Nota de opinión del presidente - Diario el Día de la Plata

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Ésta es la nota de opinión del Presidente publicada hoy en el diario El Día de La Plata.
 

Obras sin relato ni corrupción, que convierten el pasado en futuro y que quedan para siempre

Cuando esperamos algo demasiado tiempo, nos gana la resignación y la desesperanza; creemos que nunca va a llegar y nos refugiamos en la alternativa que menos nos afecta: dejamos de esperar. Pero, ¿qué pasa cuando finalmente llega eso que tanto esperábamos? No sólo nos asombramos, sino que nos pasa algo más profundo: volvemos a confiar. Confiamos porque vemos que concretar lo que tanto queríamos era posible. Confiamos porque nos demuestran que una promesa se puede cumplir. Confiamos porque algo en nuestro interior nos dice que no siempre nos va a pasar lo mismo, que se puede creer:

 “Hace 30 años que en este ramal habían empezado a poner las columnas para electrificar, pero nunca se terminó. Mi vieja se murió soñando ver pasar algún día el tren eléctrico por la puerta de su casa. Hoy es una realidad, y mi hija lo usa para ir a la facultad”, postea Claudia. “¡Gracias! ¡Esta obra es para la gente de trabajo!”, “Estaba ansioso esperando este momento”, comentan Mirta y Luis en Facebook. Son tres de las 16 millones de personas que se suben por mes a la línea Roca; 16 millones de trabajadores, estudiantes y jubilados que ahora viajan mejor, en formaciones nuevas y más seguras, que llegan a horario y ahora tienen más tiempo libre para hacer lo que quieran.

Esta semana inauguramos el tramo que faltaba, entre Berazategui y Bosques, y que junto con el tramo Constitución-La Plata, los vecinos esperaron por más de 30 años. Es mucho tiempo. Los argentinos pasamos demasiado tiempo esperando muchas cosas pero, cada vez más, la esperanza le gana a la resignación. Cada vez más, dejamos atrás las frustraciones del pasado y nos proponemos mirar hacia adelante y avanzar. Entre todos, estamos logrando cosas que parecían imposibles. Y todo esto está pasando por una razón tan sencilla como trascendental: porque juntos hicimos que pase.

Todos los días, argentinos de todo el país invierten muchas horas en trasladarse de un lado a otro. El día de millones de personas empieza y termina viajando, y es importante que puedan hacerlo como merecen. Porque significa llegar de mejor humor, ya sea a casa o al trabajo, con más ganas y energía; es, en definitiva, ganar calidad de vida.

Y ya sabemos lo que pasa cuando el Estado está ausente. Cuando empezamos este camino con el equipo de gobierno, nos encontramos con muchas irregularidades en las distintas áreas del Estado, muchas más de las que imaginábamos. El transporte público atravesaba una crisis profunda, producto del abandono y de la corrupción que tanto daño les ha hecho a los argentinos. Nos encontramos con que 30 formaciones del Roca no se usaban por problemas técnicos, 8 formaciones del Belgrano Sur estaban paralizadas por problemas en los frenos, no estaban instaladas las vías necesarias ni planificadas las estaciones que reclamaban los vecinos y no estaba prevista la electrificación de los nuevos trenes.

Había mucho por hacer y nos propusimos avanzar en serio y para siempre, como nunca antes se había hecho. Y los resultados ya empiezan a verse: terminamos 170 kilómetros de vías, estamos construyendo 250 más y, a fines de 2019, los vecinos del área metropolitana de Buenos Aires van a tener 500 kilómetros de vías nuevas. También licitamos la compra de 169 trenes eléctricos más para las líneas Roca, San Martín, Sarmiento y Mitre, que van a llegar por etapas entre 2020 a 2023. Renovamos 70 estaciones y tenemos 45 que avanzan día a día. Cada vez más pasajeros tienen andenes techados, iluminados, bien señalizados, con baños, asientos nuevos y mejores accesos. Y como nuestra vocación es mejorar de manera integral, apostamos a la construcción de viaductos y pasos bajo nivel para reducir al máximo las barreras, que son molestas e inseguras tanto para los conductores como para los peatones.

Estamos concretando uno por uno todos esos proyectos que parecían inalcanzables y hoy son realidades. Son obras sin relato y que quedan para siempre; obras que dejaron de ser sinónimo de corrupción para ser sinónimo de transparencia, de compromiso, de voluntad y de trabajo honesto. Obras destinadas a hacer que cada vez más argentinos elijan el transporte público para trasladarse porque es la opción más rápida, confiable, cómoda y segura. Así es en muchos rincones del mundo, ¿y por qué no acá? Si ganas nos sobran, ¡si capacidad nos sobra!

Una prueba de eso es el Metrobus, que en un comienzo generó tantas dudas y polémicas y, al final, no solo fue premiado internacionalmente, sino que todos los días recibe el premio más importante: el apoyo de 2 millones de usuarios que lo eligen, celebrando que ya dejaron de estar frenados en medio del tráfico viendo cómo los peatones avanzan más rápido que ellos. Son muchas vidas de trabajadores que cambian, y en especial las de los choferes, que hoy trabajan más tranquilos y en mejores condiciones.

Esta semana llegó a Morón, donde inauguramos el Metrobus Oeste que transforma la experiencia de viajar de miles de bonaerenses. Y lo mismo está pasando en varios puntos del país: ya hay 13 metrobuses terminados, mientras avanza la construcción de otros en Quilmes y en Neuquén.

Las inversiones que estamos haciendo en transporte no se hicieron nunca en la historia de nuestro país. Y así vamos a seguir, con obras que convierten el pasado en futuro.

Esta gran transformación es posible porque ustedes nos dieron su confianza y nos apoyaron con algo que es fundamental para cualquier cambio profundo y de largo plazo: el tiempo. No hay soluciones ni respuestas mágicas, no se transforma un país de la noche a la mañana, ni en un año ni en una gestión de gobierno. Se transforma en décadas, más allá de los mandatos presidenciales. Estaría equivocado si mi objetivo no fuera dejarle a quien me suceda en el cargo un país mucho más justo y federal, con obras terminadas. Porque esta Argentina que estamos haciendo es para todos, no para un presidente o un partido político.

Pensemos juntos en ese futuro al que queremos llegar, en esa Argentina que podemos ser, y trabajemos en serio para construirla. Sigamos adelante, demos lo mejor, cada uno desde su lugar, sin atajos ni oportunismos. Cada uno de nuestros logros es fruto del esfuerzo de todos y, al ver que el esfuerzo que hacemos vale la pena, simplemente confiamos. Porque vemos que estamos cambiando el país y eso no se lo lleva ningún gobierno. Queda para siempre.