El presidente Alberto Fernández inauguró hoy, junto al ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Juan Cabandié, la segunda reunión de la Conferencia de las Partes del Acuerdo de Escazú, el primer tratado en derechos ambientales para América Latina y el Caribe.
“Lo que nos convoca hoy es aquello para lo que nos convocó el Acuerdo de Escazú: involucrar a la sociedad civil en un problema que el mundo vive. Una tremenda crisis climática”, afirmó el mandatario, acompañado también de la secretaria de Cambio Climático, Desarrollo Sostenible e Innovación, Cecilia Nicolini.
En la Sala Argentina del Centro Cultural Kirchner, el jefe de Estado aseguró que “la causa de la crisis es la avaricia humana, el capitalismo financiero desbocado que, con tal de ganar dinero y profundizar ganancias, no mide los daños que está causando”.
“Lo que tenemos es un mundo profundamente desigual, que ahora tiene el desafío de dejar de lastimar al planeta, porque es nuestro hogar”, expresó y afirmó que “la globalización se está convirtiendo en una organización de regiones”.
En ese sentido concluyó que, en el marco de la crisis climática que vive el mundo, América Latina y el Caribe tiene para ofrecerle “dos cosas: algo para exigirle, que adviertan que somos acreedores climáticos y en segundo término entender que debemos trabajar unidos”.
Además, el presidente, Cabandié y Nicolini entregaron un reconocimiento a los nuevos Estados Parte (Belice, Chile y Granada), acompañados por la ministra de Ambiente y Cambio Climático de Brasil, Marina Silva; el ministro de Ambiente de Uruguay, Robert Bouvier, y la secretaria Parlamentaria del Ministerio de Asuntos Jurídicos y Seguridad Pública y Trabajo de Antigua y Barbuda, Maureen Payne-Hyman
El Acuerdo de Escazú es el primero de sus características en América Latina y el Caribe, y el único en el mundo que incorpora disposiciones específicas sobre personas defensoras de derechos humanos en asuntos ambientales. Tiene como pilares el acceso a la información, la participación y la justicia ambiental; y la formación de autoridades, sensibilización de la ciudadanía y cooperación entre Estados. Fue suscripto por 15 países de la región: Antigua y Barbuda, Argentina, Belice, Bolivia, Chile, Ecuador, Granada, Guyana, México, Nicaragua, Panamá, San Vicente y las Granadinas, Saint Kitts y Nevis, Santa Lucía y Uruguay.
“Además de las exigencias que establecemos y que afirmamos los países integrantes, tenemos que ser exigentes puertas para afuera. Porque la mayor cantidad de emisiones en el planeta, se producen en el hemisferio norte”, advirtió Cabandié, y reflexionó: “Tenemos que resolver dos problemas, las desigualdades del siglo XX y los desafíos ambientales del siglo XXI”.
Por su parte, Nicolini señaló que “colocar la agenda ambiental en el centro de los debates de la región es urgente” y en ese sentido afirmó: “Los pilares de Escazú son los cimientos para construir una verdadera democracia ambiental y un compromiso con nuestras historias de lucha, nuestro presente y las futuras generaciones”.
Estuvieron en la inauguración la ministra de Trabajo, Empleo y Seguridad Social, Raquel Kelly Olmos; y los ministros de Desarrollo Territorial y Hábitat, Santiago Maggiotti; de Obras Públicas, Gabriel Katopodis; y de Cultura, Tristán Bauer; y la secretaria de Asuntos Estratégicos, Mercedes Marcó del Pont.
También el secretario Ejecutivo Adjunto para Administración y Análisis de Programas de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), Raúl García Buchaca; el representante Electo del Público, Mijael Kaufman; y el vicepresidente Corporativo de Programación Estratégica de CAF, Banco de Desarrollo de América Latina, Christian Asinelli.