-
Hace dos años y medio, los argentinos decidimos empezar a transitar un camino distinto, el camino de la VERDAD, el de enfrentar los problemas y buscar resolverlos en lugar de ocultarlos.
-
El tiempo de los gobiernos que niegan la realidad y no se preocupan en serio por la gente se terminó. Estamos enfrentando la realidad de manera responsable para que todos vivamos mejor.
-
La solución a nuestros problemas como argentinos DEPENDE DE LOS ARGENTINOS. Hay que asumir esa responsabilidad con madurez.
-
Somos nosotros los que decidimos si hacemos un esfuerzo para vivir en un país mejor, o nos conformamos con seguir repitiendo los mismos errores del pasado.
-
El Fondo Monetario no va a ser una solución mágica, ni va a imponer condiciones para complicarnos las cosas.
-
Tomamos la decisión de recurrir al Fondo no porque estábamos en situación de crisis, sino para tener el respaldo necesario para evitarla. Recurrimos para asegurarnos el éxito del plan que tenemos con los menores costos posibles para todos los argentinos.
-
No hubo imposiciones, la Argentina fue quien presentó el plan económico a implementarse.
-
La Argentina planteó sus puntos de vista al FMI y confirmamos que se trata de un organismo que escucha y que por primera vez en su historia decidió admitir que se incluya una cláusula sobre la pobreza.
-
El Fondo ha aprendido de las lecciones del pasado y ha apoyado el programa gradual de la Argentina.
-
El FMI no va a ser la solución. La solución depende de nosotros. Vamos a construir el país en el que queremos que vivan nuestros hijos. Debemos tener la tranquilidad de que lo haremos como queremos y al ritmo que sea necesario para el bien de los argentinos.
-
Elegimos el camino del gradualismo porque es el único camino posible para avanzar hacia el equilibrio de nuestras cuentas creciendo y, sobre todo, cuidando a los que más lo necesitan. Sólo que ahora vamos a acelerar este camino hacia el crecimiento y la reducción del déficit fiscal para terminar con la inflación que golpea a los que menos tienen.