Palabras del Presidente de la Nación Javier Milei, luego de recibir un reconocimiento de la Asociación de Dirigentes de Marketing, en Montevideo
Hola a todos. Muchas gracias ADM por esta distinción, por estos regalos y, hoy, voy a dar una charla ligeramente distinta, una charla a la que no están acostumbrados a escuchar de mí y la charla – básicamente - lo que va a hacer es contar cómo nos hicimos amigos con Óscar. Después, básicamente, voy a hablar de la ópera “Nabucco” y el valor que tiene para un libertario la ópera “Nabucco”. Después voy a hablar de uno de los tres seres más imponentes y maravilloso que pisaron esta tierra, que ha sido Moisés. Así es que – básicamente- ese es el formato de la charla que he diseñado para hoy y lo que esto implica, también, para las ideas de la libertad.
La única reflexión que voy a hacer - en términos de economía, estrictamente - es la que voy a hacer ahora y es que, básicamente, el crecimiento económico depende de las instituciones. El eje central son las instituciones porque esas instituciones lo que están plasmando es el entramado y las bases morales, de una sociedad. Por lo tanto, cuando una sociedad abraza valores como la envidia, el odio, el resentimiento, el trato desigual frente a la ley o hasta el asesinato, que es lo que hace el socialismo, termina en una catástrofe siempre, inexorablemente porque va contra la naturaleza humana y va contra lo mejor de la naturaleza humana.
Pero, por otro lado, cuando abraza las ideas de la libertad se prospera, porque el liberalismo es el respeto irrestricto del proyecto de vida del prójimo, basado en el principio de no agresión y en defensa del derecho a la vida, a la libertad y a la propiedad. Y cuando ustedes abrazan esos valores solamente se puede ser exitoso sirviendo al prójimo con bienes de mejor calidad o mejor precio. Es decir, aquellos que son exitosos, en realidad, son benefactores sociales. Por lo tanto, es fundamental el conjunto de valores, que abraza una sociedad. Por eso, ustedes - si han tenido la oportunidad de escuchar algunos de mis discursos internacionales - hago siempre la reflexión de abrazar los valores, de Occidente, los valores que lograron la mayor hazaña civilizatoria, que se pueda tener de idea y que - justamente - la base de esos valores es Israel.
Por eso, también, el formato de mi política internacional. Porque, si no entendemos la lucha civilizatoria que se está dando, no entendemos lo que está pasando en el resto del mundo y no sabemos a lo que nos estamos conduciendo. Por algo, digamos, el marxismo cultural y la izquierda se asocian, con el terrorismo, y atacan justamente a nuestra base civilizatoria, porque es la forma de destruir los valores, de Occidente.
En ese sentido - cuando yo, en mi otra vida - cuando era un economista serio, solía dar reportajes. Un día, me hizo una nota Oscar y, en una de las veces que nos vimos, nos pusimos a hablar de ópera. Una de las cosas que me propuso Oscar fue que fuera una vez, por semana, a su programa a hablar de ópera. Entonces, yo elegía una ópera, elegíamos tres arias y hablaba de esa ópera y hablaba, básicamente, de toda la historia de esa ópera y de los valores que transmitía. Y, en ese sentido, la ópera más emblemática, la que a mí más me marcó, por un hecho absolutamente casual, porque, de vuelta, el orden espontáneo juega. Y, por una cuestión azarosa, un amigo hizo su cumpleaños, en una trattoria lírica - que se llama: “Positano, la trattoria” - y, de repente, se apagan las luces y entran un montón de personas con capas, máscaras, y demás, y empiezan a hacer el “Va pensiero”. Y entonces quedé muy impactado y la primera ópera, que escuché en mi vida, fue “Nabucco”.
Y después, como que me radicalicé, como siempre. Entonces, para mí, “Nabucco es una ópera mucho más importante que haber sido la primera ópera que escuché. Y por eso te digo: al margen de la belleza de la ópera, desde lo estético, desde lo musical, desde el plano que quieran, me parece que es muy interesante conocer la historia, que está detrás de esa ópera y lo que implica, en términos de la libertad. La ópera “Nabucco”, que fue escrita por el maestro Giuseppe Verdi, es la tercera ópera de Verdi. Verdi era un joven maestro, que hace una primera ópera, en La Scala, y resulta un éxito rotundo. Luego hace una segunda ópera y - entre una cosa y la otra - con la mujer, del dueño de La Scala...pasaron cosas. Pero el señor Verdi estaba casado. Mientras estaba componiendo su segunda ópera, muere su hijo y también su mujer. Evidentemente, en ese contexto, la ópera de Verdi no fue, claramente, una de sus mejores obras, y la ópera se convierte en un verdadero fracaso. Como consecuencia de ello, Verdi se queda diezmado de ingresos, por lo que había gastado en la atención de su mujer y de su hijo, y, entonces, estaba muy mal económicamente, a punto tal que vendía su ropa para poder comer. Es decir, estaba en una situación absolutamente extrema. Y, un día - viajando en el carruaje, el dueño de La Scala y su mujer - se acerca un escritor y le da el libreto, de “Nabucco”. Y, entonces, la mujer le dice a su pareja – insistentemente - que la ópera se la diera el joven maestro Verdi. Y el señor - luego de la pérdida que había tenido con la segunda ópera de Verdi - no lo quería ver a Verdi ni en foto. Pero, bueno, la mujer parece que tenía gran poder de convicción y la ópera, efectivamente, se la dieron a Verdi. La ópera “Nabucco”, básicamente - en el fondo - es una ópera de protesta, porque la ópera narra la ocupación, de Israel, a manos de los asirios, o sea, a manos de Babilonia. Y en ese momento, Italia estaba ocupada por los austrohúngaros.
La ópera traza un equivalente, una analogía, un paralelo, entre la ocupación de Israel a manos de Babilonia, y la ocupación de Italia a manos de los austrohúngaros. De hecho, sin lugar a dudas, uno de los personajes más imponentes - desde mi punto de vista - en la ópera... se pueden fascinar con el que quieran, pero a mí hay un personaje, que me impacta enormemente que es el caso de Zacarías. Zacarías - vendría a ser - como el rabino principal, y el mensaje es impresionante porque es el que está todo el tiempo arengando al pueblo a no bajar los brazos. Y no baja los brazos, y no baja los brazos, y no baja los brazos. Es muy fuerte el mensaje, de Zacarías, pidiendo al pueblo que siga sosteniendo la pelea, que la libertad, de algún modo, iba a llegar. Obviamente, la ópera después es como una ópera y algunas cosas son muy difíciles de poner el formato de la ópera. Entonces no puede hacer que se muera Nabucco, que venga Ciro, y que Ciro el Grande sea quien le devuelva la libertad, a Israel.
Pero es muy interesante el recurso metafórico que usa Verdi para esto. Porque, básicamente, en un momento Nabucco cae, en una suerte de herejía, y donde exige a todos que se postren frente a él, porque él no era solamente el Rey de Babilonia, el Rey de los Asirios, sino que él era Dios y ahí le cae un rayo y lo deja tirado. Al margen de esa situación, que básicamente después empieza la reconstrucción de la historia y al personaje lo libera el pueblo de Israel, justo cuando estaba al borde de ser exterminado. Es cuando viene el “Va, pensiero”. Pero bueno, es un recurso metafórico que utiliza Verdi para no estar explicando, todo este tipo de cosas, vinculadas a la historia, para mantenerlo atractivo. En ese contexto - cuando suena el “Va, pensiero” - la gente internaliza plenamente lo que estaba transmitiendo el “Va, pensiero”, y era la esperanza de los italianos de poder liberarse, de los austrohúngaros.
A punto tal, es tan clara la metáfora, que la gente empieza a sacar las banderas y a gritar: "¡Viva Verdi!" No tanto por Verdi, sino porque en las paredes escribían: "¡Viva Verdi!", porque era "Vittorio Emanuele, Rey de Italia”. Por eso, la galería que está enfrente, o si ustedes quieren, La Scala está detrás, de la Galería Vittorio Emanuele, justamente por eso. Y en ese contexto, empiezan a sacar banderas y a gritar: "¡Viva Verdi!". ¿Quién estaba en el teatro? Estaba el rey de los austrohúngaros. Entonces, frente al revuelo que había, que le estaba complicando sus cuestiones gubernamentales - por decirlo de alguna manera -, llama al máximo general y le dice: "Vaya y meta preso a Verdi". Entonces va a meterlo preso a Verdi, pero, después de un rato, vuelve sin Verdu. Entonces, el rey de los austrohúngaros le pregunta: "¿Pero no le dije que trajera a Verdi? ¿Por qué no trajo a Verdi?" “Porque está dirigiendo la ópera”.
Entonces, obviamente, la idea era meterlo preso, cuando terminaba la ópera, pero la gente se lo llevó en andas. Algo parecido a lo que pasa, en una película de Sylvester Stallone, que se llama “Escape a la victoria”. Y no es casualidad. Es la que hacen los prisioneros que juegan un partido de fútbol y salen liberados y la gente los termina liberando. Y no es casualidad, porque esa película eran los nazis contra los aliados. Y cuando le quieren robar el partido, cobrando un penal ilegal, la gente empieza a cantar “La Marsellesa” y cuando Stallone ataca el penal, se lo llevan en andas. Digo Stallone comprende plenamente la batalla cultural, si no miren “Rocky 4” y vean plenamente de qué se trata. Después - de hecho - cuando Verdi muere, en 1901, él quería que nadie se enterara, quería que su velorio fuera una ceremonia muy reservada, pero la gente se enteró y entonces fue y se llevó al féretro y se lo llevó cantando, el “Va pensiero”, hasta el cementerio. Por eso, durante mucho tiempo fue el himno de Italia y cuando se reconstruye tiene el himno, que tienen ahora. De hecho, hay algunos que están pidiendo que el himno de Italia vuelva a ser el “Va pensiero”. Es decir, que es una historia vinculada a la libertad y la historia vinculada a la libertad, que está atrás, en la historia del pueblo, que más testimonio ha dado de la lucha por la libertad, el pueblo más perseguido de la historia, y que siempre logró imponerse. No hubo grande que no intentara destruir a Israel, y no pudieron. Es increíble, más fuerza del cielo imposible.
Por lo tanto, ahora voy a entrar en la tercera parte, que es la discusión sobre Moisés y lo que fue la salida, de Egipto. Una de las cosas maravillosas que me pasaron - durante la campaña - es que yo usé como búnker un hotel. Un hotel que pertenece, a un gran amigo, que se llama Eduardo Elsztain, y el hotel se llama: "El Libertador". Casualmente, los colores son violeta, que también son los colores de La Libertad Avanza. Obviamente, "El Libertador" es una referencia a Moisés. ¿Por qué es importante? Porque una vez que Moisés recibe, el mandato de Hashem, el Creador, para liberar a su pueblo… Moisés era tartamudo, hay cosas que, salvo que sean estudiosos, no lo saben. Entonces, le dice: "¿Cómo voy a hablar yo, si tengo problemas para hablar?". Y entonces le dice: "Bueno, anda con tu hermano”. O sea, anda con Aarón. Es muy interesante porque, cuando Moisés - junto con Aarón - se paran frente al faraón, es muy interesante, porque todos los que los habían acompañado... ¿saben qué pasó? Se fueron todos. Lo dejaron a Moisés y Aarón solos, con el Faraón.
Y, ahí, Moisés le dice, al Faraón, que libera su pueblo. Es como que venga alguien, con su hermano, va ahí y se para frente a lo que sería la suma de China, Estados Unidos y Rusia y le diga: “me liberas porque mi pueblo merece ser libre”. Y, obviamente, que el faraón no accedió. Entonces, ahí fueron cayendo las distintas plagas sobre Egipto. A punto tal que, en un momento - después de la plaga que se lleva a los primogénitos - el Faraón cede y deja que se vaya. Ahí también hay algo muy interesante porque, para tener idea de lo difícil que es pelear por las ideas de la libertad; todos creen que salió todo el pueblo hebreo, de Egipto, y eso es falso. En la Torá consta que, solamente, uno, de cada cinco salieron. Es decir, solamente el 20% de los hebreos dejaron Egipto. Es decir, prefirieron el pescado gratis. Por eso hay una frase maravillosa, de Milton Friedman, que está en una pared en Chicago, Friedman era judío polaco que dice: “No hay tal cosa como un almuerzo gratis”, porque el almuerzo gratis era el pescado gratis, el pescado gratis era la esclavitud en Egipto. O sea, ustedes tenían pescado gratis, pero - a cambio de eso - pierden la libertad.
Es decir, no hay nada que sea gratis. Cada vez que el Estado dice que les va a regalar algo, les está quitando libertad. Por eso, yo soy anarcocapitalista porque odio al Estado, porque el Estado es una asociación criminal violenta, que vive de una fuente coactiva de ingresos, que son los impuestos. De hecho, ¿qué es la esclavitud? Un impuesto del 100%, que no es muy distinto de lo que es el comunismo. Entonces - en ese contexto - el pueblo hebreo sale de Egipto, y acá también hay otra lección muy importante para asimilar.
Yo recuerdo que estaba dando, una conferencia - en el Llao - y justo la parashá - de esa semana - era sobre el cruce del Mar Rojo. Entonces, muchos tienen la idea de que el cruce del Mar Rojo era algo, que Moisés agarró, golpeó el báculo y se abrió. Bueno, no, no fue así. En realidad, tiene varias partes ese evento. Una vez que golpeó 72 veces el báculo, porque son los 72 nombres del Creador, es un ritual judío, que – básicamente - consiste en nombrar los 72 nombres del Creador.
Y la gente no cruzaba. Y, entonces, Moisés le decía a uno: “che, abrí el agua” y el otro dice “no, que vengan fe, que crucen”. Habían visto como las plagas estaban destrozando a los egipcios. Cuando estaban acorralados contra el mar cayeron bolas de fuego y los egipcios no podían avanzar. Entonces, les decía, que avancen, que tengan fe. Sin embargo, pedían que se abriera el agua, o sea no tenían fe, a pesar de todo lo que habían visto no tenían Fe. Y, entonces, Naasón, el príncipe heredero, empieza a meterse adentro del mar. Y cuando ya tenía el agua hasta acá y, desde el otro lado, venían los egipcios a hacer una carnicería, tenía que elegir: o volver y ser parte de la carnicería, que traían los egipcios, por decir de alguna manera, o arriesgarse y tratar de cruzar. Y cuando Naason da el paso para adelante, porque va a arriesgarse, porque va a luchar por la libertad, en ese momento, es cuando se abre el agua. Es decir, ganar la libertad no viene de regalo, hay que ganarla y hay que arriesgar. Es decir, la libertad no está regalada, hay que ir y pelearla, hay que ir a buscarla. Y es así que se abren, el Mar Rojo, y pasan y cuando termina de pasar, con todos los egipcios adentro, se cierra y les generó un huraco a los egipcios enormes. Ahora, ¿terminó ahí la cuestión? No. La realidad es que ir, desde el Mar Rojo, hasta donde está Israel, no son más que 6, 7 días. Sin embargo, se tardó 40 años y eso también tiene un sentido. Porque, básicamente, se tardó 40 años para que todos los que habían nacido - en Egipto - no entrarán en la Tierra Prometida, porque llevaban en ellos la esclavitud. Entonces, tenían que ser personas que ya hubieran nacido en libertad. Por eso son los 40 años.
Y tampoco fue tan fácil porque, a pesar de todo lo que había ocurrido, Moisés no estaba libre de críticas. Porque a pesar de todo lo que habían vivido, había críticas a Moisés. Por ejemplo, si Moisés se levantaba temprano, decían que estaba peleado con Séfora, su mujer; si se levantaba tarde, decían que estaba regañando y si se levantaba en punto, decían que se levantaba en punto porque no tenía nada que hacer. Así que, cuando dicen que yo no acepto la crítica, no es que no acepte la crítica. ¿Cómo no voy a aceptar la crítica? Si criticaban a Moisés, a mí me valen todas las de la ley. Lo único que pido es que, cuando me critiquen, lo hagan con la verdad, no con la mentira. Y no sólo eso. No sólo fue duramente criticado, sino que, además, tuvo que enfrentar rebeliones, como lo que ocurrió con Koraj. Básicamente, una de las cosas, que ocurre - en un momento - uno de los generales se rebela contra Moisés y le dice: "¿Por qué sos vos el que tiene el poder? ¿Por qué no otro?". Entonces dice: "Bueno, ok, mañana esto lo hablamos". Y se organiza toda una revuelta para desplazarlo a Moisés.
Cuando eso ocurre; al otro día, se abre la Tierra y se los traga la Tierra, y desde la Tierra gritaba: "Moisés tenía razón". Se cierra y sigue el camino. Por lo tanto, lo interesante de haber hecho esto y contado esto es el valor de la libertad. Quiero contarles lo importante de los valores de Occidente, porque los valores de Occidente son los valores de la libertad, y que, si nosotros abrazamos esos valores, que son los del capitalismo de libre empresa, vamos a prosperar, vamos a poder tener un futuro maravilloso. No sólo eso, también entender que, aun cuando ocurran cosas milagrosas, va a haber una parte que no quiere, que tiene miedo. O sea, la libertad implica también un acto de coraje y que, además, ese camino tampoco es un camino llano, porque van a ser criticados y también van a ser traicionados. Pero lo más importante es - como dice Sylvester Stallone - lo más importante es en la vida seguir avanzando a pesar de los golpes que a uno le tiran.
Porque yo lo decía ayer en una charla de liderazgo: miren, es mucho mejor llorar porque lo intentaron y fracasaron que arrepentirse por no haberlo intentado. Por lo tanto, frente a todas las adversidades, peleemos por las ideas de la libertad, porque si no lo hacemos, lo vamos a lamentar. Si sale mal - por lo menos - lo intentamos, pero si sale bien, vamos a dejar un mundo muchísimo mejor.
Muchísimas gracias y ¡viva la libertad, carajo!