Homenaje a Pedro Castelli, héroe de la independencia y mártir de la lucha por la libertad

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Hoy, 7 de noviembre, se conmemora un nuevo aniversario del fallecimiento del Coronel Pedro Castelli, figura destacada de la historia argentina, cuya vida estuvo marcada por su profundo compromiso con la independencia y la justicia. En 1839, Castelli pagó con su vida el precio de la resistencia frente a la tiranía, dejando un legado que aún hoy inspira a quienes valoran la libertad y la defensa de los principios democráticos.

Pedro Castelli nació el 13 de mayo de 1796 en Buenos Aires. Hijo del vocal de la Primera Junta, el doctor Juan José Castelli, y de María Rosa Lynch. Su juventud transcurrió en medio de las turbulentas luchas por la independencia sudamericana.

En 1812 se incorporó al Regimiento de Granaderos a Caballo creado por el General San Martín, y a los 16 años tuvo su bautismo de fuego en el Combate de San Lorenzo, acción por la cual fue ascendido a teniente. Con el tiempo, se convirtió en un importante protagonista en la historia de las luchas internas que dividieron al país en la primera mitad del siglo XIX.

En 1839, el Coronel Castelli se unió a la resistencia contra el régimen de Juan Manuel de Rosas, liderando el movimiento de los “Libres del Sur”, un alzamiento organizado en el sur de la provincia de Buenos Aires que buscaba derrocar el poder central de Rosas.

En octubre de ese mismo año, Castelli asumió la jefatura de una tropa de 3.000 gauchos, apoyada en Buenos Aires por el oficial Ramón Maza, otro disidente rosista. La resistencia surgía en medio de una grave crisis económica provocada por el bloqueo de la flota francesa en el Río de la Plata, lo que incitaba el descontento entre los terratenientes y los sectores rurales de la región.

A pesar de la valentía de estos hombres, el plan se desplomó ante la aplastante fuerza rosista, y el movimiento no logró el éxito esperado. El 7 de noviembre, las tropas de Castelli fueron derrotadas en la Batalla de la Laguna de Chascomús, y él capturado en la Laguna El Durazno. Sin juicio y sin clemencia, fue degollado por el soldado Juan Durán y su cabeza enviada al comandante militar de Dolores, quien ordenó exhibirla en la plaza pública, ahora llamada Plaza Castelli.

Su muerte fue un trágico ejemplo de la intolerancia de aquella época, y una dolorosa muestra del costo que muchos patriotas debieron pagar en su lucha contra la tiranía. Recordar a Pedro Castelli es rendir homenaje a quienes, con valentía y sacrificio, han luchado por construir una nación justa y libre.