y a todas la dignidad que el ser humano merece”.
“Estoy muy contento de que un sueño se hizo realidad”, dijo Pérez Esquivel en el inicio del acto y subrayó: “Quería que esto vuelva al pueblo, y nada mejor que a la Universidad de Buenos Aires; ustedes son los custodios de lo que voy a hacer entrega”.
Y a continuación le pidió a Alberto Fernández que entregue junto a él su medalla y el diploma al rector de la UBA.
En tanto, Barbieri afirmó que esta casa “es un legado a las próximas generaciones” y resaltó: “Que esté Alberto acá es una demostración de lo que significan para él el conocimiento, el compromiso de la universidad pública, el desarrollo de la educación y el compromiso con las cuestiones sociales y la defensa de los derechos humanos. Y esta casa representará de ahora en más este símbolo”.
La Cámara de Diputados declaró de interés nacional esta iniciativa, que contará además con una propuesta interactiva y promoverá actividades educativas de capacitación y difusión de temáticas vinculadas a los derechos humanos.
Ubicada en México 479, esta antigua casa de 1875 fue el lugar físico donde comenzaron a referenciarse las iniciativas y propuestas que Pérez Esquivel impulsó junto a diversas organizaciones sociales y religiosas del continente, y durante los últimos años fue sede del Servicio Paz y Justicia (Serpaj).