Declaración conjunta del Presidente de la Nación, Javier Milei, y la Primer Ministro de Italia, Giorgia Meloni, en visita de Estado a nuestro país, desde Casa Rosada

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Declaración conjunta del Presidente de la Nación, Javier Milei, y la Primer Ministro de Italia, Giorgia Meloni, en visita de Estado a nuestro país, desde Casa Rosada

PRESIDENTE. - Buenos días a todos. Quiero agradecer a la presidenta del Consejo de Ministros, Giorgia Meloni, por acompañarnos – hoy - aquí y darle una cálida bienvenida, en nombre de todos los argentinos. El siglo XX convirtió a los italianos y a los argentinos en pueblos hermanos con un linaje común y lazos de sangre profundos, que ya datan de varias generaciones. Así que quiero decirle - a usted estimada Georgia y a toda su delegación - que no sólo están entre amigos, sino que están en familia. Esta es su casa y espero que se sientan cómodos y sepan que siempre serán recibidos de esa manera.

La Argentina e Italia han tenido una relación ambivalente, a lo largo de estos últimos 200 años, pero son innegables los lazos de sangre, que nos unen como pueblos. Culturalmente somos pueblos hermanos. Sin embargo - durante décadas - no hemos tenido más que una relación de respeto y amistad, que no ha sabido aprovechar esos lazos de sangre. Hoy nos reencontramos con dos administraciones afines, que reconocen desafíos comunes - cada una, desde su propio lugar - y tenemos la oportunidad histórica de estrechar nuestros lazos para así construir una relación especial, entre nuestras naciones no solo por nuestros vínculos pasados, nuestra cultura, nuestras aflicciones, sino también por nuestros valores compartidos. Valores que hoy - lamentablemente - escasean en el mundo occidental. Frente al sinsentido económico y los avances sobre los derechos de propiedad, nosotros defendemos el comercio libre, la sensatez y la propiedad privada a rajatabla.

Ante organismos internacionales escleróticos, nosotros defendemos la soberanía de nuestras naciones; ante un sinfín de regulaciones que pretenden dictar cómo vivir cada ciudadano, nosotros queremos recuperar la libertad; frente al flagelo del crimen organizado, nosotros entendemos que la solución está en ser inclementes con el delito y apoyar a nuestra fuerza de seguridad en vez de excusar a los delincuentes como hacen otros, frente a la ideología de género - tan de moda, en Occidente, en la última década - abogamos por el respeto irrestricto del derecho a la vida y la defensa de la familia como elemento central de la sociedad. Y ante la enfermedad del alma, que es el virus woke, nosotros pedimos restaurar el sentido común y volver a los valores, que comparten la gran mayoría de los ciudadanos del mundo occidental, valores que - dicho sea de paso - en buena medida fueron forjados en la Antigua Roma.

Además, creo que la Primer Ministro Meloni y yo tenemos algo en común, en una dimensión que es política, pero también es personal. Los dos fuimos elegidos para conducir los destinos de nuestro país, por abordar con coraje, verdad y sin tapujos lo que podríamos llamar el problema central de cada una de nuestras naciones. En mi caso: terminar con la inflación rampante y la miseria profunda, que dejaron en la Argentina, décadas de colectivismo. En el caso la Primer Ministro Meloni, darle una respuesta contundente al problema de la inmigración descontrolada y sus consecuencias en la seguridad ciudadana.

Hay pocos presidentes, del mundo, que se animan a decirle la verdad a la ciudadanía y enfrentar sin cuartel los problemas estructurales de sus países; esos se pueden contar con una mano. Y - como los dos sabemos bien - hacerlo no es gratuito, pues fuimos y somos castigados por el establishment por nuestras acciones y opiniones, porque ellos prefieren administrar la decadencia antes que asumir el riesgo de construir las soluciones.

Nosotros vamos a soportar. ¿Por qué? Porque sabemos que, a la larga, vamos a prevalecer. Aunque ellos jueguen con ventajas, vamos a prevalecer. Porque los que están peleados con la realidad son ellos; los que defienden ideas foráneas a nuestros pueblos son ellos y porque a nosotros nos motiva una causa noble: que nuestros ciudadanos se sientan orgullosos de ser argentinos e italianos; darles un horizonte de progreso a generaciones enteras, que perdieron la esperanza y restituirles a nuestras naciones sus laureles de gloria.

Sé que cada uno - desde su lugar - está trabajando sin descanso para lograrlo, y espero que, a todos los esfuerzos, que hacemos por separado, podamos sumarle también un trabajo conjunto, colaborando entre semejantes, entre quienes tenemos objetivos comunes, no solo Italia y Argentina, sino también otros países del mundo libre, que comparten nuestros valores. Una alianza de naciones libres, unidas en contra de la tiranía y la miseria. Porque hoy Occidente está bajo un manto de tinieblas y exige que quienes defendemos la libertad - aunque todavía seamos pocos - echemos luz y marquemos el camino. Porque como siempre digo: la victoria de la guerra no depende de la cantidad de soldados, sino de las fuerzas que vienen del cielo.

Estoy entusiasmado por el futuro de colaboración que les depara a nuestras naciones, espero que ustedes también. Muchas gracias.

MELONI.- Buenos días a todos y muchas gracias. En primer lugar, quiero agradecer, al presidente Milei, por esta recepción tan cálida con la que nos esperó acá, en Buenos Aires, y que nos hizo sentir realmente en casa. Estoy muy contenta de estar acá, pues es la primera vez que vengo, a la Argentina, pero también es mi primera visita bilateral, en América Latina, desde que llegué al gobierno. No es casualidad haber elegido a Buenos Aires porque - como recordaba correctamente el presidente Milei - el pueblo italiano y el pueblo argentino son pueblos hermanos. Nuestra amistad histórica se alimenta – diariamente - por la presencia de la comunidad más grande de italianos en el exterior, pues hablamos de más de un millón de italianos y de - aproximadamente - 20 millones de descendientes de italianos, que viven - hoy - en Argentina. El vínculo que une a nuestras naciones tiene profundas raíces, que provienen - incluso - desde antes que Italia y Argentina fueran estados libres y soberanos. El amor por la libertad es un sentimiento - querido Javier - que nos une desde siempre.

Claramente, con esta visita, también, quise devolver la atención especial que presidente Milei tuvo para Italia. Recuerdo - con mucho gusto - que Roma fue la primera capital europea que el presidente Milei eligió visitar, después de su elección. Nos encontramos, en el Palacio Chigi, el 12 de febrero pasado, y después nos volvimos a ver, en la Cumbre del G7, en Borgo Egnazia, Puglia. Como presidente de turno él quiso que Italia fuera una de las naciones invitadas, porque nosotros creemos que el punto de vista, de Buenos Aires, es decisivo - tanto para renovar la relación, que lleva ya siglos, entre Italia y Argentina, como para afrontar los grandes desafíos, de nuestro tiempo. Estos son desafíos que nosotros profundizamos, en estos días; primero lo hicimos - en la Cumbre del G20 - donde confirmamos nuestra voluntad común de trabajar juntos, sobre todo en los principales escenarios internacionales. Lo hicimos, también, en nuestra reunión bilateral, donde confirmamos la voluntad de trabajar juntos porque nuestros puntos de vista en común son muchos. Me viene en mente - ahora - Ucrania; Medio Oriente y también la crisis que está atravesando Venezuela. Es una cuestión que - tanto a Italia como Argentina - les es muy cercana; en nuestros casos por muchos ciudadanos - de origen italiano - que se encuentran en una tierra que - como ustedes saben - hasta en su nombre vincula con Italia, particularmente a Venecia.

Nosotros no reconocemos la victoria programada, de Maduro, después de elecciones que no fueron para nada transparentes. Condenamos la represión del régimen que llevó a la muerte a decenas de manifestantes, a la detención de miles de opositores y al exilio, del candidato a presidente de la oposición democrática. Creo que es deber nuestro hacer escuchar nuestra voz.

Yo le agradezco al presidente Milei porque lo hizo en varias oportunidades, en todos los comunicados del G7 - durante nuestra presidencia - hicimos manifiesta esta posición y todavía lo vamos a hacer con una voz más clara y trabajamos por una transición democrática y pacífica, de Venezuela, para que la preferencia, manifestada por el pueblo europeo, a favor de González Urrutia, y la explícita demostración de búsqueda de libertad se plasmen en la realidad.

Volviendo a nuestras relaciones bilaterales, estamos de acuerdo con el hecho de que Italia y Argentina tienen todavía un gran potencial para explorar. Italia y Argentina son un punto de referencia para América Latina. Así, con el presidente de Milei decidimos trabajar sobre tres directrices: la primera es, obviamente, la colaboración política. Acordamos escribir - en conjunto - un plan de acción Italia-Argentina / 2025-2030 que identifique sectores principales para la colaboración bilateral, en los cuales se podrán concentrar nuestros esfuerzos y energías.

La segunda directriz sobre la que queremos relanzar nuestro compromiso común es la lucha contra la criminalidad organizada, pues estamos determinados a luchar contra el narcotráfico, la corrupción, el lavado de dinero, la infiltración del sistema económico y social y el tráfico de personas. Estamos orgullosos - como Italia - para ofrecer la fuerza y la solidez de nuestra experiencia que se fundan en los métodos de investigación que dos grandes italianos, como Falcone y Borsellino construyeron y que son hoy las bases para todas las estrategias de lucha contra la ilegalidad. Italia es protagonista de la iniciativa europea 2.0, de asistencia técnica a la lucha contra el crimen organizado e Italia también está comprometida con los programas, que se llaman justamente Falcone-Borsellino, que es una de las cosas más importantes de nuestra diplomacia jurídica y también de investigaciones de la policía para la preparación de nuestros magistrados. Y también está el aspecto de la cuestión comercial y de inversiones, que queremos relanzar.

El potencial de crecimiento es extraordinario. Gracias a esto, 300 empresas italianas, que tienen 16.000 empleados, con casi 3.000 millones de euros, de giro de negocios están, en Argentina. Y desde este punto de vista, las políticas valiosas de liberalización del mercado para apoyar las inversiones, que presidente Milei está llevando adelante, pueden abrir - desde nuestro punto de vista - nuevas oportunidades y ser un incentivo ulterior para que crezca la presencia italiana de la manera en que nosotros quisiéramos hacer; enriqueciendo nuestra colaboración, sobre todo en sistemas estratégicos como: la transición energética, la infraestructura, el suministro de materias primas críticas, el transporte aéreo y el espacio.

Claramente entre yo y el presidente Milei compartimos una idea política y es entre dos líderes que luchan por defender la libertad de Occidente. Y los puntos cardinales son: la libertad, la igualdad entre las naciones, los sistemas democráticos, la solidaridad entre las naciones. Hay algo que va más allá de una común cooperación entre naciones, está la conciencia de vivir en un mundo difícil, la responsabilidad que impone esa dificultad, es decir, la fuerza de las ideas y el coraje que se necesita para defender esas ideas.

Italia y Argentina son naciones hermanas y aún tienen mucho camino por recorrer juntas, y estoy feliz de recorrer este tramo de camino - junto a Javier - un hombre valiente, mi amigo, un amigo de Italia. Muchas gracias.

 

 

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