Declaración conjunta del Presidente Javier Milei y el Secretario del Tesoro de los Estados Unidos, Scott Bessent, en Casa Rosada

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Declaración conjunta del Presidente Javier Milei y el Secretario del Tesoro de los Estados Unidos, Scott Bessent, en Casa Rosada

Javier Milei: Buenas tardes a todos. Antes de comenzar quiero agradecer y dar la bienvenida al Secretario del Tesoro de los Estados Unidos Scott Bessent, a quien tenemos el placer de recibir en la República Argentina y a quien agradecemos profundamente el apoyo que nos ha dado en el Fondo Monetario Internacional, en el Banco Mundial y en el BID para que Argentina pudiera acceder a este financiamiento que ha sido la base para poder marcar un día histórico en la historia argentina, que es la salida del cepo y que sienta las bases de la Argentina grande, volviendo a crecer y es por eso que también nosotros llamamos a este día, el día de la liberación.

Así es que quiero agradecer profundamente el apoyo que nos ha brindado y el énfasis y lo enfático, que me consta, que han sido para que esto sea posible. Así es que el nombre de mí mismo como Presidente, de mi gran equipo, de los argentinos presentes y las generaciones futuras, muchísimas gracias Secretario y muchísimas gracias también al gobierno liderado por Donald Trump.

Que un funcionario de su calibre, entre tantas solicitudes de reunión que tiene hace semanas, haya elegido venir a nuestro país marca un cambio de era en la cooperación entre ambos estados. Confiamos en que el buen entendimiento que estamos construyendo entre nuestras administraciones será provechosa para ambas naciones. Argentina y los Estados Unidos comparten una gran afinidad, ambas naciones son hijas de la civilización occidental, abanderada de los derechos fundamentales a la vida, la libertad y la propiedad privada y ambas pertenecemos también al nuevo mundo, al joven continente americano que tiene sus propias cualidades. Somos herederos de los aportes de distintas culturas y tradiciones y llevamos en nosotros el espíritu pionero de nuestros antepasados que cruzaron el océano. En el siglo XIX, durante un período la Argentina y los Estados Unidos compartíamos una misión común, cada uno era en su respectivo hemisferio, nos convertimos en grandes potencias del continente y marchamos a la vanguardia de la región llevando la antorcha de la civilización.

Pero muy a pesar nuestro, en un momento la Argentina perdió el rumbo, una larga lista de políticos enceguecidos por el socialismo aplicaron un sinfín de ideas equivocadas que no se empobrecieron brutalmente y encontraron en Estados Unidos un chivo expiatorio para los males que ellos mismos habían generado en vez de un potencial socio con el cual crecer juntos. Esta actitud equivocada encontró su pináculo en 2005 cuando le dimos la espalda a un acuerdo de libre comercio con los Estados Unidos y perdimos la oportunidad de adelantar 10 años el desarrollo nacional. Sin embargo, esto no se limitó a la República Argentina, similares experiencias tuvieron lugar en Venezuela, Bolivia, Ecuador e incluso Brasil en menor medida, producto de política socialistas escondida bajo un nacionalismo meramente retórico muchos de esos países terminaron destrozados, empezando por Venezuela que es una gran villa miseria, además de una cárcel a cielo abierto o Bolivia que también ha encontrado el límite material de su modelo socialista y que paulatinamente se está deteriorando.

Pero el mundo ya no es el mismo de hace 20 o 10 años, hoy el mundo está cambiando después de décadas de acumular tensiones el orden global tal como lo conocíamos se está reconfigurando, el gran debate global que ha abierto el Presidente Trump está haciendo que se discutan desequilibrios comerciales de muchos años en pos de un rediseño más justo. Él entiende correctamente que hace falta corregir las distorsiones existentes y bregar por un sistema comercial donde todos jueguen con las mismas reglas, exento de abusos y prácticas comerciales injustas. De hecho, hoy Argentina está viviendo su propio día de la liberación, tras 15 años de control de capitales hoy nos hemos deshecho para siempre de ese yunque al que estábamos encadenados para retornar de una vez por todas a un sendero de crecimiento sostenible. Nosotros entendemos los momentos de cambio no como una amenaza sino como un desafío y una oportunidad tanto para Argentina como para el resto de la región. En este contexto, creemos que los semejantes tienen que trabajar juntos, tanto para prosperar como para protegerse mutuamente por eso la Argentina tiene la intención de ser un aliado firme de los Estados Unidos en la región y, de hecho, ha sido el primero de todo se manifestar este compromiso y sostenerlo confiablemente en todas las instancias diplomáticas.

A nivel comercial, entendemos la propuesta de aranceles recíprocos que elaboró el Presidente Trump y estamos listos para firmar un acuerdo comercial en dicha línea que sin dudas beneficiará, tanto los Estados Unidos como la Argentina, porque una mayor integración comercial significa nada más ni nada menos, que los ciudadanos de ambas naciones puedan acceder a bienes y servicios de mejor calidad a un mejor precio. No obstante, entendemos que la sociedad que estamos forjando con los Estados Unidos tiene que ir más allá de profundizar nuestras relaciones comerciales. Cuando Europa fue devastada por la Segunda Guerra Mundial, los Estados Unidos fueron al rescate del viejo continente, lo hicieron porque comprendían que si Europa continuaba cayendo por el abismo podía arrastrar al resto de occidente consigo dejándolo a merced del comunismo y que era imperativo fortalecer a sus aliados para asegurar su propia fuerza. Hoy América Latina también está devastada, hace décadas que nuestras regiones asediada por el virus del socialismo fundamentalmente la dimensión económica, donde ha dejado un tendal de inflación y miseria en Venezuela, Argentina y otros países, pero también en la dimensión social y cultural donde gobierna el socialismo condena a los pueblos al fracaso.

En suma, la región es vulnerable y muchas naciones que le dieron la espalda a los Estados Unidos durante las últimas décadas hoy podrían encontrar un beneficio mutuo en la reconciliación como es el caso de Argentina. Por eso las raíces de las semillas plantadas en esta nueva relación entre los Estados Unidos y la República Argentina deben ser lo suficientemente fuertes como para poder expandirse en toda la región. Del mismo modo que los Estados Unidos fueron un faro para todo el continente y también para todo el mundo durante el siglo XX, Argentina está determinada a volver el ser el faro de luz que necesita América del Sur después de ser sometida a tanta oscuridad.

Para finalizar, quiero recalcar que este trabajo mancomunado entre nuestros países será instrumental para que ambas naciones vuelvan a sus años dorados. Porque tal como el Presidente Trump asumió del compromiso de hacer a los Estados Unidos grande nuevamente (“Make América Great Again”), nosotros también le hemos prometido a nuestro pueblo que haremos a la Argentina grande nuevamente: We are make Argentina great again. Y confiamos en que la colaboración nos ayudará a ambos a llegar a puerto. Nuevamente muchas gracias al señor Secretario Bessent por su visita. En un momento tan trascendental para la Argentina, para Estados Unidos y para todo el mundo, agradecemos profundamente su manifiesto compromiso con nuestro Gobierno y nuestras políticas. Dios bendiga a la Argentina, Dios bendiga a los Estados Unidos y a todos los pueblos del cielo y que las fuerzas del cielo nos acompañen. Muchísimas gracias a todos.