El presidente Alberto Fernández enfatizó hoy que “la dictadura fue impiadosa porque le temía al pensamiento”, al encabezar esta mañana un acto de homenaje a la memoria de ocho investigadores y miembros del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) detenidos desaparecidos, al conmemorarse el 46° aniversario del golpe cívico militar, ocurrido el 24 de marzo de 1976.
El mandatario enfatizó que la dictadura “se llevó la vida de todo lo que se le oponía enfrente: si eran trabajadores, mataban trabajadores; estudiantes, mataban estudiantes; si eran abogados defensores de los derechos humanos los mataban, los exiliaban; si eran empresarios los robaban, los torturaban; si eran científicos también los hacían desaparecer. Algo tuvieron en común las dictaduras: a nada le temieron más que al pensamiento, nada fue más peligroso”. Así lo expuso al conmemorar el Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justica realizada en el Auditorio del Centro Cultural de la Ciencia, en el Polo Tecnológico del barrio porteño de Palermo, en la que se entregaron los legajos reparados a familiares y allegados de los trabajadores del organismo, víctimas del terrorismo de Estado.
Allí agregó que “el 24 de marzo es el día que más unidos estamos porque tenemos una sola consigna: verdad y justicia” y remarcó que es el momento en que “todas y todos sepamos lo que ocurrió y que hablemos sin medias tintas”.
En esa dirección y tras reconocer la labor de Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, exhortó a “no olvidar, nunca olvidar. No se trata de venganza, se trata de tener memoria. Porque si no tenemos memoria vas a repetir experiencias, y no queremos repetir esa experiencia maldita que se llevó a los que creían en una sociedad más libre, igualitaria, justa”.
Finalmente, Fernández fustigó a quienes niegan el genocidio, donde fueron secuestrados y hechos desaparecer “30 mil argentinos y argentinas, mataron a miles, encarcelaron miles, enviaron al exilio a otros miles”.
Acompañaron al Jefe de Estado el jefe de Gabinete, Juan Manzur; los ministros y ministras de Ciencia, Tecnología e Innovación, Daniel Filmus; de Justicia y Derechos Humanos, Martín Soria; de Salud, Carla Vizzotti; de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto, Santiago Cafiero; de Trabajo, Empleo y Seguridad Social, Claudio Moroni; de Cultura, Tristán Bauer; de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Juan Cabandié; de Desarrollo Social, Juan Zabaleta; y de Educación, Jaime Perczyk.
También participaron de la ceremonia las secretarias de Legal y Técnica, Vilma Ibarra, y de Relaciones Económicas Internacionales, Cecilia Todesca Bocco; los secretarios de Derechos Humanos, Horacio Pietragalla Corti; general de la Presidencia, Julio Vitobello; y de Asuntos Estratégicos, Gustavo Béliz; el asesor presidencial Juan Manuel Olmos; el diputado nacional Eduardo Valdés y otros funcionarios y legisladores.
En el escenario, junto a Fernández, Filmus y Pietragalla Corti, estuvieron la titular de Familiares de Desaparecidos y Detenidos, Angela “Lita” Paolin de Boitano; la representante de Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora, Taty Almeida y la presidenta del CONICET, Ana Franchi.
Al hablar, Filmus dijo: “No se puede tapar la verdad, no se puede esconder para siempre” y recordó que “nos tocó con Alberto un momento histórico: bajar el cuadro de los represores cuando Néstor Kirchner tuvo el coraje junto con todo el pueblo argentino de decirle no al Punto Final, no a la Obediencia Debida, no al indulto, cuando parecía que estábamos condenados a vivir para siempre en un país donde no íbamos a tener el derecho de poder ir caminando por las calles sin el temor de encontrarnos con un torturador”.
Por su parte, Pietragalla Corti aseguró: “Somos militantes políticos, no perdamos esa esencia, acordémonos de los desparecidos porque estos días son de reflexión pero por sobre todas las cosas son días donde nos atacan mucho quienes se favorecieron con esa dictadura militar”.
En tanto, Lita de Boitano señaló que “a 46 años del golpe genocida reafirmamos la lucha por nuestra soberanía, en la que entran muchas cosas. Memoria para los 30.000 desparecidos y miles de presos políticos y miles de asesinados de la dictadura. Justicia para todas y todos. No podemos fallarles a los que no están”.
A su turno, Taty Almeida afirmó que “éste es un encuentro con personas que demuestran tener memoria. Todo es memoria, tan necesaria, esa memoria que más de una vez quisieron borrar y no pudieron ni con la pandemia. Esta memoria que hoy estamos recordando por estos ocho compañeras y compañeros detenidos desparecidos del CONICET y por es tan importante la entrega de los legajos".
La titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, envió un mensaje grabado en un video, en el que saludó a los científicos y calificó al 24 de marzo de 1976 como “una fecha nefasta pero necesaria de no olvidar” para finalmente desearles “lo mejor y a recordar porque la memoria, la verdad y la justicia no son palabras sino nuestro pensamiento de argentinos”.
Lo mismo hizo el activista por los derechos humanos y premio Nobel de la Paz 1980, Adolfo Pérez Esquivel, quien enfatizó: “Hubo miles de desaparecidos, asesinados, exiliados y la comunidad científica no fue ajena a esto, sufrió los embates de la dictadura. Por eso es importante hacer memoria y la memoria no es quedarse en el pasado, sino que ilumina el presente”.
Los legajos reconstruidos fueron entregados a familiares y allegados de Alicia Cardoso, Liliana Galletti, Dante Guede, Roberto López Avramo, Mario Galuppo, Federico Lüdden Lehmann, Manuel Saavedra y Martín Toursarkissian. Además, se reconoció a quienes fueron cesanteados, exonerados, dados de baja, tuvieron que exiliarse o no se les permitió continuar con sus investigaciones, durante el período 1976-1983, a la vez que se descubrió una placa conmemorativa en la explanada de la sede del CONICET.
En el comienzo de la ceremonia, dieron testimonio Gabriela Borreda, Isabel Mac Donald, Mario Pecheny, Leandro Lora Fariña y Miguel Laborde, integrantes de la Comisión de la Memoria del Conicet que se puso en marcha el 23 de marzo de 2021 con el objetivo recordar a las víctimas de la dictadura y de subsanar los daños e injusticias perpetrados contra trabajadores e investigadores del organismo.