Ésta es una síntesis de la presentación del Jefe de Gabinete ayer en el Senado.
Estamos avanzando
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Aunque recién estamos iniciando este camino ya vemos resultados positivos. En 2017 la economía creció 2.9%, aumentó la inversión más del 10% y crecieron también las exportaciones y el consumo.
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Este proceso de crecimiento continuó durante el primer trimestre de este año cuando la economía se expandió al 3,6% interanual impulsada principalmente por el crecimiento del 18% en la inversión, que siguió batiendo récords. Y también siguió creciendo el empleo con alrededor de 700 mil empleos creados entre los primeros trimestres de 2017 y este año.
Reconocemos las dificultades
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No decimos que está todo bien ni que es todo optimismo o todo color de rosa. Las dificultades las conocemos. Somos los primeros en encararlas, en ponerlas sobre la mesa y en plantear un camino para resolverlas que es a través del diálogo, a través de reconocer la realidad y trabajar juntos en buscar soluciones.
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Ya hemos dado muchísimas muestras en estos dos años y medio de lograr acuerdos muy importantes que nos han permitido mejorar la situación estructural de la Argentina, como lo han planteado todas las economías más importantes del mundo, todos los líderes, desde China hasta Estados Unidos.
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La Argentina está en el camino correcto del desarrollo y el crecimiento, lo cual no quita que tengamos que seguir trabajando juntos en mejorar la coyuntura y en seguir adelante en el largo plazo. Muchísimas gracias.
El impacto de la sequía
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En abril la actividad económica se contrajo 0,9% como consecuencia de la caída del 31% del sector agropecuario, debida a la sequía, la más importante de los últimos 50 años.
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El resto de los sectores siguieron mostrando crecimiento. Excluyendo al sector agropecuario la actividad económica en abril creció un 3,3%.
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Aun así revisamos a la baja el pronóstico del crecimiento para el 2018 del 3% a alrededor del 1%.
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El impacto más fuerte de la sequía se observará en este trimestre que estamos ahora cuando el peso del sector agropecuario en la economía es mayor. En términos económicos la sequía implicó una pérdida de algo más de un punto de crecimiento real del PBI y una reducción de las exportaciones equivalentes a 8.500 millones de dólares.
Tres factores que afectaron la economía
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Decir la verdad también implica reconocer que en los últimos meses hubo, por lo menos, tres factores que complicaron nuestra economía.
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La sequía condujo a una fuerte caída en la producción agrícola y en los ingresos por exportación.
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La suba del precio internacional del petróleo tuvo un impacto negativo considerable, precipitó subas en los precios domésticos de los combustibles mayores a las esperadas y esto generó presiones inflacionarias adicionales.
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Por último, la volatilidad internacional presionó sobre nuestra moneda, generó ansiedad en el mercado e incrementó nuestra prima de riesgo soberano.
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En este contexto decidimos preventivamente solicitar la asistencia financiera del Fondo Monetario Internacional para minimizar el impacto de estas turbulencias sobre nuestra economía.
El acuerdo con el Fondo Monetario y el apoyo del mundo
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Sabíamos y lo hemos dicho siempre que cuando definimos un camino gradualista al equilibrio fiscal íbamos a estar expuestos a estas volatilidades. A inicios del año empezaron a verse síntomas en el mercado de capitales internacional y por eso anticipamos el 5 de enero gran parte del financiamiento del año, pero la conjunción posterior de la sequía, el petróleo y la salida de capitales de todos los mercados emergentes hizo que no fuera suficiente.
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Ante esa coyuntura la mejor manera de defender el gradualismo y evitar una gran crisis era acudir al Fondo Monetario. El apoyo recibido por parte del Fondo fue muy grande, el acuerdo que alcanzamos es el más alto de la historia del Fondo en proporción y se alcanzó de manera extremadamente rápida.
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Esto muestra que nuestro programa económico estaba encaminado en la dirección correcta y ya contaba con el apoyo del mundo en general y del FMI en particular.
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El acuerdo alcanzado con el FMI es innovador, cuenta con una salvaguarda para incrementar el gasto social en caso que las condiciones sociales así lo requieran, siendo este es primer caso en la historia del Fondo.
El plan es del Gobierno y sigue siendo el mismo
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Estas turbulencias reducen el crecimiento que esperábamos para este año y aumentan la proyección de inflación, pero el plan económico sigue siendo el mismo.
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Está enfocado en los mismos objetivos en los que hemos trabajado desde que asumió el Presidente Macri: ordenar los desbalances económicos heredados y sentar las bases para crecer de manera sostenida para lograr así disminuir la pobreza, el principal objetivo de nuestro gobierno.
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Redoblaremos nuestros esfuerzos para bajar la inflación, eliminaremos las transferencias del Banco Central al tesoro. Es decir, no habrá más financiamiento del déficit fiscal con emisión monetaria.
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En este contexto internacional más adverso tal como anunciamos deberemos avanzar más rápido hacia el equilibrio fiscal. Mientras más rápido lo hagamos más independientes y menos vulnerables seremos a las coyunturas internacionales.
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Todo esto nos está permitiendo atravesar la turbulencia financiera evitando mayores disrupciones en la economía, sin romper contratos sin recaer en un tipo de cambio fijo o implementar restricciones cambiarias que tantos problemas nos trajo en el pasado y sin tener fuertes recesiones.
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La economía argentina ha aumentado su resiliencia como consecuencia de haber aumentado políticas económicas que nos permitan crecer de manera sostenible e integrarnos al mundo y vamos a continuar trabajando en esa dirección.
El año que viene vamos a seguir creciendo
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Para el 2019, esperamos que la economía vuelva a crecer entre el 2 y el 3%.
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Los mejores pronósticos para la cosecha de trigo y el rebote de la cosecha de soja, en conjunto con la normalización de los mercados financieros y las mejores condiciones para la inversión conducirán la recuperación de la actividad para el año próximo.
El plan productivo y de desarrollo
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Queremos un sector productivo dinámico y moderno que se anime a salir al mundo, que ofrezca empleos formales y calificados, que se atreva a competir, a innovar y a invertir.
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Queremos un país federal donde el trabajo se genere en cada provincia, no solo en los grandes centros urbanos. Creemos que los argentinos tenemos un potencial absoluto para recorrer estos caminos.
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Nuestra estrategia para avanzar en estos caminos lo trazamos en el Plan Productivo Nacional, que tiene ocho pilares y es un camino coordinado, paciente pero que busca consolidar y acelerar el crecimiento de la economía, dar trabajo formal a millones de personas y ayudar a reducir la pobreza que es el principal objetivo de este gobierno.
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Los ocho pilares son 1) reducir el costo del capital, 2) mejorar el capital humano y la productividad laboral, 3) ejecutar un plan de infraestructura transparente y federal, 4)fomentar la innovación y la tecnología, 5) bajar impuesto y tener una estructura impositiva equitativa y eficiente, 6) impulsar la competencia y combatir los monopolios, 7) la integración inteligente al mundo y 8) simplificar la relación del Estado con las empresas y los ciudadanos.
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En algunos de estos pilares hemos avanzado más rápido que en otros y todavía nos falta un camino por recorrer en esta tarea de ofrecerle a los argentinos las condiciones necesarias para crecer, tanto en el mercado local como en el exterior.
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Pero hacia allá estamos yendo. Hay un rumbo y queremos ir repasando cada uno de estos puntos para poder saber dónde estamos y hacia dónde vamos, como les decía antes. A continuación, un repaso por los ocho pilares del Plan Productivo.
1. Reducción del costo de capital
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La Argentina está en la puerta de una verdadera revolución, que comenzó con la salida del cepo y el arreglo del litigio con los holdouts. Uno de los puntos más importantes de la normalización macroeconómica fue poder acceder a un menor costo de financiamiento.
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Para tener cada vez más opciones de crédito la ley de Financiamiento productiva permitirá nuevas y mejores maneras de acceder a fondos para ampliar capital, mejorar procesos y contratar nuevo personal. Uno de los puntos más importantes de esta ley es la factura de crédito electrónica.
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El 70% se autofinancian y muchas, además financian a las grandes empresas de las que son proveedoras. El BICE, banco del Estado que financia a las pymes, que producen en Argentina y comercian con el mundo, otorgó créditos, el año pasado por 15.200 millones de pesos, casi 4 veces más que en el 2015.el 86% de esos créditos fueron a las pymes.
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Hoy, después de mucho tiempo, el crédito hipotecario volvió a ser una realidad y esto es porque es accesible, con cuotas similares a las que se paga por un alquiler; ya se dieron más de 120 mil créditos y el crédito hipotecario llegó a 1.4% del PBI, el nivel más alto desde el 2010 pero todavía lejos de a dónde podemos y queremos llegar.
2. Mejorar el capital humano y la productividad laboral
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La educación y el del trabajo están cambiando en todo el mundo. Todo el tiempo se crean formas de empleo nuevas y desaparecen otras. Como presidentes del G20 impulsamos este tema como uno de los tres ejes de trabajo para debatir a nivel mundial.
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En estos dos años, lanzamos y propusimos medidas para fortalecer el sistema de formación para el trabajo, promover el empleo formal y reducir los costos no salariales de trabajo, como los juicios laborales.
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Lo hicimos a través del diálogo con todos los sectores, sentando a la mesa a las empresas, a los trabajadores y los gobiernos locales. Es la única manera de alcanzar los objetivos que nos pusimos, y que son los mismos para los empleadores y trabajadores: crear más trabajo, reducir la informalidad y prepararnos mejor para el futuro.
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Solo en agroindustria tenemos 28 mesas sectoriales, como la foresto industrial, la de la carne, la de la leche; en varias de ella participa directamente el Presidente de la Nación.
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El resultado de ese trabajo son los proyectos que ya están en el Congreso. Incorporan algunos reclamos de décadas y proponen soluciones para adaptar el marco normativo a la realidad actual.
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El llamado blanqueo laboral puede ayudar a cientos de miles de trabajadores a tener los beneficios del empleo formal. La ampliación de las licencias y las políticas de paridad de género en el trabajo darán más oportunidad a las mujeres en el ámbito laboral.
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Transformamos las becas Progresar en un programa que acompaña a los jóvenes que lo necesitan, para que puedan estudiar y graduarse con becas más altas y estímulos especiales para las aéreas estratégicas para el desarrollo de nuestro país.
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La nueva Ley de Riesgos del Trabajo y la apertura de nuevas comisiones médicas ha logrado el éxito lo que se buscaba. El porcentaje del salario para cubrir el seguro por accidentes de trabajo bajó el 3,48% del 2015 al 3,14 y va a seguir bajando a medida que más provincias se incorporen al sistema.
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Transformamos los programas Argentina Trabaja y Ellas Hacen, que reciben casi 300 mil personas para que sus titulares cuenten con mejores herramientas para formarse en oficios y terminar los estudios. A través del programa Empalme acompañamos su inserción a la economía formal.
3. Infraestructura y energía
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Seguimos ejecutando el más ambicioso plan de infraestructura de la historia argentina. Estamos reduciendo los costos logísticos y asegurando la provisión de energía accesible para todas las empresas, pero en particular para las pymes.
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Este año, la inversión en infraestructura será equivalente al 4,1% del PBI. Este número es casi idéntico al del año pasado. La caída que deberá ocurrir por la parte financiada por el Tesoro, por la necesidad de mejorar el equilibrio fiscal, será compensada por los préstamos bilaterales, las inversiones de las empresas de transporte y las distribuidoras de electricidad y gas y los proyectos de Participación Público Privada. Para el año que viene esperamos que la inversión por PPP aumente cerca de un 50 % y llegue a ser cerca de un 0,6% del PBI.
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Construimos 304 kilómetros de autopistas y hay más de 1.000 kilómetros en ejecución. Las rutas pavimentadas y mejoradas ya suman 5.000 kilómetros terminados y estamos trabajando en otros 11.000 kilómetros. Gracias a licitaciones transparentes, hicimos un 50% más de obra con un 20 % menos de presupuesto que en años anteriores.
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Estamos revitalizando el transporte de carga: con más de 680.000 toneladas, los trenes argentinos transportaron en lo que va del año el mayor volumen histórico desde 1992. Además se remodelaron 16 aeropuertos, se modernizaron muchos otros y se habilitó la entrada de más líneas aéreas.
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También estamos recomponiendo la matriz energética. En abril la producción de gas subió casi 5 % y la de petróleo 7%, la producción de gas no convencional está subiendo alrededor de un 30 % y la de petróleo no convencional al 42 %. Fue el mes de mayor producción de gas desde el 2009.
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Argentina puede ser un país que exporta energía y, al mismo tiempo, abastecer a las empresas y familias argentinas. Los resultados del acuerdo productivo con Vaca Muerta demuestran que vamos a alcanzar ese objetivo más rápido de lo que pensábamos.
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Además, en estos dos años se construyeron 26 centrales térmicas y pasamos el primer verano en mucho tiempo sin necesidad de importar energía eléctrica de nuestros países vecinos pese a que sigue fuerte el consumo.
4. Innovación y tecnología
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La Argentina tiene una enorme capacidad de generar empleo con los servicios basados en el conocimiento, que cruzan transversalmente toda la economía y permiten innovar en sectores tradicionales.
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El año pasado, las exportaciones de servicios basados en el conocimiento superaron los 6.100 millones de dólares, un 20% más que el año anterior y ya reemplazaron a la industria como segunda fuente exportadora de la Argentina. La generación de ingresos por uso de propiedad intelectual alcanzó los 206 millones de dólares.
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Entre empleos directos e indirectos los servicios basados en el conocimiento dan trabajo a 1,3 millones de argentinos. El acuerdo sobre la doble tributación con Brasil, votado aquí y en Brasil, nos va a permitir acelerar mucho esto; es otro ejemplo de ese diálogo y esa construcción de acuerdos que se ha logrado en este trabajo parlamentario.
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La ciencia, la tecnología y la innovación cumplen un rol en la economía actual de muchos países. La responsabilidad y el compromiso de este gobierno consisten en seguir redoblando esfuerzos y recursos para que el país pueda seguir aprovechando las oportunidades del cambio tecnológico y del avance del conocimiento.
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Es muy positiva la firma del dictamen hoy de la nueva ley que va a permitir acelerar un proceso inversor muy necesario para completar el despliegue de 4G y de banda ancha en todo el país. Hoy nuestro despliegue está en torno del 50%, muy por detrás de los países de la región, y en los próximos dos años este va a ser uno de los sectores más dinámicos que va a generar un círculo virtuoso de inversión también basado en el conocimiento.
5. Equidad y eficiencia fiscal
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En la Argentina los impuestos siguen siendo demasiado altos, a veces demasiado complicados de pagar, y siempre con un alto nivel de evasión.
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En estos dos años y medio ya bajamos la presión tributaria más de dos puntos del PBI e hicimos una reforma tributaria para impulsar el empleo y la inversión con impuestos más bajos y menos distorsivos.
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Buena parte de este esfuerzo pasó por el Congreso. En 2016 este Congreso sancionó la Ley de Pyme, que habilita al 99% de las empresas a pagar menos impuestos, acceder a préstamos más accesibles y enfrentar menos burocracia.
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Pudimos además sancionar una reforma tributaria integral y gradual con foco en la inversión y la generación de empleo, con una estructura de impuestos progresiva que busca premiar a las empresas que quieren crecer e innovar. Bajó del 35 al 25% la alícuota de Impuesto a las Ganancias a las utilidades que las empresas reinviertan.
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Bajamos los impuestos internos a los productos electrónicos, que dejaron de ser artículos de lujo, ya que se usan en todas las actividades productivas. Después de un tiempo se demostró que esto era posible mientras se cuida el aparato productivo de Tierra del Fuego.
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El acuerdo histórico que logramos a finales de año con los gobernadores respecto de Ingresos Brutos nos permitirá bajar ese impuesto también. Estamos de acuerdo en un camino hacia el equilibrio fiscal, independientemente del debate respecto de cuál es la mejor manera, la manera más inteligente, de ir aplicándolo.
6. Defensa de la competencia
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Desde el primer día de gestión advertimos que lo que más necesitaba nuestro mercado económico era fomentar la competencia, impedir carteles y monopolios y proteger a usuarios y consumidores.
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Un productor monopólico no tiene incentivos para mejorar, para innovar, para ofrecer a los consumidores más y mejores productos o para ser responsable muchas veces con su política de precios.
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Mercados competitivos y transparentes ayudan a que surjan nuevas empresas y a potenciar la innovación necesaria para que la economía siga creciendo y generando empleos.
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En estos dos años el Gobierno impulsó, junto también a ustedes, la ley de Defensa de la Competencia, recientemente sancionada, y le devolvió independencia política y capacidad técnica a la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia que desde diciembre de 2015 ha multiplicado su productividad.
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En estos dos años la Comisión emitió 456 dictámenes, cuatro veces más que el promedio de los años anteriores, y se enfocó en 11 mercados con posibles conductas anticompetitivas.
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La nueva Comisión ya ha trabajado en casos importante, como la obligación a los bancos de vender Prisma, la licenciataria de Visa en el país, para traer competencia en el mercado de pagos con tarjeta de crédito. Desde 2017 que gracias a esto están bajando las comisiones que cobran las tarjetas a los comercios y esta misma semana se obligó a una empresa alimentaria a vender una marca de pastas para proteger la competencia en el sector.
7. Integración inteligente al mundo
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Este modelo y este programa económico, basados en la inversión y en la capacidad de generar exportaciones, busca que las empresas argentinas se preparen y puedan integrarse a cadenas globales de producción.
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Hoy los productos y servicios se producen en etapas en distintos países y las empresas argentinas tienen la capacidad para entrar más de lleno en ese proceso, muchas veces abandonando conceptos que han quedado obsoletos sobre las cadenas de producción.
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Entre 2011 y 2015 había caído un 32% el valor de las exportaciones argentinas, casi todas de las Pymes. En los primeros cinco meses del 2018 las exportaciones crecieron 7,1%, lideradas, como los últimos años, por las exportaciones de manufacturas de origen industrial.
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Desde 2015 llevamos abiertos o reabiertos más de 60 mercados para casi 100 productos distintos, como la apertura del mercado chino para ciertos cortes de carne, luego de más de 15 años de negociaciones frustradas. Se firmaron, además, acuerdos comerciales con Colombia para promover la exportación de autos y se ratificó el acuerdo comercial firmado entre el Mercosur y Egipto.
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Se concretó el acuerdo respecto de la doble tributación con Brasil para reducir los costos de la exportación de servicios en un 15%. Se logró reabrir el mercado para la exportación de limones a Estados Unidos, cerrado durante 17 años.
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También conseguimos retornar al sistema generalizado de preferencia con Estados Unidos, lo que implicará que se puedan exportar unos 500 productos de las economías regionales con arancel cero.
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Las exportaciones que no dependen de la agricultura este año están creciendo al 15% para esto algunas medidas concretas, además de estas aperturas de mercado y de trabajar con las empresas y los gobiernos provinciales para generar esta cultura exportadora que recién comienza, trabajamos en eliminar las DJAI e implementar mecanismo ágiles de importación.
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Aumentamos los reintegros a exportadores, eliminamos derechos de exportación a la industria y a todos los productos agroindustriales menos la soja.
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Creamos Exporta Simple que permite transformar en exportadoras a empresas muy chicas y avanzamos con la ventanilla única de comercio exterior. Creamos, además, la Agencia de Inversiones y Comercio Internacional.
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En el mercado agroindustrial estamos avanzando en negociaciones de altísimo impacto, como nuestro intento de abrir la exportación de cerezas a China, que podría involucrar 35.000 hectáreas en el Alto Valle de producción de cerezas: más de 100.000 puestos de trabajo.
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Tenemos que seguir avanzando en esta dirección. Nuestra historia reciente y el sistema cada vez más sofisticado del comercio internacional, que vive momentos complejos y difíciles, nos desafían a romper la lógica de vivir con lo nuestro, y nos llevan a entrar en un modelo de exportar orgullosamente lo nuestro.
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La exportación de carnes que está fortaleciendo la actividad del sector ganadero. Se reabren frigoríficos en todo el país mientras aún se mantiene muy fuerte el consumo interno de carne, lo que muestra que era falsa esa división entre el crecimiento del sector externo y el interno.
8. Simplificación y menos burocracia
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Necesitamos un Estado moderno y facilitador que brinde a sus emprendedores las herramientas necesarias para lograr sus objetivos. Estamos trabajando para quitar burocracia y simplificar la relación entre las empresas y el Estado.
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Eliminamos muchísimos registros innecesarios, avanzamos con trámites a distancia, pusimos en marcha un plan de desburocratización que va a generar ahorros equivalentes al 1% del Producto Bruto Interno. Gracias en parte a este tipo de iniciativas en 2017 se constituyeron más de 12.000 sociedades, 17% más que en 2016 y 34% más que 2015.
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Eliminamos la obligación de las empresas de presentar libros encuadernados, agilizamos el proceso para obtener marcas y patentes, eliminamos la necesidad de que el Presidente de la Nación autorice la instalación de nuevas terminales automotrices. También lanzamos el Sistema de Información Simplificado Agrícola, que unifica cuatro registros y le hace la vida más fácil a más de 70.000 productores agropecuarios.
Estamos en el camino correcto
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Estamos convencidos de que este es el único camino. Somos optimistas porque vemos el potencial que tiene nuestro país, porque vemos los resultados que fueron llegando a través de las inversiones, producto de la confianza que el mundo ha depositado en nosotros.
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En estos dos años y medio, se han anunciado inversiones por más de 46.000 millones de dólares en petróleo y gas, 12.000 millones de dólares en generación y distribución de energía, más de 10.000 millones de dólares de inversión en minería, casi 8.000 millones de dólares en telecomunicaciones y medios y en la fabricación de bienes industriales, 7.000 millones de dólares en desarrollo inmobiliario, 5.000 millones de dólares en productos de consumo y un número similar en energías renovables. Para la cadena agroindustrial se acerca uno de los años más fuertes en materia de inversión, cosecha y producción.
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No somos ingenuos ni somos ciegos a los riesgos que enfrentamos, en especial hasta que alcancemos el equilibrio fiscal que nos permita ser menos vulnerables a las oscilaciones de un mundo volátil.
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Todavía hemos visto poco de los cambios que están por venir y de cómo van a impactar en el trabajo, la educación y la vida en sociedad a partir de la inserción de la tecnología, la robótica, la inteligencia artificial y la profundización de la globalización.
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Este es el camino. Vamos a superar más rápido y mejor las dificultades cuanto más juntos estemos, cuanto más tengamos una agenda pragmática y concreta, que vaya resolviendo los temas puntuales, al mismo tiempo en que trabajamos sin prejuicios, sin las anclas los fracasos del pasado. Tenemos un solo objetivo, que es cuidar a los argentinos, cuidar el camino de crecimiento y seguir saliendo adelante todos juntos.