Resumen
Presidente de la Nación, fue un escritor y político argentino, quien a su vez se desempeñó como gobernador de la provincia de San Juan, ministro del Interior, canciller, y senador. Su mandato es recordado como parte de las “presidencias históricas” durante las cuales se terminó de consolidar la Organización Nacional. Con fuertes raíces liberales, Sarmiento se destacó por fomentar de forma diligente y tenaz el progreso científico y la educación de los ciudadanos, comprendiendo que el desarrollo nacional era imposible de otra forma, logrando instigar así la promulgación de la Ley 1420 de Educación Pública, la cual convirtió a Argentina en uno de los primeros países del mundo en eliminar el analfabetismo.
Biografía
Domingo Faustino Sarmiento nació el 15 de febrero de 1811 en una casa del barrio Carrascal, uno de los más humildes de la ciudad de San Juan. Se educó en una de las “Escuelas de la Patria”, fundada por los gobiernos de la Revolución de Mayo, lo cual marcó su pensamiento para el resto de su vida.
A pesar de que fue reclutado por el ejército federal, Sarmiento, quien tenía tan solo 16 años, decidió abandonarlo y se postuló al ejército del unitario José María Paz. Tras perder los enfrentamientos en su provincia, debió exiliarse en Chile.
En 1836 regresó a la Argentina, y rápidamente se unió a las sociedades literarias y políticas de la época, siendo una parte fundamental de la Generación del ‘37, aquellos liberales que se oponían al régimen rosista.
Tras otro exilio y regreso al país, en 1856 fue electo concejal de la Ciudad de Buenos Aires, comenzando su carrera política, para luego, en 1857, fue electo senador. En su larga carrera, también fue Ministro de Gobierno de Mitre en Buenos Aires.
En total, afrontó dos exilios en Chile. Durante esos períodos, creó los periódicos El Zonda, La Tribuna y La Crónica y escribió su obra más conocida, Facundo. Civilización y Barbarie, en donde realiza un análisis crítico de la realidad política y cultural de la Argentina de su época. Allí establece el paralelismo entre Juan Manuel de Rosas y Facundo Quiroga, cómo jefes de masas populares, los cuales consideraba dañinos para el país y su desarrollo. Al igual que su colega Juan Bautista Alberdi, consideraba de suma importancia construir una idea de nación para terminar de una vez por todas con los conflictos internos
Gobernación de San Juan y Presidencia de la Nación
Cuando Mitre llegó a la presidencia, Sarmiento cumplió su sueño de gobernar la provincia de San Juan, enviado como interventor por el Gobierno Nacional. Se encontró con la provincia empobrecida y dividida. En poco tiempo logró ordenar las instituciones políticas, las finanzas provinciales e impulsó un modelo liberal con altos niveles de inversión de capitales privados.
En materia de educación y cultura, creó una Legislación que establecía la educación pública, gratuita y obligatoria para la escuela primaria, uno de los pilares de su plan de alfabetización.
En 1868 ganó las elecciones y asumió la presidencia, sucediendo a Mitre, llevando adelante la segunda de las presidencias históricas de Argentina. Estas presidencias históricas fueron fundacionales del estado argentino moderno y tuvieron tres claros objetivos: “Nación”, entendida como la unión definitiva de las provincias argentinas como entidad superior a las partes que la componen; “Constitución”, como las bases de los derechos de las personas y del poder; y la “Libertad”, concebida como principio del liberalismo que dio paso a la civilización.
Como presidente aplicó muchas de las reformas que había impulsado en San Juan, promoviendo el liberalismo económico, la educación como pilar de la formación de los argentinos, y culminó la Guerra de la Triple Alianza.
Durante su estadía en el poder la educación tomó vital importancia. Con la fundación de 1.816 escuelas, la población escolar aumentó de 30.000 a 110.000 alumnos, posible gracias a que trajo docentes de Estados Unidos. El consenso histórico actual indica que, gracias a su visión de progreso, la Argentina logró ser uno de los primeros países del mundo en eliminar el analfabetismo en su población, y tuvo el puntapié de un largo período de bonanza económica.
Por último, organizó el primer censo nacional en el año 1869 y fomentó la expansión de líneas férreas y telegráficas a lo largo de todo el país. Fue sucedido en el poder por quien fuera su ministro de Educación, Nicolás Avellaneda.
Fallecimiento
En 1875, asumió como senador nacional por su provincia, cargo que abandonó en 1879 para asumir brevemente como ministro de Interior de Nicolás Avellaneda.
Años más tarde ocupó el cargo de Superintendente de Escuelas durante el gobierno de Julio Argentino Roca, pero renunció a causa de diferencias con Avellaneda y el propio Roca. Sin embargo, durante la presidencia de Roca se promovió su proyecto de ley de educación pública, lo cual fue considerado como el gran logro de su pos-presidencia. Falleció a los 77 años en Asunción, Paraguay.