-Usted les dijo a los industriales que prevía una baja de las tasas de interés y ahora subieron.
-En ese momento veníamos con 20 días de tranquilidad cambiaria. No dije que la tasa de interés iba a bajar tal día. Afirmé que en la medida que pudiéramos mantener la estabilidad cambiaria no pensábamos que esta era la tasa que iba a durar los próximos dos años. Dije que esta es una tasa de compromiso para frenar la crisis cambiaria, y en la medida en que la estabilidad continuara esto nos daba aliento de que podríamos estar más cerca de una baja de tasas. Pero luego vino el tema de Turquía y complicó las condiciones externas. La previsión del Banco Central ahora es distinta. Yo no puse una fecha de cuándo iba a bajar la tasa de interés.
-¿Cuánto aguantan las empresas con una tasa del 45%?
-La cadena de pagos sigue estando estresada. Por eso venimos de anunciar la modificación que hemos hecho con la Superintendencia de Seguros, para que las aseguradoras puedan invertir en la compra de cheques pymes en el mercado. Estamos en una situación de estrés. La cadena de pagos se ha alargado. Esto afecta mucho más a las pymes. En los últimos 45 días trabajamos con los bancos provinciales para sacar líneas subsidiadas para cambio de cheques y capital de trabajo. Además hicimos cambios con las SGR para darles más cobertura. Y estos instrumentos buscan atender la coyuntura hasta que la macroeconomía se equilibre y el Central tenga grados de libertad para empezar a trabajar sobre la tasa.
-¿Hay margen para aguantar seis meses la reactivación exportadora, con una restricción externa, pocas inversiones e imposibilidad de endeudarse?
-Estamos en un contexto internacional muy exigente y apremiante. Por eso es importante dar señales de confiabilidad a partir de la estabilidad macro. Es cierto que cuando se habla de las inversiones en general, quizás en algunos sectores industriales o en ciertos segmentos hay una pausa. Allí están evaluando a ver cómo calma la tormenta. Pero en otros sectores se está viendo mucho dinamismo en materia de inversiones, como en el campo o la energía. A fin de año deberíamos empezar a ver una estabilización del mercado interno. Pero sí ya estamos viendo un repunte de la exportación. Además, para fines de este mes empezaremos a trabajar con sectores y provincias en una estrategia exportadora.
-¿La baja de reintegros es un "misil al valor agregado", como dijo el presidente de la UIA?
-Es difícil pensar que esta readecuación de los reintegros deje en una situación de debilidad o les impida mantener la dinámica de exportaciones hacia adelante a sectores, como muchos de los industriales, que ya son grandes exportadores. Sí pueden aludir que era una medida que no la esperaban, por lo menos este año, y que puede afectar los negocios de corto plazo desde el punto de vista del cambio de reglas de juego; eso lo asumimos, pero por necesidad. Hoy la prioridad, y lamentablemente no es compartida por el sistema político y los gobernadores, es el esfuerzo para alcanzar un acuerdo presupuestario para 2019, que nos permita mantener la baja del déficit fiscal. Algunos sectores empresariales no ven que la estabilidad macroeconómica depende de la baja del déficit fiscal. Entiendo que la falta de información generó una sobrerreación. Esta readecuación de reintegros no pone en situación de peligro o supervivencia a un sector industrial, y mucho menos, a sectores en los que la Argentina ya tiene una altísima ventaja competitiva.
-¿Por qué se tomó esta medida?
-El comunicado hablaba de un criterio general y eso generó quizá más inquietud. Estamos trabajando con el Ministerio de Hacienda y Finanzas y con todo el Gobierno en la necesidad de cumplir con el equilibrio fiscal. Es claro que la consistencia macroeconómica es la única alternativa para poder sostener una microeconomía exitosa. Estamos comprometidos en todas las áreas de gobierno para hacerlo y hemos trabajado en este proceso de rebaja de reintegros y readecuación tratando de tener criterios en función de las cadenas productivas. Hubo dos criterios globales que nos cambiaron el contexto. Por un lado, hemos tenido una mejora del tipo de cambio real multilateral muy fuerte. En 2016, cuando el tipo de cambio estaba atrasado hubo un reacomodamiento de reintegros. Hoy, el tipo de cambio real multilateral comparado con 2014 y 2015 está un 25% arriba. Ha recuperado el atraso con respecto a fines del año pasado. La misma auditoría del artículo IV del Fondo lo había puesto como un tema a resolver. Hoy estamos en un contexto distinto. El pass through es mucho más bajo de lo que ha sido en recesiones anteriores y esto nos permite ver una buena coyuntura. Segundo, tomamos en cuenta también el impacto de la reforma fiscal, que el año que viene va a significar una mejora de 1,5% con relación al PBI por la baja de los impuestos a los débitos y créditos, y de ingresos brutos.
-¿Cómo afecta a los sectores?
-Fuimos con una baja más fuerte en sectores con industrias más extractivas, de insumos, donde no es que no agreguen valor, pero los eslabonamientos son más cortos. El impacto tributario de las distintas jurisdicciones es menor. Son empresas más grandes. Ahí están aluminio, acero, pesca minería, combustibles y aceites. Fuimos a una baja más importante. Después, prestamos más atención a los sectores donde hay más entramado pyme o donde en general tenés más transacciones en el proceso productivo, donde la carga tributaria es un poco mayor. La disminución del reintegro fue menor a la del promedio. Son algunas actividades que se orientaron más al mercado interno y que fueron muy demandantes de protección, pero que en esta coyuntura pueden tener una mayor salida exportadora. Allí mantuvimos el nivel de reintegros, como es el caso de los rubros textil, hilados, tejidos, confección, calzado, instrumentos musicales o biotecnología. Lo mismo en economías regionales. Además, allí apostamos a la automaticidad del reintegro.
-Esto era algo que se analizaba cuando fue a la UIA...
-Cuando fui a la UIA no estaba esto arriba de la mesa.
-Ya sonaba el tema...
-Nunca se pensó en la discusión de eliminar los reintegros. Era básicamente hacer una readecuación. Pero en ese momento, en la discusión con Hacienda, no era un tema que estuviera puesto sobre la mesa.