Resumen
Raúl Ricardo Alfonsín fue un abogado y político argentino que se desempeñó como presidente de la Nación entre 1983 y 1989. Nació el 12 de marzo de 1927 en Chascomús, provincia de Buenos Aires, y tuvo una extensa trayectoria en la Unión Cívica Radical (UCR). Su gobierno marcó el retorno a la democracia luego de la última dictadura militar (1976-1983), con un enfoque en la consolidación de las instituciones democráticas y los derechos humanos. Impulsó el Juicio a las Juntas Militares, sentando un precedente en la región. También debió enfrentar desafíos económicos y sociales, incluyendo la hiperinflación, que lo llevó a adelantar la entrega del poder en 1989. A pesar de las dificultades de su gobierno, su legado quedó asociado a la restauración democrática en Argentina. Falleció el 31 de marzo de 2009, siendo reconocido como una figura clave en la historia política del país.
Biografía
Raúl Alfonsín nació el 12 de marzo de 1927 en Chascomús, provincia de Buenos Aires. Estudió Derecho en la Universidad de Buenos Aires, donde comenzó su militancia en la Unión Cívica Radical (UCR). Desde joven se destacó por su defensa de los derechos humanos y su oposición a los golpes militares que marcaron la política argentina del siglo XX. Fue elegido diputado nacional en 1963, pero su mandato fue interrumpido por el golpe de Estado de 1966. Durante la dictadura de 1976-1983, participó activamente en la defensa de detenidos políticos y fundó la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH). En 1983, con el regreso de la democracia, se presentó como candidato presidencial por la UCR, derrotando al peronista Ítalo Lúder en las elecciones del 30 de octubre, lo que marcó el retorno del radicalismo al poder.
Presidencia
Alfonsín asumió la presidencia el 10 de diciembre de 1983, en un contexto de reconstrucción democrática. Uno de los principales ejes de su gobierno fue la política de derechos humanos: impulsó el Juicio a las Juntas Militares, que resultó en la condena de los principales responsables de la dictadura. Sin embargo, debido a presiones de sectores militares, sancionó las leyes de Punto Final (1986) y Obediencia Debida (1987), que limitaron los juicios a represores de menor rango. En el ámbito económico, implementó el Plan Austral para contener la inflación, con cierto éxito inicial, pero no logró estabilizar la economía a largo plazo. Su gobierno enfrentó una creciente conflictividad social y sindical, y hacia el final de su mandato la hiperinflación se convirtió en un problema crítico. En 1989, tras el triunfo electoral de Carlos Menem, Alfonsín decidió adelantar la entrega del mando para facilitar la transición.
Post Presidencia y fallecimiento
Luego de dejar la presidencia, Alfonsín continuó siendo una figura influyente dentro de la UCR y en la política argentina. Durante los años 90, se opuso a algunas políticas del gobierno de Carlos Menem, especialmente en materia de privatizaciones y reformas constitucionales. En 1994, participó en la reforma de la Constitución Nacional, que permitió la reelección presidencial pero también incluyó avances en materia de derechos y garantías institucionales. En sus últimos años, fue reconocido por su papel en la consolidación de la democracia en Argentina. En 2007, recibió homenajes por su trayectoria política, incluyendo el reconocimiento de sectores que habían sido opositores a su gestión. Falleció el 31 de marzo de 2009, a los 82 años, en Buenos Aires. Su legado sigue vinculado a la defensa de los valores democráticos y al proceso de institucionalización del país tras la dictadura.