Cada paso que damos es una dificultad superada y cada dificultad superada nos hace más fuertes
En 50 años pueden pasar muchas cosas. Se construyen familias enteras, sociedades y culturas se transforman, la ciencia puede cambiar por completo nuestra concepción de la realidad, del futuro y hasta de nosotros mismos. 50 años atrás, miles de vecinos empezaron a soñar con un puente que uniera Lanús con el barrio porteño de Villa Soldati, pero a pesar de décadas y décadas de reclamos nunca se había hecho.
Hoy tenemos la felicidad de escuchar ‘si lo viera mi abuelo’, ‘nunca pensé que lo iba a ver, pensé que serían mis hijos, mis nietos’ y tantas otras frases que nos confirman que vamos por el camino correcto. Diseñamos la obra, armamos equipo y nos pusimos a trabajar, con las manos limpias, con transparencia y con fechas claras, porque cada día cuenta.
El Puente Olímpico Ribera Sur, nombre que eligieron los vecinos por votación, viene a mejorar la vida de las 200 mil personas que viven en la zona, sumados a los 100 mil choferes, automovilistas y peatones que todos los días se mueven por ahí.
Hoy ya no tienen que atravesar kilómetros extra para ir de un lugar a otro, y esto significa más tiempo libre para hacer lo que quieran hacer, menos embotellamientos y tardanzas en horas pico, y también más seguridad y menos accidentes. Lo hicimos de la única manera en que se pueden lograr los cambios: en equipo. Los argentinos entendimos que no crecemos gracias al acierto individual de una persona, sino a partir de la suma del esfuerzo de muchos, ¡de todos! Y así es como decidimos trabajar, demostrando que se puede cambiar lo que está mal, por más acostumbrados que estemos, y que no hay razón para bajar los brazos.
En estos dos años y nueve meses pusimos en marcha las obras que necesitamos para crecer. Avanzamos con puentes que, como éste, nos conectan en todas las provincias; con puertos y aeropuertos, con miles de kilómetros de autopistas y rutas más seguras para que no tengamos que lamentar más accidentes; con más metrobuses como el de La Matanza, el de Tres de Febrero y el de Morón, para que ir y venir del trabajo no sea más una odisea.
Avanzamos con el agua potable y las cloacas, con la mejora de los barrios, con los Espacios de Primera Infancia, con el programa El Estado en tu barrio, para que no haya que viajar para hacer los trámites. Y por primera vez en la historia de la Provincia, estamos dando una dura pelea contra el narcotráfico para que nuestros hijos nunca más sean rehenes de esta mafia; y también reforzamos la seguridad en las paradas de transporte público con más presencia policial, cámaras en las estaciones, controles, torres de monitoreo y puestos de denuncias para que los millones de trabajadores que todos los días viajan entre la Provincia y la Ciudad estén más tranquilos cuando esperan el colectivo o el tren o andan por la calle.
Estamos haciendo todo eso que faltaba hacer y no se hacía, porque nadie se animaba a cambiar las cosas en serio, a construir con esfuerzo las bases para edificar el país que queremos.
Y, si lo estamos haciendo, no es porque se le ocurrió a un presidente o a un grupo de personas. Es porque los argentinos nos propusimos construir una Argentina nueva, de raíz.
Decidimos que ya no queríamos vivir más en la corrupción y la mentira, y apostamos a la verdad, a la transparencia, a la integración al mundo, al trabajo en equipo.
Sabemos que falta y que el mayor esfuerzo es el que está haciendo cada uno de ustedes y sus familias todos los días. Pero quiero decirles que poco a poco esta situación va a mejorar, porque estamos corrigiendo lo que estaba mal, cada paso que damos es una dificultad superada y cada dificultad superada nos hace más fuertes.
Sigamos construyendo juntos ese puente hacia la Argentina que todos queremos: una Argentina de trabajo, de familias que crecen y de oportunidades.